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ENTREVISTA A LA DIRECTORA...
¿Cómo ha descubierto a Maria Montessori?...
Hace cuatro años trabajé en un documental sobre pedagogías alternativas en el período de entreguerras así que me documenté mucho sobre ella y su obra pues fue la estrella -y la diva- de la educación en esa época. Su vida fue complicada pero también apasionante. Entre 1922 y 1932, el ministro de Educación acudió a ella para transformar en profundidad el sistema educativo italiano y le dio la oportunidad de difundir su método. Pero lo que más me llamó la atención fue que tuvo que abandonar a su hijo para convertirse en la mujer que era.

¿Cómo surgió la idea de una película de ficción?...
Fue el productor Grégoire Debailly, que había visto el documental y con quien había tenido ya oportunidad de hablar de Montessori quien, después del nacimiento de mi hija en junio de 2017 me ofreció trabajar en esta idea de película biográfica. El nacimiento de mi hija fue complicado. Desde el primer momento supe que iba a tener un hijo diferente y por ello él intuía que yo sería capaz de captar esta idea de una manera personal.

El título francés es “La nouvelle femme” ¿de dónde viene?...
Esta es una expresión comúnmente utilizada por los historiadores para designar a estas mujeres feministas, educadas e independientes que en torno al año 1900 habían logrado acceder a puestos profesionales y carreras académicas. En la historia de Occidente, no hemos dejado nunca de reinventar a la mujer y de descubrir que en realidad no eran tontas…

Te has permitido alguna licencia en la alguna licencia en la histórica?...
A lo largo de todo el proceso de escritura, intenté ser lo más precisa posible. Incluso en el supuesto que su discurso tuviera que ser reformulado para que el guion fuera más claro, quería que cada palabra fuera fiel a ella. Para ello me leí muchos libros, tres de sus biografías e incluso su diario personal escrito en 1913 durante un viaje transatlántico y en el que habla mucho de su hijo. También encontré un pequeño manual de treinta páginas sobre su trabajo en el instituto que me fue realmente útil.

En pocas palabras ¿qué significa el famoso “Método Montessori”?...
Es un método de enseñanza heredado de una pedagogía especializada en “niños diferentes” que había desarrollado en Francia. María rápidamente imaginó que, si había obtenido resultados tan sorprendentes con estos niños, para los niños “normales” sería aún más extraordinario. Ella tuvo la oportunidad de ponerlo en práctica desde 1907 en el popular barrio de San Lorenzo, en Roma. El método está basado en material educativo que permite que los niños aprendan por sí solos, guiados por un maestro que los supervisa.

¿Por qué decidiste concentrarte en el período en el que trabajó con niños “deficientes”, como los llamaban entonces?...
Me llevó un tiempo, pero para mí éste fue el momento más interesante de la biografía de María Montessori. Fue el momento en el que tuvo que abandonar a su hijo, en el que todavía no había creado su primera escuela, pero ya trabajaba con niños con necesidades específicas y con ellos experimentó lo que se convertiría después en su método. De ahí surgió en el guion el personaje de Lili, esta madre que se avergüenza de su “hijo diferente” y donde pude volcar mi propio sentimiento de fracaso cuando, al nacer mi hija, me di cuenta que había tenido un bebé que no era normal. El proceso de escritura se fue desarrollando a partir de esta historia y así fui encontrando los resortes dramatúrgicos de la película.

¿Cómo construiste el personaje de Lili?...
El punto de partida fue imaginar a una mujer independiente, sin que su situación se parezca a la de María y Giuseppe. Hacer que fuera una cortesana era crear otro modelo de mujer de la época, poderosa y libre, sin que sus cualidades estén basadas en sus conocimientos académicos, como es el caso de María.

¿La idea de trabajar con niños con discapacidad qué papel jugó en la escritura?...
Al escribir hice una especie de negación porque no podía imaginarme en absoluto cómo podría ser filmar con niños con necesidades específicas. Más tarde, en marzo de 2021, cuando tuve la oportunidad de participar en la Residencia de Cine Emergente, pude considerar por primera vez la realización de la película y de inmediato se volvió inimaginable no ir al encuentro de estos niños.

