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SINOPSIS
El cuerpo de una persona salvajemente torturada aparece y un detective de la policía de Tokio es el encargado de llevar la investigación. Ese es el comienzo para intentar detener al asesino, el cual ha dejado una nota. La única pista que tiene es que solo asesina cuando llueve y que va disfrazado de rana...
INTÉRPRETES
MASATÔ IBU, MIKAKO ICHIKAWA, TOMOMI MARUYAMA, SHÛHEI NOMURA, SHUN OGURI, NAO OHMORI, MACHIKO ONO, TOMOKO TABATA
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EL RETO DE LLEVAR A LA PANTALLA UNA ADAPTACIÓN COMPLEJA...
En noviembre del 2013, se lanzó el primer volumen del manga 'Museum', que empezó a salir en forma de fascículos en la revista Young Magazine, de la editorial Kodansha. El productor Hiroyoshi Koiwai leyó el manga que tanto había atraído a muchos seguidores cuando se publicó, y pensó en adaptarlo a la gran pantalla con Keishi Otomo, con el que había colaborado en la saga de Kenshin. Museum es la suma de unos efectos especiales magníficos, una historia emocionante, la temática derivada del sistema de jueces ciudadanos y el enfrentamiento entre las personas implicadas. Con estos elementos, Koiwai decidió que el director Otomo sería el más apropiado para hacer una buena adaptación. Y, tras largas negociaciones, Koiwai adquirió los derechos.
Sin embargo, Otomo se mostró un poco reticente la primera vez que le hablaron del proyecto.
“Al pensar en otras obras de este tipo, lo primero que me viene a la cabeza es 'Seven' (1995). Pero esa película, basada en la fe cristiana de Occidente, no se puede comparar con Museum, cuya trama transcurre en Japón y está muy alejada de la religión. ¿Cómo atraer a una generación influenciada por el manga y el anime? ¿Cómo hacer que les apasione una película así? ¿Cómo mantener la inigualable estética del manga eliminando la banalización del crimen para que no se perciba como un simple juego? Ese era el reto al llevar a la gran pantalla una adaptación de tal complejidad”, aclara Otomo.
Por otro lado, era un tema que merecía la pena. Tras pensárselo bien durante unos días, Otomo decidió “centrarse en el Japón moderno de hoy en día a través de esta adaptación”.
LA CREACIÓN DE UN GUION CON FINALES INESPERADOS...
Otomo utiliza sus películas, con mucho acierto, para observar al Japón moderno de hoy en día, que carece de una base estable, y para expresar la esperanza y la desesperanza que esto le hace sentir. Ha dirigido series de la cadena NHK TV como The Vulture o Jiro Shirasu, y ha sido muy alabado tanto en el país como en el extranjero. Otomo llena de realismo esta película gracias a haber entrevistado minuciosamente a diferentes personas, entre ellas, miembros del sistema de jueces ciudadanos y altos cargos de la policía. Incluso llegó a ir a casa de varios agentes.
Otomo quiso asegurarse de que el impacto visual de algunas partes de la historia del manga original no se viera disminuido al trasladarlas a la gran pantalla. Se planteó constantemente lo que haría una determinada persona en una situación concreta, y lo que los personajes podían hacer para resolver el problema principal, ya que el final podía ser diferente al del manga original.
Otomo explica que quería una película que mostrara el Japón moderno. “En el manga original, el final se mete de lleno en el fuero interno del protagonista. Sin embargo, la película tiene una vista más panorámica. Sabía que el crimen afecta a las personas que están al límite. Cuando entrevisté a trabajadores del ámbito judicial, me dijeron que cuando acabara la película, “sacudiría todo el sistema de jueces ciudadanos”.”
La constante angustia que se siente a lo largo de toda la película se debe a toda la detallada información recogida por Otomo.
“Al principio, estaba algo preocupado, pero luego dejé de estarlo porque creo que la película acabó convirtiéndose en un reflejo del Japón actual que los adultos pueden disfrutar”, confiesa.
