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SINOPSIS
Hélène y Mathieu han sido felices juntos durante años. Pero su vida da un vuelco el día que ella descubre que sufre una enfermedad poco común. En su búsqueda de respuestas, Hélène conoce por internet a Bent, un bloguero que cuenta con cierta comicidad y sin dramatismos su día a día con una enfermedad similar. Atraída por su manera de afrontar la situación, decide viajar sola a Noruega para conocerle. En medio de tanta belleza, Hélène descubrirá que es allí donde está su destino, algo que para Mathieu será difícil de aceptar...
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VICKY KRIEPS, GASPARD ULLIEL, BJORN FLOBERG
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ENTREVISTA AL DIRECTOR...
MÁS QUE NUNCA cuenta la historia de una joven que renuncia a seguir el tratamiento convencional que necesita en el hospital para iniciar un viaje. ¿Cómo surgió el deseo de contar esta historia?...
Mi madre padeció esclerosis múltiple durante veintidós años y después enfermó de cáncer. Estábamos muy unidas y hablábamos de su situación y de cómo se podría ayudar a las personas enfermas a liberarse del sufrimiento. Su enfermedad se convirtió en la preparación de la película. Me ayudó a encontrar fuerzas para decirle: “Mamá, no tienes que hacer quimioterapia si no quieres, no tienes que alargar tu sufrimiento”. Desde que era una niña, he pensado a menudo en este momento al fi nal de la vida. ¿Cómo podemos irnos sintiéndonos bien, tan libres como sea posible? ¿Cómo podemos escaparnos de las presiones y encontrar nuestra propia manera de aceptar la enfermedad y, si es necesario, la muerte? De eso trata la historia de Hélène.
El viaje de Hélène está lleno de luz. ¿Intentaste hacer una película luminosa sobre un tema un tanto trágico?...
Sí. La muerte siempre se describe como algo terrible, oscuro, trágico. Yo no lo veo de esa manera. Para mí la muerte no es algo fúnebre y macabro. Por supuesto perder a un ser querido es muy triste y desgarrador, pero para la persona que se va, no debería ser así. Desafortunadamente, en nuestra sociedad, la muerte tiene mala reputación. Preferimos evitar el tema, pero deberíamos hablar de ello. Me gustaría despertar en el público el deseo de discutir este asunto con sus allegados. El fi nal de la vida no debería ser un tabú.
Hélène decide viajar a Noruega. ¿Por qué este país y no otro?...
Por su luz. En Noruega, en verano, no hay noche. El sol no se pone, no se oscurece. Esto me pareció que enlazaba con los testimonios de personas que han experimentado una muerte médica. Todos hablan de esta luz en el momento de dejar este mundo, y de formas blancas. Durante el rodaje en Noruega, traté de encontrar una luz que evocara esta revelación algo mística. Al mismo tiempo, cuando Hélène llega allí, la luz es tan fuerte y omnipresente que la asalta, le impide dormir. Es una experiencia que al principio tiene un aspecto hostil, desagradable.
¿Qué pretendes mostrar con este entorno natural?...
Quiero mostrar que la naturaleza es más grande que nosotros, más grande que Hélène y su enfermedad. La naturaleza es impresionante y atemporal. Es indiferente a nuestros problemas, a nuestros miedos. En medio de los fi ordos, uno se vuelve humilde.
¿Puede hablarnos de la enfermedad de Hélène? ¿Podemos ver en ello una metáfora?...
Hélène sufre una enfermedad rara, “fi brosis pulmonar idiopática”. Los pulmones se endurecen, se vuelven menos elásticos, hasta que ya no entra aire y la persona ya no puede respirar. No se sabe de dónde viene esta enfermedad ni cómo tratarla. Un trasplante de órgano puede ayudar por un tiempo, pero no siempre.
La enfermedad simboliza la vida de Hélène. Es una mujer joven que nunca ha vivido realmente la vida que quería vivir. Nunca ha podido “respirar” como quería. Se ha ocupado de su madre, de su paraja y su existencia es cada vez más claustrofóbica, más asfi xiante. Paradójicamente, esta enfermedad le permitirá optar por la emancipación. Cuando decide irse, comienza a respirar. Se convierte en ella misma.
MÁS QUE NUNCA es también una película sobre una pareja. ¿Tu objetivo era contar una historia de amor?...
