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SINOPSIS
Alice se gana la vida trabajando en la sala de máquinas de un barco lo que no le impide mantener una relación con su novio, pero la cosa cambiará cuando se enrola en el mismo barco Fidelio, cuyo capitán fue el amor de su vida...
INTÉRPRETES
ARIANE LABED, MELVIL POUPAUD, ANDERS DANIELSEN LIE, PASCAL TAGNATI, JEAN-LOUIS COULLOC'H, NATHANAEL MAINI, BOGDAN ZANFIR, MANUEL RAMIREZ, IRENEO SAN ANDRES
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INFORMACIÓN EXCLUSIVA
¿Cuál fue el punto de partida para escribir esta película?...
.- El origen de la película es un amigo muy cercano que fue elegido para entrar en la escuela de la Marina Mercante cuando cursaba mis estudios de cine. Durante años soñé con la película que yo pudiera hacer de su destino tan romántico. Durante mucho tiempo pensé en un documental. Conocí a hombres y mujeres que navegan o navegaban, les escuché hablar sobre el arte del mundo, las dificultades o alegrías para conciliar la vida marina y la vida amorosa. Y me lancé a escribir ficción. Es a bordo de una cabina del carguero en el que había embarcado como pasajera a través del Atlántico que escribí el primer borrador. Yo era el único pasajero, la única mujer y la única francesa en un viaje de dos semanas con nueve días en alta mar. Los personajes volvieron a la vida ante mis ojos y algunas situaciones también... Después, tras dos años de trabajo con la escritora Clara Bourreau, todo se filtró, codificado, mezclado. Hoy no sabría decir lo que procede de mi amigo, mis reuniones, la literatura o la imaginación.
¿Cómo fue el rodaje en el barco?...
.- La mayor dificultad de diseño y producción que había que resolver era el de convertirlo en un carguero. Yo sabía desde el principio que no quería rodar en estudio: la decoración ''real'' de un buque de la Marina Mercante, incluyendo la sala de máquinas, ofrece una impresión muy fuerte. Y yo sabía que estos sentimientos serían un gran valor añadido para los actores, pero también un reto para el equipo. Las restricciones - espacios reducidos, iluminación prácticamente cero desde entrada la noche, paisajes sonoros indomables, viento en cubierta y el ruido de la maquinaria- eran fértiles para la puesta en escena. Después de una ardua búsqueda tuvimos la suerte de encontrar un buque como el que yo estaba buscando: un barco de edad (20-30 años) todavía en funcionamiento, con una decoración auténtica, con alma. Todas las escenas "barco" fueron filmadas a bordo, con travesías marítimas varios días para las secuencias que lo requerían. Vivimos una estrecha colaboración con los marineros, desde el electricista que se integró con nuestro equipo de filmación hasta el comandante. Ambos equipos estaban fascinados mutuamente entre sí y para los intérpretes fue un lujo el poder hacer preguntas directamente a los marinos para alimentar a sus personajes.
¿Cómo llegaste a formar el trío formado por Ariane Labed, Melvil Poupaud y Anders Danielsen Lie?...
.- Vi a Ariane Labed en “Attenberg” hace más de un año y pensé en ella como una posible Alice. Cuando llegó con un mono a la sala de máquinas de un barco para la prueba, yo tenía la cámara en la mano y lo vi claro: Quería filmarla, de manera similar a un pintor ante un retrato. Era mi deseo y allí estaba su misterio, su talento, su cuerpo desgarbado y su profunda mirada, con la voz y hombros de la marinera que tenía en mente, femenina y sensual, practicando sin forzar una profesión de hombres en un mundo de hombres.
Melvil Poupaud era como un sueño de espectadora adolescente. Gaël se convirtió en un primo lejano del Gaspard de “Cuento de verano”, dejando las playas bretonas para embarcarse hacia el mar abierto. El papel de comandante se adapta a él como un guante. La pareja que forman Ariane y Melvil es para mí la llegada de un aliento romántico dentro de la materia realista del guión.
Para el papel de Félix, el amante que se queda en tierra, necesitaba un actor que marcara el terreno desde el primer momento, porque después de haberlo vislumbrado el espectador no le ve en dos terceras partes de la película. Yo quería un carisma fuerte, pero diferente al de Melvil. Investigué durante un largo período de tiempo quién podría encarnar este papel, pero de repente supe que Anders Danielsen Lie, que me había deslumbrado en “Oslo, 31 de Agosto”, estaba interesado en el proyecto. Desde los ensayos con Ariane se convirtió en una certeza. Y actúa como un foco de encanto inmediato.
¿Es para usted el barco un personaje más?...
.- Cuando los marineros hablan de su nave, a menudo lo hacen como si se tratara de una persona. Fidelio es un personaje que me auscultó a lo largo de la película, que tiene un destino. El barco también me interesaba como un microcosmos que vio la globalización antes que llegara a todos los demás lugares de trabajo. El elenco de la tripulación respeta la variedad de nacionalidades y contradice la imagen habitual transmitida por los medios de comunicación, según la cual todos los marineros son vastos y degradados.
