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SINOPSIS
Una angustiada madre y sus dos hijos gemelos viven en una cabaña en el bosque bajo el influjo de un espíritu maligno. Necesitan estar conectados en todo momento, aferrándose los unos a los otros, llegando incluso a atarse con cuerdas. Pero, cuando uno de los niños se pregunta si el mal es real, los lazos que los unen se rompen, desencadenando una aterradora lucha por la supervivencia...
INTÉRPRETES
HALLE BERRY, PERCY DAGGS IV, ANTHONY B. JENKINS, MATTHEW KEVIN ANDERSON, CHRISTIN PARK, STEPHANIE LAVIGNE, CADENCE COMPTON
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UN OSCURO CUENTO DE HADAS...
La película comenzó como un guion escrito por KC Coughlin y Ryan Grassby.
«Son unos guionistas fantásticos», afirma Dan Cohen, productor de 21 Laps; ya había leído su trabajo y se había reunido con ellos en el pasado cuando le enviaron su último guion de ochenta páginas en la primavera de 2020.
Los guionistas KC Coughlin y Ryan Grassby dicen que cuando empiezan un proyecto «siempre empieza con un “qué pasaría si”. Y este era simplemente “¿y si hay una familia confinada en su casa por culpa de una fuerza maligna exterior que les persigue, pero la fuerza es incapaz de traspasar la seguridad de sus muros?”».
«La mayor parte de lo que habíamos escrito antes eran thrillers, y esta fue nuestra primera incursión real en el cine de terror», dicen Coughlin y Grassby.
Tan pronto como el productor Dan Cohen leyó el guion se puso manos a la obra: «Llamé a sus representantes y les supliqué que nos lo dieran y nos lo dejaran en exclusiva». Cohen se sintió atraído, no solo por su calidad y su longitud, sino específicamente por la forma en que Coughlin y Grasby «escriben como montadores». «Cuando deciden cortar o eliminar escenas», explica Cohen, «encuentran formas de provocar miedo o intriga de una manera que no creo que muchos otros grandes guionistas lo hagan».
El productor Shawn Levy y fundador de 21 Laps dice: «Más allá de lo bien escrito que está, nos encantó la naturaleza terrorífica de la ambigüedad. ¿Es real el mal? ¿Mamá está loca? La historia está escrita con todo lujo de detalles y el vínculo familiar es muy fuerte. A medida que las preguntas se iban respondiendo y el miedo se apoderaba de nosotros, la historia tenía un fuerte efecto en nosotros y nos ofrecía un viaje de suspense tremendamente aterrador y apasionante».
Los guionistas Coughlin y Grassby afirman: «Cuando terminamos el guion (justo al principio del Covid-19 cuando de repente, y por casualidad, todos estábamos atrapados en nuestras casas) sabíamos que teníamos algo especial. Pero nunca hubiéramos imaginado en lo que se convertiría».
En otoño de 2020, el productor Dan Cohen ya había vendido el proyecto a Lionsgate. «Creyeron en él desde el primer día», explica Cohen, «y todo floreció a partir de ahí». Los guionistas continúan: «Que los productores de La llegada y Stranger Things firmaran como los padrinos de este proyecto, y encontrarle un hogar en Lionsgate, y luego conseguir que Alex Aja dirigiera y que Halle Berry diera vida a Mamá, ha sido literalmente un sueño hecho realidad para nosotros». Una parte importante de ese florecimiento fue el talento que empezó a atraer el proyecto. «No podía dejarlo cuando lo leí por primera vez», cuenta Holly Jeter, que había sido agente de Halle Berry durante mucho tiempo antes de convertirse en su socia productora en HalleHolly. «Entonces llamé a Halle y le dije: “tienes que leer este guion”».
