|
SINOPSIS
Marion y Ben tienen treinta años y se encuentran en Tinder. Eso es todo lo que tienen en común, pero los polos opuestos terminan atrayendose. Tras marcharse de vacaciones a Bulgaria, a medio camino de sus destinos de ensueño: Beirut para Marion, Biarritz para Ben. Sin un plan preciso y, como pronto descubrirán, con concepciones muy diferentes de lo que deberían ser unas vacaciones de ensueño...
INTÉRPRETES
JONATHAN COHEN, CAMILLE CHAMOUX, CAMILLE COTTIN, JÉRÉMIE ELKAÏM, VINCENT DEDIENNE, DOMINIQUE VALADIÉ, SVETLANA GERGOVA, BAR LEVY, SAGI HALPERIN, ALEKSANDAR ALEKSIEV, JEAN-CHARLES CLICHET, ZOÉ BRUNEAU, ÉMILIE CAEN
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CRITICA
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
ENTREVISTA AL DIRECTOR...
¿Cómo llegaste a dirigir este primer largometraje?...
Vengo del mundo del diseño gráfico. He dirigido muchos videos para ferias de arte contemporáneo y conciertos, y muchos videoclips para artistas franceses como Camélia Jordana, Philippe Katerine, Rose o Arielle Dombasle. Desde siempre me he sentido muy atraído por la comedia de autor francesa y en particular las películas de Bruno Podalydès, Cédric Klapisch y, por supuesto, Agnès Jaoui y Jean-Pierre Bacri. Más adelante me interesé por la comedia de autor norteamericana, con Alexander Payne, Noah Baumbach, Nicholas Stoller a la cabeza, y por un actor que me hace reír muchísimo: Ben Stiller. Hacía tiempo que tenía ganas de dirigir la comedia que me gustaría ver sobre una pareja en formación. Lo que me encanta en la pareja es el nacimiento de la intimidad. Esto me apasiona y a la vez me desconcierta. El descubrimiento de las formas sencillas o retorcidas de apañárselas con la vida. Compartir un espacio personal con alguien es lo que más me gusta. El reto residía en encontrar el tono: estar muy cercano a lo cotidiano pero con situaciones cómicas fuertes y llevadas al paroxismo... Y por supuesto quería intentarlo con mi querida Camille Chamoux.
¿Cómo surgió la idea del guion de PRIMERAS VACACIONES?...
Me apetecía hablar de los valores dentro de la pareja: ¿puedes vivir con alguien muy diferente a ti, alguien con quien no compartes opiniones políticas o tu forma habitual de vivir?
Todas estas cosas que constituyen la intimidad: el vínculo con la vida intestinal, la obsesión o no con gozar de buena salud, las comodidades, las formas de acostarse o no acostarse nunca, los rituales o la falta de ritual... Escribí el guion con Camille y nos pareció que las vacaciones serían el contexto perfecto para hablar de estas cuestiones: ¡es el momento en que todas estas pequeñas formas de vida se exacerban, se hacen ineludibles! Y, sobre todo, está lo irremplazable: ¡lo vivido!
Soy medio libanés y medio griego, y cuando nació nuestro hijo, mi familia materna nos invitó a pasar cinco días en un hotel de lujazo en Grecia. Se suponía que sería lo más del año, la recompensa tras el nacimiento, pero casi de inmediato nos dimos cuenta de que nos sentíamos mal en ese sitio lleno de normas, en el que percibíamos mucha hostilidad subterránea. Camille estaba a matar con varios clientes, a una mujer que le hablaba mal le tiró el bolso al mar, conocimos lo que es la “guerra de las tumbonas”... Empezamos a escribir sobre el mundo del lujo en vacaciones y luego nos centramos en las vacaciones y en la pareja.
El tono de la película lo da el personaje que interpreta Camille Cottin: “Las vacaciones son la peor prueba para la pareja”. En la primera parte juegas con la idea de que la pareja lidia con la trivialidad del día a día…
¡Pero las vacaciones sí que son la peor prueba para la pareja! ¡Haz una encuesta y verás que es así! En todo caso, a menudo es la primera prueba para las nuevas parejas y el canto del cisne para las que tienen problemas... ese momento en que estás de vacaciones y te preguntas: “¿Pero qué puñetas hago con esta persona? ¡Esto no funciona ni en broma!”. En cuanto a la trivialidad, me gustaría que durante las vacaciones sólo se pudiera hablar de los libros que has leído o de las películas que te han gustado, pero al cabo de dos días caemos en sus redes. ¡Porque el tránsito intestinal, por ejemplo, forma parte intrínseca de las vacaciones! ¡Y cuando te vas a lugares exóticos puede convertirse en una obsesión! Es inseparable del viaje y es una fuente de comedia.
