|
SINOPSIS
El brillante neuropatólogo forense Dr. Bennet Omalu descubre el trauma cerebral relacionado con el fútbol en un jugador profesional. La búsqueda emocional del doctor lo enfrenta a las instituciones más poderosas del mundo...
INTÉRPRETES
WILL SMITH, GUGU MBATHA-RAW, STEPHEN MOYER, ALEC BALDWIN, EDDIE MARSAN, HILL HARPER, ADEWALE AKINNUOYE-AGBAJE, LUKE WILSON, DAVID MORSE, ALBERT BROOKS, ARLISS HOWARD
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
AUDIOS
PREMIERE
GALERÍA DE FOTOS
https://cineymax.es/estrenos/fichas/111-l/98232-la-verdad-duele-2015#sigProId6cf292f22b
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
“Me identifico con las personas que denuncian las injusticias, los que cuentan la verdad, los que se enfrentan al sistema, las historias de David contra Goliat”, afirma Peter Landesman, que escribe y dirige el nuevo filme 'La verdad duele', la historia del Dr. Bennet Omalu, un doctor que realiza un importante descubrimiento médico. “La idea de que este hombre sea el único capaz de decir la verdad, nuestra verdad, sobre nosotros, sobre algo que nos apasiona, es poética e increíble. Lo único que quiere es ser estadounidense, decir la verdad y ser bueno”.
“Peter posee unas habilidades muy particulares”, comenta Will Smith, que encarna al Dr. Omalu. “Peter es periodista de investigación. Está acostumbrado a ahondar en los pormenores de unas circunstancias y de una persona, está acostumbrado a profundizar ampliamente en las cosas de un modo que en general no se haría en una película. Pero también es un pintor, así que toma todo eso y lo traduce en imágenes, lo que es un don verdaderamente excepcional”.
“La película gira en torno a un hombre al que le presentan una verdad sobre un juego al que no le unía nada, pero que le obliga a dar una información muy dolorosa a un grupo de personas por las que siente un profundo deseo de ser aceptado”, prosigue Smith. Mientras el Dr. Omalu, un inmigrante procedente de Nigeria, ansiaba convertirse en ciudadano americano, su descubrimiento haría que lo difamaran.
“Para mí, en este proceso, no pienso en el fútbol americano, me centro en Bennet y en el dolor y el triunfo de la historia de un inmigrante que vino a Estados Unidos, sufrió lo que tuvo que sufrir pero, en última instancia, se vio vindicado”, agrega Smith. “Veo esta película como el cierre de un capítulo para Bennet. Se trata de un hombre que nació durante un ataque aéreo en Nigeria. A su madre la alcanzó la metralla mientras daba a luz. Pasar de eso a tener que vivir el sufrimiento de hacer llegar su descubrimiento al público americano, para acabar viendo la historia de tu vida contada en una producción de Hollywood, es un maravilloso viaje del héroe”.
Para el guionista y director Peter Landesman, el filme trata sobre mucho más que el fútbol americano. “El fútbol americano profesional es más que un deporte. Más que un negocio. Es una institución nacional y cultural. Hay mucho en juego, cultural, social y económicamente. Y, como todo negocio enorme, hay unos grandes intereses implicados que pretenden que siga adelante a toda costa. Cuando el Dr. Omalu realizó un descubrimiento que hizo peligrar no solo la forma habitual de funcionar el negocio, sino la misma esencia del juego –los impactos, la violencia– esos intereses se pusieron a trabajar a toda máquina. Pero al Dr. Omalu lo único que le importaba era la verdad y el espíritu de los muertos, y estaba decidido a dar a conocer los hechos. Espero que la película también lo haga. No podría haber más en juego”.
La productora Giannina Scott agrega: “La verdad duele' es una película impactante, que no asume compromisos, sobre un asunto que fue ignorado durante demasiado tiempo y que sigue dándose en la actualidad. Es una historia que había que contar y estábamos decididos a contarla bien. Nadie quería tocarla, al tratarse de un tema tan controvertido. Nos rechazaron en todas partes a Ridley y a mí, incluso los guionistas, hasta que nos sugirieron a Peter. Evidentemente, era la elección perfecta para convertirse en nuestro guionista y director. Entonces le presentamos el proyecto a Amy Pascal, que lo adquirió en el acto”.
