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INFORMACIÓN
Titulo original: The Magnificent 7
Año Producción: 2016
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 133 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 12 años
Género: Western, Acción
Director: Antoine Fuqua
Guión: John Lee Hancock, Richard Wenk, Nic Pizzolatto. Basados en el guion escrito por Akira Kurosawa, Shinobu Hashimoto, Hideo Oguni
Fotografía: Mauro Fiore
Música: James Horner
FECHAS DE ESTRENO
España: 23 Septiembre 2016
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Sony Pictures - Columbia films


SINOPSIS


Una ciudad se ve bajo el control de un despiadado industrial por lo que los habitantes cansados de su situación contratan a unos forajidos para que les ayuden a librarse de este. Ahora estos forajidos deberán prepararse para la cruenta lucha que les espera...


INTÉRPRETES

CHRIS PRATT, HALEY BENNETT, DENZEL WASHINGTON, VINCENT D'ONOFRIO, MATT BOMER, SEAN BRIDGERS, ETHAN HAWKE, PETER SARSGAARD, CAM GIGANDET, VINNIE JONES, WILLIAM LEE SCOTT, DYLAN KENIN

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  “Cuando MGM me pidió hacer un wéstern, me entusiasmó la posibilidad porque crecí con estas películas”, dice Antoine Fuqua, que vuelve a formar equipo con Denzel Washington en la historia de los siete forajidos, pistoleros, jugadores y cazadores de recompensas que unen fuerzas para salvar a una ciudad bajo el control de la corrupción en Los siete magníficos. “Me hice la pregunté, ‘¿Por qué hacer un wéstern ahora? ¿Por qué sería importante?’ Y la respuesta –el concepto de tiranía sucede en nuestro mundo hoy en día –por eso me pareció oportuna esta película. Hacía falta un grupo especial de personas uniéndose para luchar contra la tiranía”. Fuqua también tiene afinidad con el género ya que desde niño había visto películas del oeste junto a su abuela.
  “Uno de los temas de la trama es sobre ser desinteresado y sacrificado –estos hombres, todos fuera de la ley, hacen algo altruista para ayudar a una comunidad y no ganan nada con ello excepto el ayudar a otros”, comenta el productor Roger Birnbaum. “Salen adelante por sí solos y se arman de valor para luchar contra una fuerza exterior, enfrentando obstáculos imposibles… Siete hombres contra un ejército… Saben que algunos morirán… Y lo hacen por la sencilla razón de que es lo correcto”.
  “Una generación mayor quizá conozca este título, pero no la generación actual, y por eso es el momento indicado para volver a contar la historia”, cuenta Todd Black, que se unió a Birnbaum como productor. “El estilo cinematográfico intenso y visceral de Antoine aporta una aspecto moderno y muy actual a una historia clásica sobre un grupo de amigos tan unidos que es como si fueran hermanos de sangre. En el fondo, es una historia sencilla de hombres que hacen lo correcto –eso es algo que busco en todas mis películas”.
  La idea comenzó con Roger Birnbaum, que trabajó anteriormente como Copresidente y Codirector General de Metro Goldwyn Mayer y en 2010 pasó a dirigir el estudio junto a su anterior socio, Gary Barber. “En aquel momento no había mucho en desarrollo, así que tuvimos que empezar desde cero”, dice Birnbaum. “Estábamos mirando la maravillosa biblioteca de MGM y justo delante de mis ojos estaba Los siete magníficos, una película que me encantó de niño y después, cuando fui estudiante de cine y aprendí cómo evolucionó la película a partir de Los siete samuráis. Es una historia clásica y pensé que merecía la pena volver a contarla”. Después, cuando Birnbaum dejó el estudio para trabajar como productor, Los siete magníficos se convirtió en su primer proyecto. Columbia Pictures llegó a asociarse con Metro-Goldwyn-Mayer en el proyecto.
  Así, la nueva versión de Fuqua de Los siete magníficos sería una versión para nuestra época, y el cineasta abordó esa idea de varias formas –especialmente con los actores principales. “Necesitaba algo que no se hubiese visto aun, una perspectiva no vista en pantalla en este género del wéstern”, recuerda Fuqua. “Así que cuando propuse, ‘¿Y qué tal Denzel Washington?’ Hubo un silencio absoluto en la habitación y después un estallido. ‘Eso sería increíble. ¿Crees que lo haría?’”.
  Fuqua y Washington tienen una relación muy sólida. “Es evidente que Antoine y yo hemos logrado grandes éxitos”, dice Washington. “Ganamos nuestro Oscar® con Día de entrenamiento y obtuvimos un gran éxito en taquilla con The Equalizer. El protector. Es un maestro del cine –sabe lo que hace y me permite hacer lo que yo sé. Encajamos muy bien”.
  Black afirma que, a su parecer, a Washington le atrajo posiblemente el proyecto por una serie de razones. “Creo que Denzel quiso hacer la película porque nunca había hecho un wéstern. Es muy raro que haga películas corales, y creo que pensó que sería divertido participar en una. Para él fue una forma diferente de hacer una película de acción. Tiene muy buena relación con Antoine. Pero sobre todo, era algo diferente y él siempre busca cosas diferentes”.
  Naturalmente, a Washington también le atrajo la oportunidad de interpretar a Chisolm, el líder de los siete. “Existen personas que han venido al mundo para proteger a los inocentes”, dice el actor. “Para esta ciudad, él es el hombre indicado en el momento indicado”.
