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THE MAURITANIAN
INFORMACIÓN
Titulo original: The Mauritanian
Año Producción: 2021
Nacionalidad: Inglaterra
Duración: 129 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 16 años
Género: Drama
Director: Kevin MacDonald
Guión: Rory Haines, Sohrab Noshirvani, M.B. Traven. Basados en la novela escrita por Mohamedou Ould Slahi
Fotografía: Alwin H. Kuchler
Música: Tom Hodge
FECHA DE ESTRENO
España: 18 Marzo 2021
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Vértigo Films


SINOPSIS

Mohamedou Ould Slahi sobrevive en la prisión de Guantánamo después de haber sido detenido y encarcelado sin cargos por el gobierno de Estados Unidos durante una década y sin que se haya celebrado ningún juicio. Habiendo perdido toda esperanza, Slahi encuentra aliados en la abogada defensora Nancy Hollander y su asociada Teri Duncan. Juntos se enfrentan a innumerables obstáculos en una búsqueda desesperada de justicia...

INTÉRPRETES

JODIE FOSTER, TAHAR RAHIM, SHAILENE WOODLEY, BENEDICT CUMBERTBATCH, ZACHARY LEVI, COREY JOHNSON, LANGLEY KIRKWOOD, DAVID FYNN, DARRON MEYER, ARTHUR FALKO, STEVEL MARC, DANIEL KÜHNE

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Festivales y premiosPREMIOS Y FESTIVALES

- 5 Nominaciones Bafta: Mejor película, película británica, actor Tahar Rahim, guion adaptado, fotografía
- Festival de Berlín 2021

Informacion exclusivaINFORMACIÓN EXCLUSIVA

SOBRE EL DESARROLLO DE LA PRODUCCIÓN...
  La génesis de esta producción se remonta a 2015, fecha en la que Mohamedou Ould Slahi estaba encarcelado en la Bahía de Guantánamo. Los productores Lloyd y Beatriz Levin y Michael Bronner viajaron a Albuquerque para reunirse con los abogados de Slahi, Nancy Hollander y Theresa Duncan. Lloyd recuerda: “Cuando leímos el libro nos sorprendió el ingenio, la poesía y la sabiduría de la escritura de Mohamedou y nos conmovió su historia, y sentimos la humanidad innata de Mohamedou y el impulso de ver que lo que todos tenemos en común es más grande que lo que nos divide. A pesar de su experiencia brutal e injusta, su reflexión era inspiradora y oportuna, por lo que vimos que sería una película importante”.
  Las memorias de Ould Slahi fueron publicadas en Reino Unido en 2015 por Jamie Byng de Canongate. El productor Adam Ackland recuerda: “Jamie, que es un querido amigo nuestro, le pidió a Benedict que participara en el lanzamiento de la película. Cuando Benedict leyó el libro se enamoró de él. Él mismo propuso hacer esta película y averiguar quién tenía los derechos”.
  El propio actor recuerda el momento en que descubrió el libro de Mohamedou: “Cogí el libro y lo leí de principio a fin y Mohamedou me dejó pasmado, su humanidad y su humor, su extraordinaria resistencia, el hecho de que pasó por todo esto y surgió para enseñarnos a todos algo sobre la alegría infatigable del espíritu humano. Me cautivó por completo su historia desgarradora y preocupante al mismo tiempo”.
  Nancy Hollander, abogada de defensa criminal internacional, que durante años había luchado incansablemente por la liberación de Mohamedou Ould Slahi, recuerda: “Lloyd, Bea Levin y Michael Bronner vinieron a mi oficina y firmamos el contrato por los derechos de la película mientras Mohamedou aún estaba en prisión”. Tras la liberación de Slahi el 17 de octubre de 2016, Bronner viajó a Mauritania, comenzando un período de intenso trabajo juntos en la historia. Ya trabajando con SunnyMarch en otro proyecto, y consciente del apasionado interés de Adam y Benedict en Mohamedou y sus memorias, Shadowplay llevó el proyecto a SunnyMarch para ver si querían unir fuerzas para hacer la película.
