INFORMACIÓN EXCLUSIVA
NOTAS DEL DIRECTOR...
No sé decir adiós habla principalmente sobre la familia, y más concretamente sobre los códigos de comunicación, o incomunicación, que se establecen entre sus diferentes miembros. La película también enfoca el tema de la familia como canal de transmisión generacional, de cómo la herencia recibida se traspasa de padres a hijos de forma.
Por otro lado, la película también habla de la familia desde otro lado menos racional, más abstracto. La familia es el vacío desde donde emerges y el lugar donde regresas al morir. Con esta frase comienza 'Tormenta de hielo' (Ang Lee, 1997), una frase que me ha acompañado durante todo el proceso de realización de No sé decir adiós.
Definir la familia como un vacío me resulta muy interesante. Desde ahí, la familia aparece como un lugar sin forma, como un concepto abstracto. Un lugar donde se establecen relaciones muy fuertes y a la vez tremendamente frágiles. Una estructura, la familiar, basada en emociones que no atienden a ninguna regla racional. Y también, la familia, como ese lugar al que perteneces y donde, de manera irremediable, siempre acabas volviendo.
Seguramente dirigir esta película ha sido un intento de dar forma a algo tan abstracto para mí como es el concepto de familia.
Otro tema importante en la película es la muerte. El enfoque aquí es la dialéctica entre la aceptación-negación de la muerte. Esta dialéctica es, de hecho, el motor de la película y dibuja otro de los temas que aparecen en No sé decir adiós, la negación de la realidad como forma de supervivencia.
La muerte adopta en la película diferentes significados y es, en todos los casos, una realidad que conforma el día a día de los personajes y de la que todos intentan escapar.
Por un lado está la muerte física, la enfermedad de José Luis, que conforma la trama principal de la historia. Por otro, la muerte emocional, y a diferentes niveles, de Carla y Blanca, sus hijas.
Algo esencial en la historia es entender desde dónde se articula esta negación de la realidad/muerte. Nace básicamente del temor a afrontar el abismo que esta provoca, pero también de la incapacidad para manejar emociones.
En esta película claramente hay un conflicto en los personajes a la hora de asumir sus roles familiares; el rol de padre, el de hija, el de hermana, básicamente, porque conlleva lidiar con emociones que son innatas al hecho de que estos tres personajes conforman una familia. Emociones, por otro lado que han estado por mucho tiempo ocultas como la rabia, el perdón o el amor.
De esta forma, es el miedo a colocarse dentro de la estructura familiar, el miedo a lidiar con estas emociones, lo que provoca la huida. Paradójicamente, ese mismo miedo será el impulso gracias al cual estos personajes se acabarán encontrando, muy a su pesar.
Es entonces en la huida donde se terminarán encontrando.
Serán encuentros codificados; unas veces estructurados desde el silencio, otras desde conversaciones triviales y gestos exteriormente vacíos de significado; gestos que, a la vez, estarán cargados de una gran ternura, de una extrema humanidad.
Carla, Blanca y José Luis llevan huyendo mucho tiempo. Siguen huyendo, y en esta última carrera intentarán escapar de la propia muerte, de la inevitable despedida, ya que para eso tendrían que lidiar con el dolor, la fragilidad y el perdón. Pero será también en esa escapada donde se encontrarán como padre, como hija, como hermana. De una manera torpe, pero a la vez extremadamente tierna, dentro de sus limitaciones, miedos, rencores y heridas mal curadas, harán lo posible por despedirse.
'No sé decir adiós' es una película que resulta ser la evolución natural dentro de mi carrera, después de los cortometrajes que he realizado. Es una película de y para actores, construida desde una estética narrativa y enclavada dentro del drama.
Por otro lado, esta película significa un paso considerable dentro de mi filmografía, no ya solo por el cambio de metraje, sino también porque trabajo por primera vez con un guion que, aún enclavado dentro del drama, incluye también, de manera muy sutil, la comedia.
La idea de trabajar con una historia dentro de este tono fue algo que busqué tras rodar mi último cortometraje, Elena quiere. Me apetecía afrontar una historia alejándome de ciertos criterios demasiado formales, sobre todo a la hora de desarrollar el guion.
Por todo esto comencé a trabajar con el guionista Pablo Remón. Conocía su trabajo por películas como 'Casual Day' (Max Lencke, 2007) y 'Cinco metros cuadrados' (Max Lencke, 2011). En estas películas me interesaba mucho la construcción de personajes, la manera en que estaban trabajados los diálogos, dando voz a unos personajes que resultaban muy cercanos, muy familiares, muy nuestros. También me parecía muy interesante en cómo manejaba la comedia en sus guiones, una comedia que surge desde la cotidianidad, desde el cotidianismo, como diría Fernando Fernán Gómez.
Esta fue la manera en la que enfocamos el tono general de la película durante la escritura de 'No sé decir adiós'; queríamos dibujar a unos personajes muy creíbles, que resultaran muy familiares. La idea también era generar una sensación general de cercanía a estos personajes y a las situaciones que se desarrollan en el guion.
Durante el proceso de escritura ya me planteaba cómo iba a encajar una historia construida dentro de un tono más vivo, más cercano, más cotidiano, dentro un lenguaje cinematográfico que había vertebrado todos mis trabajos anteriores y que en definitiva me define como director. Este es un lenguaje formal, austero en la puesta en escena, que apuesta por el encuadre y la composición como principal elemento narrativo y de gran economía a la hora de mover la cámara.
Creo que, en este sentido, el proceso de construcción de la película ha resultado muy interesante. Desde el principio la apuesta era crear una dialéctica entre lo físico y lo estático, entre texto y subtexto, para generar desde ahí una sensación de perturbación, de extrañeza, de desamparo. Conceptos todos estos que conectan con cómo se relacionan los personajes con su entorno y con ellos mismos en esta película.