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Etiquetas: Drama2020Ryan EggoldEliza Hittman
NUNCA CASI NUNCA A VECES SIEMPRE
INFORMACIÓN
Titulo original: Never Rarely Sometimes Always
Año Producción: 2020
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 101 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de16  años
Género: Drama
Director: Eliza Hittman
Guión: Eliza Hittman
Fotografía: Hélène Louvart
Música: Julia Holter
FECHA DE ESTRENO
España: 25 Septiembre 2020
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Universal Pictures


SINOPSIS

Autumn, una apática y callada adolescente, trabaja como cajera en un supermercado rural de Pennsylvania. Viéndose obligada a sobrellevar un embarazo accidental y sin alternativas viables para poder realizar un aborto en su propio estado, ella y su prima Skylar reúnen algo de dinero y se embarcan en un autobús rumbo a Nueva York. Con la dirección de una clínica apuntada en un papel y sin un lugar en el que pasar la noche, las dos chicas se adentran en una ciudad que desconocen...

INTÉRPRETES

RYAN EGGOLD, THÉODORE PELLERIN, TALIA RYDER, KIM RIOS LIN, SIDNEY FLANIGAN, DREW SELTZER, LESTER GREENE, BRETT PUGLISI, AMY TRIBBEY, BRIAN ALTEMUS, CAROLINA ESPIRO, AURORA RICHARDS, APRIL SZYKERUK

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- Festival de San Sebastián 2020: Premio TVE "Otra mirada"
- Festival de Berlín 2020: Oso de Plata, Premio especial del Jurado

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BASADA EN LA REALIDAD...
   Desde su primer largometraje, It Felt Like Love (2013), al que siguió Beach Rats (2017), la guionista y directora Eliza Hittman está considerada como una nueva e importante voz en el cine independiente, con una perspectiva diferente y un estilo sumamente evocador. Ambas películas destacan por su enfoque lúcido y auténtico sobre los jóvenes los momentos clave de la vida. Su esperada tercera película, NUNCA, CASI NUNCA, A VECES, SIEMPRE llega para contarnos una historia ambientada en un mundo real y con unos personajes muy cercanos interpretados por dos talentosas actrices, Sidney Flanigan y Talia Ryder, hasta ahora desconocidas en la gran pantalla.

