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SINOPSIS
Dörrie es una chica joven de procedencia alemana que pretende dar un giro radical a la vida que llevaba hasta ahora marchándose hasta Fukushima para trabajar en la organización humanitaria tras la catástrofe que asoló al país nipón. A pesar de las muy series dificultades que se encuentra a su legada decide convivir con una anciana en el área contaminada, encontrando ambas un punto que supone la liberación de las cargas que les ahogan y de los diversos fantasmas del pasado...
INTÉRPRETES
ROSALIE THOMASS, KAORI MOMOI, NAMI KAMATA, KURUMI AIZAWA, MOSHE COHEN, HONSHO HASAYAKA, AYA IRIZUKI, NAOMI KAMARA, THOMAS LETTOW, NANAKO
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EL NACIMIENTO DE UNA HISTORIA...
En 1985 Doris Dörrie hizo su primer viaje a Japón cuando su película “En mitad del corazón” (Mitten ins Heinz), fue presentada en el Festival Internacional de Tokio. “Me quedé tan fascinada por Japón que hice autostop por el país y disfruté perdiéndome por él. Una y otra vez, completos desconocidos me tomaban de la mano y me mostraban el camino. Nunca me he sentido tan cuidada y mimada en un país extranjero y esa sensación me causó una profunda impresión: ser una extranjera y sentir que todo el mundo se preocupaba por mí”.
Desde aquel primer viaje ha estado unas 25 veces más en Japón, ha viajado por todo el país sumergiéndose profundamente en la cultura japonesa y tomándola como referencia para sus películas. Su primera película situada en Japón “Sabiduría garantizada” (Erleuchtung garantiert, 2000, con Gustav Peter Wöhler y Uwe Ochsenknecht) y también Cerezos en flor (2008) cuentan historias desde la perspectiva alemana de personajes alemanes que viajan a Japón. El comienzo de la trama de ambas es en Alemania. Con RECUERDOS DESDE FUKUSHIMA esto cambia por primera vez.
La directora describe la génesis del film en los siguientes términos: “El punto de partida de la película se sitúa en el mismo Japón. En Noviembre de 2011, 6 meses después de la catástrofe viajé a Fukushima. Allí tuve dos encuentros que dieron un empujón a la película. Me encontré con un hombre que estaba en frente de los cimientos de su casa destruida. Medio año después aún no entendía que es lo que le había pasado. Había perdido a toda su familia, su casa, sus pertenencias, su vida entera. Durante nuestra conversación repetidamente decía “No puedo entender lo que me ha pasado” Dörrie visitó los refugios prefabricados -“comunidades temporales de vivienda”- en los que las víctimas de la catástrofe aún siguen viviendo hoy en día. Allí se encontró con mucha gente, sobre todo mujeres mayores, las jóvenes habían dejado la región, y vio que estas comunidades de vivienda estaban dominadas por el estancamiento y el aburrimiento. Nadie se preocupaba de la gente. “El encuentro con el anciano y la visita a estas comunidades fueron el núcleo de la historia que quería contar. Empecé a escribir sobre una anciana japonesa con las impresiones que me había llevado. Esto alteró la perspectiva que había utilizado en mis anteriores películas, utilizaría una perspectiva japonesa”.
A lo largo de 15 años Dörrie ha desarrollado una manera particular de rodar con la productora asociada Ruth Stadler, con la que ha estado haciendo películas durante 30 años, y el productor técnico Patrick Zorer. Esta manera de hacer las cosas nace del conocimiento de que la tecnología digital permite abandonar las habituales reglas de rodaje.
Comenzó con “Sabiduría garantizada” (Erleuchtung garantiert), que se rodó en un claustro remoto de Japón. Gracias a esta experiencia se empezó a desarrollar “un sistema rompe-reglas” como lo llaman Dörrie y Stadler, sistema que han seguido perfeccionando. Gracias a éste, consiguieron rodar “Cerezos en flor”, sin muchas de las cosas que generalmente se asocian a un rodaje como un equipo de muchas personas, un departamento de maquillaje o vestuario o la planificación de las tomas a diario. El operador de cámara Hanno Lentz se convirtió en parte esencial del equipo de Dörrie; ha intervenido como Director de Fotografía en sus últimos 5 filmes.
