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Cuando el director/guionista Rod Lurie y su socio productor, Marc Frydman, se pusieron a revisar el controvertido film “Perros de Paja”, su primera intención fue capturar lo espeluznante de la historia y explorar el lado más oscuro del comportamiento humano, tratando de reconfigurar estos límites y hacerlo a la medida de la sensibilidad de una nueva generación de cinéfilos.
“Peckinpah tenía un punto de vista categórico sobre los seres humanos y su comportamiento”, comenta Lurie acerca de la terrible violencia de la película original.
Al tomar como punto de partida la novela de Gordon William “The Siege of Trencher’s Farm“ más que la película de Peckinpah, Lurie pensó que actualizar la historia y trasladar ese terror psicológico especial a la clásica localización norteamericana de un pequeño pueblo sureño, donde la vida está marcada por el resultado del partido de fútbol del viernes por la noche, le daría un toque más moderno a lo que en realidad es un examen exhaustivo y aterrador de una relación que está siendo incomprensiblemente puesta a prueba y puesta patas arriba.
Lurie se puso a asentar los cimientos de la novela de William, cambiando la ubicación a una ciudad de ficción situada en el sur, salpicada con una tradición de brutalidad, además de transformar a los personajes acorde a ese entorno clásico americano.
“Rod sintió que una de las razones por las que la película original no funcionó en Estados Unidos fue porque se desarrollaba en Inglaterra.
Esta localización sureña nos facilitaba la atmósfera concentrada y cálida que Lurie quería dar a la película y que se hizo realidad cuando Clint Culpepper, sugirió que rodáramos en Shreveport (Louisiana).
James Marsden y Kate Bosworth se meten en los papeles de Amy y David.
Para Marsden, al que hemos podido ver en papeles más livianos, el guión le hizo tilín. “Cuando leí el guión la primera vez, lo vi todo en mi cabeza. Sentí que podría aportar algo”, recuerda.
Lurie sabía exactamente lo que podía aportar Marsden: una actuación completamente diferente a la de Dustin Hoffman. “En vez de buscar a un intelectual judío neoyorquino, quería a un tipo intelectual de un club de campo de Greenwich (Connecticut) y eso fue justo lo que nos dio Jimmy.
A Bosworth tampoco le dejó indiferente el guión. “No había visto la película original, leí el guión antes de hacerlo y pensé que era muy interesante. Para aliviar ese miedo, se ensayó durante dos semanas con Lurie antes de empezar el rodaje.
Mientras comenzaba el rodaje, la decisión de rodar en Shreveport resultó ventajosa por otras razones aparte de la humedad y el calor. Como Marsden y Bosworth tenían ya experiencia al haber hecho juntos “Superman“ en Sydney (Australia), rodar una película en un lugar lejos de tu día a día, hace que la relación entre los actores sea más fuerte.
Al ubicar el rodaje de “Perros de Paja” en el sureste de Estados Unidos, Lurie y su equipo se enfrentaron a las altas temperaturas del lugar y utilizaron colores y visuales que evocaran al calor y al fuego.
Lurie explica, “usamos el fuego como tema en esta película porque me gusta la expresión de Richard Nixon en la que afirma que el acero más resistente debe pasar primero por el fuego más fuerte, y eso es lo que le ocurre a David”.
Con esta visión, Fanning y su director artístico, John Goldsmith trabajaron para darle un color vivo a todos los escenarios. Fanning continúa, “había un montón de rojo, naranja y toques dorados en la casa, el tejado y el terciopelo rojo”.
Lurie también usó estos colores fuertes para el humo y el fuego que se puede ver varias veces en la película, incluyendo la asombrosa escena de caza que no estaba en el guión original y que se acabó rodando.
Con la visión global de la película, Fanning y su equipo comenzaron a desarrollar los escenarios clave, el más importante, la casa a la que David y Amy vuelven a Blackwater para trabajar y que es la localización central de la mayor parte de la historia. Un elemento clave en la película original fue la piedra de la casa que Peckinpah usó, que recordaba a una fortaleza, aspecto que se reforzó aún más por lo remoto de su ubicación. Para esta película Lurie y el estudio tenían claro que también querían que la casa fuera de piedra, pero en este caso, un estilo colonial americano clásico. “Rod lo describe en el guión como una estructura que usó el ejército durante la guerra civil. Éste fue nuestro punto de partida”, recalca Fanning.
Fanning y su equipo se pusieron a buscar fortines coloniales y también echaron un vistazo a la zona del sureste de Estados Unidos donde se rodaría la película para tener modelos del tipo de arquitectura que estaban buscando.
Para el granero, Fanning y Goldsmith decidieron poner una lámina de metal a la estructura de piedra de la casa.
Con el emplazamiento y el diseño determinado, los equipos de Fanning y Goldsmith empezaron a construir la casa y el granero. La decisión era hacer la estructura del exterior en la localización y construir los interiores en un plató. Ambos se hicieron a la vez, transportando el exterior en grandes partes hasta el lugar del rodaje y armándolo in situ. La piedra exterior la hizo una compañía externa y se pintó posteriormente en un color que imitara el rojo arcilloso que rodea la zona. Con un ajustado calendario de preproducción, frecuentemente interrumpido por la lluvia, conseguimos tenerlo todo listo en sólo ocho semanas.
Una vez que el exterior estuvo terminado, el interior pasó a ser un reflejo de éste. Fanning y Goldsmith trabajaron con un esquema visual muy concreto, ya que el diseño era muy americano, muy pequeño y que además había servido como fortín en la Guerra Civil.