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ENTREVISTA A LA DIRECTORA...
¿Cómo llegó a ti este proyecto?...
“Había una sinopsis por la que el productor Frans van Gestel de Topkapi Films se acercó a mí. A veces tienes inmediatamente la sensación de que algo es tu historia, que tienes que hincarle el diente a ese algo. Para mí, SOLO QUEDA la DANZA es la película definitiva sobre la amistad: ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar por alguien a quien amas? ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar por un ser querido? ¿Puedes hacerte a un lado para darle a otra persona la oportunidad de desarrollar y mostrar su talento? Y: ¿Estás realmente dispuesto a aceptar a alguien tal y como es? Pensé que era un tema muy hermoso. El amor entre Olga e Irma no es sexual, es el de una compañera del alma. Eso puede ser mucho más profundo e ir mucho más allá”.

Inicialmente, el plan era hacer una película biográfica sobre la famosa bailarina holandesa Olga de Haas. ¿Cuándo dejaste de lado esa idea?...
“La verdadera historia de Olga resultó interponerse en nuestro camino a medida que desarrollábamos la película. Queríamos ir más allá de la realidad y queríamos crear una narración universal sobre la amistad y la genialidad. Porque las historias de personas que irrumpen en la escena, lo dan todo, y luego se queman o desaparecen, se pueden encontrar en todo el mundo, en todas las disciplinas artísticas.
Y entonces la realidad resulta ser una limitación. Solo hemos conservado el nombre de Olga. Como tributo a una de las más grandes bailarinas que Holanda haya conocido.
Contando la película desde la perspectiva de Irma, pudimos hacer tangible el talento de Olga y dar rostro a la amistad de estas mujeres. Una amistad que no siempre puede sentirse igual, pero una amistad que ha sido elegida desde el fondo del corazón”.

¿Cómo hiciste para dar forma a este mundo de Olga?...
“Quería crear un mundo que estuviera por encima de la realidad. Se pueden reconocer todo tipo de elementos de los años setenta, pero el mundo en el que se desarrolla la película es completamente independiente. Hay una escena disco en un lugar que se parece al famoso club nocturno Paradiso en Ámsterdam, pero no lo es: filmamos esa escena en el Metaalkathedraal en Utrecht, que es mucho más espectacular. Hay dos escenas que tienen lugar en el techo del Teatro de la Ciudad de Ámsterdam, con una hermosa vista de Leidseplein, mientras que en la vida real no puedes llegar a ese techo tan fácilmente o en realidad no puedes acceder. Además, el teatro de la película se compone de seis localizaciones diferentes: rodamos la propia sala del teatro en Leiden, el sótano y el ático en Wassenaar, y utilizamos el Ámsterdam Tropenmuseum para el vestíbulo. Tomé todos los fragmentos de la realidad y los convertí en mi propia realidad cinematográfica”.

Las dos protagonistas son originalmente bailarinas, no actrices. ¿Por qué escogiste ese enfoque?...
“Por supuesto, primero verificamos si había actrices en los Países Bajos con experiencia en danza. Pero un fondo de danza no era lo suficientemente bueno para esta película, porque no necesariamente quería trabajar con dobles de cuerpo, lo que me limitaría a la hora de hacer una puesta en escena. El cuerpo de una bailarina de ballet clásico es en realidad imposible de imitar.
Para ello se entrenan toda la vida, año tras año, con sangre, sudor y lágrimas. Eso es imposible de igualar en un tiempo limitado.
Las bailarinas de ballet clásico como Irma y Olga tienen su cuerpo completamente bajo control y, por lo tanto, son muy reconocibles. La posición de sus pies, la forma en que caminan, se paran, se doblan, etc. Se puede distinguir de todo ello que alguien es un bailarín de ballet clásico. Esta película tiene sus raíces en el ballet clásico y quería que eso fuese tangible en cada detalle”.

