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SINOPSIS
Cuando la adolescente Priscilla Beaulieu se encuentra con Elvis Presley en una fiesta, él ya es una meteórica superestrella del rock and roll. Su genuina conexión inicial les lleva a pensar que están hechos el uno para el otro, y así surge una gran amistad y un apasionante flechazo que dará lugar a una relación en la que ambos creen que ninguno volverá a sentirse solo...
INTÉRPRETES
CAILEE SPAENY, JACOB ELORDI, ARI COHEN, DAGMARA DOMINCZYK, TIM POST, LYNNE GRIFFIN, DAN BEIRNE, RODRIGO FERNANDEZ-STOLL, DAN ABRAMOVICI, MATTHEW SHAW, TIM DOWLER-COLTMAN, R. AUSTIN BALL, OLIVIA BARRETT, STEPHANBIE MOORE, LUKE HUMPHREY, DEANNA JARVIS
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NOTAS DE LA DIRECTORA...
Me conmovió la lectura de las memorias de Priscilla Presley, en las que cuenta su vida en Graceland siendo muy joven; a través de la mirada del personaje, he intentado plasmar, sin emitir ningún juicio, lo que significó entrar en el mundo de Elvis. Siempre me ha interesado la idea de la identidad, de la transformación. Esta película muestra cómo se convirtió Priscilla en la persona que es ahora, lo que significa la feminidad para ella y para la siguiente generación. Vivió lo mismo que viven muchas jóvenes al adentrarse en la madurez, pero lo hizo en un ambiente inesperado, lujoso. La historia de Priscilla es única y, al mismo tiempo, muy cercana.
A los 21 años ya era una de las mujeres más famosas del mundo, la simbólica reina del rock and roll. Sin embargo, casi nadie conocía a Priscilla Presley, el gran amor de Elvis Presley y su única esposa. Su presencia estuvo eclipsada por el enorme brillo de su marido, pero en los márgenes existe otra historia, una historia que refleja la cultura de entonces, la historia de los sueños de una chica que creció en un cuento de hadas prefabricado y que acabó por asumir sus deseos reales, así como las capas y la complejidad del poder.
BIOGRAFÍA SUCINTA DE SOFIA COPPOLA...
Priscilla, basada en las memorias “Elvis y yo”, escritas por Priscilla Beaulieu Presley, es la octava película de Sofia Coppola, que hizo historia en 2017 cuando se convirtió en la segunda mujer desde 1961 en ganar el Premio a la Mejor Dirección en el Festival de Cannes con La seducción, protagonizada por Nicole Kidman, Kirsten Dunst, Elle Fanning y Colin Farrell.
Su primera película, Las vírgenes suicidas (1999), es una adaptación de la novela del mismo título escrita por Jeffrey Eugenides, ganador del Premio Pulitzer. Protagonizada por Kirsten Dunst, Josh Hartnett, James Woods y Kathleen Turner, se estrenó en el Festival de Cannes y, posteriormente, ganó el Premio MTV Cine a la Mejor Dirección Novel.
A continuación dirigió Lost in Translation (2003), invitada a los festivales de Toronto, Venecia y Telluride, y ganadora del Oscar al Mejor Guion, además de ser nominada a Mejor Dirección y Mejor Película. Bill Murray y Scarlett Johansson se llevaron el BAFTA al Mejor Actor y Mejor Actriz.
Produjo y dirigió María Antonieta (2006), basada en parte en la biografía “Marie-Antoinette: The Journey”, de Antonia Fraser. Protagonizada por Kirsten Dunst, la película se estrenó en el Festival de Cannes. La diseñadora de vestuario Milena Canonero ganó un Oscar por su trabajo.
Rodada íntegramente en el Chateau Marmont de Los Ángeles, escribió, dirigió y produjo Somewhere (2010), protagonizada por Stephen Dorff y Elle Fanning. La película se estrenó en el Festival de Venecia y fue premiada con el León de Oro.
The Bling Ring (2013), basada en hechos reales, estaba protagonizada por Emma Watson, Leslie Mann, Taissa Farmiga y Katie Chang.