  Con Washington a la cabeza, los cineastas contactaron con Chris Pratt para interpretar al jugador Josh Faraday, la mano derecha de Chisolm y la primera persona que se une a él en los siete. Pratt no dejó pasar la oportunidad, hablando por muchos de sus compañeros de reparto cuando señala que la oportunidad de interpretar a indios y vaqueros en la vida real era irresistible. “Había dicho públicamente que quería hacer un wéstern, y cuando pude leer la historia y comprender la visión para la película, realmente me entusiasmó”, afirma Pratt. “Me emocionó enormemente la idea de hacer un wéstern fue por tener la oportunidad de entrenarme para montar a caballo y usar armas. Pasar tiempo con Bobby, nuestro vaquero, y todos los vaqueros de verdad fue todo un regalo. Jugar con verdaderas Colt Peacemakers y .45 Long Colts –dispararlas, darles vueltas– fue muy divertido. Éramos como unos críos”.
  De hecho, los actores se hicieron grandes amigos, nació una amistad de verdad y eso se plasma en la pantalla. “Se pasaban el rato gastándose bromas entre ellos”, dice Birnbaum. “No solo fueron muy comprometidos y los mejores actores que podíamos haber deseado para estos papeles, sino que también son personas magníficas que hicieron que cada día fuese mucho más divertido durante el rodaje”.
  Tras fichar a Washington y a Pratt, los cineastas comenzaron a pensar sobre los papeles que encajarían a su alrededor. “Denzel y yo nos sentamos a hablar del tema. Empezamos a leer todos los libros sobre el Lejano Oeste y lo diverso que era en aquella época. Había gente de todo el mundo –México, Irlanda, Rusia. Pensé, ‘Quiero ver ESE Oeste’”, dice Fuqua.
  Además de mostrar una realidad poco vista en el cine, también refleja nuestro mundo actual. En palabras de Fuqua: “Es genial contar con estos actores maravillosos que normalmente no verías en este género. Pensé que era verdaderamente único y contemporáneo. Me emocionó mucho que el ambiente fuese moderno y, a pesar de ello, se mantuviese fiel a la tradición”.
  Con ello en mente, los cineastas, junto a los guionistas Nic Pizzolatto y Richard Wenk, crearon nuevos personajes interpretados por un diverso grupo de jóvenes actores: Ethan Hawke como Goodnight Robicheaux; Vincent D’Onofrio como Jack Horne; la estrella surcoreana Byung-Hun Lee como Billy Rocks; el actor estadounidense de ascendencia mexicana Manuel García-Rulfo como Vásquez; y el actor nativo norteamericano Martin Sensmeier como Red Harvest.
  Todos estos personajes se unen a la lucha por motivos diferentes. Según Ethan Hawke: “Uno está ahí porque tiene un sueño, otro porque perdió su familia. El tercero porque oculta un secreto. Y otro porque simplemente no tenía nada mejor que hacer. Ninguno de ellos está ahí por razones éticas, sino que casualmente han decido hacer lo correcto y por eso coinciden, eso los hace sentirse bien y es lo que los impulsa”.
  De hecho, los temas de Los siete magníficos son tan sólidos que son trasladables a distintas culturas y generaciones –como evidencia el hecho de que la película original es en sí, como cabía esperar, un remake. “Kurosawa influyó en las películas estadounidenses más de lo que la gente cree, y Los siete samuráis influye nuestra película en todos los aspectos”, comenta Antoine Fuqua. “Es el ADN, la madre de estas películas. La vi e hizo que quisiera ser cineasta. Kurosawa rodó aquel filme con profundidad de campo, con primeros planos fuertes, grandes y extensas tomas y jugaba en las sombras con los samuráis, tanto si eran los buenos o los malos. Los personajes de Kurosawa son ronins, algo peligrosos, hombres violentos, pero también hombres que están al servicio de otros, que es lo que significa la palabra samurái. Por supuesto, todo aquello influyó en la película de Sturges, pero todavía más en esta”.
  “El filme de Sturges es una película maravillosa, hecha en un momento en el que Estados Unidos tenía una determinada visión de sí”, continúa Fuqua, describiendo la diferencia entre la película de 1960 y la nueva. “Hubo una época en la que el héroe del Lejano Oeste tenía una integridad férrea. Sin embargo, el héroe cambia con el paso del tiempo y eso determina cómo se traslada al mundo. Después, este se volvió un héroe más oscuro, más complejo, un poco más peligroso. El John Wayne de La diligencia se convirtió en el John Wayne de Centauros del desierto; después de Vietnam, hay películas como Grupo salvaje, donde son los tipos malos pero te enamoras de ellos de igual manera. El público pudo identificarse con un personaje que era más complejo, que no era tan íntegro”.
  “En la actualidad, siempre y cuando su moral permanezca intacta, puedes hacer un héroe más oscuro, más complejo”, afirma Fuqua. “Puedes hacer que reflejen el mundo actual. En aquel entonces, no habría sido posible ver a Denzel Washington protagonizando un wéstern, porque los estadounidenses no se veían a sí mismos de aquella manera –sin embargo, en la actualidad el wéstern tiene que reflejar al mundo en el que vivimos. Pase lo que pase, los buenos siguen siendo los buenos y los malos son los malos; cuando preparábamos esta película, volví a ver Los siete samuráis para asegurarme de que el ADN permanecía intacto, es decir, moralmente, no importa quién eres o qué haces, tienes que hacer lo correcto por las personas que necesitan ayuda”.
  Desde el punto de vista de Fuqua, la película fue rodada de forma clásica –evitando los efectos visuales cuando era posible y, en su lugar, trabajar con los mejores dobles de acción del mundo para las escenas más peligrosas, capturando la acción ante la cámara. Chris Pratt quedó impresionado: “He hecho muchas películas similares en escala y tamaño en sets de rodaje gigantes, pero la mayoría de ellas –Guardianes de la galaxia, Jurassic World– dependían enteramente de los efectos visuales”, afirma el actor. “En esta película, hicimos escenas de riesgo factibles. En cada una de las caídas de caballo que se ven se trata de un doble cayendo a gran velocidad y hay cientos de ellas”.

