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SINOPSIS
En los años 70 y 80, Tammy Faye y su marido, Jim Bakker, pusieron en pie -prácticamente de la nada- la red de cadenas religiosas más grande del mundo, así como un parque temático y gozaron de una inmensa popularidad por sus mensajes de amor, aceptación y prosperidad. Tammy Faye era conocida por sus pestañas indelebles, su original forma de cantar y su gran generosidad a la hora de acoger a todo tipo de personas. Pero las irregularidades financieras, las rivalidades y los escándalos no tardaron en derrocar un imperio construido con gran meticulosidad...
INTÉRPRETES
JESSICA CHASTAIN, VINCENT D'ONOFRIO, ANDREW GARFIELD, CHERRY JONES, SAM JAEGER, STEPHANIE McINTYRE, FREDRIC LEHNE, GABIRIEL OLDS, LINDSAY AYLIFFE, JAY HUGULEY, JOE ANDO-HIRSH, CHANDLER HEAD, MARK WYSTRACH, KEVIN J. O'CONNOR
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LA HISTORIA DE TAMMY FAYE EN LA GRAN PANTALLA...
Hace más de 30 años, todo el mundo opinaba sobre Tammy Faye Bakker, cuando en realidad nadie conocía a la mujer que se escondía detrás de la figura de la televisión. La productora y actriz Jessica Chastain creció en los años 80 así que supo por primera vez de Jim y Tammy Faye cuando su imperio se desmoronó y se desintegró y, lo hizo en las pantallas de televisión de todo Estados Unidos. El rostro de Tammy Faye era inconfundible por su maquillaje icónico y su personalidad arrolladora y apareció en todos esos tabloides que se venden en las cajas del supermercado. Años más tarde, después de ver el aclamado documental homónimo de Fenton Bailey y Randy Barbato (LOS OJOS DE TAMMY FAYE, RUPAUL'S DRAG RACE, PARTY MONSTER), titulado LOS OJOS DE TAMMY FAYE (2000), Chastain se sorprendió al comprender que Tammy Faye era mucho más que un simple titular de revista: Bakker tenía una fe y una integridad inquebrantables, y vio cómo la misoginia y la cultura sensacionalista jugaron un papel importante en su humillación pública.
Después de ver el documental, Chastain decidió contar en profundidad la historia de una mujer profundamente compasiva que se adelantó a su tiempo. Contactó con Bailey y Barbato, que inmediatamente quedaron cautivados por su pasión y su visión del proyecto. "El documental se adentraba en lo que había detrás de la fachada", dice Chastain. "Podíamos verla sin el veredicto condenatorio que le había infligido la sociedad. Ella rebosaba amor. Su historia era rica y compleja y abarcaba tres décadas. Por aquel entonces todavía no había puesto en marcha Freckle Films, pero contacté con los realizadores del documental y adquirí los derechos”.
Fenton Bailey y Randy Barbato, los realizadores del documental de World of Wonder Productions también habían desarrollado una fuerte conexión con Tammy Faye. Bailey y Barbato afirman: “Tenía el espíritu de una outsider y el arrojo de una drag queen así que era nuestra chica ideal. Siempre habíamos asumido que todo lo que dijo la prensa sobre ella y Jim era cierto. Pero cuando la conocimos, vimos que era una persona amable y cariñosa. Era lo que parecía, literalmente: totalmente honesta, auténtica y directa. A medida que íbamos comprendiendo lo que le había sucedido, nos dimos cuenta de que la realidad era mucho más matizada y compleja de lo que habían recogido los medios. La asombrosa traición de Jerry Falwell a la denominada comunidad cristiana fue impactante. Nos pareció que la gente merecía tener un retrato más tridimensional de ella”.
Chastain se reunió con la productora Rachel Shane (DIVERGENTE, COMANCHERÍA, HUÉRFANOS EN BROOKLYN) de Madison Wells Media, que se sintió inmediatamente atraída por el proyecto. Las dos ya habían trabajado juntas en la película SIN LEY (LAWLESS), producida por Shane y protagonizada por Chastain.
Shane y su socia productora, Gigi Pritzker (DRIVE, COMANCHERÍA, EL JUEGO DE ENDER), se unieron a Chastain para dar vida a la historia. “Ha sido una película familiar desde el principio”, dice Chastain.
"Estábamos tremendamente entusiasmados con la idea de llevar la vida de Tammy Faye a la gran pantalla", declaró Shane. "Cuando era adolescente, recuerdo haber visto a Jim y Tammy Faye en los periódicos sensacionalistas, pero ella y Jim no solo eran grandes innovadores, también iban contracorriente del cristianismo evangélico tradicional”.