  La productora Leah Clarke explica que: “La compañía se creó en parte para encontrar papeles que le interesaran a Benedict, pero también para tomar riesgos: trabajar con directores emergentes y adaptar material de interés cinematográfico, algo complicado y difícil. Muchos de nuestros proyectos tienen ese ADN y THE MAURITANIAN fue un ejemplo perfecto de ello”.
  El productor Adam Ackland recuerda que al principio se trataba de un proyecto en el que Benedict Cumberbatch quedaba estrictamente como productor de la película. “La estaba produciendo activamente con nosotros, y cuando llegó uno de los borradores, lo leyó y se dio cuenta de que le encantaría interpretar a Couch”.
  Se embarcaron en el desafío de recaudar fondos y como recuerda Clarke, “cuando estábamos tratando
de encontrar colaboradores financieros, mucha gente no quería acercarse porque se habla de Guantánamo y es algo demasiado político y complicado. Creo que la gente sentía que también sería una decepción. Entonces, nuestro trabajo principal fue tratar de convencerlos de que se trataba de una película edificante, como “Cadena perpetua” o “La vida es bella”.
  En Divergent Media, 30WEST, Topic Studios, BBC Films y STX International, los productores encontraron socios que estaban dispuestos a apoyar la producción. Con el proyecto comenzando a concretarse lentamente, era la hora de encontrar al cineasta que sería responsable de guiar la historia de Mohamedou, un papel que Ackland sabía que solo podía desempeñarlo un director muy particular. “En realidad, no acudimos a muchos cineastas porque es muy importante conseguir el correcto, por lo que nos sentamos y debatimos un buen rato”.
  Los productores pronto se dieron cuenta de que el multipremiado director Kevin Macdonald sería el mejor cineasta para llevar la historia de Mohamedou a la pantalla. El cineasta escocés se ha labrado una reputación formidable en la industria del entretenimiento por su habilidad en la realización de documentales y dramas, empezando con “El último rey de Escocia” que recibió elogios generalizados y obtuvo múltiples premios, incluido un premio Oscar al mejor actor para Forest Whitaker. “Kevin es brillante con las historias de la vida real. Es un cineasta apasionado y muy intrépido con habilidad para los thrillers, y sentimos que su gusto por las historias de lugares lejanos y su interés por las vidas de personas reales serían buenos para el proyecto y honrar la historia de Mohamedou”, afirma Clarke.
  Existía un primer borrador del guion, acreditado a M.B. Traven y basado en extensas entrevistas con Mohamedou, comenzando en su casa en Mauritania solo tres semanas después de su liberación. Macdonald trabajó con el escritor, y el nuevo borrador llegó a Cumberbatch y Tahar Rahim, quienes aceptaron con entusiasmo interpretar sus papeles en la película. En ese momento Macdonald se puso en contacto con Mohamedou a través de Skype. “Hice una llamada de Skype con él. Y el hombre es tan encantador y divertido que no es lo que esperas de un criminal terrorista, excusado, buscado internacionalmente que fue acusado de reclutar personas para el 11 de septiembre y financiar el terrorismo. Es todo lo contrario de lo que imaginas. Está tan enamorado de la cultura estadounidense que puede citar cada línea de “El gran Lebowski”. Se la sabe de memoria porque la vio 110 veces mientras estaba en prisión”.
  Con Kevin Macdonald a bordo, Benedict recuerda los desafíos que tuvieron que afrontar y cómo Macdonald demostró instantáneamente que era el hombre adecuado para el papel. Así lo relata el propio Cumberbatch: “Era un tema difícil lo de conseguir financiación así que constantemente teníamos que elaborar estrategias y hablar sobre cómo llevaríamos esta historia a la realidad. Kevin lo sobrellevó todo con entusiasmo. Luchó por las cosas que le importaban con pasión, lo que es increíblemente importante para un proyecto que tiene este tipo de integridad. Es el mejor portavoz
de esta película, así como el mejor director posible. Él cree tan profundamente en la importancia de hacer películas como ésta que vale la pena superar las dificultades a todos los niveles para luego obtener resultados”.