Fue entonces cuando nació lo que yo que ella llama “La danza del caos”, para describir su nuevo estilo de trabajo. “Es algo que sólo te puedes permitir si tienes una gran experiencia. Gracias a la experiencia, sabemos cómo mantener una estructura mínima, de manera que el trabajo sea posible y así crear cosas que no podríamos en un rodaje normal”
“La gran ventaja es que puedes incrementar la flexibilidad. Con un equipo más pequeño es posible filmar en países con difíciles condiciones de rodaje, como es el caso de RECUERDOS DESDE FUKUSHIMA. Esta limitación se aplica a todo el mundo obteniendo flexibilidad y libertad de acción en el proceso creativo y en el desarrollo de la historia”.
“Durante muchos años hemos tratado de seguir con nuestra manera de hacer las cosas en lugar de condenar a que la realidad se adapte a un guion. Esto es complicado de entender para los que están acostumbrados a seguir las reglas establecidas de un rodaje convencional. El nuestro es un acercamiento relativamente anárquico” explica Dörrie. Por eso, las localizaciones son generalmente las originales, la realidad está integrada en la toma ya sea en sitios muy concurridos como en la estación de tren de Tokyo o en lugares desolados de Fukushima como el área de Minamisoma.
La acción de la película empieza en “Las comunidades temporales de vivienda” y se desarrolla a partir de la interacción entre los ancianos japoneses que viven allí encarnados por actores como Moshe Cohen y Nami Kamata y los protagonistas Rosalie Thomass y Kaori Momoi. Esto la convierte en real y tangible. Lo mismo ocurre con la trama básica del film; la lucha de los protagonistas con el dolor y la carga de la memoria y la necesidad de encontrar una manera de sobrellevar la catástrofe, patente en la remota y desolada región de Minimasoma, zona del desastre. Esto sería impensable logísticamente con el típico equipo de rodaje y la narrativa no podría fluir de la manera que buscaba Dörrie. Rosalie Thomass lo describe en los siguientes términos: “Doris está siempre muy atenta y en los momentos determinantes te dice qué necesita de ti pero es una persona muy abierta y la mayoría de las veces deja que fluya la interpretación”.
Doris es bastante concisa en este aspecto: “Queremos contar bien, una buena historia y que tenga un trasfondo real y tangible. Esto encuentra su manifestación física en cosas como en el viento que sopla en esos lugares y la gente que aparece en ellos aunque al mismo tiempo contamos una historia”
EL CASTING...
Doris y Rosalie se conocieron por casualidad en una charla después de la proyección de una película en un festival y después se siguieron viendo. Cuando Doris le dijo a la joven actriz que tenía la intención de rodar una película en Fukushima, Rosalie se quedó impresionada por la valentía que suponía rodar una película en un lugar como aquél. Cuando le propuso interpretar el papel principal, lo primero que pensó fue que se tenía que embarcar con la directora en ese viaje. “Un sensacional guion, con un personaje femenino maravilloso que te permitía hacer muchas cosas”, es como describe Rosalie su primer impulso, destacando que la diferencia cultural entre las dos protagonistas era algo que le encantaba: una, huyendo del hogar pero teniendo que reconocer que sus problemas no eran tan grandes como los de aquellos que se encuentran en Japón. Para Rosalie, es una poética y universal historia sobre el dolor.
Doris le describió la trama en los siguientes términos: “La joven aprende algo muy japonés de la anciana que es la actitud, la actitud de cómo cada uno lidia con su propio dolor. Aunque al mismo tiempo, la historia también nos explica cómo esta anciana, que está pasando por muy malos momentos, también aprende algo de la joven alemana, la posibilidad de romper las reglas haciendo las cosas más soportables”.
