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SINOPSIS
Vida de tres mujeres que verán sus vidas cambiadaa a raíz de una serie de ramos de flores. Todas las semanas, el mismo día y a la misma hora Ane recibe un ramo de flores. A la vez, un desconocido deja todas las semanas un ramo de flores en memoria de alguien importante para Lourdes y Tere...
INTÉRPRETES
JOSEAN BENGOETXEA, ITZIAR AIZPURU, NAGORE ARANBURU, ITZIAR ITUÑO, ANE GABARAIN, EGOITZ LASA, JOSÉ RAMÓN SOROIZ, JOX BERASATEGI
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE
PREMIOS Y FESTIVALES
- Festival de Palm Springs
- Festival de San Sebastián: Premio Signis
- Premio Feroz a la Mejor Actriz secundaria, Itziar Aizpuru
- 2 Nominaciones a los Goya: Mejor Película y Mejor Música, Pascal Gaigne
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INFORMACIÓN EXCLUSIVA
MEMORIA DEL PROYECTO...
Vivimos rodeados de flores. Flores en bodas y en funerales, flores en una mesa, flores en paredes, en un jardín o en una carretera. Da la impresión de que recurrimos a su imagen constantemente con el fin de expresar lo que muchas veces no sabemos decir mediante palabras. Pocas imágenes sirven para transmitir tantas y tan diversas cosas. Y es que según el contexto en el que se den, el significado de estas flores pueden cambiar radicalmente. Además, según quién las mire, o según quién sea su receptor, este significado también puede variar. A partir de esa ambigüedad y posibilidad de significados nace la semilla de "Loreak". Nos parecía interesante explorar cómo algo, en principio tan despojado de significado como un ramo de flores, puede llegar a convertirse en el más certero de los mensajes. Y cambiar, con ello, la realidad de su receptor. "Loreak" es una película plagada de flores. Flores en distintos contextos y, por tanto, flores que cuentan distintas historias, pero que al final convergen en un único discurso.
EL GERMEN Y EL TEMA...
A veces el germen de una historia se encuentra en una anécdota que te cuentan, en una situación que has vivido o en alguien que conoces. Pero otras veces las historias nacen de una simple imagen, y ese es el caso de "Loreak". Unas flores depositadas en la cuneta de una carretera fueron suficientes para poner en marcha todo el mecanismo creativo que ha confluido en la consecución de esta película. Pensábamos (y seguimos pensando) que pocas imágenes apelan a nuestros sentimientos de forma tan rotunda como lo hace un ramo de flores en una carretera.
En cuanto lo vemos, es inevitable sentirnos invadidos por la tristeza, al evocar el drama que se oculta detrás; esas vidas que han sido truncadas de manera brusca e inexorable. Las flores en una carretera se han convertido en una imagen icónica. Cuando uno las ve, sabe perfectamente lo que eso significa; sabe que alguien ha muerto de forma trágica, y también sabe que hay otro alguien que recuerda a aquél que se ha ido. Pero ¿a quien van dirigidas esas flores? ¿van dirigidas a quien pasa ante ellas? o ¿tal vez vayan dirigidas a la propia persona que las deposita?. Dicho de otro modo, ¿Qué es lo que motiva en la gente la necesidad de dejar flores con una periocidad y una entrega que en ocasiones puede rayar lo obsesivo?. Suponemos que habrá muchas motivaciones, pero en nuestra opinión, la que sobresale por encima de las demás es la necesidad de rebelarse contra el olvido. Se trata de demostrar (a los demás y a uno mismo) que no queremos olvidar al ser querido. Y es que, como suele decirse, "una persona sólo muere cuando se va de nuestros recuerdos".
Por eso, cuando las heridas van cicatrizando y el olvido se impone irremediablemente, hay quien no puede evitar sentirse culpable. Porque en ese acto de olvidar se esconde una especie de traición a la persona que nos ha dejado. Es como si, de algún modo, lo abandonáramos definitivamente. Es por eso que algunos se resisten a olvidar, utilizando para ello toda una serie de mecanismos, recurren a rituales y celebraciones para mantener viva la llama del recuerdo. Uno de esos rituales puede ser la ofrenda de flores. Por eso decimos que, de algún modo, esas flores representan el miedo a olvidar y, por extensión, el miedo a ser olvidados.