  Con una sólida experiencia en la creación de thrillers con carga política, contundentes y que provocan la reflexión, Kevin sabía que tenía la oportunidad de contar una historia vital perfecta para su particular conjunto de habilidades cinematográficas. “Sabía desde el principio que era una combinación de política y de crimen escandaloso contra la humanidad, lo que me hizo hervir la sangre, pero también pude ver que podría ser un verdadero thriller y que podría entretener a la gente. Entonces, es necesario que haya mucho azúcar en la medicina. Vi la oportunidad en esta película de hacer algo que fuese un thriller y que, con suerte, tenga esa calidad de vanguardia, pero también una película que trata sobre personajes realmente maravillosos, de los que te enamoras”.
  La actriz Jodie Foster, ganadora de dos premios de la Academia, que a su vez es una aclamada directora de cine “El pequeño Tate”, “Money Monster” interpreta el papel de la abogada defensora de Mohamedou, Nancy Hollander. Foster dijo: “Me encanta cómo funciona la mente de Kevin; es realmente curioso y me ha sorprendido mucho este rodaje al ver cómo funciona realmente el espíritu documental, que realmente funciona por instinto. Kevin cree realmente que la forma en que te acercas a la realización de películas es no intentar controlarla ni darle forma. Pasas tu tiempo percibiendo todo, te encuentras en el lugar y te mueves ahí, ves a los personajes y luego te das cuenta de lo que está sucediendo… Y luego te aseguras de capturar eso. Creo que realmente funciona para esta película”. Por su parte, Mohamedou explica: “Me encanta que Kevin diga ‘no importa cuán dramática sea esta escena, la realidad fue más dramática’, porque esto está más allá de todo lo que puedas imaginar. Sé que algunos actores no se sintieron cómodos al hacer ciertas escenas y lo entiendo perfectamente porque a mí me pasó lo mismo. No quería pasar por esto, créanme, pero no tenía otra opción”.

ADAPTANDO EL LIBRO...
  Clarke explica que “nuestra película no es una adaptación directa del libro; el libro es la autobiografía de Mohamedou, por lo que no puede contar la historia desde otras perspectivas. Cubrimos los dos primeros tercios de la historia, hasta su apelación”.
  El reto principal para los realizadores fue crear una historia de la vida real. “Siempre es difícil, sobre todo si se trata de una historia cercana, porque tienes una responsabilidad con todo el mundo y es un tema candente”, explica Clarke. “No queríamos un relato sombrío y liberal. Tenía que ser un drama humano en el que el público pudiera vivir una experiencia que le cambiara y diera que hablar”.
  La historia está protagonizada por Mohamedou, que es una persona trascendental, un filósofo, ingenioso y compasivo. Esa es realmente la razón por la que queríamos hacer esta película, porque su mensaje y su espíritu cambiarán nuestras vidas a mejor”. Ackland añadió: “Creo que hay que tener cuidado a la hora de contar historias reales, porque quieres que sean correctas desde el punto de vista de los hechos, pero también quieres que sean interesantes, y a veces esas dos cosas no van muy bien juntas. Se trataba de encontrar al cineasta que pudiera bombear adecuadamente el corazón y la personalidad de Mohamedou y convertirlo en su historia”.
  Macdonald era más que consciente del enorme reto que tendría el equipo al adaptar una historia tan sugerente: “¿Cómo contamos esta historia increíblemente compleja, que tiene geopolítica, que tiene terminología legal, y que tiene a todos estos diferentes países involucrados? ¿Cómo podemos contarla de forma que sea lo suficientemente sencilla para que el público la entienda y que también funcione como una buena narración, como un thriller? Quería que fuera una historia emocionante, que el espectador estuviera al borde de su asiento deseando saber lo que iba a ocurrir a continuación.
