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SINOPSIS
Nos encontramos en 1957 en una comunidad enclavada en el corazón de Norteamérica, donde las jóvenes familias se instalan en unas casas asequibles y con césped bien cuidado. Pero un allanamiento de morada dará al traste con tan idílico lugar...
INTÉRPRETES
MATT DAMON, OSCAR ISAAC, JOSH BROLIN, JULIANNE MOORE, GLENN FLESHLER, MEGAN FERGUSON, MICHAEL D. COHEN, GARY BASARABA, STEVE MONROE, INBAL AMIRAV
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CÓMO SE HIZO
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PROBLEMAS EN EL PARAÍSO...
En la década posterior a la Segunda Guerra Mundial, la emergente clase media estadounidense empezó a mudarse a las afueras, donde se construían viviendas unifamiliares con jardín a precios asequibles. Para muchos fue como un sueño hecho realidad: por fin podrían tener una vivienda en propiedad.
“Estados Unidos aprobó una ley llamada del GI Bill concebida para ayudar a los soldados que habían combatido en la Segunda Guerra Mundial a acceder a financiación para realizar estudios y conseguir préstamos para adquirir viviendas o montar empresas. Así, muchas parejas pudieron comprarse una casa con jardín. Podían acceder a un buen trabajo, vivir en un buen barrio y empezar una familia… siempre que fueran blancos”, comenta Clooney. “Lo interesante es mirar más allá del halo de perfección que suele asociarse a esa época para ver lo chungas que se ponían las cosas”.
“George y yo estábamos escribiendo un guion sobre lo que pasó en Levittown, Pennsylvania”, comenta Heslov. “Mientras nos documentábamos sobre el tema, George dio con un documental de 1957 titulado “Crisis in Levittown”. Es una historia real sobre lo que pasó
cuando William y Daisy Meyers fueron la primera familia afroamericana en mudarse a Levittown”.
“El primer día que la Sra Meyers le abrió la puerta al cartero, él pensó que ella era la asistenta y preguntó si la Sra Meyers estaba en casa”, recuerda Clooney. “Cuando le explicó que ella era la Sra Meyers, el cartero fue puerta por puerta preguntando a los vecinos si conocían a los recién llegados. Para cuando cayó la noche se habían congregado unas 500 personas en el jardín gritando consignas racistas, ondeando banderas confederadas y quemando un cruz en el césped de al lado”.
Mientras trasteaban con la idea de Levittown, Clooney recordó que los hermanos Coen le habían mandado un guion allá por 1999 titulado Suburbicon. “Era mitad comedia mitad thriller, del estilo de Fargo y Quemar después de leer: personajes amargados que toman decisiones nefastas. Queríamos que nuestra película fuera menos divertida y mucho más furiosa. El clima actual pide a gritos una película llena de rabia”. “Entonces a George se le ocurrió coger el guion de Suburbicon y ambientarlo en Levittown durante esa semana en la que los Meyers llegaron al barrio”, explica Heslov.
“Hay algo en la conciencia nacional de este país que nos hace pensar que durante aquella época todo era perfecto”, comenta MATT DAMON, que interpreta a Gardner Lodge, un padre de familia del barrio. “Queremos pensar que entonces todo el mundo era más feliz. Pero el ser humano siempre ha sido igual, por mucha felicidad que se viera, también pasaban cosas muy oscuras”.
De puertas para fuera, Gardner Lodge parece un padre y esposo modélico, pero se mete en un lío con los delincuentes de Suburbicon y el asunto se le queda muy grande.
“Los espectadores empiezan la película con algunas ideas preconcebidas sobre mi personaje”, comenta Damon. “Pero según va avanzando la trama, Gardner intenta coger el toro por los cuernos y encadena un fracaso tras otro”.
“Matt es un gran profesional que se mueve como pez en el agua en cualquier registro”, dice Clooney, halagando a su protagonista. “Pero lo que más le divierte es interpretar a un pobre hombre como este”.