Sí. No hay mayor prueba de amor que amar dejando ir al otro. Matthieu, la pareja de Hélène, es para mí el héroe de la película porque le permite llegar el fi nal de la vida como ella quiere realmente. Entiende que tiene que dejarla ir.
Sin embargo, al principio, le resulta muy difícil aceptar que ella se niegue a cuidar de sí misma...
Sí, al principio. Es una persona que lucha por lo que quiere. Nosotros, los vivos, nunca solemos pedir la opinión de los moribundos. Creemos saber lo que quieren, porque, por egoísmo, no queremos que se vayan y nos dejen. Queremos estar allí hasta su último aliento. A menudo, las personas que rodean al enfermo parecen sufrir casi más que él y es éste el que tiene que consolarlos. Esa situación es agotadora para Hélène. Tiene que gastar una energía extraordinaria para convencer a Matthieu, para tranquilizar a sus amigas y para animar a su madre que se derrumba. Las palabras de Mister, interpretado por Bjorn Floberg, lo resumen todo: “Los vivos no pueden entender a los moribundos”.
Mister es el anfi trión noruego de Hélène. ¿Por qué es importante su papel?...
Él es como un “barquero”. Gracias a él, a su blog, donde se burla de su enfermedad y de su muerte, Hélène toma una decisión: la decisión de irse. Tiene una forma muy clara e irónica de afrontar su situación. Según su opinión, nadie puede elegir las condiciones de nuestra muerte por nosotros.
Es partidario del libre albedrío. Permitirá que Hélène se encuentre a sí misma, que haga su propio viaje sin empujarla nunca en ninguna dirección.
La película muestra cómo una pareja puede reinventarse y soportar la prueba más dura de todas...
Por eso sólo hay una escena de amor. Y ésta llega al fi nal. Hélène y Matthieu fi nalmente están en sintonía. Pueden amarse “más que nunca”, porque él fi nalmente acepta lo que ella necesita. En esta escena captamos el increíble amor que se tienen, cuando aceptan la idea de la muerte y de no acabar su vida juntos.
En el papel de Hélène, Vicky Krieps es conmovedora ¿Cómo la conociste?...
Somos vecinas en Berlín. Nos conocemos desde hace casi diez años e hizo un cameo en mi última película, 3 DÍAS EN QUIBERÓN. Un día nos reunimos en un café y en una hora le presenté toda la película. Cuando terminé Vicky estaba llorando y me dijo: no necesito leer el guion, lo haré.
Vicky es una actriz extraordinaria, tiene algo extraño y atemporal. Es sensible y muy fuerte. Ella me inspiró mucho.
La puesta en escena en la película está dividida en dos, con la primera parte en la ciudad y la segunda en medio de la nada...
En la parte de Burdeos intentamos montar un mundo muy claustrofóbico, donde Hélène nunca sale. Filmamos su apartamento con las persianas cerradas, con el sonido apagado de la ciudad. Está atrapada en una depresión, porque los que la rodean no entienden sus sentimientos, salvo Mister, el bloguero noruego que pasa por la misma situación: está vivo y sabe que va a morir.
La llegada de Hélène a Noruega se fi lma como un nacimiento.
Las imágenes se abren. Vicky se vuelve muy pequeña y se mezcla hasta que desaparece en el paisaje. Se sumerge en el agua y se funde con la naturaleza. Las inmersiones son como un viaje al otro mundo. Un viaje difícil y hermoso. Y cuando sale del agua es también un nacimiento, como cuando se sale del líquido amniótico, pero para ir hacia la muerte.
La película lleva una carga muy pesada: el último papel de Gaspard Ulliel...
Fue terrible. Cuando recibimos la noticia, estábamos terminando la edición.
El día que murió estuvimos comunicándonos por mensajes de voz. Durante el rodaje Gaspard me había manifestado sus dudas; tenía miedo de no haber estado a la altura de la película. Era un perfeccionista, un actor exigente que dudaba de sí mismo, del personaje, de la película quizás. Le respondí en este mensaje de voz que estaba muy feliz con la película, con él y con la química que había construido junto a Vicky. En el último plano de la película, es él quien desaparece en un barco. Estábamos abrumados porque parece un presagio.
Recuerdo a Gaspard constantemente y recuerdo lo feliz que fue durante el rodaje. Debido a la pandemia, solo un grupo muy pequeño del equipo francés pudo viajar a Noruega. Éramos como una familia atrapada en cuarentena en un lugar absolutamente mágico.
GALERÍA DE FOTOS
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