Con el casting de bailarines te arriesgas a que estos bailarines no puedan actuar bien...
“En mis proyectos anteriores como DUNYA y DESIE, ZUSJES y ANNIE M.G. también había trabajado con actores sin experiencia. Elaine Meijerink y Roos Englebert hacen un trabajo fantástico como Irma y Olga. Nunca temí que no fueran capaces de manejarlo. Tan pronto como las seleccionamos, comenzaron a tomar lecciones de teatro con la actriz holandesa Saskia Temmink, durante cinco meses, tres días a la semana. Se lanzaron con entusiasmo a este proyecto. También me di cuenta de que sería un desafío para ellas. El ballet se trata de la perfección en el exterior, ¿qué aspecto tiene algo? La actuación viene de dentro y muestra vulnerabilidad, algo inimaginable en un “corps de ballet”, donde cada paso tiene que ser exactamente igual y sincrónico. Hay poco espacio para sus propias interpretaciones. En ese sentido, el ballet clásico es realmente una disciplina diferente a la actuación”.

¿Cómo encontraste a Elaine y Roos?...
“De hecho, pensé que no seríamos capaces de hacer que funcionase. Habíamos realizado el casting tanto en Holanda como en Bélgica. Y fue en el apogeo del período COVID, por lo que tuvimos que trabajar mucho con auto cintas que las posibles actrices principales habían enviado como si se tratase de una audición. Elaine y Roos estuvieron entre las primeras quince que vimos, todos quedamos impresionados. "Eso no puede ser verdad, ¿dos buenas candidatas, ya?" Eran simplemente, ambas: esos ojos, esa presencia. Podías mirar detrás de sus ojos, dentro de su alma. Ésa era la vulnerabilidad que estábamos buscando. Inmediatamente vimos esa cualidad en las cintas de audición. Después de eso, vimos docenas de cintas. Pero siguieron siendo las mejores, incluso cuando las juntamos en la vida real”.

La famosa primera bailarina holandesa Igone de Jongh ha realizado las coreografías de la película. ¿Cómo contactaste con ella?...
“Previamente trabajé con ella en el videoclip de la canción BIRDS que dirigí para la cantante holandesa Anouk. Me acerqué a Igone porque quería a alguien en el set que lo supiera todo sobre el baile y el ballet y que pudiera indicarme si las cosas no estaban bien. No es que quisiera hacer una película perfectamente realista, pero quería saber ese tipo de cosas para poder incluir esos argumentos en una consideración y una decisión que luego tomar como directora. Igone dijo que sí casi de inmediato cuando le pregunté. Solo más tarde surgió la idea de que ella también haría las coreografías”.

Como directora, ¿reconoces esa presión insoportable que tienes para actuar y entregarte una y otra vez como los bailarines de la película?...
“Como cineasta, creas un mundo nuevo cada vez. Y el próximo mundo siempre debe ser aún más hermoso e incluso mejor que el próximo. Por supuesto, esto es difícil y crea una presión enorme. Pero al mismo tiempo, las ganas de contar historias son más grandes para mí que el miedo a la presión, afortunadamente”.


ENTREVISTA A LA GUIONISTA...
¿De dónde surgió la idea de escribir SOLO QUEDA la DANZA?...
“El primer plan era hacer una película sobre la vida de Olga de Haas, una famosa bailarina holandesa que tuvo mucho éxito en los años setenta. Vi una foto de ella colgada en un teatro, entre bastidores, e inmediatamente me fascinó. Tenía un gran talento, pero murió joven: sucumbió a la anorexia, al alcohol y a las drogas. Me conmovió su historia: cómo el talento a veces puede mantenerte en un dominio absoluto y cómo el éxito no siempre es fantástico”.

Al final, no se convirtió en una película biográfica...
"No. Muchos guiones tienen una larga historia y diferentes etapas. Eso también se aplica a este proyecto. Rápidamente me vino a la cabeza un segundo personaje: una amiga, alguien que ama a Olga y tiene que mirar impotente cómo arruina su vida. La amistad entre las dos mujeres me resultaba aún más interesante. Por eso abandoné la idea de que quería reconstruir la vida de Olga de Haas”.