Damon buscó fotos de la época para adaptar su aspecto físico a las convenciones de la época.
“Engordé un par de kilos”, confiesa. “En la década de 1950 los hombres no iban al gimnasio como ahora. Antes o eran unos tirillas o estaban un poco fofos. Mi abuelo era más bien fuertote y quería que mi personaje fuera como él, así que tuve que coger un poco de peso. Es un detalle mínimo, pero creo que le da más realismo al personaje y ambienta mejor la película”.
“Matt acababa de rodar una película de la saga de Jason Bourne y me preocupaba que llegara con pinta de pasarse el día machacándose en el gimnasio”, admite Clooney. “Afortunadamente también había trabajado en Una vida a lo grande (Downsizing) de Alexander Payne, con lo que había cogido algo de peso. Tenía un cuerpo más de padre”.
Gardner lleva una vida aparentemente idílica en el pueblo de Suburbicon con su esposa, Rose (JULIANNE MOORE), y su hijo Nicky (el joven NOAH JUPE).
“Rose no es feliz. Desde luego no está felizmente casada”, explica Moore. “Culpa a su marido del accidente de coche que la dejó en silla de ruedas”.
Margaret (también interpretada por Moore), la hermana gemela de Rose, echa una mano en casa y acaba viviendo con ellos de forma permanente.
“Al empezar el filme, Margaret parece más dulce y sencilla que su hermana, pero en realidad siente mucha envidia hacia ella”, comenta Moore. “Esto crea bastante tensión entre ambas y a veces afecta las decisiones que toma”.
Moore quiso ser muy pragmática a la hora de interpretar a las dos hermanas. “Me preparé como con cualquier otro personaje y busqué las características particulares de cada una de ellas. ¿Cómo utilizan el lenguaje? ¿Cómo hablan? Físicamente son idénticas, por lo que solo podía jugar con sus cualidades físicas y su fisionomía”.
Clooney estaba entusiasmado con darle dos papeles a Moore.
“Julianne puede con todo. Literalmente”, la elogia Clooney. “No es la primera vez que interpreta a dos hermanas gemelas. Se le ocurrió una idea genial: Margaret se tiñe el pelo rubio para parecerse más a su hermana. Eso dice mucho de su personaje”.
La vida aparentemente tranquila de los Lodge se ve al traste cuando dos matones, Ira (GLENN FLESHLER de “True Detective”) y Louis (ALEX HASSELL de Cold Mountain), irrumpen en su casa en plena noche y los secuestran. El robo da un giro trágico cuando los ladrones utilizan cloroformo para intentar dormir a la familia, y asesinan a Rose.
La situación pasa de castaño oscuro por las malas decisiones de Gardner, que acaba envuelto en un violento juego de pilla-pilla con Ira y Louis.
“Matt suele interpretar personajes muy inteligentes y cultos”, comenta Hassell. “Por lo que es muy interesante verle tan perdido, pasándolo realmente mal para salir de este entuerto”.
Como amante del cine de los hermanos Coen, a Fleshler le hacía mucha ilusión formar parte de la ilustre galería de parejas criminales de sus películas, desde Alabama Baby hasta Fargo. “Ira y Louis son tan peligrosos como ineptos, como suele ser el caso en las películas de los Coen”, comenta Fleshler. “Viven en este lugar idílico, pero su nivel de vida no es como el de la mayoría de los vecinos. Sienten que han salido mal parados”.
“Hacen muy buena pareja”, explica Damon. “Son muy diferentes y son capaces de cualquier cosa. Pueden ser letales o absurdos, depende del tono que requiera George para la escena”.
Mientras que Ira y Louis atosigan a Gardner en su trabajo, Margaret lidia con el sospechoso investigador de la póliza del seguro Bud Cooper (OSCAR ISAAC), que no se cree su versión de los fatídicos hechos que ocurrieron durante el robo.
