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ENTREVISTA AL DIRECTOR...
Decidió hacer esta película cuando se enteró de que algunas familias seguían cobrando la pensión de sus padres después de que estos fallecieran. ¿Tenía la intención de describir a una familia desde una perspectiva diferente si la comparamos a sus anteriores películas?...
Lo primero que me vino a la mente fue la frase: "Solo nos unían los delitos". En Japón se castiga con gran severidad el cobro fraudulento de una pensión, o a los padres que enseñan a sus hijos a robar en tiendas. Me parece bien que se castiguen esos delitos, pero no entiendo que la gente dé tanta importancia a infracciones menores cuando se cometen delitos muchísimo más graves que no se condenan. Después del terremoto de 2011, empecé a sentirme incómodo con la constante repetición de que los lazos familiares son importantes. Pensé que sería interesante explorar a una familia unida por otra cosa, el delito en este caso.
El vínculo que les une es el tema central al que se añaden más elementos. ¿Puede hablarnos de eso?...
Empecé a pensar en los acontecimientos de la historia y en qué elementos podían examinarse en profundidad una vez hecho el reparto. Eso explica el hecho de que la película incluya los diversos temas sobre los que he reflexionado y que he explorado en los últimos diez años. Es la historia de un hombre que quiere ser padre y también la de un niño que deja atrás la infancia.
Se trata de una familia con muy pocos recursos que nos recuerda a Nadie sabe. ¿Qué puede decirnos del parecido entre esa película y UN ASUNTO DE FAMILIA?...
Es posible que UN ASUNTO DE FAMILIA se parezca a Nadie sabe porque también explora a esas familias "castigadas" que aparecen regularmente en las noticias locales. No era mi intención limitarme a describir a una familia pobre, ni siquiera a los estratos sociales más bajos. Me gusta pensar que la familia acabó reuniéndose en esa casa para no desintegrarse. Quería iluminar a una familia así desde otra perspectiva.
Las escenas en que vemos separarse a la familia son desgarradoras. Hacía tiempo que no demostraba tan claramente su oposición a la injusticia social...
Es verdad, quizá no me había pasado desde Nadie sabe. Puedo afirmar que la emoción principal que sentía, mientras hacía la película, era la ira. Desde StillWalking/Caminando me he esforzado en escarbar cada vez más profundamente en temas muy personales de los personajes. Pero una vez acabada Después de la tormenta, decidí poner fin a esta búsqueda, tener una perspectiva muy reducida de la sociedad, una visión realmente minimalista. Casi podría decirse que he vuelto a mi punto de partida.
¿Qué le empujó a querer trabajar con el director de fotografía Ryuto Kondo y el compositor Haruomi Hosono?...
Siempre había querido trabajar con el Sr. Kondo porque está entre los mejores directores de fotografía de la industria cinematográfica japonesa actual. Además, tiene una perspectiva muy parecida a la de un realizador, es capaz de interpretar la historia y los personajes. Me pareció el equilibrio perfecto que me permitía dedicarme más a la dirección de actores sin tener que estar tan pendiente de la iluminación y de la fotografía.
Antes de empezar a rodar, pensé que esta película era una especie de fábula y busqué formas para que la realidad fuera más poética. Aunque la historia es realista, quería describir la poesía de los seres humanos. Me di cuenta de que la fotografía y la música se acercaban mucho a la visión que tenía de la historia. Soy un admirador de las partituras del Sr. Hosono desde hace tiempo y siempre había buscado la oportunidad de trabajar con él. En esta película, su música ha sabido captar el lado fantástico de la historia.