«No se equivocaba», dice Berry. «Me encantó. Me flipó. Y enseguida dije: “tenemos que formar parte de esto”». Berry y Jeter se pusieron en contacto con Cohen y el estudio y dejaron claro su entusiasmo y compromiso con el proyecto, que aún estaba en sus primeras fases, aunque para entonces Cohen y el estudio ya habían conseguido que firmara un director.
«Recuerdo que al leerlo sentí un miedo diferente al que suelo sentir en otros guiones», cuenta Alexandre Aja sobre su experiencia al leer el guion inicial.
«Pero lo que realmente hizo que me enamorara enseguida del proyecto fue ese enfoque tan singular y único de la historia moderna a través del código del cuento de hadas clásico».
Aja, cuya distinguida y exitosa carrera como director de terror se remonta dos décadas atrás, sintió que esto sería «muy diferente de todo» lo que había hecho hasta ahora. La historia retrataba un mundo «con muchos símbolos, mucho simbolismo por todas partes, muchas capas... Capas de historia. Capas de psicología. Capas de relaciones. Se parece mucho a un gran cuento de hadas oscuro y aterrador». Como todos los cuentos de hadas, el escenario fantástico refleja un miedo demasiado real: en este caso, «la paternidad», dice Aja. «La relación que puedes tener con tus padres. Lo que tienes que dejar a tus hijos. El trauma, el trauma generacional que va de ti a tus hijos».
Cohen, que llevaba tiempo intentando trabajar con Aja, «se emocionó al saber que había respondido al guion». «Siempre he pensado que es un cineasta tan visual... y por eso pensé, “¿quién mejor para dar vida a este mundo?”».
Entonces, Berry llamó y «fue una llamada increíble», dice Cohen. «Se trata de una pequeña película de terror contenida y recibir una llamada de una increíble actriz ganadora de un Oscar® queriendo hacerla fue algo realmente único... Ella ha explorado todos los géneros en su carrera, pero no había hecho terror en mucho tiempo». Sin embargo, Berry no estaba interesada en participar solo como actriz. Siempre le había gustado el género de terror, pero con esta película se añadía la emoción de, en sus palabras, «que una familia como esta fuera vista de una forma en que nunca antes se había visto a una familia negra».
«Ella realmente quería profundizar en el proceso», añade Cohen. «Alex [Aja] y yo, como director y productor, teníamos una visión específica del mundo [de la historia]. Y a Halle le atraían muchas de las cosas que queríamos nosotros, pero también otras nuevas en las que no habíamos pensado o quizá algunas en las que no estábamos pensando... Cuanto más y más hablábamos de ello, más parecía que el guion no solo mejoraba, sino que parecía muy real». Con Berry como socia creativa de pleno derecho, la historia de NUNCA TE SUELTES iba camino de cobrar vida.
CASTING DE LOS PROTAGONISTAS...
«Cuando leí el guion por primera vez, una cosa muy obvia... es que la película trata realmente de estos tres personajes. Trata de [Mamá] y de los dos chicos», dice Aja. De hecho, las interacciones entre estos tres personajes ocupan la mayor parte de la historia, y con un personaje central tan complejo como Mamá, Aja sabía que necesitaría «a alguien que pudiera ser... la protección y al mismo tiempo el peligro para estos chicos».
Cuando se le pregunta qué le hizo pensar inmediatamente en Berry tras conocer el guion, Jeter responde: «Realmente quería que interpretara a un personaje multidimensional que estuviera... muy, muy atormentado y en conflicto, pero que tuviera una gran capacidad de amar... [a alguien] a la vez desesperado y temeroso, y sin embargo fuerte y valiente, [que se] cuestiona en su interior si está tomando las decisiones correctas, si está repitiendo los pecados de sus padres».
«Recuerdo la primera conversación que tuvimos [Berry y yo]», relata Aja. «Se trataba realmente de hacer algo que no fuera sólo otra película de miedo». En la teoría del terror de Aja, «la bola de fuego que cae del cielo no es lo que da miedo.