El productor David Wolthoff, que, junto al productor Larry Shuman, fueron los primeros en ver el potencial de la historia del Dr. Omalu para adaptarla al cine, hasta el punto de que fue la productora de Shuman la que adquirió en un primer momento los derechos del artículo de Jeanne Marie Laskas publicado en GQ, explica: “En esencia, la historia de Bennet es la de un genio de la medicina –un personaje estilo Erin Brockovich– que persevera pese a todas las adversidades”.
“La verdad duele' nos permite conocer el espíritu fuera de lo común del Dr. Omalu, y por suerte, contamos con Will Smith para captar su esencia”, explica Shuman.
A día de hoy, al Dr. Omalu le cuesta creer que fuera él quien realizó el descubrimiento. “No puede ser, un pobre chico africano como yo, llega a Estados Unidos, donde tienen la mayor concentración de mentes brillantes, ¿y soy el primero en verlo? No es posible”.
Tras su descubrimiento de lesiones cerebrales crónicas en deportistas, el Dr. Omalu publicó sus hallazgos. Esperaba iniciar con ello un debate serio sobre una forma más segura de jugar ese deporte. En vez de eso, se encontró junto a su familia en el punto de mira, objetivo de una brutal y desquiciante campaña de desprestigio por parte de algunos de los intereses más poderosos de ese deporte. “Doce años después, no me puedo creer lo atrevido y audaz que fui con ese trabajo”, confiesa. “Durante doce años, me han machacado y arrastrado por el fango. Ese trabajo era muy idealista. Pero no dije nada en él que no haya sido confirmado por investigadores independientes”.
Pese a verse vilipendiado y difamado, el Dr. Omalu perseveró, según explica Giannina Scott: “La verdad duele' abarca de 2002 a 2012, e hizo falta todo ese tiempo para que la información llegara al público. Para cuando empezamos a hacer la película, ya se habían reconocido las conmociones y se había llegado a un acuerdo. Fue toda una reivindicación para el Dr. Omalu”.
Para Giannina Scott, esa perseverancia es la razón por la que el Dr. Omalu es un héroe. “Podría haberse rendido, pero no lo hizo”, argumenta. “¿Por qué pasar por semejante infierno? Porque sentía el deber de decir la verdad”.
“Nunca quise que la atención se centrara en mí, sino en los jugadores”, asegura el Dr. Omalu. “Creo que es el espíritu de gente como Mike Webster, como Terry Long, como Andre Waters, como Junior Seau, que me hacía seguir adelante. Esto es una cuestión de amor y de luz, de salvar vidas y de mejorar las vidas de los demás”.
La historia del Dr. Omalu se contó en profundidad en un artículo de la revista GQ escrito por Jeanne Marie Laskas, que se convirtió en la base para el guion de Landesman. “Su artículo es el mejor que he leído sobre el tema”, afirma el Dr. Omalu. “Me humanizó. Hay que recordar que todo lo que se hablaba de mí en los medios era negativo: era un extranjero que intentaba destruir el modo de vida americano. Ese artículo supuso un punto de inflexión. De pronto, la gente empezó a abrirme sus corazones y sus mentes”.
El Dr. Omalu aborda su trabajo con dignidad y respeto por los muertos. “Soy de fe católica”, explica. “Mi fe nos enseña que, cuando el cuerpo muere, tu espíritu y tu alma pasan a la vida eterna. Creo que el espíritu sigue con nosotros, al igual que el espíritu de Dios está con nosotros. Así que hablo con mis pacientes, no verbalmente, pero en mi corazón”.
Will Smith tuvo ocasión de observar al Dr. Omalu en su consulta. “Bennet es un patólogo forense y realiza autopsias a diario, así que pasa mucho tiempo con cadáveres. Pero también es un hombre profundamente religioso”, señala Smith. “Ve su trabajo de patólogo forense más como un liberador de almas, el guardián del último umbral entre esta vida y la próxima. Es un hombre sumamente espiritual y, cuando realiza una autopsia, para él es una experiencia espiritual. Tiene un maravilloso sexto sentido a la hora de descubrir por qué murió una persona. Rebusca entre su ropa e intenta que le ayude a descubrir cómo murió. Es algo precioso de ver”.