Chastain y su socia en Freckle Films, Kelly Carmichael (AVA, MI SEMANA CON MARILYN, DIARIO DE UNA NIÑERA (THE NANNY DIARIES)), desarrollaron LOS OJOS DE TAMMY FAYE mientras trabajaban juntas en otros proyectos. Rachel Shane contactó con el guionista Abe Sylvia (MUERTOS PARA MÍ, THE AFFAIR, JACKIE), con quien había trabajado anteriormente, para escribir el guion basado en el documental. La productora Carmichael explica: "Abe es un gran escritor; él y yo trabajamos juntos hace años en una película que dirigió. Cuando me incorporé a Freckle Films, Rachel y Jessica ya se habían fijado en Abe para escribir el guion. Fue genial volver a trabajar con él en Tammy. Tenía una visión muy clara de cómo trasladar el documental a una película narrativa que abarcara más de cuatro décadas de su vida”.
Mientras trabajaba en otro proyecto con el director Michael Showalter (LA ENFERMEDAD DEL AMOR, SEARCH PARTY), Chastain y Carmichael se dieron cuenta que sería perfecto para dirigir LOS OJOS DE TAMMY FAYE. Dado que su trabajo como director había abarcado sobre todo la comedia, sentían curiosidad por ver qué aportaría al guion de Sylvia.
Showalter dice: “Había estado trabajando con Jessica y Kelly en un proyecto diferente. Conocía a Tammy Faye de mi adolescencia, así que me encantaba la idea. Me gustó mucho el guion y les hablé de mi visión, del tono que debía tener la película. Tenía una combinación de muchas cosas que me gustan: humor, drama, sexo, delincuencia y todo tipo de polémicas, así que era una gran historia que tenía además un gran potencial cinematográfico. Es un evento de gran calado cultural con el que se identificaron muchas personas. Me enamoré de los personajes y de todo lo que eran; de lo bueno y de lo malo. Me entusiasmaba la idea de dar vida a todo eso”.
A Chastain le impresionó la confianza que mostró Showalter a la hora de dar forma a la historia, así como su sentido de la comedia. Comprendía y se identificaba con la faceta alegre del personaje de Tammy Faye, y vio que la historia tocaba tanto el drama como la comedia. “Nos enviábamos artículos sobre Tammy Faye", añade, "Me dio la impresión de que Michael la amaba tanto como yo ... Michael simplemente tiene un sentido de juego muy peculiar, y Andew Garfield, que interpreta a Jim Bakker y yo estamos muy centrados en el trabajo. Investigamos muchísimo, nos lo tomamos muy en serio y además contamos con el tono ligero de Michael como director que funciona muy bien con Tammy y Jim”.
EL ASPECTO Y EL TONO DE LOS OJOS DE TAMMY FAYE...
Para contar la historia de Tammy Faye son fundamentales sus vibrantes referentes visuales. Tammy Faye fue un toque de Technicolor en una era repleta de hombres severos y fundamentalistas con trajes oscuros. No se parecía a ningún otro telepredicador de la época, y sus extravagantes pelucas y su espectacular maquillaje se convirtieron en una tarjeta de presentación tanto como su compasión y su compromiso de amar y aceptar a los demás. Showalter sabía que este lenguaje visual también debía aplicarse a la rica vida interior de Tammy Faye que comenzó con su aceptación del Espíritu Santo en la iglesia pentecostal de su juventud y culminó en su madurez con su adicción al Ativan y al alcohol. El estado emocional de Tammy pasó del amor incondicional a la desesperación profunda, del éxtasis religioso a las alucinaciones inducidas por las drogas, y el director de fotografía, Michael Gioulakis (IT FOLLOWS, US, GLASS (CRISTAL)), creó un lenguaje visual para explorar cada movimiento de ese péndulo.
Para recrear fielmente escenas del programa de Tammy Faye y Jim o su entrevista con Ted Koppel, Gioulakis elaboró un metauniverso con cámaras que fluían sin problemas de uno a otro. Aunque los programas o los eventos televisivos icónicos se recrearon toma por toma, querían lograr el punto de vista de alguien que mira a escondidas el mundo de Bakker, sin limitarse a recrear lo que los espectadores de televisión vieron en su momento. Gioulakis trabajó en estrecha colaboración con Showalter para encontrar las imágenes utilizando un gigantesco archivo de imágenes existentes, ya que gran parte de la vida de los Bakker discurrió delante de las cámaras. El documental de los directores Fenton Bailey y Randy Barbato fue otro de los recursos y Showalter pudo completar los espacios en blanco para formar una narrativa más completa y en capas.