Lo que da miedo es creer a la persona que huye de esa bola de fuego». El personaje de Mamá proporciona un sólido escenario en el que explorar estas ideas. «Mamá es muy complicada», dice Berry. «Está torturada. Creo que ella misma se pregunta si este mal que la rodea es real... y creo que se cuestiona durante toda la película si está haciendo lo correcto. En el fondo, creo que siente que sí, pero esa es la gran pregunta para mí».
El productor Shawn Levy afirma que «los temas de la fraternidad, de la naturaleza frente a la crianza, la verdad objetiva... todos ellos se vieron amplificados por el terror sobrenatural que reinaba. Nos encanta que en el centro de todo haya una madre que hará lo que sea para mantener a salvo a sus hijos y dos hermanos que son lo único que han tenido el uno para el otro».
Cuando conocemos a Mamá, lleva más de diez años viviendo sola con sus hijos.
El mundo, les dice, ha sido invadido por una fuerza nebulosa a la que llama «el Mal», que ha tocado e infectado a todo el mundo. Su cabaña —que, según les dice, es un «hogar bendito de madera antigua», un lema que ella y los chicos repiten todas las noches a modo de oración— es el último refugio del mundo contra «el Mal», pero, aun así, tienen que vigilar y asegurarse de que no entre, los corrompa y los vuelva unos contra otros.
En la secuencia inicial, vemos cómo Mamá sale al porche de su casa. Es de noche, se ha despertado de una pesadilla y ha oído un susurro en el bosque.
Mientras baja los escalones del porche —siempre asegurándose de que alguna parte de ella toca la madera de la casa— el croar de lo que creemos que es una rana cercana se hace cada vez más fuerte. Luego se detiene. Tras un rato de silencio, aparece un nuevo sonido: la voz gorgoteante y ronca del «Mal», procedente de una figura deforme parecida a un cadáver. Mamá se esconde detrás de la barandilla de madera. «El Mal» puede acercarse a ella, pero no tocarla.
Maxime Alexander, el director de fotografía de la película, es un viejo colaborador de Aja, con quien ha trabajado en otros quince proyectos. Cuando leyó el guion por primera vez, «la duda que surgía de la historia» le pilló «totalmente por sorpresa»; es decir, la duda sobre si lo que está viviendo Mamá es real o no.
Para captar las perspectivas cambiantes de la historia, Aja y Alexander trabajaron para crear un lenguaje visual que captara esta dinámica. «La primera conversación que tuvimos sobre la visión de la película... fue la forma en que íbamos a encuadrar... el punto de vista de los niños y el de Mamá», explica Alexander. La diferencia más marcada entre los dos puntos de vista, al menos al principio, es la presencia de manifestaciones del «Mal» en el mundo de Mamá frente a la ausencia de las mismas en el de Samuel y Nolan. «Mamá es la única que lo ve, pero queríamos mantener esa tensión muy alta cada vez que rodamos a los niños», explica Alexander. «Lo hicimos a través del encuadre. Todas las tomas son muy amplias, aunque estemos muy cerca. Y dar mucho espacio, como dos tercios del encuadre... da al público una sensación de peligro».
Para que esta tensión dramática fuera eficaz en la pantalla, los cineastas sabían que no podían confiar sólo en la interpretación de Halle Berry. Tendrían que encontrar actores para Samuel y Nolan que estuvieran a la altura. Una de las cosas más importantes para Halle era encontrar a los actores que encarnaran a sus hijos, que se definen mucho más por sus diferencias que por sus similitudes.
«Como muchos hermanos, a menudo miras y dices: “¿cómo es posible que estas personas vengan de los mismos padres?”», dice Holly Jeter antes de explicarse: «Nolan es muy curioso, cauteloso y escéptico. Es un poco más tranquilo... Le gusta mucho mirar el mundo desde varios ángulos. Se toma su tiempo observando y preguntándose qué más puede haber... mientras que Samuel está lleno de energía. Está completamente volcado con su hogar. Ama cada día que tiene y es increíblemente agradecido. Pero creo que lo interesante de su personaje... es la historia que se ha contado a sí mismo y que le ha permitido creer que este es realmente el camino a seguir».