Uno de los pacientes con los que habló figuradamente el Dr. Omalu fue Mike Webster, el héroe del fútbol americano en cuyo cerebro encontró por primera vez el Dr. Omalu encefalopatía traumática crónica. Durante la autopsia inicial, “le pedí a Mike que me guiara”, recuerda. Aunque al principio el cerebro de Webster parecía normal, el Dr. Omalu era consciente de que Webster había sufrido graves problemas neurológicos y tomó la decisión crucial de conservar el cerebro de Webster para seguir estudiándolo, una elección insólita, que fue directamente responsable de que acabara descubriendo la encefalopatía traumática crónica. “Podría haber vuelto a ponerlo en el cuerpo, como todos los demás órganos, pero creo que el espíritu de Mike me guio”.
La película recoge no solo el descubrimiento del Dr. Omalu, sino la campaña que vino después para marginar sus hallazgos. El encargado de dar vida a la historia del Dr. Omalu es Peter Landesman, que escribió el guion y dirige el proyecto. Hace años, Landesman –un antiguo periodista de investigación– había investigado al Dr. Omalu y se había reunido con él. Así que, cuando los Scott abordaron a Landesman para que escribiera la historia, fue el destino. “Ya había oído hablar de Bennet, conocía a Bennet, había pensado en Bennet, había metabolizado cómo era la historia de su vida”, sugiere.
“Empiezo cada uno de mis guiones emprendiendo un viaje de descubrimiento y documentación minuciosa, al igual que hago en un artículo para el que dispongo de tiempo”, aporta Landesman. “Una vez que llego a la verdad del asunto, puedo decidir la forma y la arquitectura que adoptará el filme. Y en esta película eso fue más cierto que nunca. Presté mucha atención a lo que la película quería ser, qué forma debía adoptar, en qué se debía centrar. Hay una versión de esta película que trata tanto sobre la NFL como sobre Bennet. Pero Bennet –su viaje, su misión, su carga– era algo totalmente único. Combinar eso con la idea de Will –escribir esto para Will, pensando en su voz, en su físico– me hizo sentir como si estuviera escribiendo una pieza musical, casi tanto como un guion”.
A la hora de rodar la película, Landesman decidió hacerlo en escenarios reales de Pittsburgh y rodearse de algunas de las mentes creativas más alabadas de la industria, como Salvatore Totino (que ha colaborado en siete filmes con el director Ron Howard), el diseñador de producción David Crank (ganador del Emmy por su labor en la miniserie “John Adams”, colaborador de Paul Thomas Anderson y director artístico de títulos como “Lincoln”, “Agua para elefantes” y “El árbol de la vida”), el montador William Goldenberg (ganador del Óscar por “Argo” y nominado en otras cinco ocasiones), la diseñadora de vestuario Dayna Pink (que ya había colaborado con Will Smith en “Focus”) y el compositor nominado ocho veces al Óscar James Newton Howard.
“Había dos opciones: o se hacía la película de forma muy fría y científica, centrada en la historia del estudio del cerebro, con gente que entraba y salía de la misma, o se podía centrar en las personas”, opina Giannina Scott. “Esa fue la decisión que tomó Peter y que Sal ha aplicado a la fotografía. Es la mejor forma de hacer cine, la que te permite identificarte con los personajes”.
“Las relaciones más importantes de Bennet eran con los muertos, los muertos en una ciudad que estaba económicamente al borde del colapso”, prosigue Landesman. “Los ciudadanos de Pittsburgh se aferraban desesperadamente a su juego, el fútbol americano, sobre el que Bennet descubrió que estaba dañando, y en algunos casos matando, a sus jugadores. El paisaje urbano era el reflejo externo del viaje de Bennet, no solo en la fotografía, sino en la escritura, en la página”.