  El reto de escribir el guion fue: ¿cómo podemos incluir todo este complejo material en la medida de lo posible y hacer que sea una experiencia agradable? Creo que lo que todos queríamos era hacer una película entretenida sobre una importante historia real”.
  Foster, por su parte añade: “La parte más difícil creo que es querer hacerlo bien. Queremos ser justos con todas las partes porque realmente creo que las historias más verdaderas son aquellas en las que no hay malos. En las que sólo hay seres humanos que se reúnen, tratando de hacer lo mejor que pueden, pero se guían por el miedo. Creo que hay una lección en esta historia. Y es que ese impulso, ese impulso del miedo es tan fuerte y, por desgracia, lo fue en la era de Guantánamo, y en la era del 11-S, que se apoderó de la psique estadounidense. Estábamos tomando decisiones, estábamos tomando decisiones de política exterior internacional por miedo en lugar de utilizar las leyes y las normas que conocíamos”.
  A Slahi, que es el primer detenido que publica unas memorias mientras está encarcelado, se le prohibió recibir un ejemplar de su libro publicado mientras estaba encarcelado. Nancy Hollander dice que aunque muchos ex presos de Guantánamo han escrito libros, Mohamedou es el único que ha sido autor de su propio libro: “Creo que eso es lo que lo hace tan único, porque es él, y es todo aquello que vivió lo que ahora podemos retratar en una película”.
  El propio Hollander participó en el guion desde el principio y recuerda: “Proporcioné a los cineastas las transcripciones de las audiencias, les expliqué la ley y el caso, y les dije: ‘Sé que no podéis incluirlo todo, pero quiero que sepáis lo que ocurrió realmente y luego podréis decidir cómo vais a plasmarlo en una película’”.
  Clarke añade que los realizadores se aseguraron de contar con las aportaciones de todas las personas reales a las que representaban, y Mohamedou -que también participa como coproductor-, Nancy Hollander, el teniente coronel Stuart Couch y Teri Duncan lo comprobaron todo.
  El productor señala que “esto tiene sus retos de producción porque no se puede tener todo al cien por cien de verdad. No funciona ni a nivel dramático ni en la práctica. No estamos haciendo un documental, pero creo que nos hemos acercado lo más posible a lo que ocurrió”.
  Con varios borradores del guion tomando forma, fue el turno de los guionistas Rory Haines y Sohrab Noshirvani. Se unieron al proyecto para entregar el borrador final para el rodaje, y Noshirvani recuerda: “Empezamos a investigar, a hablar con Nancy, con Mohamedou. Aprendimos las intrincadas formas de Guantánamo, que es un lugar muy confuso y desconcertante, y hablamos con algunos abogados del JAG militar para poder entender cómo funciona la ley militar, que es completamente diferente al sistema judicial normal”.
  Haines añade: “En realidad, se trataba de ser lo más fieles posible al material, de hablar con Mohamedou para profundizar más de lo que necesariamente pone en el libro a veces, lo mismo con Nancy, y de indagar en la historia y tratar de elaborar una historia que se sintiera verdadera para todos los que participaron en ella, pero también para el público que la está viendo. Es una película, no es sólo una serie de eventos que ocurrieron, ¿sabes?”.

CASTING...
  Para el personaje que interpretaría Mohamedou, Clarke recuerda que los cineastas querían contratar a alguien norteafricano, a ser posible, que supiera hablar francés, árabe e inglés. Macdonald, que conocía a Tahar Rahim por haber trabajado con él en The Eagle, se lo envió directamente al actor. Tahar dijo inmediatamente “¡Apúntame!”.
  Macdonald recuerda: “Ya había trabajado con Tahar antes y seguíamos siendo amigos, así que cuando empecé a pensar en esta película, que es un actor de origen norteafricano, que es increíblemente encantador y simpático y que tiene un enorme alcance para poder captar todas las emociones que este papel requiere sólo había una respuesta. Era obvio desde el principio. El director de casting y yo nos miramos el uno al otro: bueno, tiene que ser Tahar”.
