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SINOPSIS
Johanna es una distraída y torpe policía que más bien es un cero a la izquierda aunque eso sí tiene una puntería que ya la quisieran otros. Esta particular policía es relegada a poner multas hasta que un día es incluida en el programa de formación del cuerpo de élite de la policía. Ahí tendrá que verselas con un agente misógino y ambos tendrán que actuar como pareja para atrapar a una banda que se dedica a cometer los atracos más imposibles. Podrán encontrar la forma de trabajar juntos?...
INTÉRPRETES
DANI BOON, ALICE POL, MICHEL BLANC, YVAN ATTAL, PATRICK MILLE, SABINE AZÉMA, ANNE MARIVIN, ALAIN DOUTEY, FRANÇOIS LEVANTAL, NABILA DARBAKY, ALAIN LAUB
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¿Cuándo se te ocurrió esta historia?...
Llevo unos diez años dándole vueltas a cómo contar UNA POLICÍA EN APUROS. Por aquel entonces, me apetecía interpretar a un policía gafe y patoso que es admitido en una unidad de élite. También me apetecía trabajar en una comedia de acción. Durante años fui apuntando ideas según se me iban ocurriendo, pero las dejaba apartadas y repasaba las notas de vez en cuando. En realidad, supongo que me faltaba el empujón para ponerme a escribir un guión en serio. Tenía la sensación de que este tipo de película ya se había visto antes y estaba buscando algo que la hiciera especial. Ese puntito que me convenciera de que este iba a ser un proyecto muy interesante.
¿Quién o qué te dio ese empujón?...
Todo surgió a raíz de conocer a una persona. Cuando hice SUPERCONDRIACO en 2013, le di el papel protagonista a Alice Pol, con quien había trabajado un par de años antes en la película LLÉVAME A LA LUNA de Pascal Chaumeil. Fui con mi esposa a ver una obra de teatro en la que participaba Alice y después, cuando vino a hacer el casting, me pareció tan buena que decidí darle un papel con mucho peso en la película. Durante el rodaje me sentí como si hubiera descubierto a la versión femenina de Pierre Richard. En la vida real, Alice Pol es distraída, torpe y graciosa. También es una mujer muy atractiva que no se corta un pelo a la hora de poner muecas exageradas y no le da ningún reparo hacer el ridículo. Todo ello sin comprometer su enorme talento interpretativo. Al conocer a Alice lo vi claro: ¿por qué no centrar la historia en una policía torpe? Sarah Kaminsky, la coguioinista, y yo nos pusimos manos a la obra hace unos dos años y medio. Entonces también empecé a documentarme sobre el GIGN (Groupe d’Intervention de la Gendarmerie Nationale), una unidad militar, y sobre el RAID, que me resultó más interesante porque depende de la policía nacional. Quería que mi personaje fuera un homenaje a Belmondo y a todas esas películas francesas que tanto influyeron en el cine de Estados Unidos. Algo así como las películas de Bruce Willis, donde el protagonista es un héroe pero también es gracioso y mete la pata.
Esas referencias están muy presentes en "Una policía en apuros", aparecen posters de Pierre Richard y tu personaje incluso ve una película de Belmondo en casa. La historia y la manera en la que se desarrolla también recuerdan a Philippe de Broca, Edouard Molinaro o Gérard Oury. El cine francés parece haberse alejado un tanto de ese género, a pesar de que nos dio toda una generación de artístas, tú el primero...
Sin duda. Crecimos con esas películas. Me encanta verlas porque siempre son divertidas, graciosas y emocionantes, con todas esas aventuras. Pero recuerda que por aquel entonces Hollywood producía películas con enormes presupuestos que resultaban mucho menos
interesantes. Estas películas eran algo más realistas, eran más humanas.
¿Os reunisteis con gente del RAID para preparar la producción?...
Sara y yo almorzamos con el director, Jean- Michel Fauvergue, en junio de 2014. Al principio noté que el tema le preocupaba un poco. “Ay madre, que Dany Boon quiere hacer una película sobre nosotros...”. Lo primero que le pregunté fue si había mujeres en la unidad de élite.
