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ENTREVISTA A LA DIRECTORA...
¿Cómo ha elegido el título: “La profesora de historia”?...
.- Se impuso una vez terminado el film. Me place que la palabra se asocie a la juventud actual, multicomunitaria, multiconfesional. No se suele aplicar ese término sobre esos rostros y, sin embargo, me parece que la película se articula por la cuestión de la herencia. ¿Qué se hereda? Pero también, ¿qué se deja a nuestros «herederos»? ¿Qué se hace de su historia? ¿Es posible ignorarla, comprender la herencia de los otros? ¿Qué se conserva?
¿Cómo encontró a Ahmed Dramé, quien participa en el guión, actúa en el film, y que incluso está en el origen del proyecto?...
.- Me encanta la historia de este encuentro, pues tiene azar y obstinación. Ahmed estaba en el último curso del Liceo Léon Blum; fue al cine a ver mi primer largo, Ma première fois, estrenada en 2012. Más tarde, contactó conmigo por correo electrónico simplemente con la petición de que aceptara leer un esbozo de guión de 60 páginas que había escrito. En aquel guión había una historia en torno a un concurso de humanidades y el deseo de una profesora que aterriza en un liceo de hacer que sus alumnos mejoren mediante la propuesta de ese concurso. En nuestro primer encuentro, quise saber de dónde surgía aquella idea del concurso competitivo, y descubrí que la vida de Ahmed y la de todos sus alumnos de clase de segundo se habían visto transformadas tras participar y ganar el Concurso Nacional de la Resistencia y la Deportación. Ignoraba por completo tal concurso. Ahmed me contó esta aventura y pude sentir lo mucho que esta experiencia colectiva le había transformado.
Tuve el inmediato deseo de hacer una película de esta historia.
¿Tuvo necesidad de encontrarse con los auténticos personajes de la historia?...
.- No. Lo que era fundamental era la palabra de Ahmed y su mirada sobre algunos de los compañeros de esa clase. Sus recorridos, evolución, relación a través de Ahmed y Anne Anglès, su profesora. Y luego, me he basado grandemente en el documento que entregaron al final del concurso. Por Ahmed sabía de dónde habían partido. Y leí adónde habían llegado con ese trabajo. Me limité a construir sus inquisiciones, sus evoluciones.
Durante el rodaje, ¿se mantuvo muy ceñida al guión de partida?...
.- Sí, aunque hice improvisar mucho a los adolescentes. Rodamos con tres cámaras, por lo que nos encontramos con kilómetros de película, lo que devino un verdadero reto para el montaje de la película. Lo que descubrí en el rodaje, y sobre todo en el montaje, es que nunca hizo falta motivar a la clase. Es la esencia del film. En el momento en que hubo distanciamiento de ella, perdí el hilo, por ese motivo se ha eliminado la mayor parte de las escenas donde aparecen Madame Gueguen y los alumnos (a parte Malik y Mélanie) fuera del liceo. Ellas mismas se eliminaban. Había que centrarse en la evolución de los niños, en la inversión que representaban. Es más, cuanto más se avanza en la película, menos se oye a la profesora. Los niños se apropian de la Historia. Se adueñan de su historia.
¿Qué sabía usted acerca de las clases de segundo que explique que haya reconstruido la atmósfera del aula de modo tan logrado?...
.- Mi propio segundo está ya muy lejos. Así pues, he asistido a muchos cursos de francés, matemáticas, geografía e historia... Siempre de segundo, aunque en ciudades distintas.