  Rahim recuerda su primera reacción cuando vio el título del guion: “Me quedé en plan ‘no hombre’, era ‘Diario de Guantánamo’ y pensé que sería el mismo tipo de historia de Hollywood con papeles de terrorista que me niego a interpretar. Cuando leí el guion por primera vez lloré, no podía creer que este tipo hubiera pasado por un infierno así y al final no guardara ningún rencor a nadie. Es una historia increíble, es un héroe, un hombre inocente encarcelado y torturado, y como actor -y como ser humano- creo que es una historia que hay que contar”.
  Mohamedou dice que “es un papel muy difícil para Tahar, él me habló de ello. Por supuesto que todo es difícil, nuestra experiencia -ya sea de dolor o de angustia- fue de arriba a abajo y de abajo a arriba. Tiene que hacer todo eso en la escena y ser consciente de dónde están las cámaras. Es un reto todavía mayor retratar a un ser humano aún vivo en la vida real”.
  Benedict se mostró encantado de haber conseguido el papel de Tahar y añadió: “Es muy simpático y es muy fácil pasar el tiempo con él, y detrás de todo eso hay una inteligencia enorme. Realmente encajaba bien lo que se desprende de la página y la forma en que Mohamedou había sonado cuando hablamos con el propio Mohamedou. Así que parecía la elección obvia desde el principio”.
  Kevin Macdonald había hablado de Jodie Foster para el papel de la abogada defensora de Mohamedou, Nancy Hollander, seis meses antes de enviarle el guion. “Jodie es una actriz conocida por hacer muchas películas de entretenimiento, muy del tipo de Hollywood. Así que creo que era muy emocionante para ella hacer algo tan diferente a lo que ha hecho antes. Cuando le llevé el guion, dijo: ‘Me gusta mucho, pero necesito que sea más duro, el personaje tiene que ser más duro’. Y su instinto fue quitar todo el sentimiento, quitar todo lo que es muy ‘Hollywoodiense’ en cierto modo, supongo. Y creo que fue un instinto brillante y ya sabes que hicimos algunos cambios debido a eso. Tiene el carácter de una gran actriz, que lleva toda su vida trabajando en esto”.
  Ackland recuerda que, en un principio, la idea de conseguir a Foster parecía demasiado buena para ser real: “Pensamos en Jodie desde el principio, pero era un poco una quimera. En realidad, no piensas que alguien así vaya a comprometerse contigo, pero estaba muy abierta a participar. Y ella y Kevin conectaron muy bien. Estuvo increíble”.
  Jodie Foster recuerda: “Estaba muy emocionada al oír hablar de Kevin Macdonald, alguien cuyo trabajo me ha encantado y que me pareció tan adecuado para el material; sabía que lo abordaría con ese tono de documental veraz que necesitaba tener la película”.
  Clarke comenta que “tuvimos que trabajar mucho en el personaje de Nancy porque es implacable, no es sentimental y es una luchadora de carrera de fondo. También pensamos que era realmente importante, para la Nancy Hollander real, representarla con precisión como esa roca que esencialmente, durante quince años, ayuda y apoya a Mohamedou, y todavía lo hace hoy día. Fue un personaje realmente difícil de conseguir”.
  Foster cuenta que conocía el libro y la historia de Mohamedou, y que tenía muchas preguntas sobre Guantánamo y lo que había sucedido en esa época, “curiosamente, aunque viví esa época, no tenía ninguna de las respuestas. Me resultaba sorprendente no saber nada al respecto. Creo que todos estábamos tan conmocionados por los sucesos del 11-S que hubo mucho miedo en Estados Unidos, pero no pensábamos mucho en quiénes estaban siendo internados”.