“Cooper enseguida se da cuenta de que Gardner y Margaret no tienen muchas luces”, comenta Isaac. “Hay algo que no le cuadra en el relato de aquella noche y tiene bastante margen para jugar con ellos”.
“Llevo varios años alucinando con el trabajo de Oscar. No es bueno, sino lo siguiente”, comenta Clooney elogiando a Isaac. “Me da un poco de envidia porque los Coen inicialmente me ofrecieron el papel de Cooper. Es un personaje genial y por su culpa se cometen un montón de crímenes bastante horribles. Es decir, Cooper llega y básicamente se come la película”.
Como su padre y su tía están ocupados con sus líos, Nicky tiene que superar el trauma de la muerte de su madre por su cuenta. Dar con un actor joven capaz de trasladar toda esa carga emocional a la pantalla fue uno de los mayores retos para Clooney y Heslov.
“Nos costó muchísimo dar con un actor que interpretara a Nicky”, recuerda Clooney. “Si los espectadores no conectan con el niño, la película está perdida”.
Después de ver a más de cien niños para el papel, Clooney y Heslov descubrieron a Jupe (de 11 años) en Inglaterra. “Nunca he visto a nadie como Noah”, dice Clooney, emocionado. “No solo clava el acento estadounidense, sino que también clavaba las escenas en una o dos tomas.
Interpreté a un pediatra en “Urgencias” durante 5 años y trabajaba con dos o tres niños todos los días. Nunca vi a nadie que le llegara a la suela del zapato. Este niño ha nacido para ser actor”.
Jupe explica la relación padre/hijo: “Gardner no es un padre muy cariñoso. No es de esos padres que te acurrucan en la cama y te leen un cuento antes de dormir”.
“En aquella época la relación entre padres e hijos no era tan relajada como ahora”, comenta Damon. “A este niño le pasan cosas muy dramáticas, que cambian su vida por completo, pero no tiene a nadie con quien compartirlas”.
Jupe añade, “Nicky es muy observador y le da vueltas a todo. Se come mucho la cabeza porque siente que no puede fiarse de nadie”.
Mitch (GARY BASARABA), el tío de Nicky, se convierte en la figura paterna que le da buenos consejos y le apoya tras la muerte de su madre.
“Mitch es hermano de Rose y Margaret”, explica Basaraba. “Nunca se ha casado y no tiene hijos, así que vuelca todo su instinto paternal en su sobrino. Como católico, le sentó fatal que su hermana se casara con Gardner, de la iglesia episcopal. Cree que Nicky estaría mejor en otro
entorno”.
“El tío Mitch es muy gracioso. Es como un osito de peluche”, explica Jupe. “Es un buen modelo para Nicky y además se lo pasa muy bien con él”.
Nicky entabla amistad con Andy Meyers (TONY ESPINOSA), un chaval de su edad que acaba de mudarse al barrio. Es el hijo de la primera familia afroamericana que llega al pueblo de Suburbicon. Aunque Nicky está encantado de tener un nuevo compañero de juegos, al resto de vecinos no le hace nada de gracia su llegada.
¿CONOCÉIS A LOS NUEVOS VECINOS?...
“Cuando me dijeron que era una comedia negra, pensé que no le veía la gracia a una situación así”, comenta Karimah Westbrook, que interpreta a la Sra Meyers. “Pero la historia de mi personaje se cuenta con mucha ironía, haciendo un buen comentario social de cómo era la vida entonces. Los Meyers son una familia en busca del sueño americano que se muda a un barrio donde creen que serán bienvenidos y se sentirán seguros. Por desgracia, sus vecinos no se alegran de su llegada e incluso se ponen un poco violentos: rompen las ventanas y saltan encima de su coche. Están tan centrados en los recién llegados que ignoran las cosas que están pasando en la casa de al lado”.
A los Meyers reales los atosigaron día y noche: los vecinos se plantaban en su jardín con tambores, trompetas y gritaban de todo intentando hacer que se marcharan de allí”.