Showalter señala: “En la película hay muchas cosas que vienen directamente del programa real de los Bakker. De hecho, recreamos la última emisión en la que se despiden de su audiencia. Y lo hacemos de dos formas distintas: Se trata de una recreación muy fiel; Jessica y Andrew tienen mucho que ver con el éxito de esas escenas delante de la cámara, ya que recrean perfectamente sus gestos y cada pequeño tic. Pero también tenemos nuestras propias cámaras que crean una perspectiva diferente, mostrando lo que estaba sucediendo justo antes de salir en pantalla y justo después de lo que sucedió”.
Gioulakis trabajó con dos tipos diferentes de cámaras: cámaras y lentes de televisión vintage que capturan el look y el ambiente de esa época, y cámaras Alexa LF que crean una perspectiva más omnisciente que representa el mundo de los Bakker fuera de cámara. También se utilizaron cámaras de mano para mejorar la relación de Tammy Faye con su entorno mientras se desmoronaba y sucumbía al trauma emocional y a la adicción.
“Cuando estábamos rodando el programa de televisión, teníamos funcionando al menos dos de nuestras cámaras de televisión antiguas y dos de nuestras cámaras de cine actuales. Así que en muchas de las imágenes de PTL (Praise The Lord) hay cuatro cámaras grabando a la vez para imitar un programa de televisión. Filmamos el espíritu de esas entrevistas y espero que hayamos sabido captar lo que sentía el público que veía el programa y lo que experimentaban los Bakker", explica Gioulakis.
Gioulakis colaboró estrechamente con la diseñadora de producción Laura Fox y el diseñador de vestuario Mitchell Travers para definir el tono de la película y para crear una paleta cohesiva que evoluciona con Tammy Faye a medida que van pasando las décadas en la pantalla.
"La paleta arranca en sus primeros años en Minnesota, desde la infancia de Tammy Faye hasta el comienzo de su relación con Jim", dice Gioulakis. "El look es apagado así que hicimos hincapié en los tonos tierra. A medida que los Bakker comienzan su aventura hasta llegar a los años de la Christian Broadcast Network (CBN) y de PTL, hicimos hincapié en rojos y azules profundamente saturados. Los azules eran un color que utilizaban mucho en PTL y la paleta se utiliza extensamente”.
CONSTRUYENDO SU MUNDO...
La diseñadora de producción Laura Fox (UN DON EXCEPCIONAL, (500) DÍAS JUNTOS) también se basó en gran medida en la documentación para diseñar sets de todas las épocas de la película que abarcan los años 60 y 90. Fox revisó las imágenes existentes, leyó entrevistas y visitó lo que quedaba del imperio de los Bakker. Investigó la infancia de Tammy Faye en Minnesota, el Bible College y las carpas de avivamiento de los 60 (carpas erigidas para una reunión comunitaria en la que las personas se reúnen para escuchar a un predicador con la esperanza de curación, paz, perdón, etc.), las marionetas de Tammy Faye en la cadena Christian Broadcast Network (CBN) en los 70, y los sets de Praise the Lord (PTL) de los 80 y los 90. Utilizando localizaciones reales siempre que fue posible, Fox diseñó nuevos sets para llenar los vacíos. El productor Carmichael lo explica: “Ha creado cinco décadas que te llevan literalmente al pasado. Sales al escenario de PTL, y de hecho estás allí, y lo mismo sucede con todos los sets que ha diseñado”.
Fox sabía que a Jim le preocupaba muchísimo cómo otras personas percibían las cosas.
"Un comentario revelador para mí", dice Fox, "fue después de que Tammy Faye dejara a Jim y alguien le preguntara sobre su casa: Ella dijo que era genial, que era como un plató de televisión. De hecho, tenía muñecas de tamaño natural sentadas en la mesa de su cocina. Eso me dio una idea muy exacta del aspecto que tenían sus casas. Las imaginé como una especie de set súper extravagante de Se ha escrito un crimen, porque era la misma época”.
Uno de los mayores retos de Fox fue encontrar formas de acentuar el lujo y la excentricidad del entorno de los Baker. Mantuvo las paletas de fondo bastante reducidas y neutras para que Tammy Faye y Jim destacaran, con algunas excepciones notables. También cubrió su extravagante casa con discos enmarcados de Tammy Faye y con enormes fotos enmarcadas de Jessica Chastain como Tammy Faye a lo largo de los años.
“Cuando fuimos a la localización real para estudiarla, descubrimos que su vestidor estaba hecho de espejos desde el suelo al techo... Las cuatro paredes eran espejos, espejos y más espejos... Y en el set había espejos por todas partes porque ambos eran muy vanidosos”.
A la hora de diseñar su lujosa mansión, Fox se aseguró de que los sets también reflejaran las inseguridades de Tammy Faye, consecuencia de una infancia donde reinaba la pobreza.