  Antes de comenzar el rodaje, los actores empezaron su entrenamiento: montando a caballo y a usando las armas.  “Entrenaron con caballos, pistolas, aprendieron a girar las pistolas y que hicieran piruetas,” dice Fuqua.  “Dispararon con armas de verdad, simplemente para experimentar la sensación de lo que realmente son capaces de hacer esas armas.  Llevaban las pistoleras puestas casi siempre para acostumbrarse a su peso.  Llevaron botas durante meses –¿sabes lo difícil que es para un chico de ciudad caminar todos los días en el campo con botas de vaquero?”
  Pero estas sesiones de entrenamiento no eran simple diversión; el director no perdió detalla, porque la acción específica de cada personaje –su forma de entrar en la batalla– se basaría en la personalidad de los actores, sus habilidades en la vida real, y las cosas que se les daban bien.  “Siempre buscas tramos de acción que encajan con la personalidad del personaje, para que la acción tenga su propio carácter basándose en la persona en cuestión”, dice Fuqua.  “Siempre es un descubrimiento, y el proceso de entrenamiento como vaqueros fue donde realmente empecé a diseñar mi acción –quería ver de qué eran capaces estos tíos”.
  Por ejemplo, la acción de Washington surgió de su talento como boxeador.  “Cuando se trata de un actor tan potente como Denzel, todo forma parte de su carácter; no puedes diseñar la acción y luego pensar que él va a encajar en ella,” dice Fuqua.  “Noté lo rápido que era Denzel a la hora de sacar la pistola –creo que es por el hecho de ser boxeador; usa esos pequeños músculos de reflejo.  Así que decidimos que llevaría una pistola en vez de dos –Chisolm es tan preciso que solo necesita una pistola.  Y la lleva en el costado, colgando por fuera, lo cual no es una manera tradicional de llevar la pistola en un tiroteo.  Es algo que él desarrolló como personaje”.
  Pero esta forma de trabajar no se limita a Washington:  cada uno de los siete cuenta con acción personalizada diseñada por el director, según explica Fuqua.  “Lo que destacaba de la acción del personaje de Chris es que era atrevido –no tenía miedo de que le disparasen, así que caminaba directamente hacia ti, disparando, a ver quién era el más valiente.  Él sabía que era mejor tirador, así que no tenía que ser rápido, sino preciso.  Eso también salió de los ensayos, mientras practicábamos, Chris era casi como un Navy SEAL, iba por ti, así que empecé a diseñar la acción en torno a esa cualidad.  Vincent estuvo increíble –era como un oso.  Confiaba plenamente en la fuerza de su personaje, su acción era muy agresiva; como una fiera que sale de él y es imparable, hagas lo que hagas, no se detendrá ante nada.  BH es como un bailador de ballet –fuerte, elegante, y regio– así que decidimos que le pegarían los cuchillos; él ya sabía manejarlos, y pensé que podría sacarle partido a esa habilidad.  Durante los ensayos Manuel solía sacar las pistolas y hacerlas girar, y se convirtió en su gesto; se le daba bien usar las dos pistolas a la vez y así se fue desarrollando.  A Martin se le daba bien el arco y flecha, porque los había usado antes”.
  A la hora de practicar el tiroteo, los siete trabajaron con Thell Reed, experto en duelos de pistolas desde niño, que estuvo de gira con el Wild West show de Gene Autry y luego puso su pericia a disposición de “La ley del revólver” y un sinfín de otras películas del Oeste.
  “Ese tío es cien por cien auténtico,” dice Chris Pratt.  “Tiene setenta y tantos, y a los 14 ya era un pistolero campeón mundial, salió en el programa de Ed Sullivan – y desde entonces ha trabajado en todos los wéstern del mundo.  Los Colt Peacemakers son de acción única, no son semiautomáticos –son difíciles de disparar, difíciles de recargar– pero son fiables y divertidos.  Se entiende por qué el revólver Colt realmente fue la pistola que conquistó el Oeste”.
Pero según comentaban los actores, sacar la pistola rápidamente es cuestión de simple velocidad.  Como dice Washington, “Lo que Thell Reed siempre decía era ‘La fluidez es rapidez.’  Mis manos son rápidas –he practicado el boxeo durante años.  Soy rápido.  Pero él siempre me decía, ‘Tranquilo, más despacio, con delicadeza – la fluidez es rapidez’”.
  Mientras que todos los actores se entrenaron con las armas y aprendieron a montar a caballo, Martin Sensmeier gozó de un entrenamiento especial para montar sin silla y practicar el tiro con arco y flecha.  “Estuve seis semanas en Luisiana antes de empezar el rodaje, sin contar las dos semanas de entrenamiento que hice en Los Ángeles previamente”, recuerda.  “Monté sin silla todos los días, aprendiendo de Scotty Augere, que es de los Blackfeet de Montana, y Danny Edmo, quien fue mi doble de acción –aprendí de ellos y de algunos de los mejores jinetes de la actualidad.  Montar a pelo es mucho más duro que montar con silla –tienes que usar las piernas mucho más.  Me caí un par de veces, pero después fui cogiéndole el truco, y ahora me encanta.  La verdad es que lo prefiero a montar con silla –me siento más unido al caballo y me resulta más natural”.