Escribió, produjo y dirigió A Very Murray Christmas, estrenado en diciembre de 2015 por Netflix. El especial está dedicado a Bill Murray y reúne a un conjunto de famosos para celebrar la época navideña.
Su penúltima película, On the Rocks (2020), con Rashida Jones, Bill Murray y Marlon Wayans, fue la primera coproducción entre A24 y Apple.
Trabajó con el diseñador Valentino Garavai y el diseñador de producción Nathan Crowley como directora escénica de “La Traviata”, en la Ópera de Roma. En 2022 creó un espacio para la exposición “In America: An Anthology of Fashion”, en el Museo Metropolitano de Arte.
ENTREVISTA A LA DIRECTORA...
¿Empezó todo con las memorias de Priscilla Presley?...
Leí por primera vez el libro de Priscilla hace años y volví a leerlo por segunda vez no hace mucho. La ciudad de Memphis en los años sesenta era interesante y exótica, es un auténtico mito americano. Elvis y Priscilla son una pareja legendaria, pero no se sabe mucho acerca de ella. Su historia me conmovió tanto como descubrir lo que había significado para ella. Describe con mucho detalle cómo fue crecer en un mundo tan diferente. No me lo quitaba de la cabeza, y un día decidí llamarla y preguntarle si había considerado la posibilidad de vender los derechos del libro para una película. Me contestó que se lo pensaría. Pero en la época, la idea no le atraía y, además, me pareció una persona muy reservada. No podía creerlo cuando me volvió a llamar para decirme que estaba de acuerdo. Ha sido la primera que me he enfrentado a un proyecto en el que la persona estaba viva y podía hacerle preguntas. Priscilla estaba dispuesta a contestar a mis preguntas y a darme detalles que añadieron mucho a la película.
Priscilla Presley es una de las productoras ejecutivas de la película, su contribución debió ser muy importante...
Sí, y también me importaba que Priscilla Presley se sintiera cómoda con la película. Es su historia, debía respetar la verdad. La dificultad residía en encontrar el equilibrio para expresar lo que yo quería y que ella se sintiera bien. Significó mucho para mí cuando, después de ver la película, me dijo que le había conmovido y que Cailee Spaeny había sabido expresar cómo se sentía realmente entonces y lo que había vivido. Tengo la impresión de que es la primera vez que Priscilla está debajo del foco. Todo está concentrado en ella y no en la Sra. Elvis Presley.
La película es muy del estilo Sofia Coppola, en el sentido de que no es un biopic...
Exacto. Fue un reto interesante ver cómo podía contar la historia. Su relación con Elvis fue una parte muy importante de su vida, pero ¿cómo destilar su experiencia para que encajara en una película? ¿Cómo comunicar la sensación de lo que vivió y encontrar formas creativas para verla evolucionar desde los catorce años hasta los veinte y muchos. También quería plasmar los momentos en Graceland, centrarme en eso. Mi idea era abarcar, sobre todo, el momento en que llega a Graceland hasta el momento que la deja atrás. Pero tenía que contar cómo había llegado allí, cómo había conocido a Elvis.
¿Cree que el público se identificará con la historia de Priscilla, una adolescente que se enamora de un hombre de éxito mayor que ella, a pesar de lo glamuroso de su vida?...
Quiero que los espectadores se identifiquen con su historia porque es lo que sentí leyendo el libro. Aunque el decorado no sea de lo más normal, los sentimientos de Priscilla son universales, pasa por cosas que ocurren a todas las mujeres, da igual que sea su primer beso, su primer día de colegio, tener una hija, ser madre. Y la idea de que cuando Elvis está de gira, ella debe quedarse en casa y cuidar de su hija mientras los chicos se lo pasan en grande. Siempre he intentado conectar con la vertiente humana de la historia y los altibajos en su relación del modo más honrado posible. Espero sinceramente que los espectadores conecten con sus emociones. Creo que todos nos ilusionamos con alguien y luego, con el tiempo, esperamos tener la posibilidad de reencontrarnos a nosotros mismos. Me parece que la historia de Priscilla tiene una fuerza tremenda y que fue capaz de encontrar una identidad propia. Fue mi inspiración.