   Aunque NUNCA, CASI NUNCA, A VECES, SIEMPRE se hace eco del momento político actual y del tema de los derechos de las mujeres en cuanto a salud y reproducción, el origen de la película se remonta al final del otoño de 2012. Fue entonces cuando el mundo se enteró de la muerte de Savita Halappanavar, una mujer irlandesa de 28 años que en un momento dado de su embarazo empezó a tener un aborto natural e ingresó en un hospital de Galway donde su caso se complicó y se agravó. A pesar de pedir repetidamente que le realizaran un aborto con urgencia, el hospital se negó. Falleció de sepsis el 28 de octubre de 2012, una semana después de ingresar en el centro.
   “Recuerdo leer sobre lo que le ocurrió a Savita Halappanavar y sentirme muy mal”, dice Eliza Hittman. “Me metí en Internet y empecé a leer acerca de Irlanda y de las leyes antiaborto; me enteré de que se consideraba un delito grave”.
   Algunas mujeres conseguían abortar viajando a países en los que era legal. Uno de los libros que leyó la realizadora fue Ireland’s Hidden Diaspora: the ‘abortion trail’ and the making of an Irish-English underground, 1980-2000, escrito por Ann Rossiter, donde se documenta el sistema que se fue desarrollando de ayuda y apoyo a las irlandesas que debían desplazarse a Inglaterra para abortar. La “ruta secreta” se hizo menos necesaria a partir del año 2000 con Internet y con un cambio en las leyes inglesas que hizo posible volar en avión de forma barata en el mismo día de Irlanda a Inglaterra.
   Pero los testimonios correspondientes a esas dos décadas conmovieron profundamente a Eliza Hittman. “Pensé que sería una película que me gustaría ver, la historia de esos viajes jamás contados realizados por mujeres”, recuerda. “Escribí un tratamiento de una película que, en principio, tendría lugar en Irlanda, pero vi que era demasiado ambicioso por mi parte. Jamás encontraría un productor que quisiera rodar en Irlanda. Entonces se me ocurrió preguntarme cómo sería la versión estadounidense de la historia”.
   En 1973, gracias al caso Roe contra Wade, se reconoció que una mujer tenía derecho a concluir un embarazo en el primer trimestre, pero los fallos posteriores del Tribunal Supremo abrieron la puerta para que los estados restringieran estos derechos a su antojo. Al imponerse más restricciones y cerrarse más clínicas de interrupción del embarazo, las mujeres debieron salir de sus estados para abortar. A medida que Eliza Hittman reunía información en Internet, descubrió anécdotas que acabarían siendo la historia que decidió contar. “Leí artículos sobre mujeres que viajaban a Nueva York para abortar y acababan pasando la noche en un banco”, explica. “La ciudad es tan cara que no pueden permitirse alquilar una habitación”.
   La directora empezó a documentarse en Pensilvania, un estado donde las restricciones antiaborto obligan a las mujeres a cruzar las líneas estatales para buscar clínicas legales en Nueva York y Nueva Jersey. Visitó algunos pueblos para ver cómo funcionaban los centros de planificación familiar y qué ofrecían a las mujeres. Se encontró con centros afiliados al movimiento provida que solo ofrecen dos opciones, la maternidad o dar al bebé en adopción. En esos centros, la directora seguía los mismos pasos que cualquier paciente: se hacía una prueba de embarazo y hablaba con las mujeres que trabajaban allí. Volvió a escribir otro tratamiento basándose en lo que había descubierto, pero apartó el proyecto momentáneamente tras su maternidad.
   Tiempo más tarde dirigió Beach Rats, estrenada en el Festival de Sundance en enero de 2017 y galardonada con el Premio a la Mejor Dirección. El Festival coincidió con la entrada de Trump en la Casa Blanca y la primera Marcha de Mujeres en Washington D.C., que protestaba contra la campaña electoral de Trump y sus promesas de nombrar a jueces capaces de derogar muchos de los derechos reproductivos de las mujeres. Mientras participaba en la manifestación celebrada en Sundance, Eliza Hittman recordó sus investigaciones hechas años antes. “Sentí la necesidad de releer mis notas, tratamientos y volver a trabajarlos”, dice.
   Durante los meses siguientes entró en contacto con tres mujeres, las productoras Adele Romanski y Sara Murphy (Moonlight, El blues de Beale Street), así como Rose Garnett, directora de BBC Films, que decidieron ayudarla a levantar el proyecto.
   Rose Garnett, directora de BBC Films desde marzo de 2017, había visto Beach Rats cuando se estrenó en el Reino Unido. Después de visionar It Felt Like Love, tenía muchas ganas de conocer a Eliza Hittman y hablar con ella de su siguiente proyecto. “Las películas de Eliza me llenaban de entusiasmo”, comenta. “Le gusta entrar en los mundos que crea; demuestra una empatía por sus personajes que no suele verse a menudo en la pantalla”.