«Percy [Daggs IV] ya era [Nolan] en su casting», dice Berry. «[Él] lleva el peso de Nolan de forma natural siendo apenas un niño... La mayoría [de los actores] no llevan el personaje en su cuerpo antes de empezar. Eso es un don». Aunque Daggs fue descubierto tarde en el proceso de casting, según relata Cohen, fue seleccionado en cuanto Aja y Berry lo vieron.
De hecho, muchos de los momentos más emotivos de la película dependen de la complejidad de la interpretación de Jenkins cuando Samuel responde a las crecientes dudas de Nolan sobre si Mamá no se estará imaginando «el Mal».
«Creo que lo mejor de Anthony es que se adapta a las peculiaridades de Samuel.
No tiene miedo de ser, el niño que es un poco raro», dice Jeter. No tiene miedo de estar muy comprometido con la dedicación de Samuel». Jenkins describe bien el contraste cuando dice que «Nolan quiere cambiar el mundo, pero Samuel quiere que siga siendo como es».
PREPARÁNDOSE PARA LOS PAPELES...
Parte de lo que hace que esta dinámica familiar sea tan interesante es que lo que aprendemos sobre Mamá nos hace creer que en realidad son ella y Nolan los que son «muy, muy parecidos», como dice Aja. «Cuando Mamá era niña huyó de esa casa... creció con una familia muy religiosa, violenta y fanática que creía que “el Mal” estaba en el mundo». Ahora es Nolan quien no puede creer que — al igual que su madre creyó una vez— «la vida en medio de la nada es mejor que la vida en el mundo exterior», explica Aja.
La historia de Mamá solo se menciona fugazmente, aunque, en un caso, de forma bastante memorable, en una escena en la que «el Mal», bajo la forma de Papá (William Catlett), se pasea por la casa y pide ver a sus hijos. Gracias a esta aparición nos enteramos del verdadero nombre de Mamá (June) y podemos echar un vistazo a la persona que era antes de que «el Mal» la obligara a esconderse en la cabaña de sus padres. Hay otros detalles dispersos, como el tatuaje de una serpiente en su espalda (un motivo recurrente a lo largo de la película como símbolo de las «fuerzas malignas que cambian de forma», en palabras de Aja, «presentes en [la religión judeocristiana] y en otras tradiciones y mitologías»), así como la cámara instantánea que saca para mostrar a Nolan y Samuel destellos de su vida pasada.
«El cuerpo de mamá cuenta su historia», dice Berry. «No hay mucho escrito, pero hay pistas... Tatuajes en su cuerpo, una gran cicatriz que le baja por la frente, quemaduras de cigarrillo, cortes en la muñeca... Ha tenido que perseverar. Ha tenido que sobrevivir», lo que la película da a entender que implicaba huir de Papá. Berry también investigó cuáles podrían haber sido los orígenes de Mamá estudiando el caso de los niños Turpin, cuyos «padres eran muy, muy religiosos y los aislaron y encerraron en casa» durante toda su vida. También estudió «la esquizofrenia porque... tanto si sufre esquizofrenia como si padece algún trastorno disociativo de la personalidad, después de diez años en medio de la nada... tienes bastante limitada tu capacidad de expresarte y de funcionar...».
«Intenté indagar en todas las vías que pude para aportar algo de realidad a lo que creía que podría ser esta mujer, para luego ir viendo cómo todo eso se asentaba en mi cuerpo».
