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SINOPSIS
Desde sus polvorientas raíces pueblerinas hasta el brillo de Hollywood, pasando por el dominio de la escena mundial, “REAGAN” es un viaje cinematográfico de superación. Contado a través de la voz de Viktor Petrovich, un antiguo agente del KGB que siguió el ascenso de Reagan, “REAGAN” capta el espíritu indomable del sueño americano...
INTÉRPRETES
DENNIS QUAID, MENA SUVARI, JON VOIGHT, PENELOPE ANN MILLER, XANDER BERKELEY, AMANDA RIGHETTI, C. THOMAS HOWELL, JUSTIN CHARTWIN, ROBERT DAVI, TREVOR DONOVAN, KEVIN DILLON, CARY-HIROYUKI TAGAWA, LESLEY-ANNE DOWN
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GENESIS...
Desde sus raíces pueblerinas hasta socorrista, presentador de radio, actor, gobernador y presidente, Ronald Reagan fue conocido por muchos por muy diversas razones. Al no haber ninguna película significativa que detallase su vida, es posible que su complicada y sinuosa vida intimidase a muchos de los que pensaron en contar su historia.
Desde el principio, el equipo Reagan lo comprendió y comenzó a desarrollar REAGAN hablando con más de 50 amigos y colegas del difunto presidente a lo largo de los años para llegar a comprender quién era Reagan, el hombre. El equipo también se guio por el biógrafo Paul Kengor y su libro The Crusader. El equipo eligió al veterano guionista Howard Klausner para escribir el guion. Klausner había escrito la película “SPACE COWBOYS” para el legendario Clint Eastwood y conocía muy bien a los personajes de la historia. El hecho de haberse mudado recientemente de la bulliciosa ciudad de Los Ángeles a una pequeña ciudad de Tennessee, sirvió a Klausner a comprender esas raíces pueblerinas que dieron forma a la génesis de Ronald Reagan.
Cuando el productor Mark Joseph consultó a su amigo y mentor, el productor Ralph Winter (“X-MEN”, “EL DESAFÍO DE LAS BRUJAS”, “EL PLANETA DE LOS SIMIOS”), sobre a quién elegir para dirigir REAGAN, Ralph simplificó la ecuación preguntándole cuál era su película favorita. La respuesta fue “ROCKY”, así que Winter sugirió que John Avildsen, el director de “ROCKY”, dirigiera REAGAN. Parecía una combinación perfecta. Como el propio “ROCKY”, Reagan sufrió muchas derrotas en su vida, pero nunca dejó de levantarse y de luchar por convertirse en la persona que sentía que estaba destinado a ser. Avildsen no tardó en unirse al proyecto, ya que también le gustaba la historia de Reagan. Desgraciadamente, poco después de unirse a la película REAGAN, Avildsen fue diagnosticado de cáncer y falleció a los 81 años.
Sean McNamara fue elegido entonces para tomar el relevo de Avildsen. McNamara tenía una pasión similar a la de Avildsen por contar las historias de aquellos que se enfrentaron a obstáculos insuperables y triunfaron, como sus películas “SOUL SURFER” y “A GANAR”, y McNamara había trabajado recientemente con Dennis Quaid, con el que mantenía una estrecha relación.
A lo largo de todo el proceso, las palabras de John Avildsen siguieron guiando la película: “ROCKY” no era una historia sobre boxeo", solía decir Avildsen. "El boxeo era simplemente el trabajo de “ROCKY”". Del mismo modo, el film de Reagan no es un film sobre política, sino la historia de un hombre que casualmente se dedica a la política."
En cuanto a Dennis Quaid, siempre fue la primera opción del productor, pero con su apretada agenda era difícil encontrar el tiempo necesario para acometer una empresa de tal envergadura. Quaid fue invitado a visitar el rancho Reagan en Santa Bárbara, que se conserva exactamente igual que cuando era propiedad del presidente, y fue en esa visita cuando Quaid decidió que tenía que aceptar el papel, animado por su madre, de 91 años, que le instó a hacerlo.
"Una punzada de miedo me subió por la espalda", recuerda Quaid. "Fue entonces cuando supe que debía hacer algo".
La producción sufriría muchos retrasos por el camino, como el cierre del plató en dos ocasiones debido al Covid, que retrasó la producción casi un año, y la huelga de actores.
A lo largo del proceso, las palabras de Avildsen siguieron guiando la película: “ROCKY” no era una historia de boxeo, y REAGAN no era una película de política, sino la historia del viaje de dos hombres desde la oscuridad a la escena mundial.
EL RODAJE...
La producción se rodó durante 37 días en Oklahoma y California. A partir del otoño de 2020, REAGAN fue una de las únicas grandes producciones que se pusieron en marcha durante el COVID-19 con más de 150 miembros del equipo, 80 del reparto y hasta 100 extras durante el apogeo del rodaje. El rodaje durante esta época fue bastante difícil debido a la naturaleza opaca de la lucha contra el nuevo coronavirus y a los protocolos que se estaban desarrollando y modificando para el regreso de las producciones cinematográficas. El reparto y gran parte del equipo se sometieron a pruebas diarias a través de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Oklahoma. A pesar de los dos paros, la producción se pudo terminar en 2021.