Puedo imaginar que escribir una película biográfica tiene ventajas, después de todo, sabes hacia dónde va la historia, pero también algunas desventajas...
“Sí, así es. Cuando haces una película sobre personas que realmente existieron, es muy difícil desviarse de sus vidas. Eso te da relativamente poca libertad como escritor. Al abandonar esa idea, pude inventar mi propia historia en torno a la figura de Olga de Haas. Y su mejor amiga, que es testigo de cómo Olga se destruye a sí misma. Y, por supuesto, como hace todo lo posible para ayudarla”.

El estrés y la presión de la fama es un tema muy candente. Al igual que Amy Winehouse, o DJ Avicii...
“Yo creo que es de todos los tiempos. Desde cierta perspectiva, a menudo lo percibes así: tienes un gran talento y estarás bien con eso. Encuentra a las personas adecuadas a tu alrededor y encontrarás el camino correcto para lidiar con toda la fama. Pero no es así como funciona”.

Tú también has sido actriz durante muchos años. ¿Has podido inspirarte en tus propias experiencias?...
“Sí, aunque por supuesto nunca he experimentado la presión de la forma en que lo hicieron Amy Winehouse, Avicii u Olga de Haas. Pero sí conozco ese sentimiento de que cada actuación debería importar y, por supuesto, también he visto a mis compañeros actores cómo a veces sufrían por esto. Todas las noches hay personas en la sala a las que quieres mostrar lo mejor de ti. Esa presión nunca disminuye, nunca se puede dar menos de uno mismo en un espectáculo: cada vez hay que volver a conquistar al público. Y, en realidad, solo empeora después de un estreno exitoso. Una reseña de cinco estrellas te presiona aún más, porque entonces tienes que estar a la altura de esas expectativas todas las noches. Eres consciente de que el público se sienta en la sala con una idea clara: ahora vamos a ver algo que nunca antes habíamos visto, adelante”.

¿Por qué elegiste el mundo del ballet para la historia, cuando en realidad tú misma tienes experiencia en el teatro?...
“Porque bailar ballet es físicamente incluso más difícil que actuar. Tienes que lanzarte al cien por cien físicamente en un papel cada noche para dar todos los saltos. Ese elemento juega un papel menos importante en el drama. Siempre me ha parecido fascinante que el ballet sea tan agotador y exigente para los bailarines. Sentado en el teatro, como público, a menudo solo ves la ligereza y la aparente facilidad”.

Has elegido ambientar la historia en los años 70, la época de Olga de Haas. ¿Por qué escogiste ese período de tiempo?...
“Pensé que era un escenario hermoso para esta historia por el contraste entre el mundo del ballet clásico, con su estricta jerarquía, leyes y rituales, y la lucha por la búsqueda de más libertad que se estaba dando en las calles en ese momento: los años setenta, llenos de alcohol, drogas y flower power. Además, en ese momento, casi no se sabía nada sobre la anorexia, con la que también lucha el personaje principal, Olga”.

Igone de Jongh coreografió las rutinas de ballet de la película. ¿Hablaste con ella de ese estrés particular del mundo del ballet para tu investigación?...
"Sí. Aunque creo que Igone es una bailarina diferente a Olga. Igone se parece mucho más a su mejor amiga Irma, que funciona en gran medida con una estricta disciplina. La práctica hace la perfección. Olga es una bailarina que baila sobre todo desde su emoción. Hay muchas maneras diferentes en las que puedes desarrollar tu propio talento”.

¿Pensaste alguna vez en la película BLACK SWAN mientras escribías? Esa película trata sobre el mismo tema: una bailarina que sucumbe a la presión...
“De vez en cuando sí. Pero al mismo tiempo, quería mantenerme alejado de BLACK SWAN, porque no me gusta nada el horror. Realmente no pude hacer nada con ese elemento de esa película. Mis historias se centran mucho más en las relaciones entre las personas: ¿Cómo interactúan las personas entre sí y qué consecuencias provoca? Ese fue también el punto de partida para SOLO QUEDA la DANZA mucho más que los demonios internos de Olga. Para mí, la impotencia con la que Irma tiene que ver que su amiga cae lenta pero inevitablemente es también una especie de horror. Pero es un horror con el que puedo conectarme”.