“Al documentarnos sobre la época descubrimos que los vecinos construyeron un muro alrededor de la casa de los Meyers, sacaron banderas del bando confederado, quemaron cruces y firmaron una petición para obligar a la familia a marcharse del barrio. El texto que se lee en la película es el mismo que se incluyó en aquella petición”, explica Clooney.
“Las películas ambientadas en los años 1950 y 1960 que hablan del racismo suelen desarrollarse en el sur de Estados Unidos”, comenta Clooney. “Estamos acostumbrados a ver a personajes con acentos sureños que usan este tipo de lenguaje, pero estas actitudes también se ocurrían en Pensilvania y Nueva York. Y si estas demostraciones de racismo se daban en el noreste del país, es de suponer que hechos así podían suceder en cualquier sitio”.
“Hemos utilizado metraje original del documental en la película”, añade Clooney. “A veces hasta que no ves imágenes reales no eres consciente de lo que pasó de verdad. Al público actual le choca mucho ver estas muestras tan abiertas de racismo, pero en realidad ocurrió hace muy poco”.
“Suburbicon tiene una lectura muy actual”, comenta Damon. “Los vecinos construyen un muro alrededor de la casa de la familia afroamericana que acaba de mudarse al vecindario para separarlos del resto. El barrio está lleno de locos”.
“Todo el mundo mira hacia el otro lado”, dice Clooney. “Quieren creer que antes de que llegaran las minorías no pasaba nada malo en el país. Pero al echar la vista atrás, a los años dorados de Estados Unidos, hay que recordar que mucha gente lo pasaba muy mal. El tema de
la desigualdad siempre está de actualidad”.
DISEÑAR SUBURBICON...
Clooney recurrió al director de producción Jim Bissell, uno de sus colaboradores habituales, para concebir el idílico barrio de Suburbicon. Tras trabajar juntos en cinco producciones, Clooney y Bissell se entienden a la perfección a la hora de tratar temas creativos y visuales.
Bissell cuenta que la versatilidad de Clooney como artista es uno de los ejes de su relación profesional. “El cine es el arte elevado a la máxima potencia”, comenta Bissell. “George dirige, escribe e interpreta, pero para mí la clave de todo es que sabe dibujar. Al empezar el proyecto él ya lo tiene todo pensado desde una perspectiva visual y cinematográfica y es capaz de trasladarlo a través de sus dibujos, con lo que para mí es más sencillo entender lo que busca”.
En Suburbicon Clooney y Bissell se propusieron darle al filme un aire de “anonimidad y cotidianidad” para crear un mundo en el que los Lodge pasan desapercibidos.
Aunque Suburbicon recrea la uniformidad de calles con hileras de casas idénticas como las de Levittown, Pensilvania, el equipo de Bissell rodó todas las escenas ambientadas en ese suburbio ficticio en localizaciones del sur de California.
“Rodamos en California, pero queríamos que las casas pudieran parecer de cualquier ciudad pequeña o pueblo de Estados Unidos”, comenta Bissell. “Al buscar las localizaciones de la película, nuestra mayor preocupación fue dar con viviendas que estuvieran en la mejor condición posible y no tuvieran muchos árboles alrededor”.
En un barrio de Fullerton dieron con el exterior perfecto para la casa de los Meyers y para otra veintena de viviendas de la época que aparecen en una de las escenas iniciales de la película.
“Las casas de Fullerton datan de 1958, así que nos cuadraban perfectamente”, explica Bissell.
“El barrio se ha esforzado mucho por mantener la arquitectura original y todo sigue prácticamente igual. Fue un lujo dar con este barrio, porque incluso los colores de las casas seguían siendo los de entonces”.
Además de casas de la época que buscaban, las calles de Fullerton también tenían el aspecto correcto puesto que se habían talado recientemente muchos de los árboles más antiguos y dañados de la calle para reparar la acera. Esto les evitó tener que meterse en líos de producción para cambiar el aspecto físico de la zona.