“Había escuchado algunas historias que decían que Tammy Faye era la Maxxinista original. Iba a TJ Maxx (tienda que vende ropa de diseñadores con descuento) con dos guardaespaldas y un asistente prácticamente todos los días. Había otra tienda llamada Belk's a la que después de cierto tiempo no la dejaban entrar porque compraba ropa, la llevaba en televisión y luego sus asistentes intentaban devolverla manchada de maquillaje por todas partes. Tammy siempre fue muy ahorradora y se veía a sí misma como pobre; solía decir: “Jesús me pidió que pidiera un descuento”. Nunca tuvo nada y, de repente, ella y Jim se ven con un montón de dinero. Es difícil adaptarse a esa nueva situación. En realidad, Jim era el más decadente. Estaba dispuesto a gastar para impresionar... se pasaron casi toda la vida obsesionados con la forma en la que los demás los veían”.
ENTRAMOS EN EL ARMARIO DE TAMMY...
Al igual que les pasó a los realizadores, Mitchell Travers (ESTAFADORAS DE WALL STREET, EL LEGADO DE BOURNE, THE AMAZING SPIDERMAN), el diseñador de vestuario de la película, cayó rendido ante Tammy Faye desde el día que la vio.
Chastain dice: "Mitch hizo una investigación muy profunda y comprendió que no estábamos recreando atuendos, sino abordando el vestuario como si fuera una clase de psicología. Creó un armario que tenía más de cien estilos diferentes. Pude vestirla para reflejar cómo se sentía en un momento dado. Era como si Tammy Faye estuviera siempre con nosotros, ayudándonos a decidir la ropa y las joyas”.
Travers creó una "biblia" de looks, que dividió en períodos de tiempo de cinco años.
"Tammy era una mujer que creía en enviar y recibir señales. Todo lo que llevaba tenía un significado”, explica. "Su vestuario nos proporciona una idea real de lo que es”.
A la diseñadora le encantó el desafío de trabajar con diferentes marcos de tiempo no lineales y utilizó el color como una herramienta para diferenciar los distintos períodos de tiempo de su vida. Durante sus primeros días, Travers usó una paleta de colores que era limitada y color tierra, pero cuando su mundo se expande en el Bible College, introdujo tonos albaricoque, menta y azul marino. Cuando la historia llega a la década de los 80, introdujo el malva, el azul pálido y su color favorito, el rosa. A medida que avanzaba esa década, se arriesgó más con su ropa la vistió con rojos y azules más impactantes.
Travers también usó la ropa para mostrar el estado mental del personaje.
“A medida que ciertas influencias van afectando a su vida y algunas personas empiezan a controlar la vida de Tammy su estilo de vestir cambia. Empieza a ser tremendamente expresivo con telas metalizadas, lentejuelas, muchísimas joyas... Para mí representa la enorme carga que soportó durante gran parte de su vida”, dice Travers.
Travers también creó un body a medida para que el público viera los embarazos y las fluctuaciones de peso de Tammy Faye.
"Es un proceso increíblemente complicado que empieza haciendo un molde de yeso de todo el cuerpo. Luego construimos piezas de espuma reticulada de diferentes tamaños y, dependiendo de la Tammy Faye que salía ese día en pantalla, las encajábamos como si fuera una especie de rompecabezas”.
Travers también prestó especial atención a la evolución del vestuario de Jim Bakker. Durante años, Tammy Faye tuvo una influencia sobre la apariencia de Bakker. Travers vistió a Bakker con una amplia variedad de cárdigans y suéters con cuello en V y hombros caídos, una ropa deportiva que se hizo famosa. Más tarde, cuando se convirtió en el Johnny Carson de la televisión cristiana, se vistió como un presentador de programas nocturnos, con trajes a medida de un solo tono.
Si el personaje de Tammy Faye se caracteriza por un vestuario extravagante y en constante cambio, el de su madre Rachel contrastaba por su severidad. Para reflejar una imagen de moralidad estricta y de reproche a los excesos de su hija, Rachel usa vestidos de poliéster en tonos tierra y estampados florales que no cambian nunca con el paso del tiempo. Travers está convencida que el vestuario de Tammy Faye era su viva imagen y reflejaba el deseo de que la escucharan y no solo su madre sino todo el mundo: “Para mí, Tammy es alegría. Tammy se divirtió muchísimo. Ojalá muchas más personas pudieran divertirse tanto como ella. Se vestía para impresionar, ya fuera para desayunar con sus hijos o ante un público de 500 personas. Me encanta su exuberancia, su audacia.
CONVERTIRSE EN TAMMY FAYE...
