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NOTAS DE LA DIRECTORA...
La muerte de mi padre hace 13 años supuso una llamada de atención para mí. Me di cuenta de que yo también tenía solo una vida, de que esta vida tendrá un final y de que debería sacar el máximo provecho de ella. Una puntualización: ¿cuántas veces nosotros somos nuestro peor enemigo, sobre todo en las relaciones y el amor?¿Cuántas veces repetimos compulsivamente los mismos patrones? ¿Cuántas veces reaccionamos de una manera que ni siquiera nosotros entendemos?¿Cuántas veces nos atormentamos con emociones y pensamientos conflictivos?¿Cuántas veces actuamos contrariamente a nuestro juicio y el de los demás?
Vivir en el presente me pareció un gran reto; una vida que no estuvo determinada por los daños del pasado ni los miedos del futuro. La psicoterapia analítica y la lectura de los libros de Yalom me ayudaron en el viaje hacia mi interior. Mi introducción en el mundo de Yalom fue Verdugo del amor. Historias de psicoterapia. En el prólogo, Yalom describe un ejercicio en grupo, en el que le pidea hombres y mujeres que no son ni mucho menos personas desesperadas ni necesitadas, sino gente triunfadora y sin problemas, que le hagan al otro una única pregunta: “¿Qué quieres?”.
Voy a citar el pasaje con más detalle porque contiene una gran parte de su proceso de pensamiento y su creencia terapéutica: “Los miembros del grupo llaman a quienes han perdido para siempre: parientes fallecidos o ausentes, esposas, hijos, amigos.” “Quiero verte otra vez”. “Quiero tu amor.” “Quiero saber que estás orgulloso de mí.” “Quiero que sepas que te quiero y lo mucho que siento no habértelo dicho nunca.” “Quiero que vuelvas; estoy tan solo.” “Quiero la infancia que nunca tuve.” “Quiero tener salud, ser joven de nuevo. Quiero que mi vida signifique algo.”
“Quiero lograr algo. Quiero importar, ser importante, ser recordado.” Querer tantas cosas. Anhelar tanto. Y tanto dolor, tan cerca de la superficie, a sólo unos minutos de profundidad. El dolor por el destino. El dolor por la existencia. Un dolor que siempre está ahí, zumbando continuamente justo debajo de la membrana de la vida. Un dolor que es muy fácilmente accesible.
Finalmente, Yalom afirma que determinar si una persona entra en terapia es cuestión de situación social, carácter personal y medios económicos.No obstante, el sufrimiento en la vida es universal. Todos nos planteamos reiteradamente la pregunta de quiénes somos, la pregunta de qué nos motiva y nos guía realmente, la pregunta de cuál es el sentido de todo.
Con 'La cura de Yalom', quería hacer una película que se desplegara poco a poco con un efecto catárticosobre los espectadores, de la misma manera que yo leí los libros de Irvin Yalom; una película que inspire al público para reflexionar sobre sí mismo y su existencia.