¿Cómo fue el casting de los niños?...
Reunimos una veintena de ellos y seleccionamos a aquellos con los que nosotros, el equipo, logramos relacionarnos. Fue todo muy rápido, esperando lograr establecer un vínculo fuerte con los niños, que a veces encuentran dificultades importantes para relacionarse y que pueden sentirse excluidos. Esta experiencia influyó de forma decisiva en en la manera en que imagié la realización de la película.

Una vez que la película entró en fase de preparación, tuvo lugar el casting más específico…
Si. Tuve claro que el trabajo con los niños sería el centro de la película así que iniciamos la búsqueda de todos los protagonistas. Algunos de los niños que elegimos tenían dificultades motoras, otros cognitivas, otros trastornos sensoriales… Para trabajar con ellos lo mejor era conocerlos muy bien, saber qué podrían hacer en cada escena o que secuencia les vendría mejor…

¿Cómo encontraste a Rafaelle Sonneville-Caby, la niña que interpreta a la pequeña Tina?...
Estaba en el casting con los demás niños. Su manera de relacionarse con todos nosotros nos sorprendió mucho. Es una niña super inteligente que lo entiende todo. Está muy presente en el mundo, pero tiene una forma diferente de percibir las señales sensoriales. Esta particularidad cognitiva me pareció muy interesante. Durante el rodaje procuramos establecer una distancia entre ella y su personaje, aunque en realidad, ella misma se encargó de ir dando forma a su personaje poco a poco, desde la Tina escondida del principio hasta que florece al final en el instituto.

La mirada sobre los niños con discapacidad en la época de María, pero también en la nuestra, es el meollo de la película…
Absolutamente. Yo misma lo sufrí en el momento en que nació mi hija, por mi desconocimiento sobre las diversas representaciones de la discapacidad. La madre protagonista que se avergüenza es un símbolo de la sociedad que no acepta y que tiene miedo. Reunir al equipo de rodaje y a los niños fue una idea estratégica y una gran experiencia para todos, porque los miedos desaparecen tan pronto como hay contacto. Todos nos dimos cuenta rápidamente que no era necesario ser especialista, sino que era suficiente con trabajar juntos. De alguna manera nos inspiramos en María Montessori que insistió para que se considerara a estos niños siempre capaces de aprender y de trabajar.

Vemos a su hija Sofía en la película…
Si, me planteé que ella desempeñara el papel principal, pero era demasiado pequeña. Sin embargo, sí que aparece en la película, en la única escena en la que vemos a un niño llorando, que fue una escena que mantuve porque me resultaba muy útil y porque era mi propia hija la que lloraba, pues no habría permitido que otro niño llorara en el rodaje. Igualmente me rompió el corazón pues estaba claro que ella no era feliz ahí.

¿Cómo fue trabajar con Leila Bekhti? ¿Qué le aportó al personaje de Lili?...
Leila inmediatamente aceptó interpretar a Lili, a pesar de ser un personaje muy distinto a ella. Creo que es la profunda humanidad de esta actriz la que nos permite admirar al personaje de Lili, pese a que al principio se muestra extremadamente dura con su hija. Hizo una lectura muy detallada del guion y desde el momento que aceptó el papel, mantuvimos una comunicación fluida entre nosotras para trabajar. Leila tiene mucha fuerza como actriz, reflexiona constantemente sobre la coherencia de su personaje y le regaló una emoción que me impresionó mucho. Gracias a ella creo que nunca juzgué a Lili por ser una mala madre. Ella consigue que nos pongamos de su lado incluso cuando su personaje es francamente desagradable.

¿Cómo llegaste a Jasmine Trinca para el papel de María Montessori?...
Desde las primeras versiones del guion pensé en ella para el papel, pero cuando se lo enviamos oficialmente, ella se encontraba rodando su primera película como directora así que se tomó un tiempo hasta que nos dijo que sí. Su participación en la película fue decisiva. Jasmine me hizo amar a María. Cuando escribía el guion, no le tenía mucho aprecio al personaje. Se me hacía una muy dura, autoritaria y ciertos elementos de su biografía me parecieron incomprensibles por lo que quise marcar distancias para poder mostrar sus ambigüedades y ambivalencias. Pero la interpretación de Jasmine le dio vida más allá del bien o del mal y en el set parecía como si la auténtica María Montessori nos hubiera hecho una visita.