Para recrear los rasgos, el peinado y el maquillaje icónico y tatuado de Tammy Faye, Chastain llegaba al tráiler de maquillaje a las 3:30 am para someterse a una auténtica transformación física. Al igual que se utilizaron piezas para realzar el cuerpo, las prótesis faciales permitían a Chastain sumergirse en el papel.
La maquilladora Linda Dowds (MAMA, TRUE DETECTIVE, X-MEN: FÉNIX OSCURA) y la estilista Stephanie Ingraham (X-MEN: FÉNIX OSCURA, IT, MOLLY'S GAME, LA CUMBRE ESCARLATA) solían trabajar juntas para para terminar el look.
"Trabajo con Linda y Stephanie desde 2011", señala Chastain. "No hubiera podido hacer este papel sin ellas”.
Tanto Dowds como Ingram se documentaron extensamente para asegurarse de que la Tammy Faye de Chastain fuera fiel a la Tammy original. Tuvieron tanto éxito que cuando la hija de Tammy Faye, Tammy Sue, visitó el set, quedó muy sorprendida por la exactitud.
Ingram hizo diez pelucas a medida para el personaje de Tammy Faye. Algunas eran combinaciones elaboradas de dos pelucas diferentes para crear ese cardado espectacular con múltiples capas tan característico de Tammy Faye. Se elaboraron otras pelucas que dejaban ver una segunda peluca o un casquete que simulaba la calvicie para mostrar la evolución de la pérdida de pelo.
Dowds llegó muy lejos y se documentó para tener maquillajes de cada periodo de tiempo que debía reproducir. Muchos de esos tonos de maquillaje ya no se producían, pero se identificaban totalmente con los diferentes momentos de la vida de Tammy Faye, así que debían ser exactos. Al igual que su vestuario, Ingram se dio cuenta de que los cambios en el maquillaje de Tammy Faye reflejaban lo que estaba ocurriendo en su vida.
"El maquillaje se convirtió en una especie de máscara para ella. Al principio, su rostro refleja frescura y esperanza”, dice Dowds. "No descubrió cómo el maquillaje podía transformar sus rasgos hasta que empezó a aparecer en televisión. Desde ese momento usó más maquillaje de ojos y un poco más de colorete. Pero durante la mayor parte de los 80, los colores seguían siendo bastante claros”.
Cuando la vida de Tammy Faye empezó a desmoronarse, sus colores cambiaron radicalmente. "Su vestuario y su maquillaje se oscurecieron. Incluso sus uñas. Empezó a llevar pestañas postizas tan largos que se curvaban como garras”, continúa diciendo. "A finales de los 80 y principios de los 90, su contorno facial era muy marcado y llevaba maquillaje permanente en los ojos y los labios. Cuando estaba más desesperada, el maquillaje se convirtió en su escudo contra el mundo”.
UN ICONO ADELANTADO A SU TIEMPO...
En un mundo donde los hombres poderosos, religiosos o no, escapan del escándalo con pocas o ninguna consecuencia, Tammy Faye es un caso aparte. A diferencia de Jim, ella nunca se apartó de su fe ni cambió su versión amable y cariñosa de Dios por una versión de fuego y azufre. Su corazón siempre estuvo abierto a las experiencias de los demás y fue amada a pesar de sus transgresiones y fue más allá de su estrellato como telepredicadora y protagonista de los tabloides. El productor Shane afirma: “Quería llegar a toda costa a los corazones de los seres humanos que vivían en un mundo moderno; quería saber lo que la sociedad moderna necesitaba de sus pastores. Si miramos hacia atrás, vemos que sus programas de televisión eran increíblemente audaces. Detrás de toda la ropa y el maquillaje había una humanidad auténtica”.
Cuando el matrimonio de los Bakker finalmente se vino abajo en los años 80, Tammy Faye se descontrolaba ante los ojos del público mientras Jim malversaba fondos y tenía aventuras. Sus escándalos sexuales y sus irregularidades financieras fueron la ruina del matrimonio y, expuestos a los focos de los medios, la pareja que formaban los Bakker se convirtió en objeto de mofa. Aunque Jim acabó en la cárcel, Tammy Faye soportó la peor parte de la humillación, y Jerry Falwell, en quien Jim había confiado, se hizo con el control de todo y despidió a los Baker de su propia cadena de televisión
A pesar de esta terrible experiencia, Tammy Faye se recuperó y volvió más fuerte que nunca. En los 90, se había divorciado de Jim, había dejado la telepredicación y había recuperado su propio ministerio. En su programa, Tammy Faye siempre había puesto a prueba a sus espectadores invitando a personas que podrían considerarse controvertidas. Animó a sus espectadores a mostrar compasión y empatía, demostrando que las personas cuyas creencias y vidas parecían extrañas no eran tan diferentes en realidad. Continuó con esa misión en los años 90 al convertirse en una defensora de los que padecían SIDA y también de la comunidad LGBTQ en una era en la que los pacientes con VIH eran en gran medida rechazados y apartados de la sociedad. Vio crecer a sus hijos y acabó casándose con Roe Messner, el promotor inmobiliario que había construido su parque temático, Heritage USA, en 1978.
