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NOTAS DEL DIRECTOR...
Desde hace varios años, he estado sopesando la idea de dirigir.
En cada proyecto que hago intento sumergirme en el proceso de dirección, además de en la psicología de los personajes.
La construcción de los sujetos en el guión es algo que me interesa profundamente. Para lanzarme a escribir, era vital que la historia tuviera conexiones con mi infancia, sin llegar a ser autobiográfica, pero con un toque personal que me permitiera contarla desde lo más profundo de mi ser.
Durante el período de cuarentena de 2020, junto a Deborah François, comenzamos a escribir "Mi soledad tiene alas". Desde el primer momento, tuve claro que mi hermano Oscar sería el protagonista, quería darle el personaje que me hubiera gustado interpretar a su edad: un personaje introspectivo, lleno de matices, con una sensibilidad oculta y en pleno viaje hacia la madurez.
Mi intención era mostrar en un largometraje la pureza de las amistades que se forman en los barrios más obreros. Quería profundizar en aquellos vínculos que te marcan para siempre cuando te enfrentas a una vida con pocos recursos dando así un espacio en la gran pantalla a este tipo de historias.
Uno de los temas principales de la película es el descubrimiento del primer amor y la transición de la niñez a la edad adulta, una etapa en la que nuestra perspectiva del mundo que nos rodea cambia, al mismo tiempo que lo hacemos nosotros. Es en esta experiencia de Dan con el mundo la violencia cobra un peso significativo. Ya se deba a su relación con su padre o a la educación proporcionada por este, Dan siente que su lugar no está donde la sociedad le indica.
"Mi soledad tiene alas" refleja el conflicto interno del protagonista y nos hace preguntarnos si es posible escapar de las herencias familiares y de las huellas que nos dejan infancias complicadas cargadas de violencia.
Óscar Casas protagoniza este film con un cambio físico radical, ya que perdió más de 8kg para convertirse en Dan.
Los debutantes Candela González y Farid Bechara lo acompañan, habiendo sido seleccionados en un largo proceso de casting que duró más de un año y en el que se valoraron miles de personas de toda España.
Para la preparación de sus personajes, los actores se sumergieron en un proceso de preparación de tres meses previo al rodaje.
El casting cuenta además, con otros actores no profesionales y también nombres veteranos, como Francisco Boira (La mala educación) o Marta Bayarri (Félix, La riera) En cuanto a la dirección de actores, tenía claro que quería contar con un reparto fresco, con actores jóvenes cuyo origen fuera de los barrios donde yo crecí con el fin de que empatizaran con la historia y la hicieran suya. De esta manera serían capaces de aportar verdad a los personajes y al relato, huyendo de juicios, con su propio bagaje emocional.
El proyecto "Mi soledad tiene alas" supone la ópera prima de Mario Casas, actor reconocido en la filmografía española y que por primera vez, se pone detrás de las cámaras con un guion co-escrito con Debora François.
La película es continuamente una búsqueda de la verdad y desde el inicio Mario quería reflejarla en absolutamente todas las capas de la película: desde los actores, hasta las localizaciones, el trabajo de cámara, etc.
Mario escribió el guión pensando ya en su hermano Óscar Casas como el protagonista pero la búsqueda de los otros personajes principales de la película nos llevó a un intensa búsqueda que se extendió durante más de un año por toda la geografía española de la mano de los directores de cásting Alejandro Gil y Judith López. Mario buscaba a los personajes y los encontró en los debutantes Candela Gónzalez y Farid Bechara.
Tuvimos claro que esa naturalidad también debía respirarse en el arte y las localizaciones, yendo a barrios donde transcurre la historia, huyendo de decorados y apostando 100% por localizaciones naturales. Fueron necesarias más de 50 localizaciones entre Madrid y Barcelona rodando en barrios que respiraran el universo de Dan como La Mina, Ciutat Meridiana, Santa Coloma, Bellvitge, etc. donde grabamos persecuciones, alunizajes y atracos llevándonos a transformar desde cero comercios reales para no renunciar al realismo que queríamos. Incluso los vecinos del barrio
participaron como figurantes, lo que ayudó a aportar realismo a cada secuencia.
En cuanto al diseño de vestuario, era esencial que la ropa acompañara a los personajes y que hablara de su personalidad pero que no los disfrazara. Queríamos definir un look que mantuviera un equilibrio entre lo vintage y lo actual, creando una estética atemporal que funcionara con la película. Buscábamos simpleza y rebuscamos entre las marcas que usaban los “pelaos” lo que nos permitió redescubrir el encanto de marcas como Kill Off, Virus y El Niño.
Los dibujos de Dan, sus graffitis y su arte en general es, por supuesto, un elemento muy importante en la película. Encontrarlo supuso un desafío para todos: queríamos una mezcla entre lo urbano y lo artístico, las acuarelas y el spray. Para esto, Edu Rice era el artista perfecto. Desde el principio le entusiasmó el proyecto y se volcó en él, llegando a alterar su estilo personal con el fin de que se adecuara a lo que Mario tenía en la cabeza. Desde producción, supuso un reto poder encontrar decorados naturales donde poder realizar estas obras urbanas en espacios públicos con la intención de reflejar la realidad artística y social actual. “Mi soledad tiene alas” se rodó durante siete semanas entre Madrid y Barcelona.
Durante la postproducción, se ha cuidado mucho el sonido y la música para que se sintiera la película muy física.
Además, contamos con canciones de artistas urbanos, algunas inéditas, como Sen Senra, Valeria Castro, Rocío Marquez o Bronquío y, además, contamos con una canción original de Morad, “Volar sin Alas”, que creó especialmente para la película para que pudiéramos sumergir y conectar al espectador con esa atmósfera urbana y única que respiran nuestros personajes.
DECLARACIÓN DEL DIRECTOR...
”Ha sido un proceso largo que nos ha llevado más de un año pero a la vez ha sido precioso. Lo más importante para mi, y que se convirtió en casi una necesidad, era encontrar a jóvenes no profesionales que le den una verdad única y especial a la película y que la hagan volar. Además, he tenido la suerte de rodearme del mejor equipo posible, muchos de ellos con los que ya he trabajado antes y confío ciegamente para que me acompañen en mi primer viaje como director".