   En principio, la BBC apoya películas que tienen algo que ver con el Reino Unido, pero Rose Garnett explica que tampoco se imponen restricciones geográficas. “El desarrollo es el núcleo de todo lo que hacemos”, afirma. “Desarrollamos esta película con Eliza desde el primer momento. Debía crecer en el lugar que ella considerase mejor para la historia que deseaba contar. Al fin y al cabo, el cine es una conversación global que carece de fronteras”.
   A las productoras Adele Romanski y Sara Murphy también les apetecía trabajar con la directora. “Adele y yo somos fans de Eliza desde que vimos It Felt Like Love”, dice Sara Murphy. “Lo que más sorprende de Eliza es que hace un cine absolutamente naturalista, humanista y determinado. Quiere encontrar la autenticidad tanto en el casting como en los decorados o el vestuario. No se conforma con acercarse, busca la realidad. Es su meta”.
   Para continuar conseguir el objetivo, Eliza Hittman regresó a Pensilvania para documentarse mejor y volver a visitar algunos de los centros de planificación familiar. Gracias a sus viajes anteriores creyó que lo mejor era que los personajes principales viviesen en la zona de las minas de carbón del centro del estado. “La región parece estancada en el pasado, aunque no está a más de dos o tres horas de Nueva York por carretera”, explica. “Me sentía fascinada por estas pequeñas ciudades mineras creadas como algo provisional, pero que crecieron gracias al carbón. Ahora las minas han cerrado y los pueblos se han quedado aislados en medio de la nada”.
   Sus recorridos por Pensilvania le fueron de gran ayuda para concebir los personajes y encontrar detalles que los hicieran más realistas. “Me inspiré en las jóvenes con las que me cruzaba en esos pueblos”, recuerda. “¿En qué trabajaban, qué les interesaba? No se iba a mencionar ningún pueblo en concreto en la película, pero como guionista era importante, incluso necesario, ser específica”.
   El personaje principal, una chica llamada Autumn, estudia en el instituto y también trabaja como cajera en el supermercado. Nunca sabemos por qué se queda embarazada; unas pocas escenas nos dejan entrever su vida familiar. Numerosas escenas al principio de la película enseñan a Autumn sola, regresando a su casa después de estar en un concurso de talentos, despertándose en su cuarto o enfrentándose al hecho de que su cuerpo está cambiando. “Me pareció importante que estuviéramos a solas con Autumn y estableciéramos una conexión mediante su comportamiento solitario”, comenta Eliza Hittman. “Quería que el espectador viera que esconde algo, que hay más”.
   La mejor amiga de Autumn es su prima Skylar, que también va al instituto y trabaja de cajera en el supermercado. Inteligente y cariñosa, no tarda en preocuparse cuando se da cuenta de que a su prima le pasa algo. Cuando por fin convence a Autumn de que confíe en ella, Skylar se ocupa de organizar el viaje a Nueva York. La directora decidió que las personalidades de las dos primas serían muy diferentes. “Skylar es inocente y optimista, lo opuesto de Autumn. Tampoco sabe muy bien cómo enfrentarse a la situación, pero su energía desbordante hace posible que las dos emprendan el viaje”.
   Nada sucede como esperaban cuando llegan a Nueva York. Consiguen encontrar el camino desde la estación de autobuses hasta la clínica en Brooklyn, pero allí se enfrentan a un grave contratiempo. Creían que se solucionaría en un día y se enteran de que deberán quedarse dos noches en una ciudad enorme que no conocen y les intimida. Tirando de su maleta por la calle, el metro y otros lugares públicos, las primas deben evitar los peligros de una gran ciudad mientras pasan el tiempo entre las citas para acudir a la clínica.
   Eliza Hittman terminó el guion en otoño de 2018.
La precisión con que estaba escrito impresionó a las productoras Adele Romanski y Sara Murphy. La minuciosa descripción de la precaria situación de los personajes abría la puerta a una película intimista, emotiva y realmente fascinante. “La magia del guion residía en que nunca desvelaba lo que ocurría en la siguiente página”, explica Sara Murphy. “Eliza aportó elementos muy matizados a la narración para crear una especie de tensión durante toda la película. Algo cambia con cada paso. No se trata tanto de las decisiones de Autumn como del viaje y de los obstáculos que encuentran”.
   El retrato de las dos jóvenes y de la profunda amistad que las une conmovió a Adele Romanski: “La relación entre Autumn y Skylar es maravillosa porque se basa en un apoyo incondicional. No se trata del porqué y del cómo ocurrió, eso no importa. Skylar no cuestiona la decisión de Autumn. Me parece maravillosa. También es algo que no suele mostrarse en este tipo de experiencias”.