Desde el punto de vista amoroso, el barco es un espacio cerrado donde los sentimientos de Alice pasan del paraíso al infierno: durante la película todo parece perfecto e ideal a bordo, pero cuando embarca después de ver a Félix en Francia, todo se trunca... Un lugar único, el deseo, el amor, la muerte. La vida, pues.
Un espacio cerrado que ha decidido rodar en formato panorámico…
.- El scope resultaba el formato ideal para el mar y los horizontes monstruosos de la sala de máquinas, y curiosamente también para los estrechos decorados del barco, con sus pasillos y camarotes: el ancho de la pantalla aumenta la sensación de claustrofobia. El scope produce encuadres interesantes para las escenas de grupo en espacios reducidos donde no se podía cortar mucho, y también para escenas de pareja, evitando el habitual plano-contraplano, sobre todo en las discusiones. ¡De igual forma es el formato adecuado para la filmación de una mujer durmiendo o descansando!
La película se nutre de la vida marinera. ¿Qué le interesó del hecho de filmar su trabajo?...
.- Filmar el trabajo de un operario era no solo filmar una labor poco conocida por el público, casi opaca – aunque la asesoría de mi amigo marinero nos permitió mantener una actividad técnica creíble - sino también filmar su peligro potencial: la máquina como una gran bestia que domar. Rodar el trabajo nos ha permitido dar visibilidad a la solidaridad entre las personas, unidas contra las fuerzas opuestas del mar o la máquina. A pesar de las grandes diferencias entre las comunidades, sus lenguas y también un racismo más o menos consciente, la vida marinera es la única en la que no se sale del lugar de trabajo y a bordo coexisten lo colectivo y lo íntimo. Los franceses embarcan tres meses, cuatro meses los rumanos, y los filipinos pasan ¡hasta nueve meses sin ir a casa! Además, en el mar, el tiempo se paraliza: en el transcurso del viaje se desconecta de la inmediatez a la que estamos acostumbrados. La vida a bordo, marcada por las comidas comunales, celebraciones que continúan incluso durante las escalas, incluso por el aburrimiento o los oasis de reposo, también están allí para resaltar los momentos centrados en la intimidad de Alice.
El film trata sobre el deseo. ¿Cómo abordó las escenas de sexo?...
.- En contraste con la vida colectiva, "pública", quise filmar frontalmente cosas que no están hechas para ser mostradas: el sexo, la intimidad. En realidad, hay muy pocas escenas "explícitas" de sexo en el film y formaban parte del propio guión: lo que me interesa es filmar los cuerpos que hablan o que están en silencio, justo antes, justo después de. El deseo que llega, el amor que nace o renace. Para estas escenas, lo más destacado para mí era que se llevaran a cabo con un humor luminoso, de placer, de sencillez. A Ariane y a mí nos divirtió el hecho de ver a Alice "disfrutar" de varias maneras, dependiendo de las escenas. Siempre es importante para mí que haya alegría y vitalidad en el sexo. Nunca es algo mórbido o peligroso. Y cuando hay un conflicto con un hombre que pretende forzarla, ella se libra.
El diario del muerto que encuentra en su camarote acompaña a Alice durante toda su odisea personal ...
.- La llegada de Alice al Fidelio se produce entre una bruma fantasmal y es la voz de un muerto la que guiará sus puntos de vista. Esta trama paralela al diario llegó tarde a la escritura, como la pieza que faltaba para darle otra dimensión al guión, en forma de crónica. Nos hemos acostumbrado en películas más o menos recientes ambientadas en el mar a ver grandes sucesos: hundimientos, ataques piratas, tráfico de inmigrantes ilegales o desastres ecológicos. Pero todas estas importantes intrigas nos escamotean lo que para mí es el sujeto del tema, es decir, la mecánica de los sentimientos. Y Le Gall, un hombre con el corazón enfermo y atormentado por no experimentar el amor, se convirtió en la imagen especular de Alice.
¿Cuál es su opinión sobre el juego amoroso del personaje de Alice?...
.- La película parece coger el motivo eterno de la mujer dividida entre dos hombres. Algunos espectadores se reconocerán a sí mismos en su amor por Gaël, otros prefieren su historia con Félix. Para mí lo ideal sería que el público también se encuentre en la dificultad de hacer una elección. Pero no es tanto el problema de la elección entre los hombres lo que me interesa, más bien los hombres que se superponen y el amor infinito, no indivisible. Yo hago el retrato de Alice en este instante, porque en este momento de su vida tiene una actitud que puede parecer amoral, planeando compartir su vida con dos hombres. La utopía permite a Alice acceder a lo que realmente es. Se da cuenta de que la pureza de sus sentimientos hacia aquellos que ama no impide que ellos sufran por su culpa. Alice se revela como alguien profundamente altruista, que no busca su propio placer en todo y de todos, sino que busca la felicidad en el otro. Si el subtítulo de Odisea me acompañó como un talismán desde el comienzo de la escritura es porque, probablemente, es una variación contemporánea sobre la conyugalidad y, en términos más generales, las relaciones que se desarrollan entre los seres humanos. El último plano es el de una Alice en movimiento, con problemas, que no sabe dónde pero sí que va a surgir de su travesía más viva que nunca.