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NOTAS DE LA DIRECTORA...
'Take this waltz'está ambientada en Toronto, mi ciudad natal, de la que quería mostrar las calles arboladas y las zonas del centro entre los restaurantes y cines del barrio, así que situé la historia entre las aceras, los tranvías y las playas que me resultan tan cotidianas.
El título de la película procede de la canción 'Take This Waltz', una versión que Leonard Cohen hace del poema de Federico García Lorca Pequeño vals vienés, un texto trágico y romántico, que no acaba de entenderse por entero pero que se percibe perfectamente en un nivel profundo, emocional. Estuve oyendo la canción sin parar mientras escribía el guión y le dio el tono que yo quería lograr.
Comienzo y termino con la escena de la cocina, porque son casi como el sujetalibros de la película, aunque pasen muchas cosas en medio. Yo quería hacer una película acerca del deseo, no un ensayo filosófico, sino entrar en ello, sentir lo delicioso que es y lo difícil que es para los seres humanos darle la espalda a esa sensación o vivir con la brecha fundamental que crea, que necesita ser colmada.
Para mujeres como Margot, y muchas mujeres que conozco de unos treinta años hay un momento en el que se dan cuenta de que el “y fueron felices para siempre” de los cuentos de hadas que les contaron de niñas no es verdad. Si tienes suerte, puede haber un gran amor, pero, aparte de eso, ¿cómo sabes si una relación es equivocada o si necesitar, querer o desear es una función de vida que es complicada? No es sencillo. Se puede vivir una relación que en general te hace feliz, pero también triste o furioso... y nada nos prepara para eso. Pienso que vivimos en una cultura en la que, si algo se pierde en una relación, entonces ahí hay algo equivocado. Se nos dice que se puede arreglar y que no hacerlo es un fracaso.
Hay unas pocas parejas que están completamente comprometidas y fascinadas mutuamente dentro de su relación y una vez que conoces a alguien tan bien es duro encontrar un espacio para sentir interés y entusiasmo en compañía del otro.
Me propuse que los espectadores no supieran si para Margot el matrimonio es suficiente o no y qué va a hacer, por eso hay una enorme ambigüedad a lo largo de la película y que la gente la vea también de acuerdo con sus propias experiencias de pareja.
En última instancia, creo que somos seres insatisfechos: necesitamos, queremos y deseamos, y cuando llegamos a un punto que habíamos estado añorando, se abre inevitablemente otra brecha. Me parece que estos personajes son personas que intentan hacer las cosas lo mejor posible, pero a veces ese “mejor posible” no es lo bastante bueno para los otros personajes, como pasa en la vida real.
La vida tiene momentos completos que son fantásticos y que hay que disfrutar, pero en general me parece que todas las decisiones son ambiguas y que es raro que una decisión sea claramente acertada o equivocada. Para mí, la única verdad real se encuentra en la ambigüedad.