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NOTAS DEL DIRECTOR...
'Rapunzel, el perro y el brujo' fusiona la realidad de la zona rural andina, la realidad del país y los ‘asustos’, una expresión originaria de los campesinos de la cordillera central colombiana que hace referencia a los personajes de las historias de terror y misterio, como brujas, duendes y unos más particulares como La Llorona, el Cura sin cabeza o la Madre Monte, entre otros.
“Nací en el Quindío, en la cordillera central colombiana, una región rica en historias, en cultura y tradición oral, un lugar perfecto para hacer cine, con paisajes hermosos para relatar el amor o la magia, pero también con locaciones lúgubres como para una película de misterio o un thriller como este”, explica el director Andrés Roa en referencia a su ópera prima.
Sin duda 'Rapunzel, el perro y el brujo' recoge esas historias de miles de abuelos campesinos que han pasado de generación en generación y las cuenta en la pantalla grande. “Es una película que lleva nuestra esencia como aldea a la globalidad y abre una enorme ventana para que el mundo se sumerja en nuestra cordillera narrativa”, asegura.
Sobre esta película que mezcla la realidad oscura y visceral del país con la inmensurable magia narrativa de sus campesinos y personajes míticos y que llega a las carteleras de cine colombiano este 22 de febrero, habla su director, quien arranca esta entrevista con una frase muy particular: “venga y le cuento una historia de asusto”.
ENTREVISTA AL DIRECTOR...
¿Podríamos afirmar que mientras a otros niños les leían historias fantásticas de princesas o héroes, a usted le transmitían cuentos de asustos?...
Sí y en eso le doy mucho crédito a mi abuelo quien siempre estaba contando historias fantásticas, que yo en realidad no sabía si eran verdad, mientras lo acompañaba a muchos lugares en el carro de bomberos. Él, además de bombero, era el gran contador de historias en Buenavista (Quindío).
¿Cómo nace la historia de Rapunzel, el perro y el brujo?...
Es literalmente la evolución de la cinematografía quindiana, cordillerana. Rapunzel es el resultado de la recolección de todas estas historias fantásticas y la búsqueda de crear el cine que no existía en la región, de mostrar el Quindío desde una realidad mágica, que no es lo mismo que realismo mágico.
¿Cuál es la diferencia entre realidad mágica y realismo mágico?...
El realismo es el colibrí, las mariposas de colores... la realidad es la crudeza del día a día de los campesinos y del monte, sobre todo en la década de los 90. La realidad mágica es también la magia mítica del monte, pero desde el punto de vista de las brujas, de los duendes, del pacto con el diablo, una realidad oscura, visceral y enterrada.
¿Cuáles fueron los grandes retos de pasar del guion a la puesta en escena?...
Esta es una película que mezcla el misterio y la acción, además de ser cine que se hace en región, lo que la hace poco común y no tan comercial, como lo puede ser la comedia, por ejemplo. Ya en la historia como tal hay varias cosas complejas porque tiene un trasfondo sicológico, lo que requiere un gran trabajo visual. A todo se suma que hay importantes escenas con explosiones, disparos y mucha acción. Se requirió de un gran equipo que al final logró que la película creciera y hoy sea muy global.
En esto juegan un importante papel las locaciones...
Sí, fue un conjunto de cosas. Grabamos en lugares donde se sentía esa atmósfera, esa energía de muchos años, porque era importante que eso se percibiera en cámara. Incluso logramos grabar escenas en una casa construida en 1936. Me compliqué mucho en el rodaje, pero el resultado es muy bueno.
Buenavista, Salento... Quindío puro...
Hacer la película en Buenavista, mi pueblo, era la condición más importante. Allí el monte es muy oscuro, hay un cañón grandísimo. Las primeras escenas no pude hacerlas allí, así que busqué una alternativa que encontré en Salento, pero no el turístico y tradicional, el de la Palma de Cera. Nos metimos a Santa Rita, que es una reserva natural enterrada. En uno y otro lugar encontramos esos paisajes que teníamos en la memoria de niño de los años 90.
Háblenos del casting...
Como la película misma, el casting también tiene mucho que ver con la región. Anderson Ballesteros, quien interpreta a ‘El Perro’ es pereirano. Desde que escribí el guion me lo imaginaba a él, porque era convertir al gran pillo de los personajes que ha interpretado anteriormente en un ser fuerte pero vulnerable. Julio Pachón es bogotano, pero es muy ‘de la casa’ porque siempre está haciendo cosas en el Quindío. Álvaro Rodríguez es de Sevilla (Valle), que está a media hora de Buenavista, también con mucha similitud con la región.
A propósito del gran actor Álvaro Rodríguez ¿cuál es la historia del casting para El Brujo?...
Álvaro iba a interpretar a otro de los personajes importantes de la película, pues a El Brujo le iba a dar vida Fabio Restrepo (QEPD), quien me había acompañado en un corto que hice y con quien ya habíamos hablado, al final no pudo estar y se nos fue, pero llegó Álvaro con una gran propuesta y un gran resultado.