CÓMO REPRESENTAR AL MALVADO HOMBRE RANA Y SUS ASESINATOS...
Otomo señala: “Existía la posibilidad de retratar al hombre rana como un psicópata. Sin embargo, en lugar de eso, quise saber cómo había llegado a ese estado psicológico. Por esa razón, creé un pasado traumático causado por un terrible asesinato y ahondé en cómo su fotosensibilidad le había afectado la mente. Mientras pensaba en la razón por la que había escogido una máscara de rana, descubrí que dicen que, en el Antiguo Egipto, la rana representaba la fertilidad. Y, entonces, pensé que sería interesante que el espectador percibiera el irónico contraste de que el símbolo de la vida le arrebatara la vida a alguien. A raíz de esto, se me ocurrió que la mujer de Sawamura perdiera a su segundo hijo. Creo que cuanto más profundizaba en el hombre rana, mayor era el entretenimiento.”
“También medité mucho sobre cómo representar los asesinatos de hombre rana”, explica Otomo. El título de la película, Museum, hace referencia a una serie de objetos esculpidos que el hombre rana talla a partir de los cadáveres de personas a las que asesina brutalmente. El director representa esta parte de manera muy creativa y esculpe a las víctimas teniendo en cuenta sus vidas, sus emociones y sus pasados. El equipo de escultores le pintó a la víctima del castigo de ser comida para perros, los moretones que se hizo al huir de uno de ellos. Quisieron trasmitir los sentimientos más crudos de las víctimas.
EL PROTAGONISTA...
El protagonista, Sawamura, interpretado por Shun Oguri, se burla del hombre rana, el mal del siglo. El director anduvo mucho tiempo detrás de Oguri; la única condición final que puso para aceptar dirigir Museum fue que Oguri fuera el protagonista. Otomo pensó que, “como Oguri tenía un hijo, sabría interpretar el papel de padre convincentemente”.
Shun Oguri leyó el manga original cuando recibió la oferta. Aceptó el papel diciendo: “Es un placer poder interpretar al protagonista”. Shun Oguri ha protagonizado otras películas basadas en cómics como Crows-zero o Lupin y el corazón púrpura de Cleopatra. Pero, aunque esta vez también se basase en un manga, lo que le interesaba era interpretar a un personaje más realista de un humano a tamaño real. Por esa razón, abordó el papel con mucha seriedad. La escena en la que Sawamura se queda encerrado en la suite del hombre rana se rodó en un plató construido en un gimnasio de Kawasaki. Oguri se alojó en un pequeño hotel de negocios de la ciudad y no estuvo en otro lado que no fuera el plató o el hotel. Intentó pasar una semana de rodaje sin comer ni dormir. Sawamura puso en riesgo su vida para parecer realmente exhausto al final de la película.
Se retó a sí mismo a usar dobles de acción lo menos posible en las escenas peligrosas, como la escena en la que choca contra un coche en movimiento o la escena en la que salta desde un coche en movimiento.
LA ELECCIÓN DEL HOMBRE RANA...
La elección del hombre rana, una extraña rana asesina que comparte protagonismo con Sawamura, fue esencial. En una película atractiva, siempre debe haber un malo atractivo. Estos villanos son inteligentes y astutos. Tienen gustos crueles y no tienen reparos en decir verdades incómodas.
Koiwai pensó que el hombre rana era un personaje importante y que tenía que ser interpretado por alguien inesperado. Por eso, cuando pensó en Satoshi Tsumabuki, supo que era la mejor idea. No obstante, le ofreció el papel con ciertas dudas, pues no estaba seguro de que Tsumabuki fuese a aceptarlo. Pero, casualmente, Tsumabuki ya había leído el manga, así que lo aceptó encantado.
El hombre rana siempre lleva puesta la máscara y lleva un maquillaje para efectos especiales. A simple vista, uno no sabe quién es hasta el final.
