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SINOPSIS
Paul está cautivo en una celda oscura mientras Nerón está decidido a librar a Roma de los cristianos por lo que no duda en ejecutarlos. En ese momento Luke, amigo de Paul y médico, decide arriesgar su vida para ir hasta Roma a visitar a Paul...
INTÉRPRETES
JIM CAVIEZEL, JAMES FAULKNER, JOANNE WHALLEY, JOHN LYNCH, OLIVIER MARTINEZ, ANTONIA CAMPBELL-HUGHES, ALEXANDRA VINO, NOAH HUNTLEY, YORGOS KARAMIHOS, ALESSANDRO SPERDUTI, CHRISTOPHER DINGLI, JOE AZZOPARDI
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El rodaje en exteriores de 30 días en la hermosa isla de Malta para la nueva y emocionante película PABLO, EL APÓSTOL DE CRISTO comenzó en septiembre de 2017. Pero llegar al punto en que las cámaras pudieran empezar a filmar fue un proceso que duró varios años para el guionista y director Andrew Hyatt.
Todo empezó con una fascinación personal por Pablo, de quien podría decirse que es la persona más importante, después del propio Jesús, naturalmente, del Nuevo Testamento. Eso se transformaría posteriormente en un deseo de examinar los últimos días de vida de Pablo de una forma auténtica desde un punto de vista bíblico, pero que a la vez resultara cinematográficamente atractiva.
“Pablo siempre me ha parecido una figura fascinante”, asegura Hyatt. “Cuando pienso en la gracia y la misericordia de Dios, y en quién es la personificación exacta de eso, siempre es Pablo quien me viene a la mente. Alguien que pasa de ser básicamente el mayor perseguidor de los primeros cristianos a ser el mayor evangelizador de la historia del cristianismo”.
Hyatt y el productor T.J. Berden ya habían colaborado anteriormente en “Llena de gracia”, una película sobre la Virgen María, madre de Jesucristo. Cuando decidieron intentar llevar al cine la vida de Pablo, descubrieron por qué tan pocas personas lo habían intentado antes.
“La razón por la que creo que no ha habido muchas películas sobre la vida de Pablo es que su vida es sumamente ajetreada y extensa”, opina Berden. “Casi no parece posible que una sola persona haya podido vivir todo eso; es como si hubiera vivido 100 vidas en una sola. Así que encontrar un hilo narrativo que lo conectara todo supuso un gran reto”.
De hecho, Hyatt empezó el proceso del guion escribiendo un tratamiento sobre la vida de Pablo, como un ensayo que contaba cómo podía retratarlo una película... Y llenó 150 páginas.
Luego, para empezar a escribir el guion en sí, se puso a estudiar la Biblia.
“Ante todo, siempre empezamos con las Escrituras”, afirma Hyatt. “Intentamos construir un mundo y crear un surtido de personajes que se tiene que contrastar todo con las Escrituras. Eso es lo primero, y entonces empezamos a consultar documentos históricos y a incluir ciertas tradiciones”.
Como detectives, leyeron minuciosamente la Biblia en busca de referencias a la vida de Pablo.
“Resulta fascinante porque Hechos, como todo el mundo sabe, solo llega hasta su primer encarcelamiento en Roma, y lo deja ahí”, aporta Hyatt. “Lo que resultó verdaderamente entretenido de este proyecto fue tratar de reconstruir el resto de la vida de Pablo a través de sus cartas y examinar la Segunda Epístola a Timoteo, que está escrita al final mismo de su vida”.
A través de sus investigaciones, Hyatt y Berden descubrieron detalles sobre los últimos años de vida de Pablo que incorporaron a la historia, lo que se tradujo en que Lucas, el autor del Evangelio, se convirtiera en un personaje fundamental del filme.