Resulta que de los 170 agentes, 3 son mujeres. Hablamos con las tres, incluida la primera mujer en entrar al RAID. Después me leí un montón de libros sobre el tema, entre ellos el de Robert Paturel, que es uno de los más importantes que se han escrito sobre la historia del grupo. Paturel colaboró con nosotros como consultor técnico e interpreta al instructor de Alice. Me ha impresionado muchísimo el trabajo de los hombres y mujeres de esta unidad de élite de la policía. Su sacrificio, valentía y sentimiento del deber son muy loables. También he descubierto que son absolutamente conscientes de los riesgos que corren, del papel que desempeñan y de los peligros a los que se exponen. En el RAID no hay agentes jóvenes. Todos tienen entre 30 y 40 años. Deben acumular varios años de experiencia como policía para ser admitidos en la unidad. En el RAID no buscan a gente echada para delante, lo que quieren es gente que tenga algo que perder, como una familia. Los admiro muchísimo y, de hecho, sigo en contacto con algunos de ellos. Con esta película también he intentado rendir homenaje a su trabajo, a todo lo que hacen por garantizar nuestra seguridad, sobre todo teniendo en cuenta el panorama actual.
Ya que has sacado el tema, después de los atentados de 2015, ¿te planteaste aparcar el film?...
No, al contrario. Me animó más a hablar de estos héroes modernos. Cuando ocurrieron esos hechos tan horribles, sentí miedo no solo por las víctimas sin también por los que arriesgarían sus vidas para ayudarlos. En UNA POLICÍA EN APUROS vemos momentos muy conmovedores que retratan la realidad cotidiana de estos agentes. Eugène Froissard, el personaje que interpreto, cree que es un poco gafe. Ese tipo de cosas las saqué de los libros que leí para preparar la película. Supongo que desempeñar un trabajo en el que constantemente arriesgas tu vida te hace ser algo supersticioso. Las suyas son vidas increíbles. Las mujeres del RAID también me resultaron fascinantes. Al igual que sus compañeros, ellas también entrenan muy fuerte, se preparan a fondo y arriesgan sus vidas. Quería hablar de eso. Hay pocas comedias de acción protagonizadas por mujeres. Lo que ocurrió en 2015 sí complicó el rodaje en tanto que ya no podíamos rodar en Francia con los uniformes y el equipo del RAID, por ejemplo. Por lo que nos trasladamos a Bélgica para rodar algunas de las escenas de acción.
Habéis podido utilizar los medios logísticos del raid e incluso entrar en las oficinas centrales...
Hemos tenido la enorme suerte de poder montar las cámaras en su centro de operaciones.
También conocí a trabajadores que ocupaban diferentes puestos en la cadena de mando e incluso al Ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, que fue muy agradable. Sarah y yo pasamos un montón de tiempo con ellos. Observamos cómo se relacionaban entre ellos, participamos en algunas simulaciones e hicimos algunos entrenamientos, para acercarnos todo lo que pudiéramos a su día a día. Al final, y en la medida de lo posible, conseguimos hacernos un hueco en la unidad. Pasar dos años y medio con esta gente nos ha dejado algunos recuerdos muy intensos. Hicimos un pase especial para huérfanos de agentes de policía y otro para agentes del RAID.
Sé que están contentos con la película y que les ha gustado mucho el hecho de que nos riamos “con” alguien o algo y nunca “de” alguien. Eso suele ocurrir en todos mis filmes.
Hablemos de la preparación física. Hay varias escenas en las que se nota que entrenasteis a fondo...