EL CASTING...
   La directora y las productoras empezaron a buscar a dos actrices para los personajes principales en otoño de 2018. Vieron a más de cien candidatas para el papel de Autumn entre actrices profesionales y alumnas de institutos. Un punto de referencia para Autumn había sido Sidney Flanigan, a quien Eliza Hittman había conocido brevemente cuando su compañero, el montador Scott Cummings trabajaba en una película en 2012. La pareja la había seguido a través de los vídeos que colgaba de sí misma tocando la guitarra. “Estábamos cautivados por los vídeos que Sidney colgaba en Internet; capturaban algo realmente auténtico de lo que significa ser una adolescente, el dolor, la vulnerabilidad”, explica la directora. “Cuando empezamos a buscar a una intérprete para Autumn lanzamos redes por todas partes, pero no me convencía nadie. Seguía pensando que buscábamos a alguien como esa chica, como Sidney. Al final, en diciembre, Scott y yo le escribimos y empezamos a hablarle de la película”.

   Sidney Flanigan reconoce que, en un principio, la idea no le interesó. Se tomaba la música muy en serio y no tenía el menor interés en ser actriz. Pero empezó a cambiar de opinión después de mantener una conversación por Skype con Eliza Hittman y saber más acerca de la trama y de los personajes. Y al acabar de leer el guion, estaba dispuesta a intentarlo. “La historia me pareció importante. Es una visión muy realista de lo que puede ser esta experiencia”, explica. “El guion tenía mucha fuerza. Me gustó sobre todo que se centrara en los personajes y en su experiencia personal en vez de intentar hacer una declaración de principios”.
   Si Autumn siente miedos, ansiedad o pánico por su embarazo no deseado, nunca los verbaliza. Tampoco parece querer pedir ayuda e incluso le cuesta hablar con su prima. “Autumn tiene mucho carácter y tiende a solucionar sus problemas sola”, comenta la joven actriz. Skylar se esfuerza en conseguir respuestas de su amiga y en hacer que hable. Quiere ayudarla, pero Autumn se resiste al principio. Intenta solucionarlo sola, pero está decidida a hacer lo que haga falta”.
   La coprotagonista de la historia es Talia Ryder, que llegó al proyecto a través de una agencia. Estudió danza y empezó a actuar profesionalmente a los 12 años. Fue una de las candidatas a las que más pruebas hicieron con Sidney Flanigan. Curiosamente, las dos nacieron en Buffalo, aunque Talia Ryder hace varios años que vive y trabaja en la ciudad de Nueva York. “Buscaba a alguien que tuviera una química al estilo yin/yang con Sidney”, explica Eliza Hittman. “Encajaron enseguida porque las dos son de Buffalo. Talia es algo más joven que Sidney. Tiene una ligereza y una especie de chispa que la complementan con Sidney y ayudan a que la historia avance. Son una combinación perfecta”.
   Skylar no solo es una optimista nata, también es pragmática e inteligente. Está muy acostumbrada a gestionar situaciones con extraños y hombres como Rick, el director del supermercado, que besa la mano de las dos chicas cuando le llevan el dinero de las cajas. “Skylar es lista”, comenta Talia Ryder. “Ha entendido cómo funciona el mundo. Ve la injusticia a su alrededor. Se dio cuenta muy pronto de la diferencia entre chicas y chicos, así como del poder que significa ser una mujer joven y lo que eso le permite conseguir”.
   Aunque las dos actrices conectaron casi de inmediato, solo disponían de dos días de ensayo para cimentar la profunda relación que existe entre sus personajes. Para ayudarlas a prepararse, la cineasta les entregó un cuaderno a cada una con preguntas diferentes, algunas muy personales, para alentarlas a escribir sobre sí mismas y sus vidas. Las dejó a solas para que contestaran a las preguntas y lo hablaran entre ellas, asegurándoles que nadie más leería lo que escribirían. Eliza Hittman explica qué la empujó a escoger esta estrategia: “Era crucial que se conocieran más profundamente y que se creara una relación especial entre ellas, diferente a cualquier otra en el plató”.
   Los hombres son una eterna complicación en la vida diaria de las chicas, tanto el hiriente padrastro de Autumn, Rick del supermercado o los extraños con los que se cruzan en el viaje. Théodore Pellerin (la serie “Llegar a ser Dios en Florida”) es Jasper, un chico algo mayor que empieza a hablar con Skylar en el autobús que las lleva a Nueva York. No se inmuta ante los educados cortes de Skylar e insiste, convencido de que ligará con dos chicas tan bonitas.
   La idea del personaje le vino a la directora durante uno de los viajes en autobús que hizo para documentarse. “Había un chico que no llevaba ropa adecuada para la época del año”, explica. “Antes de subir al autobús vi que su padre le daba dinero. La imagen se me quedó grabada y le incluí en la historia. Con el tiempo, el personaje acabó siendo alguien al que las chicas recurrirían. Quería que Jasper representara a esos hombres que no revelan nada a primera vista, no sabemos si es bueno, malo o todo lo contrario. Théodore borda el papel, mantuvo la ambigüedad en todas sus escenas”.
   La madre de Autumn es Sharon van Etten, la aclamada cantautora que ha empezado a dedicarse a la interpretación. Ryan Eggold da vida a Ted, el padrastro de Autumn.
   La directora dice que escuchó los discos de Sharon Van Etten mientras escribía el guion de NUNCA, CASI NUNCA, A VECES, SIEMPRE. “Hace diez años que soy fan de Sharon”, dice. “Ya que su música me inspiró, pensé que sería genial que estuviera en la película. Me gusta trabajar con actores dinámicos, y ella lo es”.