“Un ejemplo de por qué Lucas tiene un papel tan destacado en la película”, agrega Hyatt. “En la Segunda Epístola a Timoteo, cuando Pablo escribe desde la Cárcel Mamertina, justo al final de su vida, hay un pequeño comentario, al principio de la carta, que dice: ‘Solo Lucas está conmigo’. Vale, así que Lucas está ahora en la cárcel, entonces sigues leyendo y piensas: ‘Un momento, entonces, esto es lo que está pasando en Roma, esto es lo que está pasando con Nerón’. Así que empieza a crearse una hermosa imagen en un hermoso mundo que es fiel a las Escrituras. Vas añadiendo detalles, pero está todo ahí”.
Luego, con toda la documentación, consultaron con expertos que iban desde pastores a eruditos, para asegurarse de que el mundo que habían creado —tanto los personajes bíblicos como aquellos inventados para contar la historia— ofrecían una imagen realista de la iglesia de los primeros cristianos en Roma durante el reinado de Nerón.
El guion despertó el interés de Josh Nadler, director de desarrollo, y de Rich Peluso, vicepresidente ejecutivo, de AFFIRM Films, una filial de Sony Pictures Entertainment.
“Me sentí fascinado —gracias a la labor de documentación realizada por Andrew Hyatt, nuestro guionista y director, y a otros materiales extra que leí— por esos últimos meses de la vida de Pablo”, afirma Peluso. “Y más fascinado aún por el miedo del emperador romano Nerón a los cristianos y el miedo a Pablo, un pobre anciano, machacado y agotado, que lo había dado todo por Jesús. Ver a ese frágil anciano y pensar que el soberano del mayor imperio del mundo le tenía miedo demuestra el poder de Cristo a través de Sus seguidores, a través de Sus creyentes”.
El equipo invirtió otro año trabajando en el guion para encontrar la historia adecuada que contar partiendo de la realidad de la vida de Pablo. Y tal como la historia atrajo a Hyatt, Berden y Peluso, el guion atrajo a ciertos actores.
“Me llegó el guion, le eché un vistazo y pensé: ‘Vale, aquí hay algo estupendo’”, recuerda Jim Caviezel, que interpreta al galeno y evangelista Lucas. “Entonces lo leyó mi mujer y me dijo: ‘Deberías hacer esto’”.
Caviezel y otros actores conectaron con diferentes aspectos de la historia de los primeros cristianos.
“Cuando leí el guion, me quedé asombrado de que Dios eligiera a un grupo reducido de personas cuya fe alimentó la difusión del cristianismo”, opina Caviezel. “En esta película, podemos ver a esas personas, como mi personaje, Lucas, un doctor, un tipo brillante. Pero nunca encontrará la paz a menos que haga lo que se supone que debe hacer, y nadie puede hacerle cambiar de opinión. No sabemos cómo va a ayudar a Pablo, ni siquiera él lo sabe”.
Joanne Whalley interpreta a Priscila que, junto a su marido, Aquila (John Lynch), mantuvo unida a la comunidad cristiana de Roma durante esos oscuros tiempos e incluso continuó cuidando de los pobres y los perseguidos.
“Me resultó muy interesante la importancia que se le daba a Priscila”, aporta Whalley. “Y el respeto dado a Priscila, a sus opiniones, y cómo la valoraban. También me pareció encantadora la imagen que ofrecía de su matrimonio”.
Asimismo, el tratamiento que le daba el guion al personaje de Pablo fue lo que atrajo a James Faulkner del proyecto.
“Son los tiempos extremadamente difíciles de los primeros cristianos, y son los últimos momentos de Pablo para transmitir el mensaje de esperanza, amor y perdón a la comunidad”, explica Faulkner. “Y de hacerles saber que deben aferrarse a su fe, por grande que sea el peligro que corran. Interpretar un papel así es una oportunidad maravillosa para un actor, al tratarse de un personaje tan fuerte, de espíritu indomable”.
