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"Pippa Lee comenzó como una novela," explica Miller, cuyo libro fue publicado en el Reino Unido el año pasado, recibió gran reconocimiento de la crítica y se convirtió en un éxito de ventas en Inglaterra.
La génesis de la novela de Miller se produjo en 2000, tras una reunión con una amiga a la que no había visto en veinte años, una joven imparable que se había convertido en esposa y madre responsable.
Miller describe el proceso de escribir el guión como una "reinvención" de su novela, en lugar de una adaptación en el sentido más puro. "Había tanto de donde sacar que quería seguir adelante," dice Miller, quien continuó trabajando en el guión tras varios borradores durante algo más de un año.
SOCIOS EN EL TIEMPO: FORMANDO EL EQUIPO DE PRODUCCIÓN…
Con el guión en la mano, Miller se volvió a su amiga de confianza y socia productora de muchos años, Lemore Syva. Syvan, quien ha producido todas las películas de Miller, fue rápida a la hora de asumir el reto.
Para Syvan, sin embargo, el desafío inicial era bastante conocido: montar una película compleja de producción independiente con un presupuesto limitado. "Mi primer pensamiento fue: "tenemos que hacer que sea lo más extensa posible", explica.
Para lograr la estética en la película, el equipo de producción explotó los recursos del cinematógrafo Declan Quinn y del Diseñador de producción Michael Shaw. Bajo la dirección de Miller, Quinn y Shaw formaron una alianza única para planificar su enfoque mucho antes de comenzar el rodaje. El uso de la música también fue esencial para enmarcar la historia dentro de diferentes periodos de tiempo y Miller trabajó junto con la veterana supervisora de música Linda Cohen.
FORMANDO EL EQUIPO…
En colaboración con la directora de casting Cindy Tolan, el guión para “La vida privada de Pippa Lee" pronto fue distribuido entre diversos representantes de la industria con resultados extraordinarios, posiblemente uno de los elencos más notables que se haya creado para una película independiente recientemente.
"Yo creo que mucho de la película es un testimonio a Rebecca Miller," dice Tolan acerca del elenco repleto de estrellas.
Al igual que en las películas de autores estadounidenses como Woody Allen y el finado Robert Altman, las películas de Miller obtienen su fuerza no sólo de sus protagonistas, sino también de los equipos. Individualmente, cada papel secundario es esencial para la narrativa. Sin embargo, colectivamente, es el conjunto el que produce el tono general de la película, un mundo cautivador y multidimensional que pocas veces se encuentra en las producciones de los principales estudios.
EL PASADO SE ENCUENTRA CON EL PRESENTE: CREAR LOS MUNDOS DE PIPPA LEE...
La vida privada de Pippa Lee representó una vuelta al hogar para Rebecca Miller, ya que filmó en las ciudades de New Milford y Danbury, en Connecticut, cerca de donde creció. "Fue sorprendente redescubrir este paisaje que conocí tan bien que casi llegué a ignorarlo," dice.
Los ensayos fueron mantenidos al mínimo ya que Miller había trabajado en la mayor parte de la logística con su elenco y el equipo antes de comenzar a filmar.
Sin embargo, el equipo de producción tenía todo el trabajo por delante. La fotografía principal comenzó el 14 de abril de 2008. Trabajando con un presupuesto limitado, el rodaje de siete semanas abarcaría a unos treinta lugares, incluyendo escenarios diseñados específicamente en las instalaciones de una antigua fábrica.
"Fue un verdadero desafío realizar el seguimiento de la totalidad de la película, algo que por supuesto es mi trabajo," explica Miller.
En la película, las transiciones entre el pasado y el presente se llevarían a cabo 'en la cámara,' en lugar de depender de los efectos de postproducción. Efectivamente, esto significó una visualización previa cuidadosa y planificada, utilizando modelos a escala para diseñar los movimientos de la cámara entre los escenarios que serían construidos uno al lado del otro. Para moverse del pasado al presente, la cámara pasaría 'simplemente' de un escenario que representa el momento presente, a uno construido junto a este, que representa el pasado.
"Creamos tres o cuatro transiciones de esta manera," dice Declan Quinn. "Algunas de ellas, fueron simplemente un movimiento de cámara sencillo. Otras, dos o tres movimientos de cámara que se solapan. Crear esto y no hacerlo ver demasiado artístico, no demasiado pretencioso, fue el objetivo final. Tratamos de que tuviera ese aspecto `sencillo,' para que el público casi no sepa realmente lo que está ocurriendo hasta que de repente estás en otra zona temporal, en otra escena, en otra parte de su vida."
Quinn y Shaw simplemente restringieron estas transiciones intrincadas al escenario. En muchas ocasiones, la cineasta y el diseñador utilizarían estos elementos en la filmación en exteriores para obtener resultados similares.
Para Quinn, el enfoque puede haber sido atípico, pero también presentó la mejor.
"La filmación es bastante diferente de mis otras películas," conviene Miller, cuyas películas anteriores tendían a favorecer técnicas de filmación con cámaras de mano. "Sentí que esta película era tan compleja en términos de la estructura que, si filmaba con una cámara de mano, resultaría demasiado difícil continuar. Tenía que tener una sensación clásica."