Para transformar su cuerpo en el de Mamá, Berry confió en las habilidades de su maquilladora de toda la vida, Norma Patton-Lowin, quien —además de hacerle todas las cicatrices, quemaduras y tatuajes— recomendó a la actriz que se preparara para el papel haciendo de todo, desde morderse las uñas («cortárselas no funcionaría», explica Patton-Lowin) hasta dejarse crecer las cejas y «todo el vello corporal que pudiera». Luego, una vez que Berry estuvo en el plató, le mancharon «temporalmente los dientes», cuenta Patton-Lowin. Este grado de inmersión era importante para Berry. «Cuando los dientes se me pusieron amarillos, ya estaba dentro», dice Halle. «Me metí de lleno en el papel».
Berry se empeñó igualmente en reflejar la realidad de Mamá y los chicos a través de su ropa. En la película, la familia solo tenía el vestuario que la madre y el padre de Mamá tenían colgado en el armario. Así que toda la ropa que llevaban ella y los chicos era una adaptación de lo que allí había. Esto se refleja bien en el armario que vemos en pantalla, lleno de ropa holgada y gastada remendada muchas veces.
Sin embargo, el aspecto físico de los personajes tenía que transmitir algo más que una desconexión prolongada del mundo circundante. También tenían que parecer físicamente desnutridos. Berry perdió cinco kilos para el papel: «Ese peso ya afectaba mucho a mi cuerpo», dice. «Me daba un aspecto más demacrado... y luego Norma [Patton-Lowin] se encargó de resaltar esa demacración, lo que me pareció fantástico para el personaje».
Patton-Lowin describe tres fases en el proceso para lograr ese aspecto de inanición en el personaje de Mamá. «Las dos primeras fueron bastante sutiles», dice. «Le oscurecí alrededor de los ojos y le ahuequé los pómulos y debajo de la mandíbula». Luego, en la tercera fase, además de un ahuecamiento más pronunciado, «adquiere un color morado y marrón alrededor de los ojos, como si la piel estuviera adelgazando». «Le contorneé el dorso de las manos para que pareciera que se le veían todos los tendones y se viera que estaba adelgazando por todas partes», explica.
Naomi Backstad se encargó del maquillaje de Jenkins y Daggs; ella y Patton-Lowin se coordinaron para asegurarse de que Mamá y sus hijos estuvieran en «las mismas fases» de inanición. «Anthony [Jenkins] es redondo, de ojos grandes, y tiene un aspecto supersaludable. Así que realmente tuve que trabajar en esculpirle para que pareciera más anguloso y quitarle esa redondez saludable», dice Backstad. Para Nolan, «Percy [Daggs] tiene una estructura ósea más fina», añade Backstad. «Así que cuando lo sombreé y cuando lo destaqué, realmente trabajé más en las pecas con él, mucho más enrojecimiento alrededor de sus ojos». Backstad trabajó en estrecha colaboración con Julie McHaffie, que peinó a los chicos. «No podía parecer que les había [cortado el pelo] alguien que tuviera conocimientos de peluquería», dice McHaffie. «Así que intentamos que todo quedara muy tosco y como cortado con una navaja». En cuanto al pelo de Mamá, Berry lo expresa brevemente cuando dice: «Pregúntate: si vivieras en medio del bosque durante diez años y no fueras a ninguna parte, ¿cómo sería tu pelo?».
Otro dato importante era el entorno geográfico de la casa. «Esta familia vive en el sur de Tennessee», dice Cohen. «Es un detalle minúsculo, pero hablamos mucho de ello». Esto significaba que los personajes tendrían que tener acento sureño, un reto adicional, dado que Jenkins y Daggs eran actores infantiles, «y solo tienes unas cuantas horas al día con ellos», explica Cohen. «Pero seguimos el ejemplo y el instinto de Halle». Jeter dice que «[Halle] trabajó mucho en el dialecto, para que sonara auténtico. Realmente quería encarnar quién es June (o Mamá)». Daggs, que ya había trabajado en su acento sureño para otra producción, dice que «seguía siendo difícil porque había que modificarlo para que no sonara demasiado sureño, pero sí con la cantidad justa». En busca de ayuda, Jenkins recurrió a una fuente familiar inesperada: «No lo sabía, pero mi padre es sureño. Así que me ayudó con estas cosas». Y si alguna vez tenían problemas, ya fuera con el acento o con otros aspectos de la interpretación, los jóvenes actores podían recurrir a su experta coprotagonista en busca de orientación e inspiración.