Para ayudarle a conseguir el aspecto visual que buscaba para el filme, Peter Landesman colaboró con el director de fotografía Salvatore Totino, cuyos créditos incluyen varios trabajos con el director Ron Howard, entre ellos “El desafío: Frost contra Nixon”, “El código Da Vinci”, “Ángeles y demonios” y “Cinderella Man. El hombre que no se dejó tumbar”. A Totino siempre le han interesado las historias reales. Explica: “Me resulta más fácil conectar con un personaje que es una persona real. Esa es mi pasión, la gente real”. Totino también tiene experiencia en películas relacionadas con el fútbol americano, dado que su primer título como director de fotografía fue el drama deportivo de Oliver Stone de 1999 “Un domingo cualquiera”.
Totino comenta que se centró en la historia de la película y evitó perderse en imágenes llamativas. “Mi intención es mantenerlo todo muy realista”, asegura. “Nada de excesos. Intentar mantenerlo natural y real, como si estuvieras allí. Al trabajar con una historia real, el reto es intentar mantenerse fiel a la realidad”.
El diseñador de producción de la película es David Crank, que colaboró con Peter Landesman para crear el aspecto general del filme y resaltar el entorno de Pittsburgh en que se ambienta la historia. Como director artístico y diseñador de producción, Crank ha colaborado estrechamente con el director Paul Thomas Anderson en títulos como “Puro vicio”, “The Master” y “Pozos de ambición”, así como con el director Terrence Malick en “To the wonder”, “El árbol de la vida” y “El nuevo mundo”. Como supervisor de dirección artística, Crank ganó un Emmy al “mejor director artístico de una miniserie o telefilme” por la miniserie de HBO “John Adams”.
Como especialista en dramas históricos de época, Crank sintió curiosidad por trabajar en una película ambientada en la actualidad. Además, había ido al colegio en Pittsburgh, así que le atraía volver a la ciudad para el rodaje. “Pittsburgh es fascinante, porque está compuesta de una cantidad increíble de capas”, explica el diseñador de producción. “Hay lugares que se han ido modificando con el tiempo, sin eliminar la arquitectura original, de modo que podría decirse que se transforma en algo nuevo. Buena parte de ello no es lo que cabría calificar como bonito, pero siempre resulta tremendamente interesante, ligeramente tosco, aunque posee un auténtico carácter propio y verdadero estilo, de una extraña manera. Nunca me canso de salir a ver cosas”.
Dado que la gran mayoría de la película se iba a rodar en el área metropolitana de Pittsburgh, el trabajo de Crank a la hora de diseñar el filme empezó con la elección de las localizaciones reales. “Empezamos tratando de encontrar tantos lugares reales de la historia como pudimos, tanto si los íbamos a utilizar como si no, queríamos verlos”, cuenta Crank. “Fuimos a ver lo que quedaba del viejo depósito de cadáveres, visitamos el nuevo depósito y vimos cómo realizaban algunas autopsias”.
Para Landesman, observar al Dr. Omalu en su trabajo fue una parte esencial de la preparación. “Fue interesante llevar a Will a las autopsias”, recuerda Landesman. “Lo que me interesaba era ver las habilidades requeridas y la mecánica de realizar la autopsia. Me resultaba crucial que Will pudiera observar la metodología de Bennet y familiarizarse lo máximo posible con ella. Para que los dos entendiéramos el baile físico de un hombre alrededor de una mesa, examinando un cuerpo, la coreografía y el ritmo de las manos y los pies. El laboratorio y la mesa de Bennet estaban inmaculados. Si saltaba aunque fuera una mota de sangre a su mascarilla o su manga, se cambiaba inmediatamente de uniforme. Quería que Will comprendiera lo importante que era que la metodología impoluta de Bennet igualara el interés que tenía en esos cuerpos y en sus almas. Tenía una relación con los muertos”.