Alain Figlarz fue quien puso el asunto sobre la mesa. Es un tío genial, pero está como una cabra. De su mente privilegiada salieron todas las peleas y las escenas de acción de Alice. En la primera reunión me miró de arriba abajo y me preguntó: “¿Vas a rodar con ese cuerpo o vas a hacerte con uno nuevo para la película?”. Quería que mi personaje resultara creíble, por lo que Alain me sugirió que me pusiera a entrenar de inmediato. Empecé una preparación intensiva con un entrenador fantástico que se llama Fred Mompo. Hice un montón de pesas para desarrollar los músculos y empecé una dieta basada en claras de huevo, embutido y queso blanco con 0% de grasa. De joven había sido muy deportista, así que mi cuerpo enseguida se adaptó a esta nueva rutina. Ha sido muy satisfactorio ver cómo me iba transformando. Quería dar el pego como formador del RAID. Empecé flojo, con 20 flexiones al día... ¡y al final estaba haciendo más de 200! Perdí 13,5 kilos y luego recuperé 9 kilos de músculo. Mi mujer Yaël está muy contenta con el cambio, algo que me desconcertó un tanto. Le pregunté por qué nunca había mostrado interés por el cuerpecillo de humorista que tenía antes. Había engordado un poco pero lo justifiqué diciendo que había sido para preparar un papel, a lo Actor’s Studio.
Cuando te pones a régimen sabes que va a ser para toda la vida. No te pones una fecha límite.
Por eso tanta gente lo abandona. En este caso sí tenía una fecha límite porque tenía que estar listo para el primer día de rodaje. Me encanta comer y tuve que despedirme de un montón de cosas que me gustan, como el azúcar refinado. He “pecado” alguna vez desde que hemos acabado de rodar, ¡pero sigo entrenando!
Hablemos de tu trabajo como director. En "Una policía en apuros" vemos escenas de acción trepidnates como las que se rodaron en Chateau vaux le cicomte. Diría que vas un paso más allá en cada una de tus películas...
Ya veo por dónde vas. En primer lugar, ahora tengo los medios y el equipo para rodar donde quiera. Por cierto, ni debo ni puedo olvidarme del impresionante trabajo del diseñador de arte Hervé Gallet, con quien colaboro por primera vez en esta producción. El director de fotografía Denis Rouden es un profesional fantástico. Todo el mundo estaba muy entregado y eso nos ha permitido rodar escenas tan complejas e impactantes como la del castillo. Pero es verdad que con cada película siento que tengo más control sobre el tema y voy directo a lo más importante. En mis primeros proyectos se nota la frustración de no disponer de tiempo suficiente o de ver que determinadas ideas se me escapan, particularmente porque durante el rodaje van pasando miles de cosas a la vez y es un poco lioso... Ahora sé preparar escenas complicadas que requieren una semana entera de rodaje para sacar un minuto o dos de metraje, sin perder de vista el resto de la película. Para la secuencia de Vaux-le Vicomte reconstruimos parte del escenario en un plató porque según el guion había que destrozarlo.
Nos aseguramos de recrear el castillo hasta el último detalle, lo cual fue un esfuerzo considerable. También pude adaptar el guión y cambiar algunas de las escenas nocturnas para pasarlas a la mañana siguiente o encajarlas otros días, aunque la agenda siempre estaba a tope. En resumidas cuentas: me siento muy a gusto en el plató. Me manejo bien, me entero de todo lo que está pasando y sé dónde quiero ir con el proyecto, y eso me ayuda mucho para lidiar con cualquier imprevisto que pueda surgir. Más allá de estar dirigiendo el filme, creo que esa sensación de control ayudó a todos los personajes de UNA POLICÍA EN APUROS. Siento que existen de verdad en la realidad que he creado en esta historia.
Hablando de los actores, ¿Qué me puedes contar de Alice Pol?...
