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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hay al menos dos películas interesantes, que recordemos a vuela pluma, que tienen como protagonistas a una mujer ciega en apuros. Una de ellas es 'Sola en la oscuridad' (1967) dirigida por Terence Young, con Audrey Hepburn, por cuyo trabajo fue nominada al Oscar y al Globo de oro, que ha de luchar contra tres ladrones que entran en su domicilio.
La otra es 'Terror ciego' (1971), de Richard Fleisher, con Mia Farrow, que en este caso es perseguida por un maníaco en su casa de campo.
De nuevo en 'Mira por mí' (2021), realizada por Randall Okita, se vuelve a repetir de alguna forma la situación de la primera, en la que se trata de una chica que era una gran deportista, que se quedó ciega tras un accidente y tres ladrones que entran a la lujosa mansión situada en un lugar apartado lejos de la ciudad donde ella ha sido contratada para que viva allí y así poder cuidar al gato mientras Debora, la dueña de la casa, recién divorciada, se va unos días de vacaciones.
En este caso la protagonista es Sophie Scott, una joven esquiadora que tras un accidente se queda ciega.
Tres hombres entran en la casa creyendo que está deshabitada para abrir la caja fuerte donde saben que se encuentran alojados siete millones de dólares.
Lo que en la primera historia ella luchaba contra los ladrones apagando la luz y conociendo cada uno de los rincones del apartamento, aquí gracias a la tecnología moderna de los móviles hay una app para invidentes titulada Sé mis ojos que con el uso del móvil pueden guiar a una persona sin visión enfocando hacia el camino y también únicamente al encenderlo responde al mandato de la voz para conectar con esa asociación de ayuda a esas personas.
El guion de esta historia resulta muy interesante ya que a través de algunos giros la emoción aumenta por momentos, no sólo cuando los ladrones se dan cuenta de que hay alguien en la casa, sino también cuando ella se esconde de ellos para que no le hagan daño, mientras llega la policía a la que ha llamado nada más que oye sus voces.
Hay algunos giros que le dan más emoción a la historia y sobre todo en la parte final donde digamos que la acción se desata totalmente y se descubre el pastel.
La única defensa que tiene Sophie contra los ladrones es la joven veterana del ejército, Kelly, que es quien le atiende a su llamada a dicha asociación que le ayuda a sobrevivir haciendo frente a los ladrones, guiada por ella con la ayuda del móvil.
Hay momentos que pueden ser un tanto agobiantes y otros increíbles que hay que admitir como convencionales, pero que posiblemente puedan suceder de esa manera.
Aquí ocurre que Skyler Davenport es una actriz invidente la que interpreta a la ciega protagonista Sophie y ciertamente no se le puede poner una pega a pesar de ser su debut en el cine.
Randall Okita, director canadiense de origen japonés, en este su segundo largometraje hace la puesta en escena que conviene a esta situación en todo momento que desafía los estereotipos sobre las personas invidentes en este caso en una situación peligrosa.
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