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NOTAS DEL DIRECTOR...
“En el año 1995, después de cerrar el ciclo de “Días Contados”, comencé a trabajar en un nuevo proyecto, titulado provisionalmente “La Casa del Padre”, que llegué a localizar incluso en la Costa Brava. Pero la película se quedó, como muchas otras, en el cajón de los proyectos porque no se daban ni las condiciones ni las circunstancias para abordar en aquel momento un tema de esta naturaleza: las heridas íntimas y profundas provocadas por la violencia que vuelven a reabrirse a medio y largo plazo. Me faltaba perspectiva.
Veinte años después he rescatado el tema, porque creo que ahora comienzan a darse las condiciones mínimas para poder asomarse a ese precipicio e intentar reflexionar sobre el odio, la venganza, el arrepentimiento o la locura que generaron estos años de violencia. Y probablemente tendrán que pasar todavía algunos más para poder hablar también del perdón y el olvido.
Si antes la acción se iba a desarrollar en la Costa Brava, ahora la he localizado en el Cabo de Gata donde ya rodé “Bwana”, también en los 90. Ese paisaje, tan hermoso y tan terrible en su aspereza, envuelve perfectamente este encuentro estéril y brutal entre nuestros dos protagonistas, Marina y Santi”.