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NOTAS DEL DIRECTOR...
El maestro Hitchtcock decía que nunca se debía trabajar con animales y niños. Bueno, Hitchcock no era asturiano. Porque cuando el proyecto llegó a mis manos me relamí como un niño ante una tarta de cumpleaños. Primero porque nunca había hecho algo así: se trataba de un desafío. Pero más importante, porque una película como "Pancho" no es habitual en el cine español. Una película en la que puedes combinar aventuras, comedia romántica, acción.... Y un perro. Habría que estar loco para decir que no a algo así.
"Pancho" es una película muy luminosa y con mucho color, además de entretenida, amable y divertida. Es de hecho un género en sí mismo: el protagonista no habla, pero cocina, conduce, rema, etc. Hace cosas extraordinarias y, en la película, nos ha regalado momentos históricos. Su viaje en la pantalla es el de dejar de vivir de forma caprichosa para volver a ser un perro que necesita un amigo. Lo que más respeto me provocaba cuando estaba escribiendo el guión era pensar en un patio de butacas lleno de niños. El público más exigente, sincero y objetivo que existe. Los niños fueron mi norte durante el rodaje. El objetivo era entretener a esas fierecillas acostumbradas a ver el mejor cine infantil que se ha hecho en los últimos cincuenta años. Y más difícil todavía, conseguir que los padres, que a veces acuden más como guardaespaldas que como espectadores al cine, se lo pasasen tan bien como ellos.
NOTAS DEL PRODUCTOR...
La idea de producir "Pancho" surgió en los Premios Goya a los que nuestro protagonista, conocido entonces por las campañas de la lotería, acudió como invitado. Allí se hizo fotos con las estrellas de nuestro cine y estuvo en la platea como un actor más. A la mañana siguiente se empezó a gestar el proyecto. A nadie se le había ocurrido en España hacer una película para público familiar con un perro como protagonista. Y, además, teníamos la ventaja de que Pancho era un perro muy conocido y apreciado aquí y que a posteriori ha dado un resultado magnífico como actor.
Con "Pancho" no hemos pretendido inventar nada, sino que hemos utilizado los códigos conocidos para hacer una película para el mercado internacional y con unos altos estándares estéticos. Había una línea argumental bastante clara para hacer una producción muy comercial y familiar un poco en la línea de las grandes producciones americanas que han llegado a las taquillas y a los cines españoles estos últimos años. Teníamos claro que queríamos hacer una comedia con humor en continuidad, con el perro más conocido de España como protagonista de una historia entretenida para los niños, pero también para los padres, gracias a tramas y diálogos en paralelo a la acción centrada en Pancho. Y, sobre todo, queríamos hacer una película con clara vocación internacional, que pudiera ser vista, entendida y disfrutada por los niños de todo el mundo. Con esta idea muy clara, nuestro director, Tom Fernández, escribió un guión divertido e ingenioso, con rápidos diálogos y gags continuos, con un perro sobre el que sigo preguntándome si hemos hecho una película con él, o él la ha hecho con nosotros.
Desde el primer minuto con Tom hubo una sintonía en cuanto a personajes, que se ha traducido en un cast fantástico. Queríamos que fueran perfiles que se parecieran en su forma de ser a esos personajes, lo que se ha traducido en un elenco muy completo. Con Tom, un actor se puede permitir el lujo de proponer y él le escucha, por lo que se crea un vínculo muy bueno entre ellos.