INFORMACIÓN EXCLUSIVA
NOTAS DEL DIRECTOR...
“Suburra era un barrio popular de mala reputación en la antigua Roma, aunque también fue el lugar donde se crio Julio César. Su nombre aún se utiliza como sinónimo de los bajos fondos de una ciudad...
En SUBURRA, el barrio ya no es solo el escenario donde se sucede toda la dramaturgia de la película, sino que se convierte en un personaje en sí mismo.
Suburra era en la antigua Roma el barrio de las tabernas y burdeles, donde senadores y criminales, pertenecientes en teoría a mundos antagónicos, se reunían para hacer negocios. Como ocurriera en la antigua Roma, la Suburra actual parece gobernada por reglas inmutables que obligan al poder político oficial y al poder de la calle a alcanzar un frágil equilibrio que les ayude a cerrar sus negocios de la forma más rápida y eficaz.
Trabajar con las obras de Giancarlo De Cataldo (Roma Criminal) y Carlo Bonini (A.C.A.B. - All Cops Are Bastards) ha sido fundamental en mi carrera. Nuestra primera colaboración se remonta a hace 10 años con la serie Roma Criminal. Cuando me pasaron el borrador de su nuevo libro (Suburra), pensé inmediatamente que tenía que llevarlo al cine.
La novela describe una Roma feroz, donde unos personajes oscuros y corruptos nos recuerdan curiosamente a los de nuestra actualidad. Me entusiasmaba la idea de explorar la coexistencia en Roma de mundos antagónicos: del lujo del Vaticano a la pobreza de los suburbios, de los palacios que albergan las instituciones políticas a las carreteras de arena sin asfaltar de Ostia. Mundos distantes, pero, en secreto, cercanos. Este proyecto me ofreció también la posibilidad de cerrar mi "trilogía sobre la delincuencia romana" después de dos temporadas de la serie Roma Criminal.
La compleja relación de estos mundos que cohabitan en el suburbio de Suburra es el fruto de un trabajo de estudio preciso y bien documentado. Trabajar con las visiones que todas las partes tienen del mundo, me ha ayudado también a redescubrir mi ciudad.