INFORMACIÓN EXCLUSIVA
CONTEXTO HISTÓRICO...
Desde 1948, cuando el Partido Comunista irrumpió en Checoslovaquia, la policía secreta persiguió a los sacerdotes que no se adaptaban a las nuevas condiciones.
Para controlar y manipular a la iglesia, el estado creó una organización llamada “Pacem in Terris” formada por clérigos que colaboraban con el régimen y que se colaron dentro de las estructuras eclesiásticas.
En respuesta a esta organización surgió otra iglesia completamente independiente a los asuntos de estado que, con el objetivo de mantener la pureza espiritual, ordenaba secretamente a los sacerdotes y atendía a sus feligreses también a escondidas.
La película se desarrolla a principios de los años 80. Tras tres décadas de gobierno Comunista, la sociedad checoslovaca está experimentando un fuerte declive moral. Sin embargo, aún nadie se atreve a pensar que este régimen algún día pueda llegar a su fin.
NOTAS DEL DIRECTOR...
Queríamos contar una historia de la era del Comunismo Totalitario, una en la que el carácter humano se conquistaba a través de la manipulación rastrera y la promesa de una vida mejor. Mucha gente ungió aprobación por el régimen para conseguir ser invisibles y de esa manera invulnerables. Si no formabas parte de esta multitud invisible, te arriesgabas a tener problemas con los altos mandos que utilizaban la intimidación existencial y la paranoia para controlar y reprimir las libertades.
Considerábamos que esta historia era relevante en la sociedad de hoy en día en la que la gente está siendo atemorizada y contagiada de incertidumbre a través de los medios de comunicación, los partidos políticos, los sacerdotes y los intelectuales a partes iguales.
Esta historia nos presenta a dos seminaristas que se encuentran cara a cara con la realidad del régimen Comunista en Checoslovaquia. Los dos tienen que decidir si unirse a la multitud de invisibles y de esa forma comprometer sus ideales o, por el contrario, exponerse a un enfrentamiento con el aparato político.
Todos somos siervos de una ideología u otra. Estamos constantemente bajo la inuencia de poderes más o menos visibles relacionados con la política o la religión, la riqueza o la pobreza. Nos demos cuenta o no, estos poderes nos controlan y a paso lento pero seguro van transformando nuestros valores y nuestras actitudes.
Decidimos situar la historia en un seminario teológico por varias razones. La más importante era que el conicto moral entre los dos amigos protagonistas era mucho más intenso tratándose de teólogos puesto que el comportamiento ético para el Cristianismo es algo prioritario.
El formato en blanco y negro es una cuestión de universalidad y atemporalidad de la narración. Las películas checas y eslovacas que representan el n del Comunismo están normalmente hechas en colores pastel. De la misma manera, los efectos históricos se consiguen mediante el abuso de accesorios contemporáneos y artículos llamativos actuales. Lógicamente todo esto está ausente en SIERVOS porque la mayor parte de la historia se desarrolla entre las paredes del seminario y porque los alumnos visten casacas cuyo aspecto no ha cambiado mucho en los últimos siglos.
En los seminarios, los estudiantes han luchado contra la tentación desde tiempos inmemoriales. Pero las tentaciones han ido cambiando en forma y contenido. En el momento en que nuestra historia sucede, tiene la forma de “normalización del Comunismo”. El diablo siempre aparece de forma familiar, sin importarle los matices sociales o políticos, la riqueza o la pobreza. Relativiza y difumina la distinción entre el bien y el mal, cegándonos, recompensándonos, sembrando entre nosotros semillas de duda y desconfianza.
En SIERVOS procuramos poner énfasis en la condición emocional de los personajes a través de la arquitectura y las localizaciones. La rigidez de los personajes evoca la parálisis y el miedo espiritual, motor narrativo de esta historia. La cuestión a la que los seminaristas y los espectadores se enfrentan en la película es sencilla: ¿caeré en la tentación y elegiré el camino de menor resistencia?.