  “También entrenamos con arco y flecha, rifles y pistolas, porque Red Harvest hace de todo –tiro con arco, pistolas, hachas de guerra, navajas...  En realidad yo tiro con arco, así que me moló bastante poder usar uno en una película,” continúa Sensmeier.  “Iba al gimnasio dos veces al día, y estaba comiendo súper sano –ya era un aficionado del gimnasio, así que simplemente empecé a modificar mis rutinas de entrenamiento para ponerme en la mejor forma posible”.
  Manuel García-Rulfo dice que tanto entrenamiento le dio la oportunidad de volver a ser un niño.  “Yo me crié en un rancho en Méjico, así que ya sabía montar a caballo, pero formar parte de un wéstern –eso es lo máximo”, dice.  “Estar entre una lluvia de balas, explosiones, fuego, humo, disparando con dos pistolas a la vez –estaba emocionado, contentísimo.  ¿Ganarse la vida haciendo las cosas que hacías de niño?  Es increíble”.
Haley Bennett también siguió un entrenamiento con armas y clases de equitación para preparar su personaje.  “Creo que es una imagen potente, una mujer que coge el toro por los cuernos”, dice.  “Las mujeres pioneras eran duras –tenían que serlo, pues los hombres se marchaban durante largas temporadas y eran ellas las que tenían que garantizar su propia protección así como la de sus hogares”.
  Para las escenas de riesgo que eran demasiado difíciles o peligrosas para los actores principales, los realizadores contaron con un grupo de dobles de acción expertos en caídas de caballos y desde edificios.  “Jeff Dashnaw y su equipo estuvieron estupendos,” dice Fuqua.  “Teníamos a tipos que literalmente habían hecho películas con John Wayne y John Ford en su día, y ahí estaban, cayéndose de caballos y recibiendo balazos para formar parte de esta película.  Ya ni puedo contar cuantos de ellos fueron disparados y sufrieron caídas de sus caballos y los que saltaron por ventanas”.
  “Antoine no quería que fuera una película basada en efectos especiales o gráficas por ordenador, así que intentamos hacer la mayor parte de la acción en cámara, y eso complicó la cosa”, dice Todd Black.  “Contamos con los mejores especialistas de la industria, los de Clint Eastwood –literalmente el mejor coordinador de especialistas y la mejor gente que puedas conseguir.  Cuando estás haciendo acción con caballos y cayéndote de edificios, es muy peligroso, y teníamos que hacer que pareciera real”.
  La mayoría de los dobles de acción del equipo de Dashnaw se criaron a caballo y han logrado hacer de eso su trabajo, por ejemplo como vaqueros de rodeo profesionales.  Muchos de estos dobles mueren varias veces en la película.  Cuando  lanzan a un doble desde un tejado, la caída está amortiguada por casi ocho centímetros de gomaespuma que pintaron para que pareciese madera por encima y por debajo una almohadilla de 20 centímetros enterrada en la tierra.

  A una hora de Baton Rouge, Luisiana, el director de producción Derek Hill construyó el pueblo de Rose Creek.  Y no nos referimos a una calle principal y fachadas, no, edificó un pueblo entero con sus calles, edificios e interiores.
  Fuqua recurrió a Hill tras colaborar con el director en Objetivo: La Casa Blanca.  “En esa cinta Derek y yo nos fuimos a un prado que es donde construyó Washington DC y la Casa Blanca.  Para esta película encontramos el terreno donde recrearíamos un pueblo entero y donde transcurriría toda la acción”.
  “Cuando me mostró los dibujos le dije, ‘¿Vas a construir todo eso?’ y como me conoce, me dijo, ‘Tengo que hacer todo esto, construirlo todo y más porque seguro que me lo vas a llenar de metralla y balas’” continua Fuqua.  “Cuando la gente vea la película se quedarán asombrados por el pueblo que ha creado”.
  Al final, Hill se hizo cargo de la construcción de 25 edificios, una iglesia, y un establo cien por cien funcional.
 “Todo tenía que ser práctico y real” dice Sarsgaard.  “Podrías abrir un armario y encontrarte un vaso. Todo parecía habitado. Así rueda Antoine –tenía que hacerlo así porque igual hacíamos uso de la puerta o la habitación en cuestión”.
  La directora de vestuario Sharen Davis, nominada en dos ocasiones al Oscar® por Ray y Dreamgirls, le aportó la misma autenticidad al vestuario. “Quería combinar el típico ‘spaghetti wéstern’ con un look realista –no un documental, pero una visión real de la ropa del Oeste”, argumenta.  “Quería encontrar el equilibrio entre estos conceptos”.
  Pero la mayor influencia sobre los trajes de Davis fue el accesorio más importante de sus personajes: su arma, cinturón y funda. “La elección de su funda y su arma me aportaban mucha información sobre cómo es cada personaje” explica la diseñadora.  “El equipo de atrezo me mandó fotos de todas las armas y fundas de todos los personajes y eso me sirvió de fuente de inspiración”.
  A partir de ahí, Davis comenzó a diseñar a cada personaje.  “Denzel había documentado extensamente esta época y dio con una persona a la que quería emular”, recuerda.  “Adaptamos esa estética.  Denzel va de negro y aunque aquella persona no iba así, sí que llevaba un juego de texturas y capas que inspiraron el look”.
  “Decidimos que el personaje de Chris quedaría mejor cuanto menos complicado, pero sus prendas están elegidas a conciencia”, prosigue Davis.  “Es muy libre y despreocupado con su look, pero sigue siendo sexy.  Al principio le damos más color y poco a poco vamos bajando el tono y metiendo más textura. Chris aportó buenas ideas y se mostró entusiasta y pendiente en todo momento”.