En esta película capturas el espíritu de la época. Internet y la aparición de los móviles han cambiado nuestra forma de viajar…
Es el otro reto de la película: examinar desde la perspectiva de la modernidad las vacaciones actuales.
Están los “auténticos”, a los que les gusta viajar a casa de lugareños y que no quieren que les llamen turistas, los que van de albergue en albergue y de pensión en pensión por el mundo con la mochila a cuestas, los que solo buscan el relax, la comodidad o el lujo... Enfrentar a Ben y a Marion a estos diferentes tipos de viaje suponía de algún modo tomar el pulso a sus concesiones: ¿qué hubieran escogido sin el otro?
Tus personajes se conocen por Tinder, se alojan en Airbnb, Ben busca información sobre los restaurantes en TripAdvisor… Sutilmente se dibuja un mundo que da la sensación de que acerca a las personas, comprime el tiempo y borra las fronteras…
Sí, tendemos a apropiarnos del mundo en nuestro teléfono. Camille se burla también de estas tendencias en sus espectáculos. Y yo necesito que una comedia vaya al compás de la sociedad en la que vivimos. Esto representaba una obsesión tanto para Camille como para mí. Hubiéramos podido explicar un encuentro entre un hombre y una mujer en un bateau mouche, un barco de placer, ¡pero hoy en día todos nuestros amigos conocen a sus parejas por Tinder! No podíamos obviarlo. Y no es fácil rodar este tipo de encuentros. Hoy en día, todo va muy rápido. Espero que la película haga evidente esta inmediatez: se conocen, se van a la cama y se marchan de vacaciones, ¡todo en un tiempo récord!
¿Cómo inventasteis a vuestros personajes, Marion y Ben?...
El reto de nuestra escritura era explicar una pareja con grandes diferencias. Existe claramente el “equipo Marion” y el “equipo Ben”. Él sale de una escuela de comercio, desde siempre se va de vacaciones cada año a Biarritz y está de acuerdo con las opiniones de sus padres. Ha construido a su alrededor un entorno confortable y cuando viaja busca referencias. En cuanto a Marion, necesita poner a prueba sus límites, busca el exotismo. Queríamos jugar con los dos puntos de vista.
La película empieza con lo que Ben odia y, más adelante, trata de lo que le pone de los nervios a Marion cuando viaja. Pero se quedan juntos porque, a pesar de sus diferencias, ¡se lo pasan bien!
Se trataba de conducir a los personajes hacia sus límites. Por esto al final nace el personaje de Boyan, que pone a Marion frente a una realidad que no había previsto.
¿Por qué Bulgaria como destino de estas primeras vacaciones en pareja?...
Porque buscaba un sitio que no estuviera aún totalmente preparado para el turismo. En Grecia, en España o en Italia no hay hostilidad. Bulgaria ofrece playas en las que el mar no es del todo azul, en las que el asfalto está más presente que la arena, donde la comida es un poco indefinible para un francés. Además, Bulgaria se ha abierto al turismo hace poco y ha construido complejos turísticos demasiado rápido y al tuntún. También tiene montaña, lo que me permitía explorar los deportes extremos. Además, Bulgaria forma parte de los “nuevos destinos”. Existe la obsesión de “salir de los caminos marcados”; tras Croacia, la gente viaja a Albania, a Montenegro, a Sarajevo…
Por querer ser originales, la gente acaba yendo a lugares francamente hostiles hacia el turismo.
Cada localización de la película es un mundo en sí…
Pasamos dos meses en Bulgaria paseándonos en coche buscando localizaciones. Quería encontrar las localizaciones más realistas posible. Con la diseñadora de espacios Samantha Gordowski visitamos un montón de casas y de albergues en Bulgaria. La casa de Koukou es un alojamiento Airbnb de verdad, se puede alquilar por Internet. Lo personalizamos por supuesto para fortalecer el malestar de Ben. También tenía ganas de trabajar con actores búlgaros: Koukou es una actriz excelente, que trabajaba mucho en el teatro en Sofía. El actor que hace de botones acaba de graduarse en la Escuela de Arte Dramático de Sofía. Quería sumergirme en este mundo que no conocemos con actores que nos embarcaran en este viaje para sentirlo realmente.