ENTREVISTA A LOS PRODUCTORES BRACHA VAN DOESBURGH Y DAAN SCHUURMANS...
¿Por qué dais este nuevo paso en vuestra carrera?...
BRACHA: “Como actriz, por lo general solo te involucras en un proyecto en una etapa bastante avanzada del proceso: ya hay un productor, un guión, un director. A veces eso es lamentable y te gustaría pensar desde el principio sobre cómo debería ser una película o una serie”.

Producir una película tiene algunos desafíos. ¿Cuáles fueron los mayores obstáculos que encontrasteis?...
DAAN: “Nuestra decisión más sensata fue contactar al productor Frans van Gestel de Topkapi Films. Ambos lo conocemos desde hace mucho tiempo y de él hemos aprendido mucho a lo largo de los años sobre la profesión de productor y lo que implica”.
BRACHA: “Nos concentramos principalmente en el lado sustantivo del proyecto. Hacer películas y series es cuestión de paciencia: el primer plan de SOLO QUEDA la DANZA surgió hace unos nueve años”.

La película comenzó como un tributo a la famosa bailarina holandesa Olga de Haas. ¿Cuál es vuestro vínculo con su vida?...
BRACHA: “Conocía su historia. Hacía un tiempo que ya tenía planes para hacer una película sobre su vida. La idea nunca me abandonó. Una vez vi su retrato colgado en el Stadsschouwburg de Ámsterdam cuando estaba actuando allí; además de todos los cuadros de actores que había, ella era la única bailarina que tenía su propio cuadro”.
DAAN: “La historia de Olga es muy conmovedora. De hecho, además de bailarina, también era una talentosa actriz, podía empatizar muy bien con la historia que contaba con su cuerpo. Tal vez por eso fue inmortalizada en ese teatro”.

La historia ahora trata sobre la profunda amistad entre las jóvenes bailarinas Olga e Irma. ¿Cómo dieron ese giro en la trama? ¿Cuándo dejaron de lado la película biográfica?...
BRACHA: “Hacer un “biopic” es bastante complicado. Tienes una gran cantidad de hechos a tener en cuenta si quieres hacer justicia a la persona en cuestión. Y así, la historia rápidamente se vuelve muy lineal: y luego sucedió esto, y luego aquello. La guionista Roos
Ouwehand sugirió que cambiáramos el enfoque hacia la amistad entre las dos chicas. Por ejemplo, contamos la historia a través de Irma, la mejor amiga de Olga”.
DAAN: “Hay similitudes con la forma en que se cuenta la vida de Mozart en AMADEUS, sigues todo a través de los ojos de Salieri tanto en la película como en la obra de teatro del mismo nombre. Allí también se encontró una construcción para contar la historia de Mozart a través de otra persona. En esencia, SOLO QUEDA la DANZA todavía contiene la historia de Olga de Haas. Pero dio mucha libertad para convertir esos elementos en una nueva historia ficticia”.

¿Qué significa exactamente la aportación de un productor creativo?...
BRACHA: “Empieza con una buena idea y luego buscas a la gente adecuada. Hablamos con Roos Ouwehand sobre si quería desarrollar el guión. Nos acercamos a Frans van Gestel e inmediatamente se entusiasmó con la idea. Él sugirió a Dana Nechushtan como directora, ella también estaba entusiasmada y sabía exactamente lo que quería hacer con la historia. Después de eso, estuvimos muy involucrados en el desarrollo del guion”.
DAAN: “Durante el rodaje, recibes las escenas que se han rodado todos los días. Era muy emocionante cuando abríamos los correos electrónicos con los archivos. El montaje también me parece una fase muy inspiradora, ahí es cuando la película realmente toma forma. Y ahora que la película está lista, ayudamos a dar forma a los planes de cómo se venderá el resultado final al mundo. ¿A qué tipo de target puede atraer la película, cómo nos gustaría llegar a ellos? Es muy agradable pensar activamente en las cosas que rodean a uno de nuestros proyectos por una vez”.

Especialmente en Hollywood, los actores que producen una película suelen actuar solos. ¿También lo habéis considerado?...
BRACHA: “Con esta película mantuvimos la coproducción. Algo que estamos haciendo por primera vez y donde aún nos queda mucho por aprender. Pero ciertamente también estaremos interviniendo en los proyectos que están en proceso”.

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