ATENCIÓN SANITARIA DE UN ESTADO A OTRO...

  La directora se documentó en profundidad en cuanto a los centros de atención sanitaria a los que acudiría Autumn en la pequeña ciudad donde vive y en Nueva York. Se familiarizó con las instalaciones, el ambiente y la decoración de los centros de planificación familiar y las clínicas de interrupción del embarazo.
   Los centros de planificación familiar son muy controvertidos, y Eliza Hittman quería enseñarlos tal cual son, sin cortes. Fue muy escrupulosa captando no solo el ambiente de estos centros, sino el comportamiento del personal femenino. “Me pareció importante entender la forma en que piensan las mujeres que trabajan en esos centros, así como reproducir con exactitud su forma de hablar y comunicarse con las visitas”, explica la cineasta. “Son personas amables. Siempre que hablé con ellas, fueron cariñosas. Pero disponen de una información limitada y las directivas son muy claras. Algunos de los diálogos en el guion están sacados directamente de conversaciones que mantuve con ellas”.
   Durante la escritura, el desarrollo y la preproducción, Eliza Hittman también se entrevistó con varias clínicas de interrupción del embarazo, como sucursales de “Planned Parenthood” en Nueva York y Pensilvania, y “Choices”, una clínica en Queens.
   Una asistente social llamada Kelly estaba entre los asesores presentes en el rodaje. De hecho, hace una versión de sí misma en la escena clave que da nombre a la película. “Kelly es empática, amable, ha oído las mismas palabras en numerosas ocasiones”, explica la directora. “Quería que la película fuera creíble. Me ayudó mucho tener a alguien que pudiera decirme exactamente quién hacía qué durante el aborto para asegurarme de que la escena fuera realmente auténtica. No es un documental. Se trata sobre todo de lo que viven los personajes en una situación así; no tenía la intención de enseñarlo todo, pero necesitaba saber realmente lo que ocurría para decidir cómo respondería o reaccionaría el personaje”.
   Sidney Flanigan añade que la cineasta y la directora de fotografía se esforzaron en que no estuviera incómoda durante el rodaje de las escenas en la clínica. “Al principio me sentí algo vulnerable y un poco extraña”, reconoce. “Pero a la vez sabía que tenía el apoyo de Eliza y de Hélène, y de todo el equipo. Cuanto más trabajas con las mismas personas a diario, más cerca te sientes de ellas. Llegó un momento en que entendí lo extraña que debía sentirse Autumn. También me pareció interesante estar dentro de una clínica, ver cómo funciona todo el proceso y la ayuda disponible solo con pedirla”.
   La sensibilidad cinematográfica y el enfoque subjetivo, centrados en los personajes de Eliza Hittman, realzan sutilmente temas que resuenan en toda la geografía de Estados Unidos. La productora Adele Romanski dice: “La película no es directamente política. Ofrece una oportunidad de seguir el recorrido que han vivido muchas mujeres en este país, sobre todo cuando viven en zonas con restricciones y no tienen un lugar al que acudir”.

