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'The grandmaster' es la nueva película del director Wong Kar Wai. Fueron necesarios seis años de planificación y tres años de producción para llevar a buen puerto esta épica historia inspirada en la vida y la época de Ip Man, el legendario maestro de Kung Fu. El relato transcurre en el tumultuoso periodo republicano, inmediatamente después de la caída del último emperador, cuando el país se sumió en el caos y la guerra: la edad de oro de las artes marciales chinas. Ha sido rodada en espectaculares localizaciones, desde los paisajes nevados del noreste de China, al sur subtropical.
Wong Kar Wai ha realizado una película de Kung Fu como no se ha visto antes. Para asegurarse de que el film retratase las artes marciales chinas y el mundo de los maestros con una autenticidad sin precedentes, el cineasta se documentó durante años y se rodeó de un auténtico batallón de instructores durante el rodaje, como el conocido coreógrafo de acción Yuen Wo Ping, que diseñó las escenas de combate. Las tres superestrellas internacionales que protagonizan la película, Tony Leung, Ziyi Zhang y Chang Chen, aceptaron trabajar con maestros de Kung Fu durante varios años para interpretar sus papeles.
‘The grandmaster’ abre un nuevo capítulo en el género de artes marciales y en la carrera estelar de Wong Kar Wai.
Fue en Argentina, en 1996, mientras rodaba ‘Happy Together’, donde empezó el viaje de Wong Kar Wai hacia ‘The grandmaster’. El realizador pasó delante de un quiosco de periódicos y vio una revista con la foto de Bruce Lee en la portada. Le sorprendió que veinte años después de su muerte, Bruce Lee siguiera siendo un icono a nivel mundial.
Wong Kar Wai descubrió que Ip Man era uno de los numerosos maestros de Kung Fu que se habían instalado en Hong Kong a principios de los años cincuenta. En algunas calles era casi imposible contar las academias de Kung Fu. Las rivalidades afloraban y la competencia era intensa. La idea original de Wong Kar Wai era contar la historia de un maestro de una de esas calles. Pero a medida que se documentaba, se dio cuenta de que en realidad quería contar la historia del mundo de las artes marciales durante la época republicana (1911-49), la edad dorada del Kung Fu chino, sus rivalidades, tragedias y misterios.
Sumergido en la lectura, en el estudio de fotografías y otros documentos, acababa de empezar un duro viaje de tres años que le llevó a nueve ciudades de China y Taiwán en compañía de Wu Bin, el conocido entrenador chino de Wushu y profesor de Jet Li. El director se quedó sorprendido al saber que un elevado número de maestros de Kung Fu instalados en Hong Kong procedían del norte de China, sobre todo del Estado de Manchukuo, bajo dominio japonés durante los años treinta.
Wong Kar Wai se entrevistó con numerosos maestros de artes marciales que compartieron no solo su filosofía, sino también relatos poco conocidos. El realizador sintió que recibía un gran legado cultural que podía ser olvidado. Por eso se empeñó en mostrar ese legado, sobre todo las academias de Wing Tsun, Bagua, Xingyi y Baji, en la película.
El director Wong Kar Wai era consciente de que necesitaba actores capaces de entregarse a varios años de prácticas de Kung Fu. No solo quería que encarnaran el espíritu, la dignidad y la ética de un gran maestro, sino que dominaran los movimientos de las escuelas que iban a representar. “Debían ser adecuados para el papel”, explica, “y también debían ser duros”.
Wang Shiquan formaba parte del ejército de maestros y grandes maestros de Kung Fu que entrenaron a las estrellas. Otro fue el maestro Duncan Leung, experto en Wing Chun, un discípulo de Ip Man que estudió con Bruce Lee, actualmente el principal representante de este estilo.
El director artístico William Chang Suk Ping tardó dos años en encontrar las perlas, lazos y encajes necesarios para el vestuario, basado en un sinfín de documentos de la época. Con el otro director artístico, Alfred Yau Wai Ming, construyeron los decorados a escala real de una estación de tren en la Manchuria ocupada, el magnífico burdel El Pabellón de Oro, así como las academias de Kung Fu de los años cincuenta en Hong Kong.
Después de ocho años de preparación, el rodaje empezó en noviembre de 2009 en Kaiping. En enero de 2010, la producción se trasladó al noreste de China, donde trabajaron hasta mayo soportando temperaturas muy bajas que casi acaban con la resistencia del reparto y de los técnicos. Después de una interrupción de varios meses, el rodaje se reanudó en Kaiping en septiembre de 2010 y finalizó en noviembre de 2012.