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SINOPSIS
Thelma es una chica algo tímida que se deja atrás a su religiosa familia cuando ingresa en la Universidad. Un día comienza a convulsionar inesperadamente para descubrir poco después que una compañera suya, Anja se siente atraída por ella. Conforme va pasando el tiempo las dos chicas se sienten más atraídas mientras que las convulsiones son cada vez más graves. Thelma debe enfrentarse a unas facultades sobrenaturales mientras se enfrenta a una serie de oscuros secretos de su pasado...
INTÉRPRETES
EILI HARBOE, OKAY KAYA, ELLEN DORRIT PETERSEN, HENRIK RAFAELSEN, LUDVIG ALGEBACK, ISABEL CHRISTINE ANDREASEN, CAMILLA BELSVIK, LARS BERGE, VANESSA BORGLI, INGRID JORGENSEN DRAGLAND, PETER EKEDAHL, GRETHE ELTERVAG
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- Festival de Sitges 2017: Premio especial del jurado, Mejor guion, Premio Meliés de plata Mejor película
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ENTREVISTA AL DIRECTOR...
El público, acostumbrado al tono naturalista de sus películas más conocidas (Vivir de nuevo, Oslo, 31 de agosto y El amor es más fuerte que las bombas), puede sorprenderse de que haya hecho usted una película de suspense sobrenatural. ¿Qué le hizo tomar este rumbo?...
Para ser sincero, siempre he hecho la película que quería hacer en cada momento. En esta ocasión, el rumbo fue distinto porque realmente queríamos probar con algo nuevo. Al crecer viendo películas, siempre había algo que podía expresar a través de imágenes mentales. Yo crecí viendo mucho a Antonioni y Bergman, pero también a Brian De Palma. Asimismo, siempre me gustaron las implicaciones existenciales de La zona muerta de Cronenberg, que considero que es más un cuento en que se puede mostrar algo muy humano y reconocible, a pesar de desarrollarse en un contexto sobrenatural.
¿Dónde empezó la historia de Thelma?...
Tuve esta idea de una especie de historia de brujas que se desarrolla en Oslo. Pasé por una etapa, porque soy amante del cine y vivo estos contratiempos, y Eskil Vogt (coguionista) y yo estábamos viendo mucho giallo, cine de terror italiano de los años setenta. Recuerdo volver a ver La escalera de Jacob, de Adrian Lyne; recuerdo ver El ansia, de Tony Scott, como algo simplemente visual. Recuerdo que Eskil y yo mantuvimos una conversación sobre cómo estos tipos de película se aproximan a algo muy humano que aborda la ansiedad y la mortalidad, y estas cuestiones existenciales, pero a través del género. Esto por un lado. Entonces, empezamos a trabajar con algunas ideas desde el concepto de escenas e imágenes específicas. Fueron surgiendo más y más personajes, y así nació Thelma.
Y antes de darnos cuenta, estábamos jugando con dos cosas, algo con lo que estábamos muy familiarizados (la historia sobre el paso a la vida adulta, de manera similar a la del hermano pequeño en El amor es más fuerte que las bombas o la melancolía de la soledad en Oslo, 31 de agosto), y al mismo tiempo, este elemento del género. Esta fue la parte divertida del proceso, utilizar esa narración específica dirigida por un personaje con la que estoy realmente familiarizado, y ver si podía elevarla visualmente a un universo donde hay más espacio para la imaginación.
Sin destripar nada (aunque los espectadores pueden leer entre líneas cada vez que la naturaleza o masas de agua aparecen en la pantalla), hay elementos escénicos visuales que sacan a la película del mundo racional y la llevan al reino de los sueños, las pesadillas y lo fantástico. ¿Cómo fue esta experiencia?...
Muy liberadora. La naturaleza de la historia es casi mítica también. Trata de un padre y una hija. Trata de la incapacidad de aceptar el propio destino. Cuenta con un aspecto mítico muy poco frecuente en el cine noruego en este momento. Para mí, fue muy interesante combinar la filmación por primera vez en Cinemascope con el hecho de salir a buscar nuevos actores que la gente no hubiese visto antes. Eili Harboe tiene algo de experiencia, pero no es una actriz formada per se, y Kaya Wilkins (aka Okay Kaya) es músico y la convencimos para formar parte de la película.
Harboe muestra las emociones de Thelma con una sensibilidad asombrosa. Las historias que relatan el paso a la vida adulta son siempre explosivas, pero en este caso, existe el añadido de su atracción por otra joven, y esto se opone quizá a su educación religiosa...
Se trata de un problema para Thelma porque ha interiorizado las críticas a esa forma de vida por sus padres, pero yo quería mostrarlo como algo hermoso y puro también. A ella le resulta complicado aceptar quién es realmente. Resulta divertido, porque a la vez que trabajo en la posproducción de esta película, estoy trabajando en un documental con el escritor noruego Karl Ove Knausgård sobre el pintor noruego Edvard Munch, autor de El grito y otras pinturas internas y dominadas por la angustia. Sin embargo, Munch realizó también numerosas pinturas sobre la belleza, la sensualidad, la complejidad y la culpa de la felicidad en la cultura escandinava. Munch aborda a menudo el tema de los jóvenes que llegan al poder y el conocimiento de uno mismo.
Sin duda, se nota. Se puede ver casi el fenómeno paranormal que Thelma genera como reacción contra la represión...