  Fue muy fácil trabajar con el personaje de Hawke y además creativamente fue muy gratificante para Davis: “De hecho dibujé el look en papel y así se lo probó Ethan, tal cual lo dibujé”.  “El resultado es sorprendente, realmente siento que su personaje resalta entre los demás”.
  “También fue divertido trabajar el de Horne” prosigue Davis.  “Vincent y yo nos entrevistamos más de una hora. Se trata de un personaje que vive en la montaña, aislado, así que arriesgamos. Mucho cuero, mucha piel, fue ponérselo y era el personaje, sencillamente Horne”.
  En cuanto al personaje de Manuel García-Rulfo dice Davis: “Quería mostrar que Vásquez era sin lugar a dudas de alguna parte de México, pero que había viajado extensamente en los Estados Unidos. Su look fue algo más mezclado, un toque wéstern, un toque mexicano”.
  “El sombrero de Billy Rocks es alucinante, y lo confeccionamos nosotros. Además, lleva una pistolera que se las trae, por lo que no fue tarea fácil vestir su cintura. Por ejemplo, no podía llevar una chaqueta por lo mismo y tuvimos que adaptarnos. Elegimos un look ceñido, con mucha textura, poco color y mucho metal”, explica Davis.
  Para completar los siete “elegimos una estética sutil para Red Harvest”, dice la diseñadora.  “No resaltamos la ropa, sino el maquillaje. Un look tradicional, racional, y dejamos que hablaran sus joyas, desvelando su tribu”.
  El otro personaje cuyo vestuario resalta es el del villano Bartholomew Bogue. Su look, comenta Davis, sufrió una pequeña evolución. “Al principio potencié el look del nuevo rico pero luego decidimos que es más como Rockefeller, dinero viejo. Viste con pulcritud aunque su ropa es antigua, está remendada, un poco deshilachada pero en su momento fue muy cara y él la sigue manteniendo. Siempre va con corbata y pañuelo, un hombre de dinero”.
  No fue tarea fácil encontrar los accesorios –sombreros y botas. Cada actor se probó unos 15 o 20 antes de dar con el adecuado.

  Plantearse la música para la película fue un desafío, ya que hay pocos temas tan famosos como el de la película original.  “La música de la original llegó a ser tan conocida como la película”, afirma Antoine Fuqua.  “Es difícil competir con eso”.  Pero la película necesitaría sin lugar a dudas una banda sonora, y el resultado fue una colaboración agridulce pero hermosa.
  Tras formar equipo en Southpaw, Fuqua se hizo muy amigo del compositor James Horner, ganador de un Oscar®.  De hecho, fue Horner quien convenció a Fuqua de que priorizara la dirección de Los Siete Magníficos.
  Tristemente Horner falleció el verano pasado en un accidente de avión.  Fue posteriormente cuando Fuqua descubrió que el compositor le había dejado un regalo.  “Durante el rodaje recibí una llamada –‘James te ha dejado un regalo’.   No sabía lo que era, pensé que quizá me había comprado algo relacionado con Southpaw”, recuerda Fuqua.  Simon Franglen, uno de los colaboradores de Horner, se acercó al set con el regalo.  “Simon me dijo, ‘James te compuso siete canciones para Los Siete Magníficos.’  Las creó en base al guion – ¿a quién se le ocurriría algo semejante?  ¿Y si la cinta nunca llegara a ver la luz? Él se había molestado en componer canciones, sin pulir, material de orquesta.  Y no solo eso, sino que era glorioso.  Me dejó sin palabras”.
  Franglen terminaría la partitura, basando su trabajo en las canciones que Horner había empezado.  “James y yo éramos amigos íntimos, y hablé con él el día antes de su muerte”, dice Franglen.  “Este proyecto era muy especial para él –tenía muchas ganas de hacerlo. Tras su muerte, pensamos que sería parte de su legado que nosotros continuáramos su visión para la banda sonora.  Para él era importante hacer esta película, y espero que la gente lo considere un tributo a la increíble obra de James”.
  Al sumarse al proyecto Franglen era consciente de que seguía los pasos de dos maestros de la música del cine:  Horner, por supuesto, y también Elmer Bernstein, cuyo tema para Los Siete Magníficos original es una de las piezas musicales más famosas del cine de todos los tiempos. Franglen puso el foco en crear algo completamente nuevo:  “Elmer Bernstein fue uno de los grandes, y el tema de 'Los Siete Magníficos' es uno de los grandes temas del cine”, dice Franglen.  “Así que intentar versionar eso, intentar usarlo y cambiarlo de alguna forma, sería un sacrilegio.  Sin embargo intentamos llevar el resto de la banda sonora hacía adelante y mantener un aire de la partitura de Elmer –mantener algo del legado de Los Siete Magníficos original pero dentro de un marco nuevo”.
  Franglen se acercó a la música con una postura reverente hacía el género, pero consciente también de que la banda sonora requería una voz propia, un sabor contemporáneo que sonaría distinto y diferente a todo lo que se había escuchado antes, como explica el compositor:  “Antoine ha creado una cinta que tiene toda la tradición de una gran película de vaqueros, pero está actualizada y se siente contemporánea; tiene garbo y una intensidad que no se encuentra en las de antaño.  La partitura rinde homenaje a la tradición de la música de los pistoleros en el cine que nos dio una dirección en la que seguir– pero con las texturas e intensidad rítmica de la actualidad, una versión del siglo XXI de una banda sonora wéstern.  Tenía que ser grande y osada.  Recurrimos mucho a los instrumentos de viento-metal, lo cual es parte de la tradición vaquera que comenzó con Aaron Copeland en los años 1920 y que se ha extendido por la música cowboy hasta nuestro día.  Tocamos las palmas, echamos mano de instrumentos con arco exóticos, viejos banyos y guitarras agresivas que crean un sonido inesperado. En su más pura esencia se trata de una película de acción de asesinos a sueldo, así que tuvimos que darle un toque muscular y arrogante para las escenas de acción, y según evolucionan los siete también la música cambia, dando paso a ese sonido clásico de la orquesta, algo que solo puede lograr una orquesta de 80 músicos de máximo nivel mundial”.