La producción de REAGAN comenzó en septiembre de 2020 en Guthrie, Oklahoma. Se eligió Guthrie porque la ciudad es como una cápsula del tiempo de la América de los tiempos de La juventud de Ronald Reagan. Con un pintoresco centro de ladrillo que era arquitectónicamente único, manteniendo su encanto americano, el centro es el telón de fondo de muchas de las escenas de los primeros días de Reagan. La ciudad también cuenta con un elemento increíble en el Templo del Rito Escocés, situado en el centro de la ciudad. El edificio se terminó de construir en 1923 y tiene más de 400.000 pies cuadrados. Con una arquitectura variada que incluye Art Déco, Barroco y Neoclásico, se convirtió en el eje central de la película, donde el departamento artístico transformó los espacios en un escenario de sonido de los años 40, clubes sociales, un club nocturno de Hollywood, un casino de Las Vegas, debates presidenciales, platós de cine e incluso el Kremlin. El templo y sus terrenos sirvieron para más del 85% del espacio de producción de la película.
Como la interrupción debida a COVID-19 creó retrasos significativos ya que hacía demasiado frío para rodar las escenas de socorrista en exteriores, el equipo de producción decidió volver a Guthrie en mayo de 2021 para filmar muchas de las escenas de las primeras etapas de la vida de Ronald Reagan. La ciudad sirvió una vez más de telón de fondo para varias ciudades del medio oeste, como Dixon y Des Moines, además de del exterior para el Eureka College.
También se rodó en su querido rancho, Rancho del Cielo, en las montañas de Santa Ynez. Los Reagan compraron la propiedad en 1974 y actualmente la mantiene una organización sin ánimo de lucro que la conserva como si los Reagan acabaran de salir a hacer la compra. Cuenta con sus muebles originales y su ropa permanece colgada en los armarios. El lugar fue todo un reto por su lejanía y la lucha del equipo contra los elementos naturales, pero no hay nada mejor que rodar en un lugar auténtico. El equipo de producción pasó cuatro días en el Rancho del Cielo filmando interiores, en su estanque y montando a caballo por la propiedad.
La producción también completó un día de rodaje en la Biblioteca Presidencial Reagan, hogar del Air Force One SAM 2700 que se utilizó durante la presidencia de Reagan. El avión, cedido por las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, es un Boeing 707-353B y estuvo en servicio desde 1972 a 2001 y fue utilizado por siete presidentes estadounidenses antes de ser retirado. El avión tiene esencialmente la misma forma que durante su servicio con pequeñas modificaciones que se adaptan a los casi 400.000 visitantes anuales de la Biblioteca Reagan. El avión fue el telón de fondo de varias escenas clave, entre ellas las del presidente Reagan y la primera dama, así como la del Servicio Secreto desarrollando una unidad ecuestre para cabalgar con el presidente. En la película también aparece un Sikorsky VH-3 Sea King que se utilizó como Marine One durante la presidencia de Lyndon Johnson.
Debido a la naturaleza de la época y a actores que interpretan a personajes que abarcan 50 años de sus vidas, el equipo de producción requirió una gran cantidad de efectos visuales, con más de 1.500 tomas. Estas tomas iban desde complejas tomas de rejuvenecimiento para crear personajes más jóvenes manteniendo las interpretaciones, hasta montajes completos, como cuando la Unión Soviética derribó el vuelo 007 de la aerolínea coreana en 1983. Otro de los retos era que, debido a los protocolos de Covid-19, el número de extras permitidos en el plató era limitado, lo que significaba que el equipo de efectos visuales debía encargarse de cada escena multitudinaria.
NOTAS DEL DIRECTOR...
Si hubieran visitado mi casa cuando era niño, lo más probable es que se hubieran fijado en la estatua del Niño Jesús de Praga de mi madre, así como en los homenajes al Papa y al presidente John F. Kennedy. Sí, éramos así. Mi madre, devotamente católica, nos inculcó el amor por ambos y para nosotros, católicos irlandeses de aquella época, ser demócrata era como respirar. Estaba asumido. Entonces, ¿cómo llegué a ser el director de una película biográfica sobre un presidente republicano, Ronald Reagan? Como supondréis, hay una historia detrás.
Antes de que aceptara dirigir esta película, uno de mis héroes, John G. Avildsen, el famoso director de “ROCKY”, era quien iba a dirigirla, pero después de que falleciera de cáncer me pasaron el testigo. A John le encantaba la historia y solía decir a nuestro equipo que Reagan era sobre política como “ROCKY” era sobre boxeo, es decir, que no lo era. El boxeo no era más que el telón de fondo de una historia sobre un hombre que se enfrentaba a tremendas adversidades y luego las superaba, y en el caso de Reagan el telón de fondo era la política. Las palabras de John me han guiado a mí y a todos nosotros en esta película.
