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SEGÚN EL DIRECTOR...
Irreverencia:
'Sacramento' es una película tan irreverente como algunas de Pasolini, Buñuel o Fellini; aunque esta irreverencia, desde un punto de vista ético, queda en gran medida disminuida por el hecho de la locura. La locura es irresponsable, así que los tres curas locos que aparecen en 'Sacramento' no tienen el peso ético de la responsabilidad (a don Quijote se le podría meter en un manicomio, pero nunca en la cárcel).
Los atentados islámicos de Paris por las caricaturas de Mahoma han puesto al rojo vivo el debate sobre la libertad de expresión. Más que una burla de la Iglesia católica actual, Sacramento pretende ser una parodia de la locura y la religión en general.
Estética:
La película ha sido rodada en un ochenta por ciento en croma, con los actores en blanco y negro y los fondos en color.
Opción estética inédita que continúa las dos películas anteriores de Cañeque (Queridísimos intelectuales (del placer y el dolor) y La cámara lúcida).
Esta estética es uno de los elementos esenciales de 'Sacramento', ya que en el film se explicita la artificialidad del proceso creativo.
El director de fotografía Xavier Coll ha conseguido dotar al film de una luz que contrapone el blanco y negro de los actores con el color de los cromas. La directora artística del film y pintora Maite Grau ha compuesto muchos planos con los intensos colores de sus propios cuadros abstractos y con la posición de los actores. También, con sus obras luminosas de marcado acento religioso, el escultor argentino Max René completa esta atmósfera de experimentación que se respira en Sacramento