Tammy Faye también pasó más de una década luchando contra el cáncer hasta que la enfermedad se la llevó en 2007. Antes de morir, dejó que Fenton Bailey y Randy Barbato, los realizadores del documental, accedieran a su vida para filmar su verdad. Los realizadores capturaron a la verdadera Tammy Faye. Le dieron una oportunidad única de contar su propia historia y recuperar su buen nombre. Bailey y Barbato afirman: “Nos gusten o no, Jim y Tammy Faye fueron auténticos pioneros de la televisión. Construyeron no una, sino tres cadenas de televisión. Tenían un estilo de comunicarse muy personal metiéndose en las casas de los espectadores y compartiendo sus vidas. Han dejado su sello en todo, desde los programas matinales hasta los de entrevistas y los reality. Nos pareció que era muy importante contar esa historia. Sin Jim y Tammy Faye no tendríamos a las Kardashian, Oprah o el programa Good Morning America”. Chastain espera que su legado continúe con Los ojos de Tammy Faye: “Tammy Faye Bakker inspiraba amor en los demás. Creía que todos queremos debíamos tener voz, ser amados y aceptados sin que se nos juzgara. Espero que todos puedan aprender a amar a los demás como ella lo hizo, y esperamos que esta película inspire a su público de la misma manera que ella inspiró al suyo”.
JESSICA CHASTAIN COMO TAMMY FAYE...
A la hora de desarrollar personajes, Jessica Chastain es conocida por su meticulosa preparación e investigación, así que convertirse en Tammy Faye no fue diferente. Estudió a Tammy Faye Bakker durante siete años, llegando a memorizar todos sus gestos e inflexiones vocales gracias a las horas de grabación que vio. Michael Showalter quedó impresionado: “Pone el listón muy alto con su nivel de entrega, perfeccionismo y preparación. Así como con el nivel de la interpretación y la profundidad a la que está dispuesta a llegar. Es increíble trabajar con actores de este nivel porque aportan tanto”.
Construir un personaje basado en una figura pública conocida siempre es un desafío, pero el mayor obstáculo al que tuvo que enfrentarse Chastain fue superar la forma en la que otras personas percibían a Tammy Faye.
"Pasé años mirando material suyo y ni una sola vez vi que se le corriera la máscara de ojos", dice Chastain. "Tammy Faye no se parecía en nada a la caricatura de la que se alimentaban los medios. Ella era la ministra ordenada que Jim no era. Predicaba la aceptación y la compasión y lo decía en serio, y eso es lo que queríamos que la gente viera en esta película. Cuando todos daban la espalda a las personas con SIDA, ella invitó a su programa a un pastor gay muy popular que tenía SIDA. También presentaba todo el día programas de la cadena Praise The Lord, escribió cuatro libros y lanzó 24 álbumes. Nunca se quedó con el dinero. Lo devolvía todo a la iglesia”.
Chastain estuvo en contacto con los hijos de Tammy Faye antes y durante el rodaje. La hija de Tammy Faye, Tammy Sue, y sus dos hijos viajaron al plató para la escena fundamental de la entrevista con el activista del SIDA Steve Pieters (interpretado por el actor Randy Havens), un pastor homosexual que habló con franqueza con Tammy sobre su enfermedad, sobre salir del armario y sobre la pérdida de su compañero. Al final del rodaje de la escena, los miembros de la familia lloraban, aturdidos y conmovidos por la emoción que evocaba la escena. Bailey y Barbato también reconocieron la importancia de su aportación a la comunidad LGBTQIA: “La homosexualidad ha sido a menudo demonizada por la comunidad cristiana. En un momento en que la gente rehuía el SIDA, Tammy no lo hizo. Ella no etiquetaba a la gente. Entendió el poder de las cámaras para mirar a los ojos de la gente y enfrentarse a la verdad”.
Interpretar a una cantante fue otra prueba para Chastain, cuya experiencia musical previa se limitaba a la universidad. Inspirándose en Tammy Faye, se sumergió en un área fuera de su zona de confort. “Ella nunca se sentía avergonzada”, añade la actriz. “La gente se sentía atraída por ella porque era única. Utilizó su plataforma para abogar por una celebración de nuestras diferencias, y saberlo facilitó mucho mi actuación”. También inspiró a Andrew Garfield en su papel de Jim. “Tammy está muy arraigada en el corazón de Jessica, y ese es un lugar increíble para un personaje. Por eso la sigues en la batalla que libra; porque es tan apasionada y se entrega al cien por cien”.