¿Cree que el público verá a Elvis bajo otro prisma? En Priscilla se ve al hombre, no a la estrella...
Las memorias de Priscilla Presley son muy interesantes. Muestran la faceta privada de Elvis, su vulnerabilidad, y se entiende dónde nacían sus frustraciones como artista. Creo que libraba una lucha como artista en esa época. Fue muy interesante conocer esa vertiente suya y lo que suponía para Priscilla. Me esforcé en mostrarlo todo desde el punto de vista de Priscilla, regresar siempre a su punto de vista, a su experiencia privada con él. Aquí no se trata de Elvis el intérprete, sino de cómo ella le veía en su vida privada y de su vulnerabilidad como artista. En ningún momento he querido denigrarle. Quería que fuese un ser humano con sus defectos y verle como Priscilla le veía para poder comprenderle de otra forma. Elvis me parece comprensivo, aunque hay momentos en que no es simpático, tiene altibajos, pero creo que hubo mucho amor en la relación entre ambos.
También fue una relación de la época, se esperaba que Priscilla encajara en su mundo...
Desde luego. Se suponía que se quedara en casa y no tuviera una carrera. Conozco a muchas mujeres de esa generación. Mi madre pertenece a esa generación, y la idea era que una bonita casa, un marido con éxito y unos niños debían satisfacer a cualquier mujer. Si quería más, es que le pasaba algo. Creo que esto generaba mucho conflicto. Es la generación que me crió, pero cuando veo a mis hijas, ninguna tomaría en consideración la opinión de un hombre. Me interesó mucho observar esa época y ver cómo estoy a caballo entre ambas generaciones.
En la película, Priscilla entra a menudo en una estancia donde está Elvis. ¿Simboliza esto que ella siempre entraba en su mundo?...
Absolutamente. Entró en el mundo de Elvis y esto marcó su adolescencia. También quería mostrar el contraste entre los momentos que él está en casa, siempre con gente, ruido, risas, energía, y el silencio y la soledad cuando no está. En el libro se menciona varias veces el hecho de que se fue a vivir a Graceland, pero cuando Presley se va a rodar una película, ella se queda atrás. Supongo que le dijeron que no podía traer amigas a Graceland, siempre está sola. Sé que trabó amistad con algunas de las mujeres que trabajaban allí, pero estaba muy aislada.
¿Cree que la generación actual estará abierta a escuchar la historia de Priscilla?...
El libro se publicó a mediados de los ochenta, y no obtuvo una recepción entusiasta. Es muy posible que la gente no estuviera preparada entonces para aceptar a una mujer que vivió una experiencia como la suya. Sí creo que hoy estaremos mucho más dispuestas a escuchar su versión de la historia.
Cailee Spaeny empieza interpretando a Priscilla de adolescente y acaba cuando el personaje está cerca de los treinta años. ¿Sabía que podría interpretar un arco tan amplio?...
Quería que la interpretara la misma actriz. Priscilla empieza siendo una adolescente hasta convertirse en adulta y madre. Me impresionó la capacidad de Cailee para saber exactamente qué momento rodábamos, a pesar de no seguir un orden cronológico. Era increíble verla pasar de una época a otra.
¿Dónde rodaron?...
Recreamos Memphis y Los Ángeles en los años sesenta en Toronto, Canadá, en pleno invierno. Reconozco que fue necesario un enorme esfuerzo por parte del equipo y mucha magia cinematográfica para crear Memphis y una base estadounidense en Alemania. Se construyeron muchos decorados, algo poco habitual en mí. Suelo rodar en decorados naturales. Fue toda una experiencia, pero disfruté mucho viendo que todo salía de la nada y empezaba a encajar.
Las películas de Sofia Coppola siempre están llenas de colores vibrantes. ¿También era importante para Priscilla?...
