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NOTAS DEL DIRECTOR...
Después de rodar el cortometraje “Madre”, todo el equipo se quedó con una sensación de satisfacción enorme. Ya desde el comienzo, yo comentaba con gente del equipo o con quien conversase que este cortometraje siempre me había motivado como una gran primera escena de un largo. Estaba claro que teníamos un gran material.
Por eso quisimos continuar la historia de Elena. No podíamos dejarla así, saliendo de su casa despavorida en busca de su hijo. Pusimos tanto esfuerzo en contar la tragedia de Elena (o el inicio de la misma) que los principales responsables, la productora María del Puy Alvarado, la actriz Marta Nieto y un servidor, concluimos que les debíamos algo a esta historia y a este personaje.
La película, sin embargo, no narra lo que sucede justo después del corto. Algo que es lo que todo el mundo se imagina cuando se lo contamos, sino algo que le ocurre a Elena bastantes años después.
¿Qué pasa si Elena ha perdido a su hijo hace muchos años y ahora se encuentra a un adolescente que le recuerda mucho a su hijo perdido? Y ella sabe que no es su hijo. De hecho, el niño es francés, es imposible que sea él. Pero quiere estar conél. Conocerlo.
Ésta es la premisa con la que mi cómplice y coguionista, Isabel Peña y yo, nos pusimos a escribir. Realmente no sabíamos por qué a Elena le interesaba ese chico francés, pero a la vez, curiosamente, le entendíamos perfectamente.
Nos parece muy potente empezar la película con un cortometraje de suspense, que invita a un thriller y acabar en algo que no tiene nada que ver en cuanto género entendido de forma clásica. Aquí nos enfrentamos al primer gran hándicap.
Cómo satisfacer a un espectador al que no le vamos a ofrecer lo que espera: la resolución de esa aventura. Lo sabemos: ofreciéndole algo mejor.
Así que el reto es doble. Pero a Isabel y a mí nos encantan los retos. Enfrentarnos a algo que no sabemos cómo hacer que funcione pero que si lo viéramos en otra película nos encantaría.
Así, la idea de abandonar la historia de la búsqueda a contrarreloj de una madre buscando a su hijo pequeño de las posibles manos de un secuestrador se diluyó definitivamente a favor de la historia íntima de Elena años después, conviviendo con su dolor y luchando por salir de ese oscuro túnel en el que se vio sumida hace tiempo.