Al escribir el guion, Otomo ya añadió notas sobre “el trabajo del maquillaje para efectos especiales del rostro del hombre rana y la tonificación de su cuerpo” para que la historia fuese más convincente. Para ello, Tsumabuki fue a un curso de maquillaje para efectos especiales y estuvo más de dos meses siguiendo un entrenamiento físico.
El maquillaje para la fotosensibilidad se usó para crear variedad en sus expresiones faciales. A pesar de que Tsumabuki había trabajado en más de 50 películas, utilizó muchas expresiones faciales que nunca antes había utilizado. “Creo que disfrutó mucho actuando y ocultando su identidad”, afirma Otomo.
Hay muchísima química entre los dos actores que lideran la industria cinematográfica japonesa: Satoshi Tsumabuki, que interpreta con soltura al hombre rana que afirma ser un artista, y Shun Oguri, que interpreta a Sawamura, en guerra contra el hombre rana.
ACTORES CON TALENTO...
Otomo también fue muy cuidadoso en la elección del resto de actores. Machiko Ono representa, con delicadeza, a una mujer preocupada por la relación con su marido mientras que se va hundiendo bajo la presión de un juicio en el que participan jueces ciudadanos. Otomo la alaba en sus declaraciones: “Es una actriz singular capaz de interpretar el estado mental de una madre siguiendo su intuición”.
Las escenas más emocionantes con Ono, Oguri y Tsumabuki dan tanto miedo que, cuando los niños fueron a hacer el casting y vieron los decorados, se quedaron aterrorizados. Durante el rodaje, los tres actores interpretaron a sus personajes con mucha credibilidad.
Yutaka Matsushige interpreta a un policía que lleva la justicia por bandera y que piensa mucho en sus subordinados, lo que hace que la película sea aún más convincente. Shuhei Nomura hace de un joven, moderno y asustadizo policía. Sin embargo, su normalidad le confiere un aire más trágico a la película. Además, Tachibana, que encierra la clave del caso, es el único personaje que no estaba en el manga original.
Por otro lado, las caras de los policías de Matsushige también pretendían darle más realismo a la escena. Se escogió a los actores ideales para interpretar a infatigables policías de los de antes. Muchos de estos actores trabajan a menudo con Otomo.
Otomo quiere retratar el Japón moderno de manera realista, no contextualiza las cosas en un molde manido, como se ve en la escena en la que la pareja encuentra el cadáver o en la escena en la que un cliente alérgico se enfada en un restaurante chino. Para el casting, creyó que era vital que hubiese un ambiente moderno, realista e informal.
EL MOLDE ESPECIAL DE LA RANA...
En la película, se usan muchos moldes especiales, como los cadáveres, que prácticamente son una obra de arte, o la viscosa máscara del hombre rana. En concreto, Kazuhiro Sawataishi, —que ha trabajado en el diseño del vestuario y de los personajes de la saga de Kenshin, Nobunaga Concerto, Lychee Light Club y Himitsu: The Top Secret—, formó equipo con Tomo Hyakutake, —que ha trabajado en películas como Sadako vs. Kayako, Lychee Light Club, Yokai Ningen Bem, Arakawa Under the Bridge y Dororo—, para crear la imagen tan decisiva del hombre rana. Si se dejara al hombre rana como una mera caricatura, parecería un artículo de fiesta; su silueta envuelta en la capucha no le daría un aspecto muy inteligente. Para hacer del hombre rana un personaje tridimensional realista que inspire temor, Sawataishi elaboró un diseño después de haber estudiado concienzudamente a las ranas. Hyakutake utilizó ese diseño para crear los moldes. Además, le añadieron una sombra al chubasquero del hombre rana con un tratamiento de superficie. Así nació el característico y realista hombre rana.
RODAR BAJO LA LLUVIA...
El hombre rana solo actúa en los días de lluvia. La lluvia intensa es otro elemento clave de la película.