La historia de dos mujeres con bagajes totalmente diferentes aunque las dos atrapadas en su pasado y que juntas aprenderán a liberarse de los recuerdos…. filmada en la localización de la triple catástrofe con actores y habitantes locales que aún están allí.
Kaori Momoi, muy conocida en Japón, tenía muy claro desde el principio que quería participar en este emocionante proyecto. “Estuvo completamente comprometida desde el principio”. Uno de los motivos que la impulsó a trabajar en el proyecto fue que ningún realizador japonés se había atrevido aún a abordar el proyecto. El resto del reparto está formado principalmente por debutantes, como Moshe Cohen, uno de los fundadores americanos de la ONG ‘Payasos sin fronteras’, que había estado viajando durante años de una zona catastrófica a otra. El objetivo de esta ONG es llevar algún momento de felicidad a través de actuaciones y talleres a regiones del mundo que atraviesan momentos difíciles.
Otra debutante en la película es Nami Kamata que reside en Munich pero originaria de Fukushima, con la que Doris llevaba trabajando desde hace años en la música de sus películas. Como miembro del dúo Cocomani ha contribuido a las bandas sonoras de la miniserie de Dörri Klimawechsel (Midlife Crisis) y la película Alles inklusive (The Whole Shebang).También aparecen en el film el bailarín de Butoh Tadashi Endo y la actriz Aya Irizuki que ya había participado en Cerezos en flor.
El equipo de la película está especialmente agradecido a los habitantes de las Comunidades Temporales de Vivienda, que los recibieron con los brazos abiertos y que participaron en la película.
EL DESASTRE DE FUKUSHIMA...
El 11 de Marzo de 2011, un poderoso maremoto de escala 9.0 en la costa este de Japón con epicentro cerca de la isla de Honshu provocó una reacción en cadena de dramáticos acontecimientos: la breve sacudida de 150 segundos, fue suficiente para crear una ola de 15 metros que llegó 10 kilómetros tierra adentro, inundando 560 kilómetros cuadrados, destruyendo más de 200 pueblos costeros y llevándose la vida de más de 19.000 personas.
La central nuclear de Fukushima Daiichi también fue sacudida por el tsunami. Como resultado, se produjo una fusión del núcleo de tres de los seis reactores que provocó una importante fuga de radioactividad. 170.000 personas fueron evacuadas de la región teniendo que abandonar sus hogares a causa de ésta.
Gracias a una estimación del total de la fuga de productos radiactivos, la Comisión Supervisora de Energía Nuclear de Japón declaró el peor de los escenarios otorgando el rango máximo de 7 en La Escala de Internacional de Sucesos Nucleares.
El desastre sigue considerado como el peor desde el accidente de 1986 en Chernobyl. Debido a este accidente, aproximadamente el 8% de la superficie de Japón (30.000 kilómetros cuadrados) y un total de 110.000 toneladas de agua fueron contaminadas, 750 de las cuales fueron liberadas sin control durante el desastre. Los daños indirectos a la economía japonesa están estimados en 150.000.000.000 millones Euros.
La zona sigue inhabitable y seguirá así en las próximas décadas. Incluso ahora, 5 años después de la catástrofe, miles de personas siguen viviendo en refugios. Las personas afectadas, más de 2.000.000, han de seguir haciéndose chequeos regulares durante años.
Sólo recientemente, en Octubre de 2005, el Ministerio de Salud de Japón, ha confirmado que existe conexión entre la leucemia que padece un ex trabajador de la central nuclear con la fuga de material radioactivo. Se ha producido un importante aumento de enfermedades linfáticas entre los niños y los jóvenes de la región.
Según el operador de la central Tokyo Electric Power Company, aún serán necesarios otros 40 años hasta que la central esté totalmente libre de contaminación.
GALERÍA DE FOTOS
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