  'Los Siete Magníficos' significó un gran paso hacia adelante para Franglen – compartiendo el crédito con Horner, esta película supone su primer crédito como compositor de un largometraje dramático.  “Trabajar en esta película fue una gozada –cada mañana iba al estudio con una sonrisa”, dice Franglen.  “Al fin y al cabo la música cowboy está en nuestro ADN –es la niñez de todos nosotros. Terminar un proyecto que comenzó James y que era tan importante para él, tener la oportunidad de componer la banda sonora del glorioso wéstern de Antoine, crear algo que espero refleje la película y su mezcla única de lo nuevo y lo viejo… lo he hecho con todo el amor del mundo”.
  Una vez terminada la partitura de Franglen, Fuqua y Franglen organizaron una sorpresa especial para el final de la película.  “Lo que James empezó y Simon completó es una partitura que hicieron suya; su amplitud y textura le da una sensación contemporánea, a la vez que se mantiene fiel al género”, concluye Fuqua.  “Luego, para el final de la película, cogimos el tema original de Elmer Bernstein y contratamos a una orquesta de 87 instrumentos.  Me recuerda a cuando tenía 12 años, cuando vi esa película por primera vez, y pensé, ‘Yo quiero ser uno de ellos’”.

LOS PERSONAJES...
Los Siete: 
  El ganador de dos premios Oscar®, Denzel Washington, asume el papel principal de Los Siete Magníficos interpretando a Chisolm, uno de los pocos miembros de los siete que opera bajo algo que se asemeja al tácito visto bueno de la ley.  “Él te diría que es un suboficial debidamente jurado de Wichita, Kansas, y un agente de policía con jurisdicción en Arkansas, el Territorio Indio, Nebraska, y siete estados más,” dice Washington.  “Es un hombre negro en la frontera, en una posición de autoridad, tiene que hacer saber a la gente que posee la autoridad del gobierno para hacer su trabajo.  Es un tipo solitario; no le tiene miedo a nada.  Es un experto con su arma, pero no es arrogante; es un hombre honorable y valiente que se siente solo y que no está especialmente acostumbrado a tratar con la gente”.
  “Documentamos extensamente a tipos como este –hombres negros libres que realmente eran del Oeste y se ganaban la vida de este modo– partimos de ahí y lo desarrollamos”, explica Fuqua.  “Cuando presentamos a Chisolm, se dedica simplemente a perseguir a los malos y traérselos al juez, eso o matarlos –cualquiera de las dos opciones vale.  Se encuentra en la más fría oscuridad –está centrado al cien por cien en el trabajo– hasta que el personaje de Haley Bennett le cuenta que hay un hombre en el pueblo que está matando a hombres, mujeres, y niños, y su reacción a eso es lo que le hace detenerse”.
  “En este pueblo, este hombre malvado ha partido huesos, literalmente, y ha apagado el espíritu de la gente”, explica Washington.  “Creo que eso les afecta a los siete de una forma diferente, pero todos se empeñan en hacer algo al respecto.  Chisolm llega para hacer un trabajo –el pueblo está siendo tomado– y resulta que además está buscando la venganza por algo sucedido a su familia.  Como él no pudo hacer justicia en su momento, por su propia familia, le impulsa el deseo de deshacer agravios, de llevar a personas malvadas a la cárcel, de hacerlas pagar por sus crímenes”. 
  Aunque las interpretaciones de Takashi Shimura y Yul Brynner han pasado a convertirse en leyenda mediante versiones anteriores de esta historia, a Washington no le preocupaba, y ni siquiera se dejó influenciar por ellas.  “Nunca he visto Los Siete Magníficos, y no me planteo un personaje basándome en películas existentes”, dice el actor.  “No sé hacer de 'mítico' –no sé lo que significa eso.  Simplemente me centro en el guion y lo que dice de este hombre en estas circunstancias”.
  Chris Pratt se une al reparto como Faraday, un jugador con labia al que no le tiembla el pulso con la pistola.  “Faraday es un tanto pícaro, un zorro”, dice la estrella de Guardianes de la Galaxia y Jurassic World.  “Es un tipo desenfadado, un jugador, bebedor, fumador de puros, un mujeriego –pero es letal.  Mantiene la calm, incluso en las situaciones más peligrosas.  Es tranquilo –se mueve con lentitud, con lentitud, delicadeza y rapidez cuando se precisa.  Es eficiente a la hora de matar porque no pierde la cabeza”.
  “La relación entre Chisolm y Faraday, al igual que la que une a los demás personajes, es lo que realmente lleva la película”, continúa Pratt.  “Son hombres que a lo largo de sus vidas han tenido que enfrentar el hecho de ser asesinos, cada uno a su manera.  Faraday ha matado a muchos hombres, pero nunca se ha sentido mal por ello.  Él asumía que era malo.  Y esa es en parte la razón por la cual quiere ayudar a la gente de este pueblo –si logra ayudarles, quizá no sea cierto, puede que haya algo de bueno en él, quizá no sea tan malo después de todo.  Es algo que nunca ha experimentado, un sentimiento positivo por ayudar a la gente, sentirse parte de algo que va más allá de sus propios intereses y estar dispuesto a luchar por ello”.
