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SINOPSIS
Una estación de investigación situada en el ártico se ve sorprendida por el hallazgo de un extraterrestre...
INTÉRPRETES
MARY ELIZABETH WINSTEAD, JOEL EDGERTON, ULRICH THOMSEN, ERIC CHRISTIAN OLSEN, ADEWALE AKINNUOYE-AGBAJE, PAUL BRAUNSTEIN, TROND ESPEN SEIM, KIM BUBBS, JORGEN LANGHELLE, JAN GUNNAR ROISE, STIG HENRIK HOFF
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SECUELAS:
El enigma de otro mundo (1951)
La cosa (1982)
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INGENIERÍA INVERSA: EMPIEZA LA PRODUCCIÓN...
La historia de “La cosa” remonta al año 1938 cuando el famoso autor de ciencia-ficción John W. Campbell Jr publicó en una revista el relato “Who Goes There?”, una historia aterradora acerca de unos científicos destacados en la Antártida que encuentran una nave alienígena enterrada en el hielo. Inspirado en la historia corta de John Campbell, Howard Hawks produjo en 1951 “El enigma… de otro mundo”, dirigida por Christian Nyby. El thriller ampliaba el estudio que hacía el autor sobre la paranoia de grupo y demostraba el paralelismo de la historia con el principio de la Guerra Fría.
Treinta años después, en 1982, John Carpenter también se inspiró en la historia corta para “La cosa”, escrita por Bill Lancaster y producida por David Foster y Lawrence Truman. Se usaron efectos especiales totalmente innovadores y la película no tardó en convertirse en un clásico que inspiró a toda una generación de seguidores y de cineastas.
En 2004, poco después de que los productores Marc Abraham y Eric Newman estrenaran la taquillera “El amanecer de los muertos”, Universal Pictures les propuso encarrilar este nuevo proyecto. Eric Newman recuerda la primera conversación: “Ningún estudio tiene un mejor pedigrí en lo que a películas de monstruos y terror se refiere que Universal. Nos dijeron: ‘Aquí tienen todos los títulos de que disponemos, pero ¿qué les parece “La cosa”?’ Nuestra primera reacción fue que era imposible mejorar “La cosa”, no es de esas películas de las que se pueda hacer un remake”.
Después de pensárselo mucho, los dos productores no ocultaban que les atraían los dos temas de la película, la confianza y la paranoia.
Una vez tomada la decisión de enfrentarse al proyecto, los dos socios debían encontrar una forma de añadir algo a la historia. “Lo único que podía atraernos era que encajara en el universo de Carpenter de manera respetuosa y, a la vez, creativa”, explica Eric Newman.
Cuando se hizo público que se iba a rodar una precuela de “La cosa”, de John Carpenter, Eric Heisserer se puso en marcha para escribir el guión. Como gran admirador de la película, estaba decidido a que le gustara la precuela.
El guionista se presentó a la reunión armado con varias ideas acerca de lo que debería ser la película. Quería que su versión fuera una extensión de la visión de Carpenter.
A continuación, los productores propusieron al director Matthijs van Heijningen que rodara el proyecto. No tardaron en darse cuenta de que no se habían equivocado.
Matthijs van Heijningen es un conocido director de publicidad holandés que debuta en la gran pantalla con “The thing/La cosa”. “Soy un apasionado de la película original, es una de mis favoritas”, dice Matthijs van Heijningen.
Entonces empezó un intenso periodo de preproducción para el guionista, el realizador y los productores “Estudiamos el decorado de la destrozada estación en la película de Carpenter”, dice Eric Newman.
En su intento de ser lo más fieles posible a la película anterior, estudiaron cada fotograma del film de Carpenter para asegurarse de que los objetos y las referencias fueran los mismos siempre que resultara adecuado.
El respeto del equipo por dicha película era tal que incluso incorporaron la banda sonora original de Ennio Morricone de la película de 1982 a las composiciones de Marco Beltrami, el músico encargado de la banda sonora de la película actual.
¿QUIÉN ANDA AHÍ? MONSTRUOS Y EFECTOS ESPECIALES...
Cuando se estrenó “La cosa”, de John Carpenter, en 1982, los efectos especiales, obra del pionero Rob Bottin, abrieron nuevos horizontes para el género de terror. El uso de efectos prácticos y prótesis sigue considerándose como un punto de referencia. Desde entonces, la tecnología ha avanzado y los cineastas debían decidir si usar exclusivamente efectos digitales o una mezcla de efectos prácticos y digitales.