La verdad es que últimamente no me gusta nada la política, pero reconozco una gran historia cuando la veo. Como director de cine desde hace más de 30 años, he podido contar muchas historias sobre muchas personas interesantes: inmigrantes que querían convertirse en ciudadanos estadounidenses (“SPARE PARTS”), chicos que querían ser estrellas de rock (“JUNTOS OTRA VEZ”), chicas que superaron grandes tragedias (“SOUL SURFER”) y murieron haciendo las cosas que amaban (“A GANAR”).
Pero antes de todo eso, crecí en el hermoso centro de Burbank, California, hogar de “THE TONIGHT SHOW” protagonizado por Johnny Carson, siendo el menor de seis hermanos. Todo tenía sentido en mi ciudad natal. La Casa Blanca estaba al otro lado del río de Los Ángeles. Tenía columnas coloniales blancas. Más tarde descubrí que en realidad era la funeraria Forest Lawn. El fin del mundo debía de estar al otro lado de la enorme colina que tenía la torre de radio en la cima. Una tradición familiar del Día de Acción de Gracias era subir a esa colina. Un día llegamos a la cima y miré por encima. Desde mi punto de vista había otro mundo con un cartel: DOOWYLLOH. Me llamaba. HOLLYWOOD. En la bajada empecé a soñar. Soñaba con trabajar en el cine, pero no tenía ni idea de por dónde empezar.
Era repartidor de periódicos para Los Angeles Herald Examiner y uno de mis clientes eran los estudios de Walt Disney, en la calle Buena Vista. Yo iba con mi bicicleta BMX amarilla por la acera y me maravillaba con la cantidad de decorados y pueblos del oeste. De algún modo, sabía que estaba destinado a trabajar allí.
Estudié en el instituto Loyola de Los Ángeles con Marty Pasetta Jr., su padre dirigió los premios de la Academia durante diecisiete años. Un día, durante mi último año, le pedí a Marty que me consiguiera una reunión para poder trabajar en "el negocio". Finalmente, cuando ya me había graduado y me dirigía a la Universidad Loyola Marymount para estudiar cine, me concedieron una entrevista de cinco minutos con el Sr. Pasetta. Me hizo pasar a su increíble oficina de Beverly
Hills y me quedé alucinado con las fotos enmarcadas que tenía en las paredes con varios famosos de la época. Estaba terminando una llamada con Bob Hope cuando me senté ante él.
Me preguntó: "¿A qué te dedicas, chaval?". Una pregunta para la que no estaba preparado. Así que respondí nerviosamente con lo primero que se le ocurrió a mi cerebro de 18 años. "Estoy en una banda. Conecto micrófonos..."
"¡Audio! Eso es para ti, chaval", bramó, y procedió a coger el teléfono y llamar a su colega de BEST AUDIO para que me diera trabajo en su próximo proyecto.
Colgó el teléfono. "¿Estás libre durante las vacaciones semestrales?"
"¡Claro que sí!" le contesté.
"Es la Inauguración, ya sabes, todo son fiestas y bailes", dijo.
"¿De acuerdo?" respondí, fingiendo saber de qué estaba hablando. Marty me contrató como ayudante de sonido para la ceremonia de investidura del presidente Reagan en enero de 1981 en Washington D.C. No tenía ni idea entonces de que mi primera actuación profesional me prepararía para el reto profesional más difícil de mi carrera.
Aquel día, mientras se dirigía a sus seguidores en el salón de baile del Hotel Shoreham, me encontré a dos metros del recién investido presidente de los Estados Unidos, esperando haber conectado bien su micrófono.
Esa escena rondaba mi mente mientras estaba sentado en mi silla de director, dando notas al actor que interpretaba a Ronald Reagan, Dennis Quaid, mientras recreábamos esa misma escena, 40 años después.
Por muy grandes que hayan sido algunos de mis sueños, nunca soñé que sería capaz de contar la historia de alguien tan significativo, alguien con quien realmente interactué a dos metros de distancia.
Hoy, por supuesto, al igual que entonces, Reagan tiene muchos admiradores, pero también detractores, y recuerdo cómo incluso cuando era niño mi mejor amigo Paul y yo discutíamos a menudo los pros y los contras de nuestro presidente. Pero para mí, la historia de Reagan va más allá de la política, trata del espíritu americano y de cómo el hijo de un alcohólico del Medio Oeste sin conexiones, puede llegar a ser presidente. Para algunos es un icono, pero incluso los iconos tienen defectos, al fin y al cabo, son humanos y son precisamente esos defectos los que hacen que nos resulten cercanos.
Sean cuales sean nuestras ideas políticas, las películas sobre la esperanza, el éxito y las visiones, atenuadas por los fracasos y los reveses, son importantes para que nos aferremos a ellas. Los grandes sueños y el trabajo duro pueden convertirse en tu propia historia.
Mi trabajo me ha llevado a comisariar algunas historias increíbles. Al fin y al cabo, todos necesitamos soñar sueños audaces e incluso aquellos que están completamente fuera de nuestro alcance con la esperanza de que se hagan realidad.
Así que, adelante, sueña a lo grande. Nunca se sabe lo que te espera.
GALERÍA DE FOTOS
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