Soy un gran admirador de la forma en que Hitchcock utiliza un dilema psicológico como punto de partida para la narración. El trauma infantil de Marnie, la ansiedad y la culpa en Vertigo; él aborda estos temas de una manera lúdica en la que yo me he inspirado. En este caso, se trata de la ansiedad del cuerpo. Una joven padece convulsiones inexplicables al comienzo de la película, y los médicos y la ciencia no encuentran un motivo claro. Tuve que investigar mucho. La idea de las convulsiones psicogénicas no epilépticas es real. Estas no tienen efectos sobrenaturales, pero hay una gran cantidad de aspectos de la experiencia psicológica y somática del cuerpo humano que son difíciles de explicar.
Otra fuente de inspiración que se nos ocurre inevitablemente cuando aparecen los temas de la mujer joven y la telequinesis es Stephen King...
Sí, por supuesto, Carrie y Ojos de fuego. Son casi como mitos griegos, en los que alguien trata de negar su verdadero destino, al que se enfrentará tarde o temprano. Pero estas son historias basadas en personajes, y él es un maravilloso escritor humano.
Volvamos al reparto, y a su decisión de contratar a dos caras nuevas para interpretar a las jóvenes protagonistas de la película...
Vi casi a mil personas para estos dos papeles. Cuando conocimos a Eili, fue evidente que poseía un talento especial. La mezcla de madurez e inocencia que era capaz de reflejar podría mostrar el recorrido completo de un personaje desde la adolescencia hasta la madurez. Ella lo refleja muy bien, y tiene la misma edad que el personaje. La gran pregunta era si sería capaz de afrontar la presión de un papel tan exigente físicamente. Tenía que actuar con serpientes y realizar un gran entrenamiento subacuático. Ella quería encargarse de la mayor parte de sus escenas peligrosas. Además, tenía que sufrir convulsiones y calambres, y que parecieran reales. Trabajamos con la posibilidad de las imágenes generadas por ordenador. Formamos a Eili en algo llamado TRE (alivio del estrés postraumático), convulsiones autoinducidas, que se realizan con muchos soldados. Aprendió a realizar estas convulsiones provocadas por ella misma. Nunca he visto a un actor llegar tan lejos físicamente al interpretar un personaje. Por hablar un poco sobre Kaya Wilkins, que en la actualidad es una conocida músico, es medio noruega, medio americana. Vive en Nueva York. Ella también ha resultado ser una gran actriz. La dinámica entre ambas hizo que el dúo funcionara. Es una de esas personas con las que todo parece fácil. En los días más estresantes, ella tranquilizaba a todo el mundo. Es genial.
¿Puede hablarnos un poco sobre cómo trabaja usted con los actores? ¿Sobre la preparación y el equilibrio entre el guion y la improvisación?...
Al trabajar en un thriller sobrenatural, pensé “¿Qué puedo aportar que sea realmente original?” Creo que estaba tratando de retratar a los personajes con más matices y detalles. Esto se debe en gran medida a haber estudiado en The National Film & TV School del Reino Unido y contar con personas como Stephen Frears como profesor. Si bien tenemos una trama que debe avanzar, intento combinarla con un espacio abierto en que los actores tengan que lograr cosas explorando. Nosotros escribimos una versión del guion y a continuación trabajamos juntos en las escenas, y escribimos otra versión antes de rodar. Yo trato de modificarla por tercera vez durante el rodaje para darle “vidilla”, como yo digo. Tras las versiones planificadas de las escenas, tratamos de rodar una toma más libre en la que los actores puedan probar cosas. Yo siempre intento reservar un espacio para estos momentos de improvisación. En esta película, la protagonista debe experimentar escenas muy específicas y aterradoras, a veces de ansiedad y pánico. La verdad que realizamos varios rituales y técnicas para llevar a Eili a este estado extremo. Pudo rodar estas increíbles escenas porque se adentraba en un estado, y a continuación, luchaba contra él para intentar crear una fuerte tensión interna. Fue muy valiente al exponerse a estos sentimientos, día tras día.
Ha comentado que esta es la primera vez que trabaja usted en Cinemascope. ¿Por qué tomó esa decisión y cómo ha sido la experiencia?...
En esta ocasión, volví a trabajar con Jakob Ihre, director de fotografía con el que hice mis tres primeras películas, y quisimos hacer algo nuevo. A mí me sigue gustando ir al cine. Me encanta la gran pantalla. Creo que hay algo especial en ese plano amplio con perspectiva central y un pequeño personaje en el medio, con todo ese poder que Thelma tiene realmente.
También parece sentirse atraído por algo más primario en Thelma, sobre todo en su manera de tratar el paisaje. Y eso es mucho más que mostrar el Cinemascope...
En la tradición noruega de narrativa fantástica, hubo un gran momento gótico a mediados del siglo XIX, al igual que sucedió en Dinamarca con Hans Christian Andersen, así como en los mitos nórdicos, con humanos en relación con la naturaleza. [En Thelma, encontramos] las imágenes de los pájaros y las serpientes, y el viento y el mar. Esto también ocurre en la cultura sami del norte de Noruega. Yo quería lograr el contraste entre la civilización y la naturaleza en mayor medida que anteriormente, y tuvimos que dirigirnos al norte para encontrar estas grandes extensiones nevadas y heladas, así como la naturaleza en la costa oeste de Noruega con el océano, e intentar capturarlo y utilizarlo como aspecto emocional de la narración. Yo soy un tipo de ciudad. Me crié bailando breakdance y escuchando punk con mis vaqueros negros. Por lo tanto, personalmente fue una aventura adentrarse en la Escandinavia mitológica. Los noruegos se extrañan: “¡Jesús! Joachim se ha metido en el bosque y ha filmado la naturaleza”. Es extraño en mí.
GALERÍA DE FOTOS
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