  “Chris Pratt es el hombre más amable que puedas conocer.  Como aparenta ser es como es en realidad”, dice Fuqua. “Es el típico americano, gracioso, encantador en todo momento, siempre positivo, siempre dispuesto a ayudar a los demás”.
  En la cinta original, Steve McQueen y Yul Brynner se retroalimentaban –y aunque Faraday es un papel distinto, Fuqua buscaba una dinámica similar.  “Tiene la carisma y el encanto de un Steve McQueen –nos preguntamos ¿quién mola? ¿Quién tiene ese encanto?  ¿Quién es una estrella de cine?  Y este tío lo tiene todo”.
  Para el papel del pistolero Goodnight Robicheaux, los cineastas eligieron a Ethan Hawke, quien coprotagonizó junto a Washington una interpretación que le valió un Oscar en Día de entrenamiento, también bajo las órdenes de Fuqua.  Esa historia en común rindió sus frutos.  “Estábamos en una proyección IMAX de The Equalizer: El protector y me arrinconó, me agarró de la chaqueta –había leído en alguna parte que yo iba a dirigir Los Siete Magníficos, y me dijo, 'Si tú haces esta película, yo lo hago contigo.  Me da igual el papel que sea, cuenta conmigo.'  Ethan quiso sumarse incluso antes de que hablara con Denzel”.
   “Mi personaje, Goodnight, es una especie de alma perdida,” dice Hawke.  “Es un tipo que probablemente no volvió a casa después de la Guerra Civil, simplemente deambuló hacia el Oeste.  No lo llamarían TEPT, pero existe un trastorno real cuando tratas a la vida como si no valiera nada –es una indiferencia absoluta hacia la vida y la muerte.  Me gusta pensar en Goodnight como una persona a la que le persiguen esos fantasmas.  Anda perdido, y esta causa le proporciona un lugar donde estar”.
  “Ethan realmente se labró un personaje que no estaba necesariamente en el guion,” dice Black.  “Cuanto más se reunía con nosotros y los escritores, más quería inventar un problema actual, como el TEPT, y hacernos ver que el trastorno existía en aquel entonces, simplemente no se había diagnosticado.  Toda esa idea se le ocurrió a él”.
  En cuanto al motivo que llevó a su personaje a unirse a los siete, Hawke dice, “Goodnight le tiene muchísimo respeto a Chisolm –le recuerda la mejor parte de sí mismo.  Tiene un sentido del deber, de honrar esa amistad, como si quizás  hubiera ocurrido algo en el pasado que le hace deberle algo a esa persona”. 
  El veterano actor Vincent D´Onofrio hace de Jack Horne, un montañés que ha sobrevivido en solitario en la madre naturaleza y que demuestra ser tan duro como el que más –utilizando cualquier tipo de arma que le viene a la mano en la lucha para salvar al pueblo.  “Hubo mucho trabajo físico,” explica D´Onofrio.  “Hachas de guerra, cuchillos, un rifle largo –esto no era tan sencillo como hale, a sacar las pistolas y a disparar.  Tenía que correr de allá para acá partiendo cuellos, dando hachazos…”.
  Durante su larga y variada carrera DʼOnofrio se ha ganado la reputación de ser un actor de actores, un profesional consumado de quien se puede esperar no solo una actuación excelente, sino que además contribuye a que la producción vaya sobre ruedas.  En el caso de Los Siete Magníficos, eso significaba hacer de líder de facto en el set, y convertirse en algo así como un mentor para los actores más jóvenes.  “Es un actor potente y una persona fuerte”, dice Fuqua.  “Tenerles a él y a Denzel juntos creaba una dinámica fantástica, porque ambos son grandes y tienen mucha personalidad.  A Denzel le suele gustar llevar a la gente tranquilamente y dirigirlas con mano izquierda, algo que creo que aprendió de Mandela.  Vincent se hacía cargo –hacía de padre para los demás tíos.  Cuando no estábamos rodando, se quedaban todos juntos, pasando el rato en pandilla, y ahí estaba Vincent, rodeado de los actores más jóvenes”.
  “Desprende fuerza y confianza además del hecho de que es muy, muy buen actor,” elabora Birnbaum.  “Los chicos más jóvenes lo tenían como referencia, se fijaban en él porque él les ofrecía su ayuda, con su actitud decía – 'estoy aquí para ayudar'”.
  La estrella coreana Byung-Hun Lee hace de Billy Rocks, amigo y confidente de Goodnight.  Fuqua dice que conocía el trabajo de Lee años antes de que la serendipia los llevara a conocerse personalmente.  “Yo era fan de BH cuando hizo una película llamada A Bittersweet Life.  La vi hace años, y la verdad es que quería hacer un remake.  Pero habían pasado años, así que cuando entró en mi oficina antes de que le diéramos el papel, no me di cuenta de que era el mismo tío – y cuando dijo que había estado en esa película, me emocioné mucho – 'Hostia, que soy muy fan tuyo'”.
  “Nuestra directora de casting, Mary Vernieu, nos habló sobre BH, y cuando hizo el casting nos dejó pasmados,” dice Black.  “Por su presencia, por la hermosura de su rostro, y obviamente su talento con los cuchillos –su prueba fue simplemente estupenda”.
  El actor de origen mejicano Manuel García-Rulfo se une a los siete como Vásquez, un forajido que se ha dado a la fuga para evitar caer en manos de cazarrecompensas como Chisolm.  “Vásquez ha estado a la fuga durante varios meses por un crimen que ha cometido”, explica García-Rulfo.  “Toda su vida ha sido un bandido y un ladrón –un criminal– pero esta vez ha cometido un crimen grave, matando a una persona importante. Lleva ya unos meses eludiendo la justicia, pero Chisolm, el cazarrecompensas, lo sabe todo sobre él, y ficha a Emma para que lo ayude a reclutarle”.
