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NOTA DEL DIRECTOR...
   Siempre me ha gustado un buen Thriller, una película que te acelera el corazón y te mantiene al borde de tu asiento. Desde el momento en que tomé el guión de MIRA POR MÍ, no pude pasar las páginas lo suficientemente rápido. Es una historia fascinante y maravillosamente elaborada que desafía nuestros conceptos erróneos sobre las personas con discapacidad visual y, al mismo tiempo, demuestra ser un viaje increíblemente emocionante.
  MIRA POR MÍ es la historia de Sophie, que perdió la vista a causa de una rara enfermedad degenerativa que descarriló sus sueños de competir en los Juegos Olímpicos como esquiadora alpina. La pérdida de su vista fue devastadora. La pincharon y pincharon, escanearon, examinaron, probaron y, finalmente, le dijeron que de la forma en que solía ver, bueno, eso no iba a volver. Luego, le dijeron lo que más amaba, lo que la convertía en quien era, bueno, eso también se había ido, se había ido para siempre. Pero aquí está la cuestión: Sophie no se rinde fácilmente. Ella es una luchadora, y cuando estos hombres irrumpen en su casa, ella no es la víctima impotente que esperan lo que sea, y aprenderán cuánto han subestimado su fuerza y resistencia.
  Este proyecto es especial. Siempre me han atraído las películas sobre los desamparados, especialmente cuando estas películas pueden amplificar historias con personajes a menudo pasados por alto o marginados. Sophie es un personaje único y poderoso que presenta al público a una persona con discapacidad visual de una manera que no hemos visto antes en la pantalla. Parte de la razón por la que me atrajo tanto el proyecto fue para tener la oportunidad de trabajar con la increíblemente talentosa Skyler Davenport, quien aportó a la actuación su propia experiencia de la vida real con la pérdida de la visión de inicio en la edad adulta.
  Cuando el espacio de Sophie es invadido y su vida se ve amenazada, poco a poco aprendemos, como ella, de qué está hecha en realidad. Vemos que es inteligente, ingeniosa y, eventualmente, una amenaza fatal para quienes la subestiman. A medida que la desesperación comienza, encuentra una aliada inesperada en Kelly, una héroe dormida que necesita su propia curación y que la ayuda a mantenerse a salvo.
  Sophie no es una víctima, superará a sus atacantes y demostrará ser una oponente formidable en este juego del gato y el ratón, y aprenderá a no subestimarse nunca más a sí misma.

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