ACERCA DEL RODAJE...
  NUNCA, CASI NUNCA, A VECES, SIEMPRE se rodó durante veintinueve días entre marzo y abril de 2019, veinticuatro en Nueva York y los restante cinco en Shamokin, Pensilvania.

   Eliza Hittman se alegró mucho de volver a trabajar con la directora de fotografía Hélène Louvart, que logró una belleza sensual e inquietante en Beach Rats. Pero NUNCA, CASI NUNCA, A VECES, SIEMPRE era una historia diferente que requería un enfoque diferente. “Esta película no transcurre en una playa supersexy de noche. Debíamos olvidarnos del trabajo previo, pero ambas sabíamos que podíamos basarnos en algunas ideas que ya habíamos desarrollado”, dice la directora. “Me gusta trabajar con Hélène porque, además de tener mucha experiencia y un ojo maravilloso, entra completamente en la historia, las interpretaciones y el momento. Todo esto se convierte en un don especial utilizando la cámara”.
   Hasta ahora, Brooklyn era el telón de fondo de las películas de Eliza Hittman, un lugar con el que tanto sus personajes como ella misma estaban muy familiarizados. NUNCA, CASI NUNCA, A VECES, SIEMPRE se aleja de este modelo. Autumn y Skylar no tienen nada que ver con Nueva York y el motivo que las lleva a la ciudad no es en absoluto romántico. Cuando no las vemos en la clínica, las dos están casi siempre moviéndose, tirando de sus maletas. “En el cine se ven a menudo personajes llegar a Nueva York y quedarse prendados”, sigue diciendo la cineasta. “Pero no a todo el mundo le gusta la ciudad. Es un lugar duro, lleno de retos, y esto es lo que quise mostrar aquí”.
   Las escenas en las clínicas se rodaron en sucursales de “Planned Parenthood Federation of America, Inc”. La organización no tuvo inconveniente en facilitar el acceso a varias de sus sucursales, no solo en Nueva York, sino también en el centro de Pensilvania. “Planned Parenthood se unió al proyecto desde el principio y todo el personal fue de lo más generoso con nosotros”, explica la productora Sara Murphy. “Nos abrieron las puertas y no tuvieron inconveniente en dejarnos rodar en sus instalaciones. Fue una enorme ventaja”.
   Desde un principio, Eliza Hittman había escogido Shamokin para modelar la pequeña ciudad en la que viven las dos protagonistas, y las productoras hablaron con el Ayuntamiento para conseguir rodar allí. “Fue una gran victoria”, reconoce Adele Romanski. “Tal como se retrata la ciudad, teniendo en cuenta la historia que contamos y el conservadurismo del lugar, rodar en Shamokin era todo un reto. Pero acabaron aceptando y, una vez superado este primer escollo, fueron realmente generosos ayudándonos a encontrar decorados como el supermercado y el instituto. Estas localizaciones facilitarán que el espectador entienda cómo es el lugar donde se ha criado Autumn”.
   NUNCA, CASI NUNCA, A VECES, SIEMPRE se estrena en medio de una campaña presidencial en la que se habla mucho de los temas incluidos en la película. La directora y las dos protagonistas tienen la esperanza de que el retrato intimista del recorrido de las dos jóvenes propuesto en la película hará mella en los espectadores. Sara Murphy acaba diciendo: “Nos haría muy felices que la película diera pie a un diálogo e incluso a una conversación abierta sobre el respeto hacia la complejidad de las experiencias individuales.

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