Como muestra un botón: es el primer día de rodaje de SUPERCONDRIACO y Alice llega histérica. Se acerca, se sienta y derrama una taza entera de té sobre mi maletín, donde estaban mi copia del guion y todas mis notas. Así es Alice Pol. Lo suyo es natural. Me río muchísimo con ella y la admiro un montón. Pocos actores se atreven a ir tan lejos como ella en su trabajo cómico. Y lo digo totalmente en serio. Ella lo da todo, como Pierre Richard en LA CABRA, en esa escena de la arena movediza. Tenía clarísimo que ella sería la protagonista de la película, al igual que me había ocurrido con Kad Merad en BIENVENIDOS AL NORTE. Me voy a permitir añadir que me parece una idea fantástica que el papel principal de este filme lo interprete una mujer, dando vida a una agente de policía que quiere entrar en una unidad de élite. Teniendo en cuenta que suele ser un mundo muy masculino, creo que es una perspectiva muy moderna.
Interpretas a Eugene Froissard, un policía reservado y misógino, bastante triste y aislado. Resulta inquietante y a la vez conmovedor. Parece que te van interesando más ese tipo de personajes en tus películas...
Tampoco me propuse escribir un personaje específico para mí. El personaje fue tomando forma según fuimos desarrollando el guion. Surge de la necesidad de crear tensión entre Johanna y Eugène en las escenas cómicas. Empiezan siendo polos puestos y se van acercando cada vez más. Cada uno le aporta algo al otro, ya sea llenar un vacío emocional o darse seguridad y confianza según va avanzando la trama para crear una base emocional. En eso nos centramos a la hora de escribir el guion.
Johanna Pasquali, el personaje de Alice Pol, es hija del ministro del interior, interpretado por Michel Blanc. Es genial ver que el mundo del reconocido grupo cómico Le Splendid encaja tan bien como el tuyo...
Fue una alegría tremenda saber que a Michel le había gustado el guion y le interesaba el papel.
No suele trabajar en cine y rechaza muchas ofertas. Le admiro muchísimo como actor, guionista y director. Desde LOS BRONCEADOS a MONSIEUR HIRE pasando por MALA FAMA, tiene un currículo impresionante.
No me esperaba que fuera a imponerle el rodaje. Michel se prepara mucho antes de cada escena. Interioriza todo lo que tiene alrededor, se involucra mucho en todo el proceso y al final resulta ser un intérprete muy generoso. Necesita llegar a un punto en el que se sienta frágil como intérprete pero también le gusta mucho colaborar con el director. Su personaje es muy interesante porque le vemos tanto como político como padre. Esa dualidad resulta muy evidente en las escenas con François Levantal, el director del RAID. Esa pareja también tiene
tela. El Ministro obliga al comisario de policía a contratar a su hija para que se olvide del RAID, pero tiene que amenazarle un poco para conseguirlo: o contrata a su hija o pierde la financiación del RAID. Como todo padre, quiere mucho a Johanna y haría cualquier cosa por protegerla. Michel ha sido un maestro a la hora de retratar esa carga emocional combinada con la frialdad que muestran algunos políticos.
Hablando de François Levantal, es una de las "caras" más conocids del cine francés actual...
Por no decir que es un actor impresionante. Antes hemos mencionado el cine francés de los años setenta y ochenta. En esas películas les daban mucha importancia a los personajes secundarios. François está impresionante en esta película. Se lleva un montón de risas y también resulta muy creíble como director del RAID. Me alegro mucho de haberle escogido para el papel.
A la hora de buscar al malo de la película, decidiste darle a Yvan Attal un papel de villano que parece sacado de una película de James Bond...
Yvan aceptó el papel nada más leerlo porque nadie le había ofrecido un personaje así en la vida. Debo decir que se le ocurrió a Yaël, y también fue ella quien pensó en Patrick Mille para el prometido de Alice. Quería que Viktor, el malo, fuera un personaje muy complejo, loco y algo estrafalario. Quería que fuera vestido de forma diferente cada vez que apareciera en pantalla. Primero va de guardaespaldas, luego de agente de policía, dandi, travesti y, por último, Luis XIV en la escena Vaux-le-Vicomte. Ha sido una suerte que Yvan se haya implicado tanto en el personaje. Afortunadamente puedo decir lo mismo de todos los actores del reparto: Sabine Azéma, Patrick Mille, Anne Marivin, Florent Peyre...
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