ANDREW GARFIELD COMO JIM BAKKER...
Al principio del desarrollo de la película, Showalter y los productores coincidieron en que el actor británico-estadounidense Andrew Garfield (THE AMAZING SPIDER MAN, HASTA EL ÚLTIMO HOMBRE, NUNCA ME ABANDONES) era el mejor Jim Bakker. Confiaban en que sería capaz de encarnar a un hombre reprimido y desgraciado que perdió el norte en gran parte debido a los abusos y al abandono que Bakker sufrió en su infancia. También les pareció que Garfield rezumaba las mismas cualidades encantadoras y carismáticas de Jim que atrajeron a Tammy Faye, sin mencionar los millones de espectadores que veían todos los días su programa.
Chastain y Garfield contactaron antes del rodaje y empezaron a enviarse artículos y videos sobre los Bakker, pero su compromiso para elaborar la relación de los personajes fue más allá.
"Cuando llegamos a Charlotte, en Carolina del Norte, íbamos todos los domingos a la iglesia de Heritage USA", recuerda Chastain. "Se convirtió en una cita semanal. Vimos a personas que reconocimos de los documentales y que habían trabajado con Jim y Tammy. Se mostraron muy generosos y nos dieron su opinión. Era una manera maravillosa de empezar la semana laboral”.
Garfield creció en el Reino Unido y no estaba familiarizado con la historia de los Bakker, así que tenía una perspectiva nueva de la pareja.
"Sabía que Tammy Faye era un ícono de la comunidad LGBTQ, pero eso es lo único que sabía", dice Garfield. "Es una historia muy americana y el movimiento evangélico también es muy propio de Estados Unidos”.
A Garfield siempre le ha interesado la espiritualidad y cómo el ego y el dinero pueden contaminar casi todos los movimientos espirituales. Jim conoció a Tammy Faye en el North Central Bible College después de dejar atrás una vida "pecaminosa" como DJ amante del rock and roll y se dedicó a servir a Cristo. Más tarde, cuando él y Tammy Faye fundaron Praise The Lord (PTL), la cadena de televisión religiosa más grande del mundo, su éxito y su riqueza pervirtieron la percepción que tenía Jim de su propia fe. Mientras investigaba el declive de Jim, Garfield se sorprendió al ver cuántos predicadores equiparaban el amor de Dios con la riqueza material en oposición a la redención en el más allá.
"En realidad, Jim es una persona muy complicada", dice Garfield. "Me resultó fácil enamorarme del personaje. Lo que hicieron él y Tammy fue tremendamente radical. Crearon una alternativa revolucionaria si la comparamos a otros programas religiosos de la época. Estaban empeñados en sanar a la gente. En lugar de esperar la felicidad en el cielo, querían que esa felicidad se produjese aquí y ahora. Su ruina fue que se perdió de vista todo eso, y su falibilidad me pareció fascinante”.
Showalter también reconoce la importancia de retratar a Jim Bakker de una manera más matizada. “Andrew ha sabido encontrar humanidad en Jim Bakker y nos obligó a todos a ver a Jim no solo como un personaje bidimensional. Podríamos haber tomado ese camino, pero estoy muy contento de no haberlo hecho. Andrew ha elaborado un personaje increíblemente complicado, con muchos defectos, pero también un Jim muy atractivo”.
CHERRY JONES COMO RACHEL...
En 2012, cuando Jessica Chastain protagonizó “La heredera” en Broadway, la aclamada actriz Cherry Jones (EL BOSQUE, EL CUENTO DE LA CRIADA, SUCCESSION) fue a visitarla al camerino. Jones había ganado un Tony por el mismo papel veinte años antes y le trajo a Chastain libros y otros materiales de investigación que había utilizado para su interpretación. Profundamente conmovida por el gesto, Chastain esperaba la oportunidad de trabajar algún día con Jones.
Cuando buscaban a la actriz que diera vida a Rachel, la conservadora y profundamente religiosa madre de Tammy Faye, surgió inmediatamente el nombre de Jones. Chastain y Carmichael estaban encantados cuando aceptó hacer el papel.
"Cherry Jones pone su alma y su empatía en todo lo que hace porque tiene un talento descomunal", dice Carmichael. "En el guion, el papel es un poco menos matizado y Cherry aporta mucho para completarlo. Nos encanta todo lo que hace”.
Jones siempre ha sentido debilidad por Tammy Faye. A pesar de que los Bakker se habían convertido en el hazmerreír nacional, tenían muchos seguidores devotos que estaban desconsolados por su caída. La conexión de Tammy Faye con sus espectadores era auténtica.