La diseñadora de vestuario del filme es Dayna Pink, que ya había trabajado recientemente con Will Smith en “Focus”. Además de sus pioneros descubrimientos científicos, Bennet Omalu es conocido por ser un hombre con mucho estilo, vestido habitualmente con trajes oscuros de raya diplomática y gemelos de diseño propio. Pink adaptó ese estilo para Will Smith. “La inspiración para el vestuario de Will Smith provino directamente del guardarropa del Dr. Omalu”, confiesa Pink. “Siempre ha llevado trajes a medida y camisas de etiqueta de puño francés. Tuve el privilegio de viajar a Lodi a conocerlo y hablar con él sobre lo que lleva y por qué se viste así. El Dr. Omalu opina que nuestra forma de vestir influye en cómo nos perciben los demás, que es algo que me inspira a diario en mi trabajo. Opta por vestir todos los días de traje, así que hicimos lo mismo con su personaje”.
Como la historia transcurría en Pittsburgh, era esencial para el equipo de producción que el rodaje se llevara a cabo fundamentalmente en la segunda mayor ciudad de Pensilvania. Muchas películas importantes han pasado por Pittsburgh, pero la ciudad suele hacer a menudo las veces de otra urbe; con 'La verdad duele', Pittsburgh tiene al fin la oportunidad de hacer de sí misma. “Muchas veces, cuando ruedas en Pittsburgh, intentas emular otra ciudad, como Nueva York o Boston”, observa el responsable de localizaciones Kent Jackson. “Este fue un desafío un tanto particular pero, al mismo tiempo, abría, desde el punto de vista de las localizaciones, muchas posibilidades. Permite que se vean los ríos y las laderas y todas esas cosas que hace que Pittsburgh resulte cinematográficamente excepcional”.
“Fue la única localización que miré, por una serie de razones”, explica Peter Landesman. “Espiritualmente, Pittsburgh es un tema tan importante en esta película cualquier otro de los que se tratan. Es una película sobre la América urbana en un momento muy concreto, cuando la América industrial estaba muriendo, si es que no estaba ya muerta. Y Pittsburgh representa a esa demografía y a esa economía. No se podía ir a otro lugar. Pittsburgh es otro personaje más, como Bennet, como Bailes, o como Wecht. Me esforcé mucho por hacer de Pittsburgh un personaje de la película, sin idealizar la dureza y la destrucción de la economía; es simplemente Pittsburgh, tal cual es, sin más”.
“Cuando la gente se encuentra en lugares reales, espacios reales, creo que se consiguen mejores interpretaciones, mejor luz, las escenas parecen reales y la imaginación se vuelve más concreta”, agrega Jackson.
Jackson comenta que uno de los factores a la hora de elegir localizaciones en el centro de Pittsburgh es que fueran lugares desde los que se pudiera ver Heinz Field, el campo de juego de los Steelers de Pittsburgh, situado en la ribera del río Ohio, en el barrio de la ciudad denominado North Shore. “Cuando el equipo de producción llegó a la ciudad para localizar exteriores, entre las primeras cosas que quisieron ver fueron distintos lugares de la ciudad desde donde se pudiera ver Heinz Field”, aporta Jackson.
Crank recuerda: “Al principio, mientras elegíamos localizaciones, nos esforzamos por tratar de incluir Heinz Field como elemento de fondo, para que no se pudiera uno olvidar de que se trataba de una historia de fútbol. No queríamos que estuviera justo delante de tus narices, tenía que ser sutil”.
Además de que la mayor parte del equipo técnico era personal local de Pittsburgh, a lo largo del rodaje se utilizaron casi 2500 extras locales para llenar multitud de escenas ambientadas en salones de baile de hoteles, clubs nocturnos y bares, y, por supuesto, campos de fútbol americano.
Para coordinar las escenas de fútbol filmadas en Pittsburgh, en el Phillip Murray Playground y el George Cupples Stadium y, más adelante, en el instituto Rio Mesa de Oxnard, la producción fichó al coordinador de fútbol americano Michael Fisher, que ha trabajado como consultor técnico en docenas de películas deportivas, como “Draft Day”, “Moneyball: Rompiendo las reglas” o “The Blind Side (Un sueño posible)”. Contó con la asistencia de Scott Fujita, antiguo linebacker de los Chiefs de Kansas City, los Cowboys de Dallas, los Saints de Nueva Orleans y los Browns de Cleveland. Juntos, trabajaron con los cientos de jugadores locales de instituto y universitarios que resultaron seleccionados después de varias convocatorias de casting.