Sí, quería reconstruir ese mundo, plasmar Graceland en los sesenta, con alfombras muy mullidas y mucho cortinaje. Por suerte, hay fotos que nos permitieron documentarnos. Fotos de Elvis y Priscilla en casa, películas caseras. Los colores de moda eran totalmente diferentes. Quería mostrar cómo cambia Priscila cuando pasa de la triste Alemania invernal a la vibrante y calurosa Graceland. Cuando llega casi es como el mundo del mago de Oz, los colores son más fuertes, empieza un nuevo capítulo de su vida, descubre estilos nuevos, otra forma de expresarse.
De algún modo, nos recuerda a María Antonieta, otra mujer muy joven llevada a un mundo desconocido de la que también contó la historia. ¿Hay algo en particular que le interese de este tema?...
Siempre me ha interesado ver cómo las personas encuentran su camino y moldean su identidad, sobre todo estando en una situación ajena, en un mundo que no es el suyo, y cómo consiguen salir adelante. Por eso su historia me atrapó, pero es verdad que vuelvo a visitar ciertos temas y que siempre me interesa la transformación.
No todo el mundo encuentra la fuerza suficiente para irse cuando algo va mal. ¿Priscilla Presley era muy fuerte?...
Creo que Priscilla demostró un valor tremendo al dejar su matrimonio en esa época, a principios de los setenta del siglo pasado, sin tener trabajo y, por lo tanto, ingresos. Debió de ser muy difícil, porque su identidad consistía en ser la señora de Elvis Presley. Sinceramente, me impresionó que fuera capaz de irse y empezar una vida propia. Recuerdo que una vez me dijo que ni siquiera estaba muy segura de qué le gustaba porque todo giraba siempre en torno a lo que Elvis quería y lo que le gustaba a él. Aún era muy joven, pero ya había vivido toda una vida. Me conmovió.
ENTREVISTA CON CAILEE SPAENY (Priscilla)...
¿Cómo preparó el papel de Priscilla Presley?...
Creo que la base fue leerme las memorias de Priscilla Presley, “Elvis y yo”, escritas por Priscilla Presley, ya que el guion estaba inspirado en ellas. Luego conocí a Priscilla, hablamos mucho, me contó cosas de la época, de su vida con Elvis. La película se centra en las emociones y las impresiones más que en escenas muy largas. Es un sueño enfebrecido. Por eso era importante conocer detalles íntimos, pequeños chistes que compartían. Para mí fue esencial poder contar con la generosidad de Priscilla Presley y el tiempo que me regaló.
La historia se cuenta desde el punto de vista de Priscilla, algo totalmente innovador...
Es una historia muy humana, y me parece extraordinaria. Elvis y Priscilla son la realeza estadounidense, y nunca nos habían dejado echar un vistazo detrás de la cortina. Creo que eso mismo es lo que hace la película.
La película se estrenó en el Festival de Venecia con la presencia de Priscilla Presley. ¿Cómo reaccionó al verla?...
La reacción en Venecia fue apabullante. Pero lo que más me emocionó - y me aterró – fue ver la película sentada al lado de Priscilla Presley. Creo que al final estaba conmovida, se volvió hacia mí y me dijo: “Una interpretación soberbia”. Era la primera vez que alguien me lo decía, fue un momento muy especial.
La película empieza con Priscilla de adolescente y acaba unos años después, cuando deja a Elvis. Abarca un periodo bastante largo...
Desde luego, pero creo que era esencial mostrar toda la historia, desde el momento en que se conocen hasta el día que ella tiene la fuerza suficiente para dejar atrás la relación. Me parece que Sofia consiguió entrelazar esos años a la perfección, si tenemos en cuenta que es un periodo de tiempo bastante largo. Para mí, el vestuario y los peinados fueron clave. El rodaje duró un mes y no se filmó cronológicamente, lo único en lo que podía apoyarme para meterme de lleno en cada momento eran los trajes y los peinados.
Sabía en qué punto de la vida de Priscilla me encontraba. Por ejemplo, con la peluca del pelo supercardado sabía que estaba embarazada. También estaba la falda de los años cincuenta, o la peluca de los setenta. Me agarraba a estas cosas. Los departamentos de vestuario y de maquillaje hicieron auténticas maravillas para llevarnos a esos momentos icónicos que todos conocemos.
