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NOTAS DE LA DIRECTORA...
Una madre que abandona a su hijo por el bien común; un hijo que se abandona a si mismo y a su propia habilidad de sentir para soportar el peso de la tragedia; y una mujer que abandona su vida para continuar con su única obsesión: la de curarse. Tres personajes que reflejan el difícil equilibrio de llevar una vida plena al tiempo que asumen su propia fragilidad y sus incertidumbres.
'No llores, vuela' es un viaje a través del mundo del arte y la naturaleza que explora el significado de la curación y la muerte. Un viaje que nos obliga a enfrentarnos a la inmensidad de conceptos a veces imposibles de comprender de manera racional como es el amor, el caos y la fe ¿El arte puede curar? ¿Puede la naturaleza ser una variable? Aristóteles decía que los seres humanos sienten dolor cuando van en contra de su naturaleza (ciclos, estaciones, renovación y cambio). Al final, aprendemos que la tarea más difícil en la vida es entender nuestra propia naturaleza y que quizás, el arte nos puede ayudar ya que ofrece la posibilidad de la catarsis y la sublimación.
Nana Kunning (Jennifer Connelly) viaja en busca de este concepto, consciente de que la exploración no se halla en la obra de arte (el objeto en sí) sino en el proceso de creación. 'No llores, vuela' fuerza al espectador a hacer este viaje, el mismo que hace su hijo Iván (Cillian Murphy) para encontrar a su madre. Una travesía hacia el infinito, hacia la blancura absoluta donde no es posible esconderse.
En definitiva, es un viaje hacia dentro, hacia nosotros mismos.