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NOTAS DE LOS DIRECTORES...
Desde la preparación de la película, en realidad ya desde el propio guion, tuvimos muy claro que una historia como ésta necesitaba unos protagonistas que tuvieran caracteres muy fuertes y complejos, para potenciar su antagonismo y crear más tensión entre ellos. Los dos protagonistas principales de "La mantaza", Fran y Klara, son personajes capaces de todo con tal de conseguir lo que necesitan. Pero las necesidades de ambos son muy distintas. Fran es capaz de cualquier cosa por conseguir dinero, y Klara puede llegar incluso a jugarse la vida con tal de conseguir justicia. Cuando sus intereses chocan, entre ellos se entabla un juego como el del gato y el ratón, pero lo más interesante de la cinta es que los papeles de ambos van cambiando a medida que transcurre la historia, y el que parece correr mayor peligro, de pronto se vuelve más fuerte y acosa al contrario, y a la inversa. Orbitando alrededor de ellos hay una colección de personajes muy definidos y con muchos matices: Igartua, el policía encargado de la investigación, que pretende mantener su autoridad incluso a costa de encalomar un crimen a un inocente; Ramón, el viejo policía, que malgastó su vida en busca de la verdad y ahora quiere quemar su último cartucho; o Iker, el joven agente que pasa de ser el chico de los cafés a ser un héroe a su pesar… Y todo ello en medio de una historia muy contemporánea, de empresas hundidas por la crisis y de empresarios dispuestos a convertirse en tiburones con tal de sacar sus negocios adelante y mantener su status social y económico. "La matanza" es un thriller denso y duro, con tensión continua y creciente, que te mantiene en suspense con giros inesperados. Pero es también muy bonito visualmente, porque juega con paisajes de Bizkaia muy hermosos. Así, alternamos secuencias rodadas en el mar, como las de San Juan de Gaztelugatxe -donde por primera vez se ha rodado una película de ficción-, o las escenas rodadas en Bakio…, con otras grabadas en el interior montañoso, con el telón de fondo de Gordexola o La Arboleda… La parte urbana se grabó en Bilbao, que es una ciudad muy potente en lo visual, y lo hicimos huyendo de la postal y jugando con localizaciones muy de cine negro.