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ENTREVISTA CON EL DIRECTOR...
'Papá o Mamá' es tu primera película como director. ¿Qué habías hecho antes?...
.- Tengo 35 años y llevo trabajando desde los 15. Mi padre, que es productor, me introdujo en el mundillo y fui ganando confianza trabajando en varias películas, sobre todo en Bon voyage de Jean-Paul Rappeneau como ayudante de dirección.
A los 22 años dirigí un cortometraje producido por Laurent Pétin, que se proyectaba antes de la película de Rappeneau y que compitió en algunos festivales. Entonces dirigí algunos anuncios, la campaña para la Eurocopa 2016, otros para Adidas y algunos de Orangina. En 2007 me uní a Los Guiñoles y durante siete años dirigí más de 120 sketches, y a su vez, participaba en algunos largometrajes.
¿Cómo surgió este proyecto?...
.- El productor Dimitri Rassam comenzó todo. Hace unos cuatro años, justo cuando estaba pensando en dirigir mi primera película, me pidió que leyera un guion original de Guillaume Clicquot. La trama tenía que ver con dos padres separados, que luchaban por evitar la custodia de sus hijos. Era un motín. Y ya que sobre el papel parecía un poco loco, pensé que podría hacer una película muy divertida con un toque romántico sobre una pareja que pasa por una crisis.
¿Cómo hiciste tuya la idea?...
.- No fue complicado una vez que me involucré en el proyecto. No hay mucha diferencia si la idea original es mía o de otro. Yo no hubiera tenido la idea inicial, y Matthieu y Alexandre tienen más experiencia con guiones que yo. Entonces, ¿por qué privarme de ellos? En los Estados Unidos, la mayoría de los directores no escriben sus propias películas, pero están muy involucrados en sus proyectos desde el principio, orientando la escritura de acuerdo a cómo ven el tema. Me gusta esa lógica, y de hecho es cada vez más común en Francia. En términos de dirección, esta película es muy personal.
Desde el principio, quería que la película fuera visualmente compleja, pero siempre prestando mucha atención al trabajo de los actores y al punto cómico en cada situación.
Debemos exprimir las secuencias de comedia lo máximo posible, sin dejar de ser fiel a la realidad. Un trabajo minucioso de la dirección artística no debe limitarse a los dramas y thrillers.
¿Eres de los que permite improvisar?...
.- Sí, sugirieron muchas cosas. La idea era permanecer atentos a sus sugerencias, sin alejarse demasiado de lo que era indispensable para el ritmo de una escena.
Siempre es mejor añadir cosas que sustituirlas, porque en teoría no había nada escrito al azar. Siempre hay ese pequeño límite para mantener la idea, porque a veces los actores pueden sentir que una escena está aplacada, pero los escritores y el director saben que cuando se piensa en términos globales, es indispensable.
¿Fue difícil el casting de los niños?...
.- El casting fue largo y complicado debido a que, además de la elección individual de los actores adecuados, tenían que actuar como hermanos. Justine Léocadie, Julie y David, los directores de casting, hicieron un gran trabajo. Vieron a unos 500 niños, todos nuevos en cine. Lo importante era saber que serían graciosos con las frases que iban a hacer reír a la gente. Utilizaron el texto o improvisaron, según lo que ellos vieran. Yo ya había trabajado con niños en anuncios y, al ser padre yo mismo, me llevo muy bien con ellos.
¿Dónde está rodada?...
.- Aparte de algunas escenas rodadas en Étretat y París, pasamos la mayor parte del tiempo cerca de Dieppe, en Pourville-sur-Mer. Rodamos en un entorno provincial, fue una elección consciente.
También nos permitió inventar un trabajo menos clásico para Marina Foïs: en lugar de una mujer con traje de negocios en los pasillos de un rascacielos en La Défense, le encantó la idea de verse con una enorme parka y botas de trabajo. Ella se veía bien así y le daba aspecto de líder. Seguirla entre las turbinas de viento da a la película un aire natural.
¿Esta primera experiencia te ha dejado con ganas de más?...
.- Sí, me gustaría probarlo de nuevo, con un buen tema que alguien me ofrezca o que yo mismo inicie. No voy a saltar al primer guion que se me presente. La prueba es tan exigente que necesita la máxima convicción antes de involucrarse. Me gustó mucho trabajar con Matthieu y Alexandre, y nos gustaría seguir trabajando juntos con otros temas. Y lo mismo pasa con Dimitri. Él siempre ha demostrado ser un compañero incondicional. Él me dio mi oportunidad y nunca me ha defraudado.
Ese tipo de audacia y determinación son un lujo para un director.