En el filme, tras años de privaciones y de peligrosos viajes evangélicos, el espíritu de Pablo se ve sometido a una dura prueba cuando lo encierran en terribles circunstancias en la tristemente famosa Cárcel Mamertina. Se encuentra al mando de la misma el prefecto Mauricio Gallas, un famoso militar trasladado por Nerón a un puesto que odia. El personaje, interpretado por Olivier Martinez, venera a los dioses romanos y sufre una crisis cuando ni la religión ni la medicina romanas pueden hacer nada para curar a su hija moribunda.
Para Martinez, la humanidad de los personajes, incluso en la Antigüedad, es lo que hace relevante a PABLO, EL APÓSTOL DE CRISTO para los espectadores modernos.
“Toda historia que trate sobre seres humanos es una historia moderna”, opina. “Por eso Shakespeare sigue siendo relevante en la actualidad, así como Molière. Las grandes historias nunca mueren, porque tratan sobre seres humanos y sobre la humanidad. Y cada vez que hago una película, intento hablar de los seres humanos tal como yo los percibo. Así que cada película es una nueva experiencia, un nuevo comienzo. Es una experiencia muy interesante como actor, y me encanta hacerlo. Esperemos que se pueda percibir eso en la pantalla”.
Durante el proceso de producción, surgió la duda de dónde podrían dar vida a Roma en los tiempos de Nerón y a Oriente Medio en esa misma época para la película. AFFIRM Films había producido recientemente un drama bíblico, “Resucitado”, en Malta. En esta isla mediterránea se filmaron títulos como “Gladiator (El gladiador)” y “Troya”, entre otros, y muchos de los sets de esas producciones siguen allí.
Además de los sets de rodaje, la propia isla —sus estructuras antiguas y su piedra— ayudaron al diseñador de producción Dave Arrowsmith a encontrar el estilo que quería.
“Nos interesaba especialmente darle un aire distinto a todas las demás películas bíblicas que hemos visto”, explica. “Lo que queríamos era evocar la época, sobre todo el momento en que nos encontramos, en el siglo I, con Nerón, el incendio y todo eso, pero dándole un pequeño giro. Somo muy fieles y precisos sobre los detalles históricos, pero no estamos haciendo un documental, sino una película. Queríamos darle un aspecto propio, basado en la época romana, pero a la vez hacerlo accesible para los espectadores actuales”.
La isla también permitió al equipo recrear otros lugares de Oriente Medio. También utilizaron el yacimiento arqueológico de Ta Hagrat con dos estructuras antiguas.
“Para Jerusalén, una de las cosas que nos interesaba mucho hacer era darle un aspecto muy diferente porque, evidentemente, estamos rodando en Malta, que tiene la piedra del mismo color”, comenta Arrowsmith. “Así que fuimos al yacimiento arqueológico de Ta Hagrat. Me gustó mucho, porque tenía piedras de formas diferentes”.
Una ventaja extra de Malta para el equipo de rodaje era que contaban con una infraestructura de equipos técnicos y artísticos gracias a las numerosas películas que se han rodado allí.
“Cuentan con una asombrosa comunidad cinematográfica, así que pudimos recurrir al talento local tanto para los actores como para el equipo técnico”, recuerda el productor David Zelon. “Normalmente, no se encuentra algo así en un país tan pequeño. Al fin y al cabo, no hay más que 400 000 personas en toda la isla. Aun así, cubrimos la mayor parte de los papeles de reparto y contratamos a la mayor parte del equipo con gente del lugar. Creo que tenemos a 20 países distintos representados, lo que para nosotros es una familia asombrosa”.
Aunque la película muestra distintos momentos de la vida de Pablo, se centra fundamentalmente en sus últimos días, cuando se encuentra en la Cárcel Mamertina de Roma a la espera de su ejecución. Culpan a Pablo y a la incipiente comunidad cristiana de un devastador incendio, que Nerón utiliza como pretexto para perseguirlos. El equipo responsable del proyecto tuvo que mantener un delicado equilibrio para dar vida a la brutal realidad de la antigua Roma, a la vez que mantenían la película apropiada para un público lo más amplio posible.