“El barrio tenía que parecer recién construido, pero en la mayoría de los casos, en las zonas donde encontrábamos casas que encajaban con lo que buscábamos, la vegetación tenía ya unos sesenta años”, explica Bissell. “Nos llegamos a plantear borrar los árboles por ordenador, pero no salía rentable. Afortunadamente dimos con una localización donde no fue necesario plantearse el problema”.
El equipo de diseño le dio una capa de pintura a los exteriores de las casas de Fullerton y adaptó los jardines a la época, con setos bajos y farolas.
“Los vecinos han sido un encanto cuando hemos rodado en localizaciones”, recuerda Clooney.
“Llegábamos y poníamos todo patas arriba, pintábamos sus casas y rodábamos de noche, pero ellos estaban felices”.
Las escenas en las que aparece el exterior de la vivienda de los Lodge se filmaron en Carson. El equipo de producción le dio una capa de pintura en un color vintage que Bissell ha descrito como “verde enfermizo”.
“Ese color se usaba mucho en aquella época, y lo he combinado con un tono teja que hace referencia a la descomposición personal de Gardner, producida por su petulancia y egocentrismo”.
La zona común entre las casas de los Lodge y los Meyers sirve como vía de escape para Nicky y Andy, allí huyen de la intensidad que se respira en sus hogares. Pero dar con un parque que no estuviera vallado y se encontrara en el sur de California no fue fácil.
“Buscamos en un montón de sitios, desde Oxnard a Fullerton, pero todas las casas de esta época tienen muros de ladrillo”, se queja Bissell. “Así que tuvimos que construir lo que buscábamos, según nuestras necesidades”.
El equipo de arte viajó hasta Mystery Mesa (Santa Clarita, California) donde dieron con una parcela rodeada de árboles. Tardaron tres semanas en convertirla en el jardín comunitario de la película y en construir las traseras de ocho viviendas con jardines con vallas bajas de madera, columpios, porche y cuerdas de tender.
El interior de la casa de los Lodge se construyó en un plató de Warner Brothers en Burbank. El equipo de Bissell dedicó siete semanas a diseñar las dos plantas de la vivienda con salón, cocina, sala de estar, baño y dormitorios. Es un claro ejemplo del estilo de la década de 1950, y gran parte del equipo recordaban haber tenido mobiliario similar durante su infancia.
Bissell colaboró estrechamente con Clooney, Heslov y el oscarizado director de fotografía Robert Elswit (Pozos de ambición) para diseñar un escenario que trasladase la visión del productor a la gran pantalla.
Elswit utilizó una cámara Alexa de Arri de formato anamórfico con lentes Panavision Series ‘C’ para conseguir una imagen clásica. Gracias a la amplia apertura de las lentes anamórficas de Paravision, Clooney pudo componer primeros y medios planos del protagonista sin cortar del encuadre a los demás actores.
“El escenario más grande de la película fue la vivienda”, explica Clooney. “Aquí transcurren dos tercios del filme. Hablé con Grant, y concretamos cómo queríamos rodar estas escenas. Hicimos storyboards con la mayoría de los encuadres y decidimos rodar entre las escaleras o entre la chimenea y la pared, porque sabíamos cómo caían las sombras”.
Otro de los escenarios principales es la oficina de Pappas & Swain, donde trabaja Gardner. El panelado de madera y los colores apagados característicos de la época sirvieron para reflejar cómo Gardner va perdiendo la cabeza.
También se rodaron exteriores en las ciudades de North Hollywood, Encino, Santa Clarita, San Fernando, Altadena y Pasadena.
En el Valley Plaza Recreation Center de North Hollywood transformaron una calle de tiendas para que pareciera una zona comercial de los años 1950. Los escaparates de época quedaron tan realistas que los peatones que pasaban por allí entraron a preguntar al equipo cuándo abrían las tiendas.
Otro de los aciertos del equipo de producción fue el Karger Grocery Store en la ciudad de San Fernando. Les vino de perlas dar con un establecimiento JCPenney que había cerrado hace poco y estaba vacío.
