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NOTAS DEL DIRECTOR...
El primer gran objetivo de mi película es hacerles sonreír y también emocionarles dentro de un ambiente en el que importan, y mucho, las relaciones humanas, las dudas, los retos, el enfrentamiento entre la manera convencional de entender la fe y otra forma más directa de ponerla en práctica. Este enfrentamiento se ejemplifica en dos «bandos».
El primero lo encarnan una serie de personajes (encabezado por el Padre Munilla -Karra Elejalde-), lleno de buenas intenciones, pero empecinado en el orden, la disciplina y una ortodoxia y afán de conservación de las tradiciones que llega a resultar cómica.
El segundo, el Padre Salvador –Alain Hernández- es un “Indiana Jones del clero”: heroico, heterodoxo, curtido en mil batallas humanitarias y con un sentido radical de la justicia con las que os identificaréis emocionalmente desde el primer momento.
Ambos bandos representan caminos opuestos para llegar a un mismo fin: formar a un grupo de monjes novicios (El Langui, Joel Bosqued…) que aspiran a cambiar el mundo; un grupo que, desde su juventud y su búsqueda un tanto desconcertada del sentido de la vida, se relacionan como otros jóvenes cualesquiera: amistad, diversión, dudas, conflictos…
'Que Baje Dios y Lo Vea' quiere ser una película vital, llena de energía, que exalte el feel good y el valor de la amistad, que incite a la lucha contra la injusticia, que os invite a pensar que cada uno de nosotros, en nuestra pequeña y peculiar parcela, podemos esforzarnos por conseguir un mundo mejor, no gobernado por el dinero, el poder y el “prestigio” social, sino por la humanidad y el humanitarismo en su sentido más profundo y auténtico.