“Queríamos hacer una película a la que los padres pudieran llevar a sus hijos de 10-12 años, para poder enseñarles algo de la historia de Pablo”, explica Hyatt. “Pero tampoco queríamos crear algo tan aséptico que perdiera el impacto de lo que estas personas tuvieron que pasar. Creo que lo que es verdaderamente importante es que la gente salga del cine sabiendo lo asombroso que fue que esos primeros cristianos conservaran su fe pese a verse rodeados de semejantes tinieblas, y lo violento y aterrador que era el mundo. Aun así, su fe era tan fuerte que nunca consiguieron desalentarlos”.
John Lynch interpreta a Aquila, el marido de Priscila, y se sintió conmovido por esa fe de los primeros cristianos.
“Se enfrentaban a la aniquilación. Se enfrentaban al exilio. Se enfrentaban a muchas, muchas cosas, y aun así seguían acogiendo a la gente, seguían aceptando a la gente”, observa. “Seguían queriendo a la gente, lo que es más fácil de decir que de hacer”.
Con una fecha de estreno prevista para el 23 de marzo de 2018, el equipo creativo responsable de PABLO, EL APÓSTOL DE CRISTO espera que los espectadores encuentren la historia de la vida de Pablo cautivadora, cinematográficamente entretenida y relevante para el mundo actual.
“Quiero que los espectadores salgan del cine llevándose tres cosas concretas”, proclama Peluso. “Una es una fascinación por la persona de Pablo, cómo perseveró y cómo amó en medio de toda esa persecución y en esos últimos meses de su vida, sabiendo que nunca volvería a ser libre, que había dado todo lo que tenía y aun así conservaba su esperanza y su amor por los demás”.
“En segundo lugar, quiero que salgan deseando leer Hechos, para comprender de verdad la historia completa de Pablo y los demás apóstoles. Y en tercer lugar, quiero que se lleven una impresión de la Antigüedad y de cómo vivía esa gente, nuestros antepasados en la fe, cómo vivían en esos tiempos de persecución, cómo vivían con gracia y cómo respondían a eso, y que más o menos entiendan cómo puede aplicarse eso a los tiempos en los que vivimos actualmente”.
Andrew Hyatt, por su parte, espera que la película atraiga a espectadores de diversas perspectivas religiosas, o incluso sin fe alguna.
“Espero que venga a ver la película gente que va habitualmente a la iglesia”, señala. “Pero lo que de verdad me encantaría es que esta película resultara interesante, o al menos atrajera, a aquellos que se sienten indecisos sobre su propia fe. Y sobre todo me encantaría que la viera gente que siente verdaderamente que no tienen perdón, que Dios jamás los perdonará, que la gracia de Dios no es lo bastante grande. Esta película demuestra que sí lo es”.
Para Caviezel, PABLO, EL APÓSTOL DE CRISTO arroja una luz muy necesaria sobre el importante legado de la vida de Lucas.
“El legado de Lucas está ahí mismo, en los evangelios, y gracias a lo que hizo Lucas, sabemos más acerca de quién es Pablo y de lo que estaba dispuesto a arriesgar”, explica. “Lucas y Pablo son héroes porque estaban realmente dispuestos a sacrificar sus vidas, y no lo hacen por ego, sino por verdadero amor. El verdadero amor es lo único por lo que merece la pena dar la vida, y ellos estaban llenos de él”.
Faulkner considera igualmente que el filme puede ser interesante para un público muy amplio.
“La película es universal. Para la gente de fe, es una afirmación importante y una representación interesante de los últimos días de vida de Pablo”, opina. “Para los que no son cristianos, puede servir para recordarles las emociones más elevadas del espíritu humano, y algunas personas pueden, como consecuencia, sentirse impulsadas a llevar una vida mejor”.
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