"Siempre me han intrigado mucho”, dice, “y me preguntaba qué les había pasado en la infancia para ser las personas en las que se convirtieron”.
Jones también interpreta a la madre de Tammy Faye con mucho respeto y cariño. Siente compasión por Rachel, quien nunca había sido completamente aceptada por la iglesia, a pesar de su devoción y compromiso con su fe. Su divorcio del padre de Tammy Faye la convirtió en la eterna outsider de esa comunidad. En un intento por ser aceptada y para evitar que su hija fuera juzgada, Rachel llegó a prohibirle a Tammy Faye que asistiera a los servicios religiosos.
"Rachel dio mucho a su iglesia y no recibió nada a cambio", dice Jones. "Su vida privada también era inestable. Estaba estresada física y espiritualmente. A lo largo de su vida, temió por el alma de Tammy y estaba aterrorizada de que Tammy no tuviera vida eterna. He buscado la forma de suavizarla un poco. Quería a su hija, pero su vida era muy dura”.
Después, cuando se fue a vivir con Tammy Faye y Jim durante el apogeo de su éxito, le preocupaba cada vez más que la personalidad exagerada de su hija, ese evangelio de la prosperidad y el estrafalario estilo de vida fueran la antítesis de sus creencias cristianas. A Tammy Faye le afectó profundamente la desaprobación de su madre y, en cierto modo, Rachel evitó que Tammy Faye se alejara demasiado de sus creencias.
VINCENT D'ONOFRIO COMO JERRY FALWELL...
Jerry Falwell era un absolutista que vociferaba la Biblia y un archiconservador inflexible y su idea del cristianismo era estrafalario y la antítesis de los Bakker. Aunque despreciaba su fe pentecostal, en secreto, envidiaba su éxito. Jim lo admiraba y confiaba en él, pero Tammy Faye siempre se había mostrado cautelosa, sobre todo porque él despreciaba abiertamente sus ideas. La equivocada confianza de Jim en Falwell acabó en la expulsión de los Bakker de Praise The Lord Network y de Heritage USA.
Chastain, que admiraba desde hace mucho tiempo el trabajo de Vincent D'Onofrio (MEN IN BLACK (HOMBRES DE NEGRO), JURASSIC WORLD, RATCHED), se puso en contacto con el actor y le preguntó si estaría interesado en el proyecto. D'Onofrio vio primero el documental. Después, leyó el guion y le engancharon la historia y el papel.
Falwell, que interpreta D'Onofrio, es un lobo suave, con traje oscuro y piel de oveja. Aunque finge una amistad con los Bakker, los considera de clase baja, paletos de Minnesota y les envidia porque tienen el espectáculo más grande con una difusión enorme. Quiere lo que tienen y sabe que la única forma de conseguirlo es arrebatándoles lo que construyeron.
"Es un mundo extraño que se parece al mundo del espectáculo", dice D'Onofrio. "Estos telepredicadores evangelistas son como actores. Falwell es una especie de Judas. Se hizo amigo de los Bakker, se ganó su confianza y luego afirmó que apenas los conocía. Su ascenso, su traición y su caída son muy shakesperianos”.
GARY PAXTON y ROE MESSNER...
Para completar el reparto de personajes de la vida real, Mark Wystrach (DEVUÉLVEME MI SUERTE) y Sam Jaeger (EL CUENTO DE LA CRIADA) fueron los elegidos para interpretar a los otros hombres en la vida de Tammy Faye. A Gary Paxton, el cantante y productor musical ganador del Grammy conocido por la exitosa canción "Monster Mash", lo interpreta el cantante de música country Mark Wystrach de 1,90m. Paxton le dio a Tammy lo que ella echaba de menos en su matrimonio. Showalter observa: "Mark comprendió a la perfección que Gary necesitaba ser lo que Jim no era. Podía ver el lado sensual de Tammy al que Jim no prestaba atención”.
Mark, que casualmente creció en Tucson, la ciudad natal de Paxton, cree que el productor musical ejerció una gran influencia en la música de Tammy. “El impacto de Gary en la vida de los Bakker fue considerable; para ella, lo más importante era la música. Ella predicaba a través de la música, y su relación con Paxton haciendo discos la impactó mucho”.
El futuro marido de Tammy Faye, Roe Messner, había estado muy implicado en los asuntos financieros y extramatrimoniales de los Bakker desde el comienzo de Praise the Lord. Messner no solo fue el promotor inmobiliario que construyó Heritage USA, también gestionó a menudo los asuntos financieros para Jim, y lo hacía en secreto. En realidad, fue Messner quien entregó el dinero del soborno a la secretaria de la iglesia Jessica Hahn para encubrir las infidelidades de Jim Bakker
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