  Al propio Benedict le resultaba difícil contener su entusiasmo y emoción no sólo por trabajar con Foster, sino también por compartir con ella escenas tan estimulantes: “Es increíblemente encantadora, es muy inteligente, divertida, es fácil trabajar con ella. Es servicial, colaborativa y fue un placer. Y sí, por supuesto, el fanboy que hay en mí dice ‘estoy en una escena con Jodie Foster’, no puedo dejar de tener esos momentos. He crecido viendo sus películas, y tener la oportunidad de trabajar con alguien así es siempre una experiencia de aprendizaje, y una experiencia muy agradable. Y ambos dijimos que nos gustaría tener más cosas que hacer y eso siempre es una buena señal de que quieres trabajar más con una persona”.
  Nancy trabaja junto a Teri Duncan, interpretada por Shailene Woodley, que es una mezcla de dos abogadas reales, Teri Duncan y Sylvia Royce. En este punto, Clarke reflexiona: “En el momento en que Shailene leyó el guion dijo que se apuntaba, y ha sido un apoyo constante durante los últimos nueve meses, preguntando, “¿Cómo puedo hacer que funcione? ¿Qué puedo hacer?”.
  Woodley aclara: “Cualquier tipo de injusticia, cualquier tipo de tragedia cuando se trata de nuestro fracaso como seres humanos para ver plenamente a otro ser humano y someterlo a un juicio justo y a una democracia debidamente practicada, me hace hervir la sangre de verdad”.
  Woodley añade: “Sentí que tener la oportunidad de formar parte de esta historia tan real y verdadera para unos pocos individuos, concretamente Mohamedou, y hacerla llegar a la conciencia de tantos estadounidenses y personas de todo el mundo, era parte de mi responsabilidad como actriz. Creo que algunas películas las haces desde el punto de vista artístico de querer crear un personaje de la nada y ver qué pasa, y luego otras películas las haces, o yo elijo hacerlas, no sólo porque me estimulan artísticamente, sino porque socialmente sientes que quizá podrían marcar una profunda diferencia en el mundo. Ése es el poder de la narración, así que fue un honor formar parte de esta película”.
  Clarke describe a Shailene como una persona cálida y efervescente con un fuerte sentido de la justicia social, por lo que “funciona tan bien junto a la ‘Nancy’ más seria de Jodie”. Mohamedou se emocionó cuando se enteró de que Shailene iba a interpretar a Teri, “así es ella; desprende esa energía cálida que necesitamos de ese personaje”.
  Zachary Levi, quien interpreta el papel de Neil Buckland, agente federal y viejo amigo del teniente coronel Stuart Couch, opina que “aunque quizás no sea el personaje más jugoso de la historia, quería formar parte para sacar a la luz este proyecto y permitir que la gente viera que esto realmente sucedió; que se trata de una persona real. Creo que con la increíble gracia del perdón que Mohamedou practica a través de ello, todo el mundo puede, con suerte, aprender. Y hacerlo a través de algo que fue un momento muy difícil en el mundo”.
  “Mi personaje, Neil, es un antiguo compañero de colegio de Stuart que resulta que también está muy metido en este caso concreto y estas cosas que ocurrieron en Guantánamo. Trabaja para una de las agencias de inteligencia de dentro del Gobierno de los Estados Unidos y, por lo tanto, es una especie de guardián cuando se trata cierta información que el teniente coronel Stuart Couch necesita para llevar a cabo un juicio justo en el procesamiento de Mohamedou”, explica Zachary.
  “Neil resulta ser poco útil en ese sentido debido a sus propios traumas que sintió tras el 11 de Septiembre. Le causaba mucho miedo y guardaba rabia y odio, igual que muchas otras personas en aquella época. Cuando ocurre algo tan trágico como eso, los traumas pueden realmente fastidiar a la gente. Así que creo que ahí es donde se encuentra Neil y luego, en última instancia, también tiene este momento de redención hacia el final de la película que te muestra que la gente es más de lo que parece. Todos somos personas de 360 grados. Cada personaje en la película no es lo que parece y hay profundidad y complejidad en todos nosotros. Eso fue una parte muy importante de lo que me atrajo del papel”.