¿De cuánto tiempo dispuso con Jacob Elordi para ensayar juntos?...
No tuvimos mucho tiempo de preparación. Todo fue muy deprisa. Pero en cuanto supe que Jacob tenía el papel, me puse en contacto con él. Los dos sabíamos que el rodaje iría muy deprisa y debíamos sentirnos muy cómodos el uno con el otro. Así que empezamos a quedar, y menos mal que se nos ocurrió. En cuanto a la relación entre ellos dos, una de las primeras cosas que me dijo Priscilla fue “Es muy importante que se sienta que hay un amor verdadero a pesar de todo”. Le amaba de verdad. Fue crucial poder trabajar antes con Jacob.
Elvis apenas canta en la película. ¿Es más el hombre que la estrella en Priscilla?...
Me parece que nunca se había visto a un Elvis así antes, y creo que Jacob se lució mostrando a un Elvis más íntimo, un hombre vulnerable e inseguro que llevaba el peso del mundo en los hombros al lado de esta chica que intentaba aprender a vivir en su mundo.
¿Cómo cree que reaccionará el público ante una presentación semejante de su relación?...
Personalmente, creo que Sofia hizo muy bien en presentar la cara humana de la historia. Lo fascinante de la historia de Elvis y Priscilla es que son una pareja mítica en un escenario universal, pero en su relación hay momentos muy cercanos. Hay momentos clave con los que cualquier mujer puede identificarse; enamorarse por primera vez, tener un hijo, encontrar nuestra autonomía, momentos de vida. Y Sofia lo ha hecho realmente bien. Así es como queríamos contar la historia de Priscilla. Queríamos seguirla en su recorrido y mostrar su punto de vista mientras conoce a ese hombre carismático que acabará siendo su compañero hasta el día que consigue dejar la relación.
En la película, Priscilla no para de entrar en habitaciones donde está Elvis. ¿Cree usted que ella entra en su mundo y no al revés?...
Desde luego. Priscilla tuvo que aprender muy rápidamente. Por ejemplo, aprendió a leer el ambiente de la estancia cuando entraba, adivinar de qué humor estaba Elvis. Tengo la impresión de que aprendió en muy poco tiempo para poder convivir con una persona tan especial.
¿Priscilla ya era fuerte a pesar de su juventud y su inocencia cuando conoció a Elvis?...
Sí. Su padre estaba en las Fuerzas Aéreas, siempre se mudaban de un lado a otro, y creo que conocía el significado de la soledad. Cuando conoció a Elvis en Alemania, los dos estaban solos. Priscilla Presley emana una fuerza tranquila, me di cuenta nada más conocerla, no se puede negar.
¿Qué dice su historia a mujeres de diferentes generaciones?...
Tiene todo lo que puede desear. Además, en esa época se consideraba que una mujer, al tener un marido y al ser madre, ya no podía aspirar a nada más. Pienso que podemos identificarnos con la búsqueda de un camino propio, y que esto inspirará a las mujeres.
¿Vivir con la fama fue difícil para Priscilla y para Elvis?...
Por eso me sigue asombrando la fuerza que ella tuvo durante toda la relación. No es algo que pueda describirse con palabras, pero se nota. Basta con sentarse delante de Priscilla Presley para sentir su fuerza, su bondad, es lo que intenté plasmar en la película.
¿Hasta qué punto el vestuario, los peinados y el maquillaje ayudan a entender los años en los que transcurre la película?...
Sofia entiende la importancia de los detalles. Pero también era una gran parte del mundo de Priscilla, representaba el mundo del rock and roll estadounidense. Como he dicho antes, era la realeza, y debía mostrarse como tal. Stacey Battat, la diseñadora de vestuario, es asombrosa, y creo que había más cambios de vestuario que páginas en el guion. Había mucho espacio para jugar.
¿También tuvo que ver el diseño de producción? A menudo parece estar perdida en la inmensidad de Graceland...