El mayor temor de los fans de las películas de terror y de ‘La cosa’ era “que nos limitáramos a los efectos digitales”, dice Eric Newman. Pero la decisión no fue difícil. “Era nuestra obligación usar efectos prácticos siempre que pudiéramos”, dice el productor. Los cineastas rinden homenaje al trabajo realizado por Rob Bottin usando efectos prácticos sin por eso dejar de aprovechar los avances técnicos.
El director cree que esperar ver el monstruo crea más tensión y da más miedo que verlo. “Hoy en día podemos hacer las transformaciones con efectos digitales, pero el resultado final siempre se basa en prótesis”, dice.
Marc Abraham explica por qué era tan importante para los diseñadores dar en el clavo: “Para ellos, la película de Carpenter equivale a ‘Ciudadano Kane’ o ‘Lawrence de Arabia’ para otros. Veneran la anterior y se morían de ganas de intentarlo. Ya han pasado treinta años desde que se hizo ‘La cosa’, de Carpenter”.
Adi Tom Woodruff dice: “Bottin y su equipo imaginaron una criatura capaz de penetrar en las personas y robarles el ADN. El concepto tuvo un enorme impacto en todos los que escogimos esta profesión. Poder ocuparnos de la precuela era un sueño y una tremenda responsabilidad”.
“Intentamos ser fieles al original porque fue una película tremendamente innovadora”, añade Alec Gillis.
Los dos diseñadores estaban totalmente de acuerdo con Matthijs van Heijningen en que casi nunca debía verse al monstruo entero, sino más bien fugazmente.
El proceso creativo de Adi Tom Woodruff y Alec Gillis incluía crear el aspecto de la criatura sin usar efectos digitales. Decidieron cuándo se robotizaría, cuándo se movería como una marioneta y cuándo se usarían prótesis, o una combinación de cualquiera de esos tres elementos.
EL FIN DEL MUNDO: EL DECORADO...
El diseñador de producción Sean Haworth tuvo que enfrentarse a un difícil reto, debía crear la ambientación de una nueva película extrapolando la de Carpenter.
Además, Sean Haworth leyó varios diarios escritos por personas que habían vivido en la Antártida; vio varios documentales y estudió un sinfín de fotografías para poder crear la ambientación que deseaba obtener el director Matthijs van Heijningen.
La mayoría de la acción tiene lugar en el campamento de investigación noruego. La película se rodó en el norte de la Columbia Británica, así como en Toronto y sus alrededores.
La localización permitió a los cineastas reproducir la falta de libertad de movimientos y aumentar la sensación de paranoia. “Es una experiencia absolutamente claustrofóbica para los personajes”, dice Eric Newman.
El productor ejecutivo David Foster reconoce que le produjo una extraña sensación volver a entrar en el mundo de “La cosa” durante el rodaje en Canadá. “La filmación en Canadá me hizo retroceder treinta años”, dice.
Asimismo, se filmó en una cantera a las afueras de Toronto para crear la Antártida sobre una base de rocas y gravilla. Dado que las condiciones meteorológicas eran imprevisibles, el diseñador de producción y su equipo decidieron que la única solución era crear un decorado artificial.
“Empezamos a hacer pruebas con todas las nieves artificiales disponibles”, explica Sean Haworth. “Teníamos un estupendo especialista que se pasó horas y horas experimentando y se le ocurrió un método genial para producir nieve artificial a partir de una gran cantidad de cera”. Pero la recreación de la Antártida era un auténtico reto para el equipo. “Los carpinteros y los pintores trabajaron con cera; los técnicos de efectos especiales trabajaron con 92 tipos diferentes de nieve artificial. Se consiguió a base de mucho esfuerzo”, sigue diciendo el diseñador de producción.
La nieve artificial fue todo un éxito. A pesar de unas condiciones meteorológicas que iban del calor extremo a lluvias torrenciales, al cabo de tres semanas, la nieve seguía impecable. Al pisarla, se tenía la sensación de andar sobre nieve auténtica. Mary Elizabeth Winstead dice, riendo: “Cada día añadían nieve y hielo artificial, pero parecía de verdad y empezaba a tener frío. El efecto psicológico era asombroso”.
“A principios de abril rodábamos en el exterior y hacía un frío horrible”, recuerda el actor Joel Edgerton. “Al final del rodaje, la temperatura alcanzaba los 30 grados centígrados y seguíamos con ropa adecuada para el Polo Sur. Todos los demás iban con pantalones cortos y camisetas”.
GALERÍA DE FOTOS
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