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NOTAS DEL DIRECTOR...
Todo empezó con un recuerdo de mi infancia. Es de noche y las calles de mi pueblo están llenas de gente.
Se escuchan gritos y llantos, la tensión crece, la gente corre. Lo que está sucediendo es que hay un simulacro de procesión, se lleva una estatua esculpida en madera, que se convierte en algo real para todos ellos. Es ese pensamiento profundo de que una misma experiencia, un pensamiento, una emoción, lleguen a generar una diferente, irracional y aparentemente imposible verdad. En el fondo, esto es lo que les pasa a los personajes en mi película. Protegidas, pero solas en el mundo, Anna y Jeanne empiezan a esperar la vuelta de Giuseppe. Y mientras tanto, imaginan diferentes realidades que existen específicamente porque ellas las comparten. Así se crea una silenciosa intimidad entre ellas. Casi inconscientemente se aferran la una a la otra, se acercan esforzándose por protegerse y a la vez, abrazando una frágil verdad. La verdad está ahí, demasiado cercana para ser visible. Demasiado terrible para ser considerada. Así que se abandonan por completo, crean un paréntesis, un momento en el tiempo en el que aún hay una posibilidad. Tienen fe en esa posibilidad, como si compartir un pensamiento pudiera hacerlo realidad.
ENTREVISTA AL DIRECTOR...
¿Por qué elegiste basar tu historia en Sicilia? ¿Es porque es tu hogar y te sientes conectado a él?...
.- Cuando empezamos a escribir la película, la idea ya era que pasase en Sicilia. Y más particularmente en las montañas, donde la atmósfera es exactamente como la película tenía que ser: con neblina y misteriosa. Estos elementos son muy fuertes en los recuerdos de infancia de mi hogar.
¿Es porque Sicilia es más tradicional y religiosa que otras partes del país?...
.- Sí que es tradicional, pero la religión está mucho menos presente que hace años. Realmente es la representación de la muerte lo que funciona mejor en este caso. Hay un libro muy importante que me inspiró, Light and Grief de Bufalino, que explica que en sitios como Sicilia, donde el sol es un elemento dominante, la muerte es normalmente demasiado dura para ser aceptada y convivir con ella.
Hay unos cuantos símbolos en la película que representan la conexión de Anna con su hijo. ¿Es algo que ideaste desde el principio o sucedió de ese modo?...
.- El teléfono de su hijo que ella encuentra en la habitación estaba ahí desde el principio, cuando pensamos que sería también la resolución. Aunque en el primer borrador nadie aparecía con un teléfono en la película, pensamos que era esencial y reescribimos el guion para incluirlo.
La colchoneta hinchable que Juliette sujeta en una de las escenas y llora mientras inhala aire de ella, es otra historia. Lo usaba para dormir un poco en los descansos de rodaje. Un día uno de los
asistentes lo estaba desinflando y tuve la idea de usarlo en una escena. Lo probamos y funcionaba perfectamente, fue una escena que añadimos al final.
Has trabajado en dos películas de Paolo Sorrentino. ¿Sientes que has asumido elementos relacionados con su trabajo o aproximación estética? Tu película es muy geométrica y colorida, recuerda a las imágenes de Sorrentino…
.- Es interesante que hayas notado la geometría, que realmente me ha venido de forma muy natural y es más una inclinación personal a mis primeros pasos. Se extiende también a mis elecciones de banda sonora.
El trabajo de Paolo es por supuesto muy diferente al mío, pero con la gran similitud de que los dos tratamos de narrar en imágenes. La cosa más importante que aprendí trabajando con él es que está en contra de las tonterías y el camino fácil, y creo que ahí está la diferencia entre algo simple y algo fácil: sus significados son parecidos, pero es completamente diferente en el set de rodaje.