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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un drama basado en la vida de Ronald Reagan, desde su infancia pasando por su etapa de actor cinematográfico hasta llegar a ser Presidente de los Estados Unidos.
Ronald Wilson Reagan fue un actor y político que llegó a ser el presidente republicano de la Estados Unidos número 40.
Fue criado por una familia humilde, con un padre alcohólico y madre muy religiosa, estudió Economía en la Universidad, hizo radio y comenzó a trabajar como actor contratado por Warner Bros llegando a ser vicepresidente del sindicato de actores.
Grabó algunos spots publicitarios, actuó en varias películas de serie B (aspecto que pasa por alto este film) y conoció a Jane Wyman con la que se casó y tuvo dos hijos y tras diez años se divorció y conoció a otra actriz, Nancy David, con la que terminó casándose, que le dio dos hijos, mujer con la que permaneció hasta el fin de sus días, que fue muy influyente en su carrera política cuando tras ser gobernador de California llegó a la Casa Blanca después de derrotar a James Carter.
Durante sus ocho años de mandato, tuvo que sufrir la guerra fría, el tema de los cohetes nucleares en Cuba, vivió la caída del Muro de Berlín, tuvo un atentado de asesinato del que sobrevivió, luchó contra la Unión Soviética durante el mandato de Mijail Gorbachov a la que llamaba el Imperio del mal y dejó su cargo tras sufrir la enfermedad de Alzheimer.
Esta es la historia a grandes rasgo y también el argumento de esta cinta que más parece la reconstrucción de un documental con la vida de este hombre, siendo uno de los expresidentes más longevos de EE.UU..
La película está contada por Viktor Petrovich, un exagente de la KGB, a un joven que llega a su casa para hacerle una pregunta sobre la caída de la Unión Soviética.
La figura de Reagan está encarnado por Dennis Quaid, que nunca ha sido un buen actor, y a su lado Penélope Anne Miller que aunque detrás de él como su esposa, le supera en su interpretación, como igual ocurre con el veterano Jon Voight.
La dirección corre a cargo del mediocre Sean McNamara, que ha ejercido a lo largo de su carrera de productor, guionista y director, del que no hay ni un solo título que sea destacable entre los más de setenta de cine y televisión, como igual ocurre con este 'Reagan' (2024).
Resulta demasiado larga a pesar de que pasa de manera superficial sobre los momentos más lúcidos de la vida de Reagan, mientras obvia otros, con un desarrollo bastante plano, sin que en ningún momento aparezca el dramatismo en la que muchos llaman su hagiografía.
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