  Después de leer el guion, Benedict Cumberbatch se sumó como productor. Benedict dijo a los realizadores: “Este es un gran personaje, nunca he hecho nada parecido. ¿Puedo interpretar al teniente coronel Stuart Couch?”.
  Cumberbatch añade que “su compañero de la escuela de vuelo era uno de los copilotos de uno de los aviones que se estrelló contra la Torre Sur, así que todo parte de ahí. Además de ser un abogado militar, también es un hombre cristiano que quiere hacer justicia. Es una posición extraordinaria al principio de la película, porque uno dice ‘bueno, puedo entender que quiera ver a este tipo castigado’. Lo que le ocurre en el transcurso de la película es que descubre, a base de presionar y presionar y llamar a puertas cerradas, que finalmente se han extraído estas confesiones, que incluyen relatos de tortura, de ahogamiento y de otras violaciones de los acuerdos de Ginebra sobre derechos humanos, por lo que se enfrenta a sus superiores y dice que se niega a procesar este caso, que está mal, que es ilegal, que es antidemocrático, antiamericano y anticristiano. Y supongo que es donde más simpatizo en la película porque es alguien que tiene todas las razones para querer encontrar y perseguir al autor de ese tipo de atrocidad, ese imperdonable acto de terrorismo pero en el proceso de examinar las supuestas confesiones sólidas como una roca se da cuenta de que éstas fueron extraídas bajo tortura... Esa no es la forma de obtener pruebas. Esa no es la manera de comportarse en un Estado de Derecho”.
  Macdonald añade que, aunque tenga un papel relativamente pequeño, Benedict se enfrentó a un gran reto: “Tiene el papel más difícil de esta película porque tiene que interpretar a un hombre que, para empezar, muchos de los espectadores pensarán que es profundamente antipático, pero desde el principio sientes que es parte del grupo, parte de la maquinaria militar, pero hay algo en él que es más reflexivo, más humorístico. Tiene un gran sentido del humor”.
  Ackland se apresuró a señalar lo bien que lleva Benedict su cargo de productor y actor al mismo tiempo: “Cuando Benedict entra en el plató ya no es el productor, es el actor y está en manos de los cineastas, y es muy estricto al respecto. Le apasiona asegurarse de que cuando está en el plató es un actor, pero cuando no lo es y se pone en la piel de productor es genial con el guion y creo que es otra faceta de la que realmente disfruta”.
Mohamedou confiesa que no podría haber esperado un mejor reparto para la película en la que se basa su propio caso real: “Las personalidades y la belleza de esas personas me superan”.

LA LABOR DE INVESTIGACIÓN...
  Macdonald quería que la película fuera lo más auténtica y veraz posible, pero algunos retos resultaron ser un paso demasiado grande: “Obviamente quería ir a Guantánamo, pero es muy difícil conseguir el permiso y no pude conseguirlo. Así que se descartó ese aspecto. Pero se ha escrito mucho sobre Guantánamo, muchos periodistas de investigación han hecho muchas cosas y también tuvimos acceso tanto a Mohamedou como a sus abogados defensores y, por parte de la acusación, tuvimos acceso al teniente coronel Stuart Couch y todos fueron increíblemente útiles”.
  Los guionistas Sohrab Noshirvani y Rory Haines se apresuraron a señalar lo valioso que fue tener acceso a Mohamedou, y Noshirvani afirmó que “es su historia y sólo con hablar por teléfono con él o por Skype puedes hacerte una idea de lo que es un hombre y de quién es, pero además conoce el proceso, lo ha vivido, así que no podríamos haberlo hecho sin él y sin su aportación”. Si se hubiera basado en un artículo de periódico, no se habría podido hacer porque su libro es muy perspicaz, y no me refiero sólo a la forma en que habla de cómo era Guantánamo, sino a las emociones: “Esto es lo que se siente cuando te separan de tu familia y te llevan a un lugar en el que no tienes ni idea de dónde estás, y el tipo de horrores que él vivió”.