“Ese JCPenney se construyó en los años 1940 y el exterior todavía tenía el mismo aspecto que entonces”, comenta Bissell. “Recreamos un ultramarinos de época en el interior”.
El equipo de arte fabricó 2.500 cajas vintage para colocar en las estanterías junto con 10.000 latas reales a las que pusieron etiquetas antiguas. El toque de realismo aparece en el pasillo de los cereales en forma de un muñeco de ‘Tony the Tiger’, la mascota de los Frosties, que encontraron en Internet. Para la sección de panadería compraron cientos de envoltorios originales de Taystee y Wonder Bread que se vendían online.
“Alucino con lo que colecciona la gente”, comenta Bissell asombrado. “Y ahora que todos esos coleccionistas venden de todo en Internet, es fácil dar con objetos y decoración de época. Ebay es como un rastro 2.0”.
Aunque recurrieron a Internet para dar con muchos objetos de época, el equipo técnico también tuvo que pedir algunos favores.
El equipo de Matt Cavaliero (La La Land) tuvo que enfrentarse a la difícil tarea de encontrar un Zenith Flash-Magic TV, el primer televisor con mando a distancia inalámbrico para la sala de estar de los Lodge. Después de muchas noches en vela, Cavaliero encontró uno en muy buen estado en el Early Television Foundation and Museum de Ohio. El museo accedió a ceder la pieza para la producción.
Además de reunir más de ciento cincuenta coches y furgonetas de la época, el coordinador de transporte GEORGE SACK (Vivir de noche) se encargó de encontrar dobles de determinados vehículos, como el Oldsmobile de 1957 de Gardner, el Chevrolet Bel Air de 1954 de los Meyers, el Volkswagen Beetle de 1954 de Louis e Ira, y un camión de bomberos Crown Fire Truck de 1959, que quedan dañados en el filme.
“Tuvimos que encontrar un coche de bomberos Crown Fire Truck de 1959 que fuera igual que el que destrozamos. El Los Angeles County Fire Museum tenía uno en su desguace y pudimos comprarlo”, comenta Sack.
El enorme parque de vehículos les vino de perlas para disimular los anacronismos que hubieran estropeado las escenas. Por ejemplo, cuando se veían bocas de incendios actuales, el departamento de transporte aparcaba un vehículo de época delante para que no se viera”.
EL ESTILO DE SUBURBICON...
“En Suburbicon casi todos los hombres visten igual”, comenta la diseñadora de vestuario Jenny Eagan (No es país para viejos), quien se guió por la misma regla de Bissell de buscar “anonimidad y homogeneidad” y usar una paleta apagada. “Camisas de manga corta con corbata o polos. Los estampados van cambiando, pero podría decirse que todas las mujeres compraban la ropa de sus maridos en la misma tienda”.
“Habíamos trabajado con Jenny en Expertos en crisis y fue genial”, recuerda Heslov.
“Buscábamos un vestuario muy específico y ella fue capaz de diseñar justo lo que queríamos”.
“Todo el mundo lleva los pantalones pesqueros, corbatas cortas y los tobillos al aire”, explica Clooney. “Tuvimos que fabricarlo todo, y Jenny no solo es rápida, sino que diseñó toda la ropa de forma muy realista, no parecía que los actores estuvieran disfrazados de la época. Ha sido un gran acierto”.
Eagan se enfrentó a la ardua tarea de diseñar el armario de todos los hombres, mujeres y niños de Suburbicon dándole un repaso a los catálogos de ropa vintage. “Echas un ojo al catálogo de una de las tiendas de entonces, como Sears, y ves que la gente iba muy emperifollada, pero para darle un toque más realista decidimos relajar la ropa un poco porque queríamos que los personajes estuvieran cómodos”, comenta Eagan.
“Los años cincuenta fueron una década glamurosa. La gente cuidaba mucho su aspecto. Nadie iría en chándal por la calle entonces”, sigue Eagan. “De hecho, las mujeres no solían llevar pantalones”.