  García-Rulfo dice que los hechos violentos que comete su personaje los hace con un brillo en los ojos.  “A Vásquez le encantan los tiroteos.  Y tiene buena puntería”, dice.  “Se está riendo claramente mientras lucha –le apasiona”.
  Ese entusiasmo es natural para el actor, según Birnbaum.  “Manuel es uno de los tíos más simpáticos que jamás conocerás en la vida”, dice.  “Estaba tan emocionado al formar parte de esta película, y lo mostraba cada día.  Se le ve en la mirada– le centellean los ojos cuando aparece en pantalla, y lo hacen en la vida real.  Aportó mucho color a los siete”.
  Los siete son completados por Red Harvest, un indio comanche que se une al grupo.  El papel lo interpreta Martin Sensmeier, un actor de ascendencia india Koyukon-atabascano y Tlingit.  “Antoine fue muy respetuoso con la cultura y quería hacerlo bien,” dice Sensmeier.  “Como indígena que es, y eso es muy importante.  Hizo todo lo posible para asegurarse de que los indígenas americanos fuesen representados con respeto.  Hizo los deberes y tenía una visión clara de lo que quería”.
  Es una sensibilidad que no siempre fue evidente en películas de Hollywood de antaño, por decir lo menos.  “En todas las películas antiguas, aparecen italianos haciendo de indios, y su manera de actuar me parecía tan ridícula que nunca me identifiqué con esos personajes.  '¿Por qué hacen eso?  ¿Por qué chillan así?  ¿Por qué llevan eso puesto?'  Cuando de críos salíamos a jugar a vaqueros e indios, yo siempre hacía de vaquero.  Y según te vas haciendo mayor, empiezas a percatarte de la realidad de cómo Hollywood ha retratado a los indígenas americanos.  Pero me siguen encantando los wéstern, así que es un enorme honor para mí tener la oportunidad de trabajar en este.  Interpreto a un comanche, y nuestro consultor cultural comanche nos dijo que el director y los productores habían sido increíblemente respetuosos hacia la cultura”.
  Asimismo, Sensmeier encontró vínculos con su personaje específico de Red Harvest.  “Es comanche, pero no está con su tribu.  Cuando estaba rodando la película, yo tampoco estaba con mi tribu –mi tribu está en Alaska”.
  “No fue fácil hacer el casting de Red Harvest”, dice Black.  “Obviamente era esencial dar el papel a un actor indígena, pero necesitábamos a alguien que tuviese el aspecto adecuado y que pudiera expresarse sin mucho diálogo.  Muchos de los actores que vimos no tenían esa cualidad.  Martin tenía un temple tranquilo que a la vez era muy expresivo”.
  “Ese tío es la personificación del Zen y de la paz”, dice Birnbaum.  “En la realidad, es un tipo tremendamente disciplinado.  Todo lo que hacía fuera del set lo incorporaba frente a la cámara”.

Emma Cullen:
  En la cinta, cuando los secuaces de Bogue asesinan a Matthew Cullen (Matt Bomer), su viuda Emma toma el control de la situación, encontrando a Chisolm y convenciéndolo de que defienda a la población. Para el papel de Emma Cullen, los realizadores eligieron a Haley Bennett, quien había trabajado previamente con Fuqua, Black, y Washington en The Equalizer: El protector.  
  “Emma ha sufrido la pérdida de su marido y toma las riendas para asegurarse de que detiene a este hombre –Bartholomew Bogue– de victimizar al pueblo”, dice Bennett.  “Emma desafía todos los estereotipos –no es ni un objeto, ni sumisa ni víctima. La cinta transcurre en un momento en el que las mujeres no tenían los mismos derechos que los hombres, y me inspira representar su complejidad, es una persona con voz propia capaz de evocar el cambio. Ella cambia la historia”.
  “Haley encarna un personaje real de la época” explica Birnbaum.  “Un matrimonio que salía al Oeste a comenzar una vida nueva tenía que estar compuesto por dos personas fuertes. No que lo fueran todos los hombres o mujeres, pero si no lo eras te quedabas en el camino. Tanto Emma como Matthew luchan por empezar una nueva vida en este pueblo rescatado del desierto. Cuando matan a Matthew ella saca fuerzas de debilidad para seguir adelante”.

Bartholomew Bogue:
  Para el papel del villano Bartholomew Bogue, los realizadores eligieron a Peter Sarsgaard.  “Es el instigador, la persona que ha implantado normas duras para hacer del pueblo un lugar inhabitable,” explica el actor.  “Su sentido de la justicia –rápida y sin reflexión- ha sembrado el terror entre la población. Uno de los atractivos de dar vida a Bogue es su sentido de grandeza personal, de que es alguien importante en la vida. No siente remordimientos por su descarado narcisismo y eso me resulta interesante”.
  Cuando le preguntan cómo es trabajar con Fuqua, Sarsgaard dice que todo queda en familia: su cuñado es Jake Gyllenhaal, que estuvo a las órdenes de Fuqua en Southpaw.  “Antoine te da todo el espacio que pudieras desear como actor –y luego decide in situ cómo va a rodar e incorporarlo en la trama” dice Sarsgaard.  “De hecho me lo dijeron antes de empezar la producción porque mi cuñado había trabajado con Antoine.  El hecho de saber que esa es su forma de trabajar, aunque te ciñas estrictamente al guion y leas los diálogos, hace que lo sientas como tuyo.

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