«Es genial porque, fuera del plató, [Berry] no usa realmente su acento sureño», dice Jenkins asombrada. «Y en el plató, usa el acento sureño como si lo hubiera estado usando toda su vida». Daggs describe a Berry como «increíble» y «amable», y añade que le ha dado «muchos consejos para mejorar». «Incluso si se te olvida algo, te lo recuerda rápidamente. Siempre está ahí para que los actores jóvenes como yo y AJ [Jenkins] mejoremos». Tanto fuera como dentro del plató, Berry se convirtió en una «madre y protectora de los chicos», en palabras de Cohen.
LOCALIZACIONES Y ESCENOGRAFÍA...
«Hay algo que he descubierto a lo largo de los años», dice Aja cuando se le pregunta por la decisión de rodar en exteriores. «Como cineasta, necesito crear esa experiencia inmersiva, crear el máximo miedo. Necesito crear el mundo donde los actores sientan en un plató de cine. Que sientan que es absolutamente real». La filmografía de Aja es un testimonio de su compromiso con este principio.
«En cuanto leí el guion, no había otra opción. Necesitábamos encontrar una casa en medio del bosque».
«Ya había trabajado con Aja en el pasado y había disfrutado mucho. Así que aproveché la oportunidad de volver a trabajar con él», afirma Jeremy Stanbridge, diseñador de producción de la película. En sus conversaciones iniciales con Aja sobre el guion, Stanbridge captó el «ambiente de fábula, de cuento de hadas» que el director quería construir para la historia y que «el departamento artístico abrazó con entusiasmo». La búsqueda de localizaciones consistió en encontrar una casa que pudiera ampliarse para adaptarla a la visión de Aja, pero igual de importante era encontrar un entorno natural que hiciera justicia a la historia.
«Creo que pasamos mucho tiempo buscando en Google bosques de todo el mundo», dice Cohen. El «paso más difícil», como dice Alexander (el director de fotografía), es que «un bosque puede ser hermoso a simple vista, pero en cuanto intentas captarlo con una cámara se convierte en un muro verde».
Al final, la producción se decantó por una localización a las afueras de Vancouver, en la Columbia Británica (Canadá). «Era una casita abandonada», dice Cohen, «y los bosques que la rodeaban eran increíbles, como naturales, increíblemente musgosos, ecosistemas totalmente diferentes”. Hubo un árbol en particular que impresionó tanto al equipo que decidieron escribir una escena solo para ese lugar: una en la que Mamá está cazando un cuervo y entonces «el Mal» se le aparece como Nolan, sin la mitad de la cara. «Los árboles acabaron siendo bastante icónicos para nosotros», dice Stanbridge; la casa, por su parte, era una casa abandonada. «Nos permitieron hacer reformas bastante importantes, que no nos habrían permitido hacer si tuviéramos que devolverla a un estado habitable». Aunque «la estructura inicial de la casa sigue más o menos ahí», continúa Stanbridge, «no queda mucho de la casa en sí». «Necesitábamos añadir un patio.... y una sala de estar». En opinión de Cohen, el «armazón de la casa» inicial era aproximadamente «el 40% del tamaño de lo que acabó siendo».
La producción tuvo lugar en la primavera de 2023. «El primer día que Halle Berry pisó la casa, sintió que estaba en un lugar real», recuerda Aja. «Todos los muebles, todas las habitaciones eran reales. De alguna manera, había algo que daba miedo».