Hacer que lloviera durante el día fue un continuo reto para el equipo de producción. Por esta razón, se escogió Niigata, una región muy nublosa, como localización principal del rodaje. Daiki Takase, el responsable de las localizaciones de rodaje, eligió Niigata porque, en invierno, hay muchos días nublados, creando un ambiente depresivo en la película. En Niigata rodaron varias escenas en lugares como la estación eléctrica, la azotea donde el hombre rana mata a Nishino, la zona comercial en la que hacen la persecución, y el centro de salud con la doctora Tachibana. A veces había que cancelar el rodaje en Niigata porque hacía sol. No obstante, también se dio el maravilloso caso de que parase de llover y el sol brillase en la azotea. Tuvieron mucha suerte con el tiempo durante todo el rodaje.
También se rodó fuera de Niigata, en lugares como Kobe, Osaka y Tokio. Dieron con las localizaciones propicias para cada escena.
En Kobe, rodaron la mansión del hombre rana, de Kirishima, utilizando un edificio histórico construido en 1936. En Osaka, rodaron el interior de la comisaría utilizando la biblioteca Kita Ward Nakanoshima. Como iban muy bien de tiempo, pudieron rodar en localizaciones donde normalmente no se acepta grabar. La película goza de un ambiente más profundo y característico gracias a esto.
EL TRABAJO EN EQUIPO...
Para la película, Otomo decidió unir, por primera vez, a un joven equipo con el que había trabajado antes, con un equipo de veteranos icónicos del cine japonés. Hideo Yamamoto, el cámara y uno de los directores de fotografía más famosos, ha trabajado en una gran variedad de películas como Ichi the Killer, Hula Girls, Nodame Cantabile, The Kiyosu Conference, Shinjuku Swan, S: The Last Cop - Recapture Recovery of our Future y Terra Formars. Museum es una obra de entretenimiento sensacional gracias a que la técnica de grabación de Yamamoto se basa en la presencia. Otomo alaba mucho el trabajo de Yamamoto y explica: “Cuando veo una película con él, lo entiendo a la perfección”.
Yamamoto se fija en los sutiles matices de la actuación de los actores que va cambiando según las circunstancias, el entorno y el ambiente. Le da forma a la película con dinamismo. En las escenas de acción del coche, dejó atónito a todo el mundo al seguir girando la cámara sin evitar el coche que pasaba por delante de él. Usaron la Alexa como cámara principal y una Alexa Mini como sustituto para tener más movilidad en las escenas de acción. En las escenas de persecuciones de coches, se usó una GoPro para darle más realismo.
El director artístico, Toshihiro Isomi, es un veterano que trabaja como profesor en la Universidad de Bellas Artes de Tokio. Ha trabajado en varias películas, como Shinjuku Swan o Nadie sabe, galardonada en el Festival de Cannes con el premio a mejor actor. Esta vez, se encargó de la parte artística y de varios moldes de la mansión de Kirishima y del interior de la comisaría. Ha creado todo un universo de obras de arte para la película que encaja a la perfección con su título, 'Museum'.
Basándose en la idea de Isomi, Shota, el escenógrafo, y Daichi Watanabe, el diseñador de vestuario, hicieron el decorado usando atrezo y dándole más realismo.
Las escenas peligrosas de los coches, uno de los platos fuertes de la película, fueron muy complicadas de grabar porque, en Japón, hay muchas restricciones al respecto. A pesar de que el equipo de especialistas era reducido, lograron hacer acrobacias increíbles gracias a Shinji Noro, que trabajó en Los protectores.
LA MÚSICA...
La música es de Taro Iwashiro. Para esta película, Otomo era consciente de cómo el mundo percibe el cine coreano y asiático de acción cruda y realista. Escogió a Iwashiro porque no solo había compuesto bandas sonoras de películas japonesas, sino de otras películas de todo el mundo, como el filme coreano 'Crónica de un asesino en serie' y 'Acantilado rojo', esta última dirigida por John Woo. La música que Iwashiro compuso, le aporta mucho a la película. La sinergia de la melodía que creó el equipo de grabación y de acústica, hace de la película un drama maduro con mucha fuerza que emociona al espectador.
GALERÍA DE FOTOS
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