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ENTREVISTA CON PAWEL EDELMAN, DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA...
'La venus de las pieles' es la quinta película que hace usted con Roman Polanski. Todas tienen estilos diferentes. ¿Cuál ha sido el reto en esta última?...
.- Sin duda, ha sido la película más difícil de hacer. Aunque también es una adaptación de una obra dramática, el reto ha sido incluso mayor que 'Un dios salvaje'. Una vez más, contábamos con una única localización pero en esta ocasión, con solo dos actores. No hay nada más difícil para un director y un director de fotografía.
¿Cómo mantienes el interés del espectador durante una hora y media, siguiendo a dos personas en un espacio de 10 x 10m, sin que parezca una obra de teatro o una serie de televisión?...
.- Lo más importante fue la iluminación y los cambios en la definición, los contornos y el espacio. Esto permite que los actores puedan moverse libremente por el espacio y sentirse cómodos en cualquier posición.
¿Cómo definiría la iluminación que creó usted para 'La venus de las pieles'?...
.- Siempre me cuesta describir la iluminación en detalle. El objetivo era hacer que los actores resaltaran y que hubiese muchas zonas oscuras, para que el espectador pudiera rellenar esos espacios con su propia imaginación. La idea general es que el espectador se olvide de que está en un teatro. Necesitábamos crear una atmósfera, un clima que rayara con lo simbólico. Los teatros son contenedores concretos que hay que transformar para convertirlos en espacios abstractos.
¿Roman Polanski le propuso una visión estética antes de rodar?...
.- No tuvimos mucho tiempo para hablar porque todo ocurrió muy rápido. Por supuesto, tuvimos un par de conversaciones sobre lo que buscábamos. Incluso vimos unas cuantas películas, como Chicago de Rob Marshall. Es una película diferente pero también trata sobre una representación teatral y juega con la fantasía y la realidad. Vimos películas para ver si las preguntas que nos estábamos formulando, habían sido respondidas y cómo.
¿Cuál fue la escena más difícil de iluminar?...
.- Sin duda, la última escena, la del baile. No teníamos una idea muy clara o específica de cómo rodarla así que probamos varios tipos de iluminación antes de decidir.
Se trata de una escena maravillosa. El baile es tan extraño, la música es tan bella y Emmanuelle está tan deslumbrante…
Sabemos que Roman Polanski es muy preciso y exigente. ¿Cuánto margen le da cuando trabaja con él?...
.- Le conozco bien y se exactamente cual es mi posición durante el rodaje, se cual es mi lugar. Me siento totalmente libre para jugar con la luz – ese es el espacio en el que tengo mi margen de maniobra, lo que no es poco. Todo lo demás – la posición de la cámara, en qué lugar se mueven los actores dentro del fotograma, etc. – ese es su trabajo. Lo más importante para mí, cuando acepto un proyecto, es hacer películas que estén totalmente al servicio de la historia…
¿Qué cualidad destacaría de Roman Polanski, como director?...
.- Lo que me fascina de Roman es que no es solo director, sino también actor y eso significa que no le cuesta nada traducir lo que quiere, en un idioma que los actores entienden de inmediato. Es realmente asombroso verle comunicándose con ellos, de una manera tan transparente. Fue un placer poder ver a Emmanuelle y a Mathieu juntos. Era casi como ser parte de un público de verdad. Otra cualidad que me fascina de Roman es su sentido de la composición y su sensibilidad por las imágenes. Es muy raro encontrar un director con esas dos cualidades. Sea cual sea la película, Roman tiene una clara visión interior de lo que quiere. Una idea muy particular de la película que él quiere hacer y ya sabe la estética que debe tener.
¿Recuerda su primer encuentro?...
.- No podría olvidarlo. A punto de comenzar un viaje familiar, sonó el teléfono y allí estaba Roman preguntándome si quería hacer 'El pianista'. Fue como un rayo sobre un cielo despejado, pero mucho más placentero, claro. Para mí, se trata de un director mítico. No podía creer que me estaba llamando a mí. Supongo que fue Andrzej Wajda, con quien trabajo a menudo, la persona que me recomendó y le pasó mi número. Después de esa llamada, nos vimos en Berlín en un sola ocasión creo, para hablar sobre el estilo visual de 'El pianista'.
El hecho de que ambos sean polacos debió ayudar al entendimiento...
.- Sí, pero no de la manera superficial que puedas pensar… Roman habla siete idiomas, ha vivido en todas partes, se siente como en casa allí a dónde va, salvo en Estados Unidos, quizá. Ante todo, es un ciudadano del mundo. Es cierto que tenemos las mismas raíces, hemos leído los mismos libros, nos acordamos de las mismas canciones, hemos respirado el mismo aire…. Nuestra conexión es más profunda, algo que viene de dentro.
Si pudiera quedarse con una sola imagen de la experiencia de 'La venus de las pieles' ¿cuál sería?...
.- No lo se. Para mí, una película es una entidad orgánica. Quizás sería la imagen de Roman dirigiendo a Emmanuelle con una precisión imponente. Hasta el gesto más mínimo.