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CRITICA
Por: PACO CASADO
Una noche cualquiera, tras llevar a cabo sus habituales hurtos, Osamu y un hijo Shota encuentran en la calle a Yuri, una niña de cinco años, muerta de frío, con síntomas de malos tratos y deciden llevársela a su casa, acogiéndola como una hija más, algo que al parecer es frecuente que ocurra en Japón, el hecho de crear familias ficticias sin vínculo de sangre.
Al principio la esposa de Osamu no quiere que se quede, pero acaba apiadándose de la chiquilla, sin ser consciente de la identidad que esconde.
La pequeña vivirá junto a su nuevo hermano, Shota, su madre Nobuyo, Aki hermana de Nobuyo, la abuela Hatsue y desde ese momento vivirá rodeada de cariño, amor y libre de malos tratos.
Es una familia artificial muy humilde, de clase baja: él es obrero, ella lavandera, y para sobrevivir en la difícil ciudad de Tokio, cometen pequeños robos en las tiendas para conseguir comida o ropa.
A pesar de vivir con dificultades la impostada familia es feliz, hasta que un imprevisto incidente desvela un secreto que pone a prueba los lazos que los unen.
Es una familia pequeña, con muy poco dinero, pero que le da mucho cariño a la niña, algo a lo que no estaba acostumbrada y no sabe cómo debe reaccionar, pero irá cambiando y con el tiempo será capaz también de transmitir su amor.
Aki trabaja en un establecimiento erótico y a todos le parece lo más normal del mundo.
Viven, en parte, de la pensión de la abuela, esta familia artificial, en la que algo pasa cuyo secreto no se descubre hasta la última media hora.
El espectador se enamora de los personajes y a pesar de que dura dos horas gustaría descubrir algo más de ellos.
Es una historia tierna, que hace reflexionar sobre la humanidad de los personajes y la forma estable de vivir de esta familia, que no es la mejor, pero a ellos le vale.
Hay una diferencia entre el cariño impuesto y el buscado. Explica bien los sentimientos, con un estudio de personajes interesante y de paso critica a una sociedad deshumanizada en la que todo son normas, pero no tiene en cuenta el cariño que se genera entre los miembros de este grupo que no las cumple.
Un drama que ha sido valorado por su complejidad, riego y sensibilidad para tratar el tema favorito del cineasta: las relaciones familiares, como en este caso que sin serlo sus miembros de sangre se quieren como si lo fueran.
Como es habitual en la carrera de este director, en este su largometraje número trece, vuelve una vez más al tema de la familia, sin importarle si hay vínculos de sangre entre sus miembros o si son impostados, pero desde un ángulo diferente, desde su lado más tierno.
Esta vez regresa a su estilo calmado y humanista para contarnos la historia de esta peculiar familia de ladronzuelos en esta polémica película que viene a enriquecer su particular radiografía del núcleo familiar desde una perspectiva diferente a las anteriores.
Nos presenta la intimidad de estos seres unidos por su único medio de subsistencia: el delito y le sirve para reflexionar más allá de los lazos familiares, tanto sanguíneos como artificiales, y al tiempo criticar la injusticia social y la doble moral japonesa que condena las pequeñas infracciones y no otras más graves.
Toca temas como la pobreza, el maltrato, la soledad, la marginalidad los niños secuestrados, las pensiones de los viejos, la falta de escolarización, el robo, los hijos sin identidad oficial, sin ánimo de denuncia social.
El peso de este largometraje recae en los hombros de actores tan notables como Kiki Kilin, habitual colaboradora del director, fallecida el pasado septiembre, y Lily Franky quienes a través de una estupenda interpretación consiguen emocionar al espectador pasando sutilmente, como en la vida, de la risa al llanto.
Es una especie de crónica de sucesos mediante la cual hace un estudio agridulce de esta familia artificial, curiosamente bien avenida, que vive en una marginalidad confortable, entre cuyos miembros se da la soledad, el aislamiento, la marginalidad y los dudosos valores éticos, morales y sociales.
Palma de oro y premio del jurado de la Sociedad Cinéfila Internacional en el Festival de Cannes. Mejor film en los premios Asia Pacific. Mejor cinta en el Festival de Denver y en el de Vancuver. Premio de la crítica en el Festival Key West. Mejor película en el F. de Munich. Premio del público en el F. de Oslo. Nominada a los Globos de oro en lengua no inglesa. Precandidata al Oscar.
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