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La directora resalta que su ópera prima es una película “incómoda”, en la que se cuenta que ”una chica que llega a trabajar a una casa de una familia pudiente y produce un magnetismo muy especial, por lo que se desencadena una crisis y se pone de manifiesto el vacío de la familia. Un rol tan invisible como el de una empleada doméstica es muy visible porque es bella y gana poder para completar sus propios deseos”.
Mariana Wainstein dice que la película trata también de reflejar las propias dinámicas familiares y la propia maternidad, ya que es común que muchas empleadas domésticas dejen a sus hijos en sus provincias de origen para ir a trabajar a Buenos Aires. “El trabajo surge un poco por ver las dinámicas familiares, como nos manejamos, es una estructura de western, un forastero que llega a un pueblo, hace destrozos y se va. Habla de la mujer, de distintos tipos de maternidades y de roles familiares”.
La realizadora también se refiere a la actualidad política en la que está sumida su país actualmente. “Argentina está en una pesadilla, en mi forma de verlo, y más en el cine, que está siendo atacado. Parece el inicio de algo que no sabemos dónde va a llegar. Está frenada, boicoteada, y se hizo creer al país que el cine se hace en vano, que es un derroche de dinero. Asusta”.