Reprodujeron Graceland a la perfección, y los encuadres dicen mucho sin necesidad de diálogo. Basta con ver a esa chica tan joven intentando encontrar su camino en Graceland mientras su chico es una estrella del rock. También aquí, Sofia sabe muy bien qué hacer para decir mucho sin necesidad de palabras. Me encanta.
ENTREVISTA CON JACOB ELORDI (Elvis)...
¿Qué le parece que la historia de Elvis y Priscilla se cuente desde el punto de vista de Priscilla? Es algo totalmente innovador...
La idea me entusiasmó desde el principio porque era única, no me había encontrado con nada parecido antes. Me gustó la idea de poder ser de ayuda para que se supiera la historia de Priscilla. Claro que encarnando a Elvis Presley lo raro es dar un paso atrás y ser parte de la historia en vez de ser la historia.
¿Qué opina de cómo enfocó Sofia la relación entre ellos dos, de cómo quiso contar la historia?...
Sofia, por naturaleza, es muy amable y meticulosa. Desde el primer momento quedó muy claro que no exageraría ni se aprovecharía de nada. Se trataba de contar la historia tal como la había contado Priscilla Presley, con el mismo amor con el que Priscilla Presley habla de la relación; no dejarse llevar por lo que puede pensar el resto del mundo, sino contar la historia tal como está en las páginas de “Elvis y yo”. Desde el principio, eso fue lo más importante.
¿Qué impresión le dejaron las memorias de Priscilla Presley?...
Me pareció una historia maravillosa, muy íntima. Pero lo que más me impresionó fue que, pasase lo pasase, existía un profundo amor entre dos personas sin que importase la situación. No puede negarse ese amor.
¿Cómo se preparó para el papel de Elvis?...
Recuerdo que hubo un momento de temor, pero por suerte estaba rodando otra película en Inglaterra entonces. Trabajaba durante el día, y de noche volvía a mi habitación, que había convertido en una especie de altar dedicado a Priscilla Presley. Tenía fotos de ella por todas las paredes y me quedaba hasta tarde viendo las películas, escuchando la música, documentándome, metiéndome de lleno en el papel, tirándome al vacío.
¿Le pareció importante imitar la voz y el acento de Elvis?...
Muy importante. Porque su voz era muy particular. Quería encontrar su voz cotidiana, no la voz en los escenarios. Fue una de las partes con las que más disfruté, intentar descubrir cómo era esa voz.
La película se centra en la cara privada de Elvis, solo hay un par de escenas en las que se le ve cantar...
Desde luego, como actor, me parece la parte de la historia más interesante porque hay un misterio; hay que resolverlo, descubrir cosas, aportar algo de uno mismo. Ofrece más libertad que limitarse a interpretar al artista.
¿Cómo preparó el rodaje con Cailee Spaeny? La dinámica entre Priscilla y Elvis es crucial para la película...
Cailee y yo empezamos a hablar casi inmediatamente y seguimos haciéndolo durante los meses que precedieron al rodaje. Primero hablábamos por teléfono y acabamos quedando en Los Ángeles. Fuimos al New Beverly Cinema y creo que vimos Gilda. Lo que sí recuerdo es que intenté ser un poco como Elvis la primera vez que la vi. Me dijo durante el rodaje que se había dado cuenta. Pero formamos un equipo. Nos esperaba una ardua tarea y la única forma de llevarla a cabo era trabajar codo con codo.
¿Cómo fue la experiencia de rodar en Graceland reconstruida en un estudio?...
Bueno, todo era precioso, con detalles increíbles. Reconstruyeron Graceland casi entera en varios platós, el enorme recibidor, las escaleras, el salón, y acabó convirtiéndose en Graceland. Era lo que necesitábamos, incluso más de lo que podíamos esperar trabajando con Sofia Coppola.
¿Cree que los decorados y la estética de la película ayudan a plasmar el recorrido de Priscilla?...
Sin lugar a dudas. El vestuario era de suma importancia en el proyecto. Sinceramente, siento una profunda admiración por todo el equipo. No teníamos un gran presupuesto, pero todos se esforzaron en dar lo mejor de sí mismos. No había un solo miembro del equipo que no quisiera estar donde estaba. Nunca había visto algo así, fue genial.
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