A Berry, que desde el principio del proyecto se preocupó por transmitir la autenticidad de cada parte de la experiencia de los personajes, «le encantó» que hubiera una bomba de verdad en la cocina que daba servicio al pozo: «La realidad es que no tenemos agua corriente, así que tenemos un pozo. No tenemos electricidad, así que hacemos nuestras propias velas de resina... Esos detalles nos transportan realmente a la realidad de esta familia». En cuanto al bosque circundante, Berry dice que «era aterrador. Hermoso, pero aterrador. Lo que el bosque representa no es seguridad... Parece libertad, pero para los chicos era una especie de tomadura de pelo. Puedes salir, pero sólo puedes llegar hasta aquí». La inmensidad del mundo del más allá contrasta con la «confinada» casa, como observa Berry. «Lo pequeño es como un abrazo», explica. «Nos sentíamos seguros cuando estábamos allí dentro». Pequeño y seguro es también como el vientre materno, lo que resulta apropiado dados los temas de maternidad sobreprotectora que explora la película, especialmente con el uso de las cuerdas como «cordón umbilical», como señala Aja.
El equipo de rodaje, por su parte, aceptó el reto de trabajar en un espacio tan reducido. «Rodamos con una cámara de 65 mm, que es un sensor muy grande y nos da la oportunidad de rodar con objetivos con mucha amplitud extremadamente cerca del sujeto», explica Alexandre. «Da la proporción adecuada a una casa tan pequeña». Además, el equipo instaló ventanas con control de luz que les «daban la posibilidad de rodar de día y de noche, pero también de decidir» cuánto verían «fuera de la casa», añade Alexandre.
Daggs y Jenkins también disfrutaron trabajando en la casa, describiéndola como «preciosa» y «bastante chula», respectivamente. Jenkins era un fanático del sótano, que en la historia sirve como lugar donde Mamá pone a los chicos en una especie de tiempo muerto para limpiarlos de todas las tentaciones en lo que respecta al «Mal». «Quería entrar siempre en él, no porque esté oscuro, sino porque es como un pequeño lugar seguro», dice Jenkins al describir por qué era su lugar favorito en el plató. El marco de la puerta del sótano está tallado con la oración a la «bendita casa de madera antigua» que se repite a lo largo de la película, así como «una talla de árbol... que es otro elemento que utilizamos en varios espacios», dice Stanbridge.
A Daggs, por su parte, le llamó la atención el «increíble» dormitorio que comparten Nolan y Samuel. «Hay huesos y artefactos que Samuel tiene en su lado», dice, “y los dibujos que yo tengo en mi lado”.
«Alex Aja tenía una idea bastante clara de quiénes eran Samuel y Nolan», explica Stanbridge sobre el proceso de creación del dormitorio de los chicos.
«Quería que sus espacios fueran muy diferentes, pero a la vez muy estructurados y profundos». De ahí los dibujos de Nolan, realizados por un ilustrador, que incluyen un mapa del mundo conocido por los chicos, que se extiende desde la casa hasta lo que les permiten ver los más de cien metros de cuerda que les han dado. En cuanto a Samuel, «tiene una personalidad mucho más organizadora y clasificadora», explica Stanbridge, «así que está recogiendo elementos y huesos y plumas y los ha colocado de forma bastante organizada en su lado de la habitación».
El otro decorado importante que Stanbridge y su equipo tuvieron que construir fue el invernadero, donde Mamá y los chicos intentan cultivar más plantas para comer. También es el lugar donde tiene lugar el impactante giro de la película.
Según Maja Aro, la coordinadora de acrobacias, Daggs y Jenkins hicieron ellos mismos la mayor parte de las luchas y peleas de esta escena; «a los dos les encantaba el aspecto acrobático del rodaje», añade. Aro describe este momento crucial como «la primera vez que los chicos están realmente enfrentados Las consecuencias de esta ruptura son inmediatas; sin embargo, a partir de este momento, Samuel y Nolan no tienen más remedio que aferrarse aún más el uno al otro. «La gente se sorprenderá muchísimo de que esta película aterradora les toque el corazón y les diga: espera un segundo», dice Jeter. «No solo da miedo.