  Haines añade: “Creo que era importante para nosotros poder hablar con la persona real que lo vivió, porque no sólo obtienes los datos con exactitud, sino que obtienes este tipo de carácter increíble en términos de lo que ha sobrevivido y lo que ha pasado y cómo todavía se mantiene. Pero ayuda saber que cuando estás hablando con él no estás tratando de inventar el optimismo y el espíritu cuando no están ahí. Siempre te preocupas cuando escribes sobre este tipo de cosas y piensas: ¿estoy haciendo la película de mal gusto o estoy haciendo esto más fácil para el público porque quiero hacerlo más fácil para el público? Intentamos evitarlo, pero Mohamedou es una persona extrañamente humana en ese sentido y fue muy divertido llegar a comprenderlo desde el punto de vista artesanal”.
  Nancy Hollander, quien prestó su vasta experiencia e íntimo conocimiento del caso a los cineastas durante el rodaje de la película, comenta: “Me pasé horas y horas al teléfono con ellos hablando de pequeños detalles; por ejemplo, cómo llegué a Guantánamo cada vez; qué hice mientras estaba allí; cómo subía al avión; cómo eran los guardias; y cómo me sentí cuando me despedí y dejé a Mohamedou. La verdad es que siempre lloraba después de que Teri y yo lo dejáramos, y necesitaba una noche a solas para recuperarme de estar allí. Odiaba dejarle allí, una y otra vez”, dice Hollander, y añade que les puso al corriente “de todo el trasfondo emocional, físico y psicológico, para que tuvieran con qué trabajar, para crear lo que iban a crear”.
  Hollander también se reunió con Jodie Foster, quien comparte su pasión personal por el papel. “Es una de mis cosas favoritas, poder sumergirme en algo que realmente me fascina. La ley es algo que me interesa mucho, cómo funciona y las complejidades de la misma, y ya sabes, cómo nuestro país está formado por ello. Cómo el mundo está formado por ello. Si hay algo que me ha hecho creer en la democracia y en el Estado de Derecho, ha sido hacer esta película. Creo que esta película realmente lo hace realidad. Es lo más importante que tenemos y es nuestra humanidad”.
  Nancy Hollander comparte que la actuación de Foster es tan poderosa que se reconoce a sí misma en muchas de las escenas, “la forma en que Jodie usa sus manos, la forma en que se relaciona con Shailene, la forma en que se relaciona con Mohamedou. Hay momentos de calma, hay momentos de gritos, hay momentos divertidos y realmente me hace sentir como si se metiera dentro de mí, aunque Jodie me advirtió que no es una imitación. Ella aporta lo que aporta, y lo reconozco, pero realmente ha captado ese momento de todo lo que sucedió”.
  “Obviamente hay que investigar mucho en una película como ésta”, dice Foster, “hay que conocer la historia no sólo desde nuestra perspectiva sino desde una perspectiva internacional, pero al final, la investigación más importante que hice fue conocer a Nancy Hollander”.
  Shailene Woodley reflexiona: “Teri Duncan compartió muchas cosas, fue muy abierta -no quiero hablar por ella- pero lo que saqué de sus entrevistas fue: ‘sabes que da miedo ir contra el gobierno; da miedo entrar en algo sin conocer todos los ángulos y todos los lados de la ecuación’, pero creo que más que nada, el corazón de Teri está en la justicia y su corazón está en las verdades simples de la humanidad compasiva y vecinal. Creo que eso superó cualquier miedo que pudiera tener”.
  Levi comparte que no tuvo que hacer mucho para investigar, “casi toda la información que necesitaba estaba al alcance de Kevin, que sabía exactamente cuál era mi propósito en la película. Ser capaz de hacer eso y estar enfrente de Benedict fue un placer increíble”.

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