El exterior de las instalaciones de la oficina forense del condado de Allegheny se filmó en la antigua ubicación de la oficina del médico forense, un edificio gótico de tres plantas de piedra y mármol que albergaba no solo el depósito de cadáveres, sino también una capilla, una sala de tribunal y oficinas para el personal. El Dr. Omalu trabajó en ese lugar hasta 2007. Sin embargo, como en el proceso de renovación se ha rehecho todo el interior del edificio, el equipo de producción tuvo que recrear la cámara de autopsias en un plató cerrado.
A partir de fotos y documentación sobre la original que ya no existía, Crank y su equipo la recrearon y también la ampliaron para acomodar un rodaje. “La cámara era minúscula, con ventanas muy pequeñas; los técnicos y los doctores estaban todo el tiempo unos encima de otros”, comenta Crank. “En el edificio original, el depósito de cadáveres estaba situado justo detrás de la capilla, un gran espacio de dos plantas, lleno de luz. Peter había hablado conmigo desde el principio para darle un ambiente más espiritual a la cámara, así que opté por combinar algunos de los elementos de la escala de la capilla y de los detalles del propio depósito, para crear un espacio más abierto”.
Peter Landesman prosigue: “Quería que las ventanas de la cámara de autopsias parecieran ventanas de una capilla, porque donde Bennet hacía sus autopsias era como su iglesia. Era una idea sencilla que creo que queda preciosa y que algunas personas captarán y otras no”.
“Han hecho un trabajo maravilloso con la recreación de la sala de autopsias”, declaró Bennet Omalu durante una visita al set de rodaje. “Creía que la realización cinematográfica era todo cuestión de arte, drama, teatro, pero me he dado cuenta de que también hay mucha ciencia detrás de ella. Es realmente asombrosa”.
El Dr. Omalu también ejerció como asesor técnico de la película, de modo que durante algunas de las escenas de autopsias, estuvo presente para asegurar que las autopsias mostradas cumplieran “el código a la perfección”. Desde los procedimientos, a los instrumentos, o la indumentaria médica, el Dr. Omalu cuenta que “ayudó a que todo cumpliera los estándares profesionales del Colegio de Patólogos Americanos, que se aproximara lo máximo posible a la realidad”.
La productora Elizabeth Cantillon considera que contar con Bennet Omalu como asesor resultó un recurso muy valioso para el equipo de producción. “Nos ayudó a entender su modo de pensar mientras se producían los hechos”, señala. “Además, quedó muy conmovido con el nivel de autenticidad y detalle empleado para contar su historia”.
“La autenticidad y la verisimilitud son importantes, y quiero asegurarme de que parezca real así que, con quién mejor podía contar en el rodaje que con Bennet Omalu”, opina Peter Landesman. “También lo quería aquí presente para crear una conexión kármica y espiritual”.
El equipo de producción se esforzó por conseguir la verosimilitud hasta en el último detalle, desde el instrumental médico utilizado en la sala de autopsias a la parafernalia de fútbol americano empleada en el filme, teniendo en cuenta especialmente que todos esos artículos tenían que corresponderse con los años en los que tenía lugar cada escena. “Tuvimos que conseguir balones de fútbol americano que se remontaban hasta los setenta para Mike Webster, hasta llegar luego al final de su carrera a finales de los 80. También tuvimos que conseguir cascos de época e incluso Gatorade”, comenta el jefe de atrezo Matt Cavaliero.
Cavaliero también habló con frecuencia con muchas de las personas reales representadas en la película, lo que le permitió dar una mayor autenticidad incluso a los detalles más insignificantes del filme. “Estaban dispuestos a hablar con nosotros y deseando contarnos todo lo que necesitábamos saber”, recuerda. “Hablé por teléfono con el Dr. Omalu y le pregunté qué comía, qué clase de cosas guarda en la nevera para picar, qué clase de maletín lleva, qué clase de teléfono usa, qué paraguas le gustan. Parece irrelevante, pero queríamos que todo contribuyera a hacerla lo más exacta posible, y todos hicieron lo imposible por proporcionarnos toda la información que necesitábamos”.