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NOTAS DE DIRECCIÓN...
“Todo empezó con un descubrimiento muy especial, que tuvo lugar al otro lado del mundo, en Maracaibo, Venezuela. Yo era la cuidadora de mi madre, durante su quimioterapia. En uno de esos días en que limpiaba y ordenaba su habitación, allí, en uno de los cajones donde se acumulan las cosas olvidadas, estaba una fotografía de ella desnuda. Este retrato me interpeló, pues me percaté de que la madre convencional, seria y reservada que yo conocía hasta ahora, tenía un pasado desconocido para mí. La conocía sólo como madre, pero no como mujer.
En aquel momento, ya hace cinco años, el proyecto se desarrolló de manera muy precaria, me acompañaban Patricia Ramírez y Blanca Rey como productoras. Hicimos todo lo posible para levantar el financiamiento y conservar la nacionalidad como película venezolana, pero las circunstancias nos obligaron a expandir nuestros horizontes. Recuerdo como si fuese ayer, la pregunta definitiva de Blanca: ¿Tú quieres hacer una película venezolana o quieres hacer tu película?
La respuesta era obvia, quería hacer mi película.
Y gracias a esta decisión difícil y necesaria, se abrió el camino para que Olmo Figueredo llegara. Nos conocimos en el MIA MARKET en el 2019, 15 minutos de pitch ¿Quién iba a pensar que aquel ejecutivo con una apariencia convencional, se iba a interesar en una historia de “shoshos” empoderados? Dos años después llegué a Sevilla a la preproducción y nos dimos un abrazo, era la segunda vez que nos veíamos en persona.
Aterricé como un paracaídas, no conocía a nadie del equipo, tampoco había estado antes en esa ciudad. Hice una apuesta de todo o nada y aunque estaba preparada para que el proceso fuese más complicado y caótico, los duendes del cine estuvieron de nuestra parte.
Trabajamos como si fuésemos colegas de toda la vida, y nos quisimos, y nos seguimos queriendo, como si fuésemos una familia.
MAMACRUZ es una película y también es una experiencia vital, de esas que te cambian la vida. Una historia tan inmigrante, como yo, impregnada con la subjetividad de todas las personas que participaron en su realización.
Y en cada fotograma estamos todes, los que estuvimos detrás de cámara, gozándonos esta
historia. Mi mayor deseo, es que el público también se la goce”.