Al venir del documental ¿te daba miedo trabajar con actores?...
Mucho. Y me di cuenta que no tenía en absoluto experiencia en ello, por lo que tuvimos que hacer muchos ensayos y prepararlo todo de manera muy precisa para poder concentrarme en la dirección da actores. También leí todos los libros que pude encontrar sobre el tema e hice talleres para prepararme.

¿Cómo construiste la imagen tan sofisticada de la película?...
Hacía tiempo que quería rodar una película de estética clásica. Quería integrar a los niños en un entorno visual opuesto a lo que sería un documental.
Quise rodar con película, pero resultó imposible por cuestiones presupuestarias, pero me mantuve fiel a la idea de filmar a los personajes con una estética y en unos espacios deslumbrantes.

Para ello, la luz juega un papel importante. ¿Cómo trabajó con su director de fotografía, Sébastien Goepfert?...
Mi objetivo era hacer una película con un aire romántico y para conseguirlo hubo que trabajar mucho la parte de la iluminación. Casi ninguna secuencia fue filmada con luz natural, lo que supone un esfuerzo extra. Tuvimos que buscar el equilibrio entre el tiempo que requiere la preparación de cada escena y las exigencias del horario de trabajo, que cuando trabajas con niños son complicadas.

También trabajaste mucho en la preparación del rodaje...
Sí. La película es muy exigente, porque es una película histórica que requiere mucho trabajo previo. En las semanas anteriores al rodaje, como ensayo, filmamos toda la película en el iPhone. Vinieron las actrices y la guionista y yo interpretamos los demás papeles... A partir de ahí, programamos las secuencias y optimizamos el tiempo de rodaje. Cada día, todo el equipo sabía exactamente lo que íbamos a hacer. Esto nos concedió tiempo extra para trabajar más a fondo con las actrices y niños.

Háblanos sobre el montaje...
El montaje fue laborioso (veinte semanas), pero al final es bastante fiel al guion. En términos de narración, el mayor desafío fue construir puentes que nos permitieran transitar con fluidez de un personaje a otro y dentro de la vida de María, desde su intimidad hasta la presentación de su trabajo. Para dar coherencia a la última parte, donde volvemos a centrarnos en el personaje de María, las escenas finales se convirtieron en el prólogo. Lo que nos permite comenzar y terminar la película sobre ella.

Cuéntanos un poco sobre la música...
La música es de Mélanie Bonis, una mujer de la misma generación que Maria y Lili, una de esas compositoras invisibles para la Historia que dejaron una obra enorme. Tuvo también una vida poco común: enamorada de un chico, al que su familia nunca aceptó, acabó casándose con un viejo industrial con el que tuvo tres hijos. Años más tarde, se reencontró con aquel amor de la infancia y tuvieron un hijo, que al igual que Maria Montessori, tuvo que esconder y abandonar.

¿Cree que el estreno de la película podría ser una oportunidad para un debate más amplio, sobre la atención a los niños con discapacidad?...
Cuando nació mi hija, en la página de Internet dedicada a su enfermedad, se decía que las personas que la sufrían que llegaran a la edad adulta, podían vivir en una institución especializada. Un panorama muy sombrío cuando tienes a un bebé en tus brazos. Todo lo contrario de lo que defendía María Montessori cuyo objetivo era integrar a los niños bajo su cuidado en la sociedad, para permitirles tener un trabajo y una vida independiente. Fue la lectura de sus escritos la que me dio valor. Espero que la película ponga en cuestión la falta de determinación de nuestra sociedad para ser más inclusiva y cambie la percepción de estas personas invisibles durante mucho tiempo y a menudo marginadas, y les demos su lugar en la sociedad. En este sentido, cualquier iniciativa que nos invite a mirarlos con otros ojos creo que es beneficiosa.

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