En realidad, es profundamente conmovedora».
¿QUÉ ES «EL MAL», DE TODAS FORMAS?: QUÉ DEBE ESPERAR EL PÚBLICO...
«Creo que cada espectador encontrará diferentes interpretaciones de la película», dice Aja. «Ya en el guion era así. El estudio, [Cohen y Jeter], yo mismo, Halle... todo el mundo leyó algo ligeramente distinto, los mismos temas, pero con su enfoque personal.» Todos los que trabajaron en la película se sintieron atraídos por esta ambigüedad, que se acentúa en el acto final. Cuando Samuel se debilita, Nolan tiene que buscar comida solo. Se encuentra con una carretera asfaltada que nunca había visto antes y pide ayuda a gritos.
Más tarde, esa misma noche, Samuel sale a pasear, tras haber oído un ruido, y se encuentra con una chica que dice ser la hija del desconocido (Mila Morgan).
La chica le pregunta qué le ha pasado a su padre y, cuando adivina por la vacilante respuesta de Samuel cuál podría ser la respuesta, huye.
«Yo mismo sigo teniendo dudas sobre quién tiene razón en esta historia», dice Alexander. «Todavía no sé a quién habría creído al final». Y es que se demuestra que ambas perspectivas tienen razón, al menos parcialmente. «Creo que lo realmente bonito de esto es que “el Mal” existe», responde Jeter cuando se le pregunta cuál es la verdad.
En última instancia, son estos giros los que Jeter cree que harán que la película resulte atractiva para el público. «Creo que van a obtener mucho más de lo que esperaban», afirma. «Van a estar al borde de sus asientos... preguntándose un minuto qué está pasando y al minuto siguiente creyendo que lo saben justo antes de que eso cambie de nuevo». Para Cohen, el hecho de que esta historia sea en gran medida un «drama familiar» con «dinámicas universales» —sin dejar de ser una «película de terror»— será el mayor atractivo para los espectadores.
Para Levy, NUNCA TE SUELTES se describe como «una película de casas encantadas diferente a todo lo que hemos visto». Y añade: «La casa es el puerto seguro y el mundo exterior es todo lo que se cuestiona. Hecha a través de los ojos de unos jóvenes vulnerables con un asombro infantil... y con las potentes interpretaciones de Halle y Percy y Anthony... y llevada a la vida por el maestro visual Alex Aja... este es un gran acontecimiento para el cine de terror».
Los productores de 21 Laps subrayan su deseo de contar historias de género con un fuerte núcleo dramático. El fundador Levy dice: «Siempre nos preguntamos: si los extraterrestres nunca aterrizaran, si el monstruo nunca apareciera, etcétera. Tenemos que preocuparnos de verdad por estas personas y querer pasar tiempo con ellas en un drama directo. NUNCA TE SUELTES lo tiene a raudales. Toca muchos temas potentes, desde la pérdida de la inocencia y el trauma generacional hasta cosas que parecen muy oportunas en relación con lo que el mundo ha vivido en los últimos años. Todo ello con una mitología realmente aterradora y única».
Berry cree que todos estos factores servirán para atraer a un público amplio y diverso. «Incluso si no eres madre, conectarás con una madre que ama tanto a sus hijos y… lucha contra todo», afirma. «Vas a tener a Alex Aja y lo mejor que hace, y tienes garantizados algunos sustos y sensaciones fuertes porque realmente Alex lo hace de una manera magistral», añade Berry. «Pero vas a tener una historia que tiene corazón... porque el corazón de la película es esta familia que está lidiando con... un trauma generacional».
Berry es sincera con sus propias experiencias personales y cómo las traslada al personaje de Mamá: «Sé que lucho casi a diario con las decisiones que tengo que tomar como madre, y me pregunto... ¿lo estoy haciendo mejor de lo que lo hicieron por mí?».
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