Pero toda cara tiene su cruz, y del mismo modo que existe en algunos la necesidad de luchar contra el olvido, existe en otros la necesidad opuesta; es decir, la necesidad de olvidar lo antes posible, de enterrar de golpe y porrazo cualquier recuerdo que se tenga del fallecido creyendo que, con ello, también se entierra el dolor.
Sin embargo, nosotros defendemos la tesis de que, de la misma manera que no podemos evitar el olvido, tampoco podemos forzarlo. Tanto en un caso como en el otro estamos luchando contra un fenómeno que sigue su propio cauce y ritmo.
Podemos generar mecanismos para luchar contra ello, pero al final la naturaleza se impondrá a nuestra voluntad.
De esto habla, entre otras cosas, "Loreak". Éste es su tema principal. Y para ello nos valemos de tres personajes principales: una mujer que quiere olvidar a su marido fallecido; una madre que lucha por recordar a su hijo; y una mujer que a pesar de llorar la muerte de alguien, no tiene apenas qué recordar ni qué olvidar, por lo que necesita crear unos recuerdos desde cero, para dar sentido a su vida.
UN DRAMA ENIGMÁTICO...
A la hora de plantearnos qué historia podíamos contar a partir de unas flores depositadas en una carretera, nuestro primer impulso fue, lógicamente, el de escorarnos hacia el drama. Sin embargo, al reparar con más detenimiento en sus posibilidades, enseguida advertimos que tras esta imagen había cabida también para tramas y giros dotados de un cierto misterio. Y es que, a pesar de ver continuamente flores en distintos rincones de nuestras calles y carreteras, casi nunca vemos a la persona que va a dejarlas; tal vez porque suelen ser lugares de paso en los que uno no acostumbra a detenerse o quizás porque quien las deposita procura no ser visto, con el fin de mantener la privacidad del acto. Sea por la razón que sea, el hecho es que, a los ojos de quien pasa por delante, es como si esas flores creciesen ahí de la nada, lo cual las convierte en una imagen muy enigmática y evocadora. Por otro lado, no podemos olvidar que además de las flores depositadas en la carretea, hay en "Loreak" muchas otras flores, como las que recibe el personaje de Ane. Éstas también son flores llenas de interrogantes, ¿Quién se las envía todas las semanas? ¿Con qué fin? Definitivamente, las flores en esta película están llenas de misterio. En las dos tramas principales de "Loreak" los ramos de flores suponen el verdadero desencadenante de la acción y la emoción, son una especie de Mcguffin que tal vez no escondan ningún significado específico por sí mismo, pero que provoca en nuestros protagonistas toda una serie de cuestiones, dudas y sentimientos, hasta el punto de llevarles a replantearse sus vidas. En resumen, nos interesan las flores como un detonante que hace que reflexionemos sobre nuestra realidad y nuestros sentimientos. Los símbolos y los sentimientos están por encima de los hechos consumados.
Teniendo en cuenta el tono y las citadas coordenadas genéricas nos hemos valido de un estilo minimalista, algo distante y contenido en el que los personajes se definen más por sus acciones que lo que expresan mediante sus diálogos. Y el seguimiento de estas acciones es lo que va estructurando gran parte del relato.
CONTEXTO...
Puede llamar la atención las localizaciones en las que se desarrolla "Loreak", por ejemplo: un lugar en obras, la cabina de mando de un grúa y el peaje de una autopista. la elección no es casual. En estos escenarios los personajes, que representan la calidez y la humanidad, son dibujados en un entorno frío y deshumanizado, transmitiendo exactamente lo mismo que un ramo de flores en un marco tan árido como el de una carretera. Pero además todos ellos son lugares de paso, en construcción, que ayudan a subrayar la desorientación de los personajes. Sus lugares de trabajo son espacios donde el aislamiento y el hermetismo de los personajes se muestran en toda su plasticidad. Especialmente en el caso de Beñat, cuya inaccesibilidad y hermetismo están representados en esa cabina de mando suspendida a 100 metros de altura en la que pasa horas y horas. Esta cabina es una extensión del propio personaje y entrar en ella, supone entrar en el interior del personaje. Pero Beñat no es el único personaje de carácter hermético; el resto de personajes también lo son hasta cierto punto. Y es por eso que el aislamiento de Lourdes es representado también a través de la soledad en su cabina de peaje, al que su compañero de trabajo, Jesús, apenas puede acceder. O a través de su imposibilidad de interactuar con los coches que pasan por su cabina de pago y de cuyo interior no puede ver más allá de lo que la ventanilla le quiere mostrar.
Notas escritas por los directores.