¿Cómo se constituyó el dúo Camille Chamoux / Jonathan Cohen?...
Siempre supe que Camille hacía muchas cosas: teatro, cine, programas de radio, guiones– y me perdía un poco en todos estos trabajos. Más tarde la vi en Les gazelles y me sedujo el hecho que su personaje, aun siendo cómico, no me agotara al final. Me gustó mucho la manera como la dirigió Mona Achache. Tenía ganas de ver a Camille en el papel de una heroína de comedia romántica y en un papel de mujer fuerte porque creo que su belleza proviene de su fuerza y de su valentía.
Es lo que seduce a Ben en PRIMERAS VACACIONES. No tiene miedo a enfermar, a hablar con desconocidos o a no saber dónde dormirá esa misma noche. En cuanto a Jonathan, la idea me vino enseguida a la cabeza. Es un actor poco común, que sabe escuchar y es muy receptivo. Tiene
de hecho algo de Ben Stiller que me gusta. Todo lo que hace está muy trabajado, pero nunca tienes la impresión de que esté actuando y esto me fascina.
¿Qué sitio ocupó la improvisación en la interpretación de tus actores?...
¡Un sitio enorme! He abierto la puerta a la improvisación porque quería hacer una comedia extremadamente realista. Era una técnica de rodaje muy complicada. Hicimos un gran trabajo previo con Camille y Jonathan, y más adelante durante el rodaje reescribíamos las escenas cada día. Por ejemplo, quería que los actores descubrieran los decorados en el último momento para captar su reacción. Incluso limité mis cortes, para dejarles el mayor campo posible. A medida que avanzaba la película, ganaban en complicidad y alcanzaban un nivel de interpretación que no hubiera podido imaginar en la escritura.
¿Qué ritmo querías dar a la película?..
Quería que mis actores ensayaran siempre uno o dos minutos antes de rodar la toma. Representaban lo que pasaba justo antes de la escena que se rodaba, como si rebobináramos. Puesto que quería que fuera algo íntimo, buscaba la autenticidad en la forma de hablar y en el ritmo de la palabra.
Tenía ganas de permitirme encadenar secuencias cómicas y, a continuación, dejar respirar al espectador un poco para que comprendiera mejor a los personajes. Además, es una película de viaje, y hay que dejar tiempo para montar el decorado antes de buscar enseguida la situación cómica. Hay pues momentos de gran acción, una caída del tren, deportes extremos, pero también tenía ganas de filmar el aburrimiento durante las vacaciones.
Filmas un París a orillas del Sena, lejos del tumulto que caracteriza a la ciudad…
Queríamos reproducir el ambiente de finales de julio en París, ese momento en que todo el mundo se va de vacaciones, en que reina una cierta efervescencia y en el que se puede navegar por el Canal Saint-Martin.
¿Es un sueño para un director filmar a personajes que saltan de un tren?...
No soy un gran fan de las películas de acción. Escribimos esta escena pensando que los personajes irían hasta el final de su delirio. Es Ben quien guía la escena. El momento en que la pareja salta del tren y se besa es un momento de felicidad extrema, un instante de clímax entre ellos. Es una acción loca, pura aventura de primer nivel. ¡Ben se cree Jason Bourne! Era más un sueño de escritura que ganas de rodar o un reto como director. La idea es mostrar que los personajes se desplazan, se mueven, se apartan juntos de los caminos marcados.
¿Cómo trabajaste la banda sonora original de la película?...
No quería reforzar la comedia mediante la música. El primer tema que se escucha es muy importante porque imprime su tempo a la película. Trabajé con el grupo Low y les pedí que pensaran en un metrónomo para este tema. Quería evocar el hecho de que todo va muy rápido entre Marion y Ben al principio; se conocen y se van de vacaciones. Me gusta también mucho el rock y tenía ganas de rock instrumental para ilustrar el viaje. Hacia el final, para expresar la soledad de Marion cuando regresa a París, escogí al grupo La Femme. Hay también muchas músicas búlgaras en la película, las encuentro muy bonitas, melódicas y llenas de nostalgia.
GALERÍA DE FOTOS
https://cineymax.es/estrenos/fichas/115-p/126275-premieres-vacances-primeras-vacaciones-2018#sigProIdc2bd4d97ba