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CRITICA
Por: PACO CASADO
Carla lleva años sin hablar con su hermana, pero un día recibe una llamada inesperada de su parte alertándola de que su padre, con quien mantiene una complicada relación, está enfermo terminal y al que le quedan pocos meses de vida. Pronto toma un vuelo y se persona en la que fue la casa de su infancia.
Al principio Carla se niega, pero después toma la decisión de sacar a su padre de su pequeño pueblo de Almería para llevarlo a Barcelona, convencida de que allí podrá encontrar cura.
Juntos emprenderán un viaje contrarreloj en el que intentarán escapar de la muerte y aprovechar para recuperar el tiempo perdido.
La familia estaba compuesta por dos hermanas, Carla ellas decidió dejar la casa familiar para vivir su vida y su carrera en la gran ciudad de Barcelona; Blanca se queda en el pueblo en Almería al cuidado de los padres y cuando la madre muere se hace cargo de él.
Cuando éste empeora en su enfermedad, las hermanas han de volver a reencontrarse para afrontar el duelo que les supone la nueva situación que comienza con el recuerdo de un álbum de fotos donde la infancia, la adolescencia, los sabores y los olores comunes se hacen presente en sus vidas, hasta ese momento.
Separadas en la distancia por los kilómetros y sus diferentes trabajos, han de recuperar el tiempo perdido entre sí y con el padre.
Todos se necesitan, han de abandonar la soledad, reanudar los vínculos, dejar a un lado los miedos y la cobardía, porque cuando las palabras no salen, ante la desolación y la aceptación de una muerte anunciada, han de tener la suficiente valentía y fuerza para poder afrontar el adiós.
El guion se centra prácticamente en la relación que se estable entre los tres protagonistas de esta dramática historia entre los que emergen las emociones, los sentimientos, el cariño, que afrontan con gran efectividad, con honestidad los personajes a los que define muy bien el contraste entre las dos hermanas.
Carla es de un carácter fuerte y variable en cuanto a su manera de expresarse y de mostrar sus sentimientos. Vive sola, trabaja en una empresa vendiendo pisos y naves industriales y apenas se relaciona con nadie. Sale, se divierte, toma droga y bebe en una carrera autodestructiva. Su carácter es arisco y de ahí que no posea pareja y que tenga esos ataques bruscos en sus espontáneas expresiones y actitudes.
Por su parte Blanca es totalmente diferente, la otra cara de la moneda, afincada en su hogar y dedicada a su familia, es una trabajadora que saca su casa adelante, con una hija estudiosa y un marido, Nacho, sin empleo; ella lleva la autoescuela de la familia en la que el padre, a pesar de su edad y de su enfermedad, sigue siendo profesor. Su única salida y liberación es su afición al teatro y su vocación de actuar por lo que está en un grupo escénico de aficionados.
Entre las dos hermanas se termina establecido un duelo proveniente de sus caracteres tan distintos y su forma de pensar con respecto a su padre, que constituye el tercer lado del triángulo, un hombre seco, poco hablador, que hace lo que quiere, no obedece a los médicos, fuma, bebe y muy dado a echar en cara sus sentimientos sobre los demás.
Ni que decir tiene que buena parte de los méritos de esta película se lo llevan los tres actores principales, la estupenda Nathalie Poza y el veterano Juan Diego, cuya buena labor es compensada con los premios obtenidos, así como la reconocida Lola Dueñas.
Por parte de la dirección destacar la experta mano del madrileño Lino Escalera en dejarlos hacer y en la conducción del relato, aunque a veces se hace un poco reiterativo en algunas situaciones.
Cuatro premios en el Festival de cine en español de Málaga: Biznaga de plata a Nathalie Poza, a Juan Diego, al guion y un Especial del Jurado a Lino Escalera.
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