El vestuario de Eagan resultó ser una de las claves para conseguir que Damon pasara de ser el asesino de renombre internacional Jason Bourne a convertirse en Gardner Lodge, un perdedor de un barrio de las afueras.
“Por un momento me tentó vestir bien a Matt”, admite Eagan. “Más que nada porque esta época siempre se ha retratado con mucho glamur en el cine, pero George quería que Gardner fuera un poco descuidado. Es un tipo normal y corriente, atrapado en su vida y esclavo de su trabajo. Se ha metido en problemas y no es tan listo como pensaba. La ropa nos demuestra que no tiene los recursos para lidiar con las cosas que le pasan en la película”.
Eagan también colaboró con Moore para desarrollar el estilo de cada una de las gemelas.
“Tomamos muchas decisiones en los probadores”, comenta Eagan. “Me había imaginado que Rose sería algo más conservadora, como la típica ama de casa de los años cincuenta, pero al hablar con Julianne, nos dimos cuenta de que ese personaje ya no se cuida tanto como antes.
Sin embargo Margaret parece más joven, es más coqueta y le gusta ser el centro de atención”.
Según Moore, “Es muy fácil trabajar con Jenny, y desde el principio entendió que las dos hermanas a las que interpreto son muy diferentes, tanto en cuanto al estilo como a su personalidad”.
Para el vestuario de Nicky tiraron por la sencillez.
“A veces le damos demasiadas vueltas a las cosas”, admite Eagan. “Se me ocurrió hablar con mi padre, que hubiera tenido más o menos la misma edad que Nicky en esta época, y me recordó que los niños no solían llevar ropa nueva. El “uniforme” de Nicky hubieran sido camisetas y vaqueros, y tendría un traje de domingo para ir al funeral. Los chavales no tenían mucho, pero sí cuidaban de sus pocas pertenencias. Antes la ropa duraba más, porque estaba mejor hecha”.
DIRECTOR DE ACTORES...
“Nunca me ha gustado actuar en mis películas”, comenta Clooney, que se queda detrás de la cámara en Suburbicon. “Pero en esta ocasión he disfrutado más que nunca. Todo el mundo lo dio todo desde el primer día”.
“Es mucho más sencillo trabajar cuando él no está delante de la cámara”, se ríe Heslov.
“Es más relajado para todo el mundo”.
“Trabajar en una película con George es como reparar un coche en el jardín”, comenta Damon, y sigue con la metáfora de Clooney. “Levantas el capot, echas un ojo, y te pones a trabajar. Es divertido, colaborativo y todo el mundo trabaja en equipo”.
“Es un director muy generoso”, añade Moore. “Aprecia el trabajo de todas y cada una de las personas del equipo y aprovecha sus habilidades. Disfruta mucho de todo lo que hace. Está ahí porque es donde quiere estar”.
“George quiere que todo el mundo se lo pase bien y quiere contar una historia chula”, comenta Isaac. “No está para perder el tiempo ni la energía de nadie”.
Clooney dice haber aprendido de sus mentores: “Los Chicos (así es como Clooney llama a los hermanos Coen) han sido muy buenos profesores. Son muy eficientes, trabajan siempre con storyboard, ruedan las escenas tal y como las ven y pasan al siguiente plano. También he tenido la suerte de ver trabajar a Steven Soderbergh y Alexander Payne. Siempre intento aprender de todos ellos”.
“Cuando ruedas una película, quieres que la gente disfrute porque si les gusta harás otra”, dice Clooney. “Queremos hacer las mejores películas que podamos durante todo el tiempo que nos dejen, porque llegará el día que esto se acabe. Queremos seguir jugando todo lo que nos dejen, haciendo lo que nos gusta hasta que nos quiten los juguetes. Somos muy conscientes de que somos unos privilegiados al poder hacer esto todos los días”.
GALERÍA DE FOTOS
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